martes, 31 de octubre de 2017

Ideología y movimientos para una revolución

 Aunque las fronteras son difusas y no se puede hablar, en ningún caso, de bloques estancos y monolíticos de pensamientos y organizaciones, aquí estarían a grandes rasgos las ideologías y los movimientos políticos que dinamizaron la Revolución rusa.

La Revolución rusa no es un acontecimiento que se pueda medir en parámetros de compartimento estanco con ideología y grupos perfectamente definidos. Muy por el contrario, como cualquier acontecimiento histórico, su desenvolvimiento fue poroso y diverso. Aun así si hubo organizaciones, ideas y partidos que dinamizaron el proceso revolucionario ruso. Aquí se presenta las principales de las que se más se habla.

Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia
  
Fundado en 1898, seguidor del ideario marxista que había partido desde Georgi Plejanov, en 1903 el partido se dividió en dos grandes facciones: los bolcheviques (mayoritarios) encabezados por Lenin y los mencheviques (minoritarios) con la figura de Yuli Martov. Sus grandes diferencias eran los métodos de acceso de al poder y las estrategias. Por ejemplo en su visión de los soviets, donde los bolcheviques fueron muy críticos con estos organismos obreros hasta 1908 y, sobre todo, hasta el estallido revolucionario de 1917. En 1912 la facción bolchevique se constituye como partido.
            Con la revolución de 1917, y aunque los mencheviques estaban mejor organizados, los bolcheviques lograron hacerse con importantes cuotas de poder, arrastrando hacia su influencia a muchas personalidades (como Trotsky), convirtiéndose en el grupo más dinámico en el asalto al poder de octubre de 1917.
           
Los métodos del bolchevismo en el poder le hicieron laminar cualquier intento de oposición a su política, incluido a los propios mencheviques, hasta el establecimiento de una dictadura de partido único representada por el naciente Partido Comunista.

Partido Socialista Revolucionario

           
Heredero de las tradiciones populistas del siglo XIX representadas por Narodnaïa Volia, el Partido Socialista Revolucionario nació en 1900 con una importante diversidad de estrategia, desde la agitación obrera hasta el asalto a las instituciones pasando por su Organización de Combate que fue protagonista de numerosos atentados terroristas que acabaron con la vida de personalidades importantes del régimen zarista.
            Sin olvidar al obrero industrial, los socialistas revolucionarios encontraron en el campesino la base de su fuerza para el desarrollo de su programa agrario. Aquí radica una de las diferencias entre la facción eserista (o socialistas revolucionarios de derechas) que consideraba una expropiación paulatina a los SR de izquierda partidarios de un programa máximo. De hecho, una parte del socialismo revolucionario constituyó el movimiento maximalista que acabó en las filas de los campesinos anarquistas. Otros optaron por posiciones más moderadas y de sus filas nació el Partido Trudovique, del que Kerensky fue su mayor representante.
Entre sus líderes habría que destacar a Víctor Chernov (entre los eseristas) o María Spiridinova entre los SR de izquierda.

Anarquistas

            Con importante desarrollo desde finales del siglo XIX, los anarquistas rusos encontraron base en diversas poblaciones rusas restando influencia a sus rivales socialdemócratas y socialistas revolucionarios. De importancia en la revolución de 1905 en Bialystok, Krinki, Moscú y San Petersburgo, los debates de los anarquistas hasta la revolución de 1917 circularon entre las estrategia terrorista en pequeño grupos y minoritarios hasta los grandes debates entre los que pretendía una organización anarquista de grupos o los que pretendían el desarrollo del anarquismo a partir del sindicalismo revolucionario.
           
Su influencia fue creciendo a lo largo de 1917 hasta convertirse, según el comunista francés Jacques Sadoul, en el grupo político mejor organizado a la izquierda de los bolcheviques. Tuvieron acciones destacadas en Kronstadt, Petrogrado, Moscú y zonas de Ucrania, donde su influencia llegó a ser hegemónica, llegando a experiencias autogestionarias en contraposición al modelo revolucionario bolchevique.
            Sus organismos, periódicos y actividades fueron reprimidos por las autoridades comunistas. Entre sus figuras más importantes destacan Volin (Vsevolod Mijailovich Eichembaum), Georgi Maximov, Néstor Majnó, Daniil Novomirsky, Piotr Archinov, Emma Goldman, Alexander Berkman o Efim Yarchuk, entre otros muchos.

Otros grupos políticos

            El mapa no se acaba en estas tres grandes corrientes. A la izquierda también actuaron grupos moderados como el Partido Trudovique (laboralista), nacido de las filas del PSR tras el fracaso de la revolución de 1905 y donde estaba integrado Alexander Kerensky, que llegó a acuerdos con los socialistas revolucionarios en el gobierno y en los soviets. Los socialdemócratas tuvieron otros grupos además de lo bolcheviques y los mencheviques, como los Socialdemócratas Internacionalistas de Novaya Zhin (Nueva Vida) o Yedinsvo (Unidad), grupo seguidor de Plejanov. Incluso los propios mencheviques estaban divididos entre mencheviques internacionalistas de Martov y mencheviques simplemente. Habría que unir grupos como el Bund, partido de los judíos socialistas, o el Partido Socialista Polaco, de influencia en las zonas que el Imperio ruso tenía en Polonia.
            Los liberales se encuadraron de forma mayoritaria en el Partido Constitucional Demócrata o Kadete (acrónimo en ruso), cuyas políticas fracasaron con la caída de Lvov y Miliukov frente a Kerensky.
            Los monárquicos también jugaron sus cartas, desde las posiciones liberales hasta el Partido Octubrista (nacido en 1905) con los intentos de conciliación del zarismo y una apertura liberalizante. Su fracaso fue la propia caída del Zar en marzo de 1917.
            También existieron grupos de extrema derecha y con una fuerte base antisemita que como las Centurias Negras, actuaron desde inicios del siglo XX contra las fuerzas revolucionarias y la población judía. Su influencia desapareció con el avance de las fuerzas revolucionarias.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Cronología de una revolución

Segunda entrega de la serie de textos sobre el centenario de la Revolución rusa. Aquí algunas de las fechas más representativas del proceso en un concepto más amplio de tiempo (1905-1924). Son algunos hitos entre muchos otros de igual importancia.

1905: Primer asalto revolucionario

9 de enero: Manifestación del “Domingo Sangriento”. Las peticiones de mejora son recibidas con una dura represión por las fuerzas del Zar en san Petersburgo.
Febrero: Fundación del primer soviet en San Petersburgo con la presidencia del socialista-revolucionario Georgi Nossar (Jrustalev)
Junio: Sublevación de los marinos del Acorazado Potiomkim
Octubre: Fundación del Partido Constitucional Demócrata (Kadete) y del Manifiesto de Octubre (octubristas) del Zar.

1906: Reflujo de la revolución. Intentos fallidos de liberalización del régimen

Abril: Inauguración de la primera Duma (Parlamento), que fue disuelta poco después.

1907-1916: Paulatina conservadurización. Aperturas y cierres de Duma, que cada vez son más conservadoras y sin representación obrera. Participación rusa en la Primera Guerra Mundial.

1917: Estallido revolucionario

Febrero: Manifestaciones obreras por la mejora de las condiciones de vida y contra la guerra. El 23 de febrero manifestación por el Día de la Mujer Trabajadora. Descomposición del régimen. Desarrollo del soviet en Petrogrado.
2 de marzo: Abdicación del Zar. El gran-duque Miguel rechaza el trono. Rusia se convierte en República bajo un gobierno provisional encabezado por el príncipe Lvov. Mayoría menchevique en el soviet de Petrogrado.
Abril: Lenin vuelve a Rusia y proclama sus Tesis de abril
Mayo-Junio: Más de 700 soviets se establecen por toda Rusia. Convocatoria del Primer Congreso de los Soviets de todas las Rusias. Poder dual en Rusia: Gobierno provisional vs Soviets. A finales de junio Lenin vuelve a salir de Rusia.
Julio: Kerensky presidente del gobierno provisional
Agosto: Golpe de Estado fracasado de Lavr Kornílov. Oposición al mismo de bolcheviques, socialistas-revolucionarios de izquierda y anarquistas.
Septiembre: Trotsky, convertido en bolchevique, toma el control del soviet de Petrogrado. Los bolcheviques se muestran dispuestos a tomar el poder.
Octubre: Formación del Comité Militar Revolucionario con composición bolchevique, socialista-revolucionaria de izquierda y anarquista. Asalto al Palacio de Invierno. Lenin presidente. Intento fallido de Kerensky de recuperar el poder
Diciembre: Armisticio con Alemania y Austria. Inicios de las negociaciones en Brest-Litovsk. Fundación de la Cheka (Comisión Extraordinaria o policía política). Comienzo del “divorcio” con socialistas-revolucionarios de izquierdas y anarquistas.

1918: Comienzo de la Guerra Civil. Comienzo de la represión contra otras fuerzas revolucionarias

Enero: Clausura de la Asamblea Constituyente rusa por el anarquista de Kronstadt Anatoly Zhelezniakov.
Marzo: Firma del Tratado de Brest-Litovsk. Rusia pierde 1/3 de su territorio. Oposición al mismo de otras fuerzas revolucionarias
Marzo-Abril: Conformación de los Ejércitos Blancos. Desarrollo de la majnovchina (movimiento campesino de Néstor Majnó) en Ucrania como vía anarquista de la revolución.
Mayo-julio: Insurrecciones en el interior de socialitas-revolucionarios de izquierdas y anarquistas que termina con una fuerte represión por parte de los bolcheviques.
Agosto: La socialista revolucionaria Fanny Kaplan intenta asesinar a Lenin. Reunión de la Confederación Anarcosindicalista Panrusa en Moscú.

1919: Refuerzo del poder bolchevique. Durante este año se conforman los frentes en Ucrania y en el Este del país en la Guerra Civil

Febrero: Desarrollo del Ejército Insurreccional Majnovista y acuerdos militares con los bolcheviques en Ucrania. Primeros enfrentamientos entre ambas fuerzas.
Marzo: El Partido Bolchevique pasa a denominarse Partido Comunista. Fundación de la Tercera Internacional o Komintern. Origen de la formación de los partidos comunistas en el mundo.

1920: Los bolcheviques van ganando la guerra. Los Ejércitos blancos se van retirando y las fuerzas opositoras al bolchevismo desde la izquierda son reprimidas

Otoño-invierno: Huelgas y movilizaciones en Petrogrado. Levantamientos campesinos y diversas revueltas contra el comunismo de guerra del gobierno en Siberia, Tiumen, Cheliabinsk, Oremburg y Omsk. Destaca la revuelta de Tambov de Alexandr Antonov (socialista-revolucionario)

1921: Consolidación del poder y de la dictadura de partido

Febrero: Muerte de Kropotkin. Revuelta de los marinos de Kronstadt contra la política bolchevique. Asalto y represión del gobierno contra los revolucionario de Kronstadt.
Marzo: Celebración del X Congreso del Partido Comunista. Se vislumbra la NEP (Nueva Política Económica) como medida contra el comunismo de guerra.
Abril-Julio: Conformación de los partidos comunistas en diversos países. Ruptura de los comunistas con las otras tendencias revolucionarias (socialistas y anarquistas). Congreso de la Profintern (Internacional Sindical Roja) y protestas por la represión a los anarquistas rusos. Salida de Rusia de los anarquistas Volin y Maximov, entre otros. Estabilización de la dictadura de partido único.

30 de abril de 1922: Creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS)
24 de junio de 1922: Ejecución de Alexandr Antonov, líder de la revuelta de Tambov.

21 de enero de 1924: Muerte de Vladimir Ilich Ulianov “Lenin”

miércoles, 11 de octubre de 2017

BORIS SÁVINKOV Y SUS “MEMORIAS DE UN TERRORISTA”

Inauguramos una serie de artículos sobre la Revolución rusa en estos meses de octubre y noviembre con motivo del centenario

Era evidente que el centenario de la Revolución rusa de 1917 iba a generar una literatura alrededor del acontecimiento. Y aunque, quizá, el volumen de libros no ha sido el esperado, es verdad que en España se han publicado algunas novedades que han marcado interés y, sobre todo, aportaciones nuevas al proceso revolucionario que como dijo John Reed “estremeció al mundo”.
            Uno de esos libros editados se lo debemos a las editoriales Edición Única y La Cotali de Barcelona con la edición de la obra Memorias de un terrorista (“Воспоминания террориста”) de Boris Sávinkov y presentado por Falconetti Peña. Una obra que se conoció en la España de la década de 1930 y cuya traducción corrió a cargo de Andrés Nin, fundador de la ICE (Izquierda Comunista de España) y posteriormente del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). La traducción que Nin hizo para editorial Cenit es la que se rescata aquí. Y no fue la única traducción que Nin hizo del ruso, idioma que domina a la perfección tras su estancia de varios años en Rusia.
            Las memorias de Sávinkov rescatan una parte de la historia de la Revolución de 1905 y sus consecuencias poco conocida para los lectores en España. En esos esquemas simplistas y, en muchas ocasiones, binarios que tenemos de la revolución rusa, pasamos por alto la importancia que en la misma tuvo el Partido Socialista Revolucionario (PSR) que fue, con diferencia, la organización mayoritaria entre los trabajadores rusos. Y lo interesante del PSR es la complejidad de sus estructuras y las variables políticas que ofreció en aquellos años. Desde la participación parlamentaria hasta las acciones terroristas, el PSR mantuvo un pulso frontal contra el zarismo y fue uno de los agentes protagonistas principales en el proceso revolucionario. Aun hoy ese PSR es algo por investigar en ese contexto.
            Sávinkov fue uno de esos integrantes del PSR que considero que la vía terrorista era la válida para derrotar al zarismo. Y para ello el PSR conformó su Organización de Combate, que compuesta de por diversas personas acometió una serie de atentados en Rusia con el objetivo de desestabilizar al régimen zarista y provocar un movimiento revolucionario a mayor escala.
            En estas memorias, Sávinkov nos muestra con todo lujo de detalles algunas de esas acciones, como los atentados contra Viacheslav von Plehve, Ministro del Interior, el gran duque Sergei o el asesinato de Georgi Gapon, pope que había encabezado las movilizaciones contra el zarismo en enero de 1905, que contó con las simpatía de los socialistas revolucionarios y que finalmente se reveló como un confidente de la policía.
            Junto a los importantes detalles que Sávinkov nos muestra, como protagonista de los sucesos, hay que destacar algunas cuestiones de esta obra.
            En primer lugar la psicología del terrorista. Sávinkov presenta a todos los integrantes de su Organización de Combate como gente que daría su vida por la revolución y por las acciones terroristas. Para ellos la extensión del terror era el punto nodal de la estrategia revolucionaria combinada con otros factores como la participación parlamentaria. Algunos de los protagonistas del libro se muestran entusiastas y fanáticos respecto a la violencia terrorista y ven en la muerte la liberación de su cometido. No deja de ser llamativa la misión que nos ofrece Sávinkov del terrorista, donde incluso ellos mismo se autodenominan “terroristas”.
            En segundo lugar nos muestra que el origen social y la extracción de muchos de estos personajes no eran, precisamente, de la clase obrera. Mucho de los integrantes de la Organización de Combate del PSR procedían de las capas acomodadas de la sociedad que se comenzaron a sentir incómodas en su contexto y se lanzaron a un enfrentamiento frontal contra las instituciones zaristas. Esto es importante en tanto en cuenta la clase obrera si estaba estructurada en otros movimientos y gran parte de ellos no contemplaban la estrategia terrorista como efectiva contra el zarismo. En esa época se comenzó a desarrollar el movimiento de los soviets y también del sindicalismo revolucionario que veía en la concienciación y la organización de masas el mejor exponente de la lucha contra la injusticia.
            En tercer lugar, el libro de Sávinkov nos sirve para desmitificar uno de esos lugares comunes de la historia. La estrategia terrorista en Rusia estaba mantenida por los socialistas revolucionarios. Las historiografías que ponen en esa estrategia al anarquismo ruso se equivocan. Los anarquistas rusos en esa época debatían sobre su propia estrategia y si bien había algunos grupos que contemplaba el atentado terrorista, mayoritariamente se inclinaron por la organización obrera o por la ocupación directa de tierras. El terror fue defendido por algunos grupos como Beznachalie en San Petersburgo, donde incluso se pone en tela de juicio su propia ideología anarquista. Es por ello que los grandes atentados contra la autoridad en Rusia fueron ejecutados por los socialistas revolucionarios, herederos de Narodnaïa Volia (que ya había ejecutado al zar Alejandro II en 1881), y que extendieron en el tiempo hasta prácticamente las vísperas de la Primera Guerra Mundial. Incluso tuvieron un resurgir posterior a la revolución de 1917 con el atentado que la socialista revolucionaria Fanny Kaplan perpetró contra Lenin en 1918 y cuya pistola fue facilitada por el mismo Sávinkov.
            En cuarto lugar hay que destacar que la Organización de Combate del PSR así como el mismo PSR fue una organización expuesta a la infiltración policial en todo momento. A lo largo del libro Sávinkov nos muestra a varios confidentes policiales que fueron juzgados por los propios socialistas revolucionarios (Gapon, Tatarov, Azev, etc.). Una cuestión que ha sido transversal a toda la historia del terrorismo y sus organizaciones.
            No puedo finalizar este pequeño comentario sin hablar del autor del texto, Boris Sávinkov. Socialista revolucionario de primera hora, dirigente de la Organización de Combate, con el paso del tiempo Sávinkov fue cambiando de ideas hasta convertirse durante el proceso de 1917 en un adversario de la revolución. Sávinkov participó de la organización del golpe de Estado de Kornilov en agosto de 1917 y facilitó las armas a Fanny Kaplan para el atentado contra Lenin en 1918, como se ha reseñado más arriba. Tras sus escarceos en el exilio con rusos blancos y su simpatía por el fascismo, volvió a Rusia donde es juzgado y condenado a muerte, aunque se le conmuta la pena a 10 años de prisión para morir en extrañas circunstancias en mayo de 1925.
            Hay que decir que Sávinkov no solo escribió estas memorias de sus actividades entre 1905 y 1909. A ellas hay que unir su novela autobiográfica El caballo amarillo (Конь бледный) y alguna obra más. Recientemente se ha publicado un cómic de su vida con el título Muerte al Zar, basado en Memorias de un terrorista
            Un testimonio muy interesante el de Sávinkov para desgranar otra parte de la revolución rusa.

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