Hace 32 años moría en el hospital de La Paz de Madrid Francisco Franco Bahamonde. Con su muerte se ponía fin a una dictadura personal que había durado casi 4 décadas. Una dictadura cruel, criminal y asesina, que desde el mismo inicio de su andadura puso bien claro como iba a actuar contra todo aquel que se atreviera ponerla en duda. Una dictadura que en muchos lugares de España comienzo en julio de 1936, cuando las tropas rebeldes se hace con el control de la situación, aunque de facto se constituye el 1 de abril de 1939, con el fin de las hostilidades en la Guerra Civil española.
Desde entonces la bota militar del régimen totalitario y criminal de Franco eclipsó cualquier intento de avance social y político. Los de siempre, es decir, el ejército, la Iglesia, las clases adineradas y propietarias apoyaron incondicionalmente a un Régimen en el que medraron todo lo que pudieron y más.
España, que había iniciado una etapa de desarrollo y progreso, quedó sumida en el mas completa oscuridad y en el peor de los ostracismo. El ostracismo de la historia.
Durante esas 4 décadas miles de personas acabaron delante de un pelotón de fusilamiento, encarcelada por sus ideas políticas o condenadas a un largo exilio, del que mucho de ellos nunca volvieron. No volver a ver la tierra que te vio nacer. Un apartheid físico que destrozo la vida de lo que denominaban los vencedores como "los rojos"
Pero los problemas del franquismo no solo fue en el campo político sino también en el social. La subida al poder de Franco y el impulso del llamado nacionalcatolicismo, provocó retroceso en medidas progresistas como el divorcio. Durante el periodo republicano muchas personas se habían beneficiado de la Ley del Divorcio promulgada en 1932. Muchos iniciaron nuevas vidas y volvieron a formas sus propias familias. Todo aquello quedó anulado por orden de Franco. Por ello volvieron a la situación anterior de 1932. Las familias nuevas creadas eran familias bastardas, con todo los problemas que aquello conllevaba en una España que estaba dominada por la bota militar, el sayal frailuno, el hatillo monjil y la sotana clerical.
Aquel movimiento generado el 18 de julio de 1936 que ponía tierra de por medio a las aspiraciones revolucionarias del pueblo español. La CNT había apostado en mayo de 1936 por la alianza revolucionaria con la UGT. Esta no pudo celebrar su congreso para decidir. Franco y su camarilla, comenzaron una contrarrevolución preventiva con la venia de los de siempre y bajo la idea de "salvar a España" del coco comunista.
Cuatro décadas, que tras la muerte de Franco poco cambiaron. La ruptura no se produjo, se pacto con los restos del Régimen franquista y se impuso cosas que Franco ya había puesto. La izquierda se vendió muy barato y lo hizo con conciencia de su traición.
Pero hoy 20 de noviembre también se cumple años de la muerte de José Antonio Primo de Rivera. Muchos le exculpan de todo. Según dicen una víctima inocente de la Guerra. Pero Primo de Rivera era de todo menos inocente. Sus ideas encarnadas en Falange no era sino el producto del odio y de la discordia. Su discurso y sus actuaciones son las que provocan el estallido de la Guerra en julio de 1936. José Antonio es tan culpable como Franco de la situación generado, salvando las diferencias ideológicas entre ellos. Sus bandas de pistoleros que se dedicaron a masacrar a los militantes de la izquierda no es sino la creación del ambiente al que el fascismo quería llevar. Y que no vengan con demagogias de que las izquierdas también actuaron contra ellos. Un "mártir" falangista como Matías Montero se dedicó a asaltar locales de grupos de izquierda en la universidad. Quien siembra odio recoge tempestades. Y todo esto estaba patrocinado por gente como José Antonio Primo de Rivera, hijo de otro dictador que tuvo a España como un cuartel entre 1923 y 1930. La actuación de los falangistas durante la Guerra respondía a banda de desalmados que se dedicaban a la represión mas indiscriminadas contra los militantes de partidos y organizaciones de izquierdas. Es decir, que José Antonio no fue, ni mucho menos, una víctima inocente. Lo mismo que no lo fueron Ramiro Ledesma Ramos, Onésimo Redondo y muchos otros. Que no nos cuenten historias. Esas historias ya las contaron durante 40 años. Ellos fueron los agresores contra el pueblo español.
Tras los años de dictadura, tras los auspiciadores solo nos queda decir eso de ¡FASCISMO NUNCA MÁS! Y que viva la Libertad.
PD: Que tomen nota los desmemoriados
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