lunes, 25 de noviembre de 2013

Una pequeña reflexión sobre la huelga en la historia de España

Cuando la pasada semana Mariano Rajoy anunció que se establecería una nueva ley de servicios mínimos, el periódico Diagonal redactó un artículo sobre esta propuesta y me encargó hacer un pequeño recorrido por ese derecho de huelga en España.
Aquí reproduzco esa pequeña reflexión sobre la huelga en España

En la actualidad el derecho de huelga en España está amparado por tres vías. La constitución en su artículo 28, el Estatuto de los Trabajadores en su artículo 4 y un Real Decreto firmado en marzo de 1977 (cuando aun no existían libertades democráticas formales en España). A pesar de ello el derecho de huelga se ha visto disminuido en España con el paso de los años. No solo por venir de leyes preconstitucionales (como en el caso del Real Decreto) sino por la voluntad tanto de administraciones como de la patronal de ir recortando estos derechos. La eliminación de la terminología “política” de la huelga (con aquiescencia de los sindicatos mayoritarios) es también una herencia del franquismo. También los ajustados plazos para poder convocar una huelga así como los establecimientos de los llamados servicios mínimos (que en otros lugares de Europa son inexistentes) complican el poder desarrollar este derecho.
Tras la huelga de metro de 2010 en Madrid y la de basureros, recientemente, también en la capital del Estado español, han provocado una reacción de patronal y de la derecha política con el objetivo de cercenar aun más el derecho a la huelga.
Aun así la historia de la huelga en España y la conquista de su derecho no fue fácil para nada. El movimiento obrero recurrió a las huelgas para poder conquistar mayores cotas de igualdad. Con un derecho muy estrecho y sucesivas reformas, las autoridades políticas en España siempre consideraron la huelga un problema de orden público. La llamada “cuestión social” nunca fue considerada un problema estructural del sistema político y económico, sino que era tratado como simple algarada. Es por ello que la inmensa mayoría de los conflictos huelguísticos en España terminaba con enfrentamientos directos entre fuerzas de seguridad y ejército y la clase obrera. La patronal no solo reprimía por la fuerza, sino que tendía al pago del rompehuelgas (esquirol) para poder no solo sortear la huelga sino abaratar los costes de trabajo.
A pesar de ello los grandes ciclos huelguísticos en España (1901, 1902, 1908, 1909, 1911, 1913, 1916, 1917, 1918, 1919, etc.) consiguieron avances y mejoras. Todas bajo las llamadas “huelgas científicas”. Por ejemplo la jornada de 8 horas de trabajo tras la huelga de la Canadiense en 1919, impulsada por la CNT. Aun así hay que hacer constar que la utilización de la huelga por parte de socialistas y anarquistas fue distintas. Mientras los socialistas lo utilizaron siempre como último recurso para los libertarios la huelga era una herramienta fundamental con la que presionar para la negociación.
Solo la Segunda República, y con Francisco Largo Caballero en el Ministerio del Trabajo, realizó una serie de leyes que regulaba la utilización de la huelga. Muy del gusto del ministro socialista y líder máximo de la UGT, la huelga se utilizaría como recurso cuando los Jurados Mixtos en su intento de conciliación del conflicto fracasasen. A pesar que se intentó utilizar así, la realidad de la España republicana donde la clase patronal inició una autentica ofensiva contra la clase obrera, la utilización de la huelga general se llevó a cabo bajo los parámetros de la acción directa. A la altura de 1934 incluso la UGT lo empezó a hacer de tal modo lo que dio primacía en el movimiento obrero al anarcosindicalismo.
La Guerra Civil puso el foco de la importancia en el movimiento en otro ámbitos. La derrota militar y política de la República y las organizaciones obreras, hizo que el franquismo condenase a estas. La huelga fue un delito perseguido y juzgado por consejo de guerra militar hasta la creación del TOP (Tribunal de Orden Público). Pero hacer huelga fue un delito en España durante el franquismo.
En esa situación se firmaron y desarrollaron los decretos y la legislación firmada relatada al principio. Las actuales declaraciones e intenciones de recortar el derecho de huelga así como las normativas de convivencia ciudadana que quieren imponer solo viene a confirmar las distintas reformas que el Estatuto de los Trabajadores ha tenido, la ruptura total de los convenios colectivos a nivel nacional y el volver a poner la protesta ciudadana y obrera como un problema de orden público y no como un problema estructural del sistema.
 Nada nuevo bajo el sol.

viernes, 22 de noviembre de 2013

OCHENTA AÑOS DEL VOTO FEMENINO EN ESPAÑA

Reproduzco el artículo publicado en la edición digital de Diagonal por los 80 años del voto femenino en España

El 19 de noviembre de 1933, tras un difícil debate parlamentario, las mujeres pudieron ejercer por primera vez el derecho al voto. La proclamación de la República había dado la posibilidad de elegir a las mujeres al Congreso. Con la aprobación del sufragio universal total en España las mujeres podían también elegir y no sólo ser elegidas.

La reivindicación del voto femenino a nivel internacional ha tenido una profunda tradición dentro de los movimientos sociales y también generó grandes debates, no todos en la misma dirección. Aunque el primer lugar del mundo donde se aprueba el voto femenino es el Estado norteamericano de Nueva Jersey, se trató de un error de forma, ya que la ley del voto hablaba de “personas” y no de hombres y mujeres. En 1807 corrigieron la ley y las mujeres volvieron a quedarse sin posibilidad de participar a través del voto. Aun así, las posibilidades que abría la Revolución francesa para las mujeres pusieron en los años sucesivos su participación en el centro de muchos debates. Las ideas que transmitieron figuras como Olimpia de Gouges, Mary Wollstoncraft o Harried Taylor fueron la base fundamental para las reivindicaciones posteriores.
Del mismo modo, en Estado Unidos las mujeres se vinculan a movimientos abolicionistas para poder reivindicar sus propios derechos. Con el final de la Guerra de Secesión de 1865 y la abolición por parte de Lincoln de la esclavitud de los negros (que no de la conquista de sus derechos civiles), las mujeres van adoptando sus propias estructuras. Precedentes como la Declaración de Seneca Falls dan inicio a la lucha por el derecho al voto. La figura de Emilienne Pankhurst es fundamental para entender este periodo.
Todos estos movimientos y trasmisión de ideas fueron dando los primeros resultados. En 1838 se aprueba el voto femenino en la Islas Pitcairn. Australia del Sur lo aprueba en 1861. En EE UU, el primer Estado que aprueba el voto es el de Wyoming, pero sin conceder tal derecho a los hombres y mujeres negros. En 1893, Nueva Zelanda se hace con el sufragio universal igual para hombres y mujeres. El primer país europeo en aprobarlo es Finlandia y no llegará hasta 1907.

Una raíz reivindicativa en España

Lejos de la imagen estereotipada que de España se ha tenido al respecto, la lucha de las mujeres fue muy importante en la segunda mitad del siglo XIX y durante el primer tercio del siglo XX. Junto a figuras míticas como Agustina de Aragón o a mujeres pioneras en la lucha como Mariana Pineda, la lucha por la inclusión de las mujeres en la participación política forma parte del desarrollo del movimiento obrero. El primer congreso de la Federación Regional Española, siguiendo la estela bakuninista, reivindicaba la igualdad de derechos laborales para hombres y mujeres.
Aunque el debate del voto se comenzó a desarrollar en algunos círculos republicanos y socialistas, toman relevancia dentro del movimiento obrero de carácter libertario, que sitúa cuestiones como la mejora de las condiciones laborales y de vida o protestas por la carestía de productos de primera necesidad en el centro de las reivindicaciones. Es el momento de emergencia de figuras como las de Teresa Claramunt o Teresa Mañé. Cuestiones como la liberación de la esclavitud social, la explotación o el amor libre comienzan a proliferar en los medios obreros, así como la reivindicación de la educación para las mujeres y el control de la natalidad. Los trabajos asistencialistas de Concepción Arenal o las reivindicaciones académicas de mujeres como Emilia Pardo Bazán fueron fundamentales en aquellos momentos.
Para ver de forma evidente el debate del voto femenino habría que esperar a la década de 1910-1920 en España. A través de algunas asociaciones y de integrantes de movimientos republicanos y obreros se comienza a reivindicar dicho derecho. En el caso del socialismo, proveniente de la influencia que personalidades internacionales como Clara Zetkin o August Bebel, va tomando forma a través de figuras como María Cambrils, Margarita Nelken, Julia Álvarez Resano o María Lejárraga. En el campo republicano comienzan a tomar importancia los nombres de Clara Campoamor o Victoria Kent. Obras como “El feminismo socialista” de María Cambrils marcan ya la tendencia que se desarrollará durante la Segunda República.

El voto en la República

La proclamación de la República en 1931 llevó al Congreso, por primera vez elegidas democráticamente, a tres mujeres. Victoria Kent por el Partido Republicano Radical-Socialista, Clara Campoamor por el Partido Radical y Margarita Nelken por el Partido Socialista. Una vez compuesta la cámara comenzó el debate sobre el voto feminino, donde sólo participaron Campoamor y Kent, ya que Margarita Nelken estaba tramitando su nacionalidad y no pudo tomar posesión del escaño hasta después del mismo. Si bien Campoamor defendió el voto femenino con vehemencia, por encima de las directrices de su propio partido (Lerroux y los suyos eran contrarios a conceder el derecho al voto a las mujeres), Victoria Kent era reacia a él por considerar que las mujeres votarían a candidaturas conservadoras, dada la influencia que la Iglesia tenía sobre ellas. A pesar de todos los debates, o de las palabras de Indalecio Prieto considerando que el voto femenino era una puñalada trapera a la República, la mayoría del Congreso lo aprobó. Las mujeres fueron adquiriendo cargos de responsabilidad y Victoria Kent fue aupada a la Dirección General de Prisiones.
El movimiento anarquista, donde había amplia participación femenina (Federica Montseny, Libertad Ródenas, Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada, Soledad Estorach, Suceso Portales, etc.) se mantuvo al margen del debate sobre el voto femenino por no considerarlo fundamental para la lucha de la emancipación de las mujeres.
El 19 de noviembre de 1933 las mujeres ejercían por primera vez en España el derecho al voto. Los resultados electorales fueron beneficiosos para la derecha, que se aupó con la victoria, algo que podía dar la razón a los temores de Victoria Kent. Sin embargo, el análisis posterior del voto femenino en aquellas elecciones lo desmentirá. En esas elecciones salen elegidas seis mujeres como diputadas. Tres por la izquierda: Margarita Nelken, Matilde de la Torre y María Lejárraga. Y tres por la derecha: Francisca Bohigas, María Urraca Pastor y Pilar Careaga. La primera diputada comunista fue Dolores Ibarruri, elegida por Asturias en febrero de 1936. Y la primera mujer ministra fue Federica Montseny, ya durante la Guerra Civil, en el gobierno de Francisco Largo Caballero, ocupando la cartera de Sanidad y Asuntos Sociales. La participación de las mujeres en el mundo social y político fue frenada por el franquismo, con una visión de las mujeres impuesta desde la Iglesia católica o el falangismo femenino de Pilar Primo de Rivera.

martes, 19 de noviembre de 2013

Poema a Buenaventura Durruti

Este poema fue el que la fundadora de Mujeres Libres, Lucía Sánchez Saornil, le dedicó al anarquista Buenaventura Durruti cuando este fue asesinado en Madrid en noviembre de 1936. Durruti acudió desde Aragón a la defensa de la capital de la República y fue asesinado en los combates en la Ciudad Universitaria. Varias versiones jalonan la muerte de Durruti, algunas con más fuste que otras. En algún momento escribiremos al respecto de ellas. Hoy le recordamos con este bonito poema.

¿Qué bala te cortó el paso
-¡Maldición de aquella hora!-
atardecer de noviembre
camino de la victoria?

Las sierras del Guadarrama
cortan la luz y sombra
un horizonte mojado
de agua turbia y sangre heroica.
Y a tus espaldas Madrid,
con el ojo atento a tu bota,
mordido por los incendios,
con jadeos de leona,
tus pasos iba midiendo
prietos el puño y la boca.

¡Atardecer de noviembre,
borrón negro de la historia!

Buenaventura Durruti,
¿Quién conoció otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre tierra española?

Acaso estabas soñando
las calles de Zaragoza
y el agua espesa del Ebro
caminos de laurel rosa
cuando el grito de Madrid
cortó tu sueño en mal hora...

Gigante de las montañas
donde tallabas tu gloria,
hasta Castilla desnuda
bajaste como una tromba
para raer de las tierras
pardas la negra carroña,
y detrás de ti, en alud,
tu gente, como tu sombra.

Hasta los cielos de Iberia
te dispararon las bocas.
El aire agito tu nombre
entre banderas de gloria
-canto sonoro de guerra
y dura función de forja-

Y una tarde de noviembre
mojada de sangre heroica,
en cenizas de crepúsculo
caía tu vida rota.

Sólo hablaste estas palabras
al filo ya de tu hora:
Unidad y firmeza, amigos;
¡para vencer hais de sobra!

Durruti, hermano Durruti,
jamás se vió otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre la tierra española.

Rostros curtidos del cierzo
quiebran su durez de roca;
como tallos quebradizos
hasta la tierra se doblan
hercules del mismo acero
¡Hombres de hierro, sollozan!

Fúnebres tambores baten
apisonando la fosa.

¡Durruti es muerto, soldados,
que nadie mengüe su obra!

Sen buscan manos tendidas,
los odios se desmoronan,
y en las trincheras profundas
cuajan realidades hondas
porque a la faz de la muerte
los imposibles se agotan.

-Aquí está mi diestra, hermano,
calma tu sed en mi boca,
mezcla tu sangre a la mía
y tu aliento a mi voz ronca.
Parte conmigo tu pan
y tus lágrimas si lloras.
Durruti bajo la tierra
en esto espera su honra.

Rugen los pechos hermanos.
Las armas al aire chocan.
Sobre las rudas cabezas
sólo una enseña tremola.

Durruti es muerto. ¡Malhaya
aquel que mengüe su obra!

Lucía Sánchez Saornil

viernes, 15 de noviembre de 2013

Entrevista de Cazarabet por "Abriendo brecha. Los inicios de la lucha de la mujeres por su emancipación. El ejemplo de Soledad Gustavo"

Reproducimos íntegra la entrevista que la revista Cazarabet ha realizado a Julián Vadillo y a Sergio Higuera, autor y editor respectivamente, del libro Abriendo brecha. Los inicios de la lucha de las mujeres por su emancipación. El ejemplo de Soledad Gustavo

Volapük Ediciones es otra de esas editoriales tan pequeñas como entrañables que nos trae libros más que interesantes desde plumas, muy a menudo desconocidas, pero de una calidad más que desconcertante….Volapük es, a la vez, una lengua universal, la que precedió a la más conocida “esperanto”….y que fue “acuñada” por el guadalajareño Fernández Iparraguirre que llegó, incluso, a publicar su gramática, invirtiendo horas y horas como propagador de sus valores. Hoy Volapük es una editorial, como decíamos, que crece con la motivación de rescatar contenidos y autores de más que indudable interés, aunque, muchas veces, tristemente ignorados porque son incómodos. Y desde estas páginas se nos acerca a ABRIENDO BRECHA.LOS INICIOS DE LA LUCHA DE LAS MUJERES POR SU EMANCIPACIÓN.EL EJEMPLO DE SOLEDAD GUSTAVO. Lo hace con la pluma de Julián Vadillo , un historiador especializado en el obrerismo libertario y con el prólogo, muy recomendable, de otra historiadora Laura Vicente que también acaba de sacar a la luz, desde otra editorial en este caso La Catarata, HISTORIA DEL ANARQUISMO EN ESPAÑA y que, también, les recomendamos …..Pero en el caso que nos atañe Laura Vicente se aplica un prólogo muy, muy atractivo y que vale la pena leerlo y que nos acerca al autor, pero también al mundo de aquellas primeras mujeres que pusieron los primeros cimientos hacia la lucha por la igualdad y la dignidad….Después, el libro en sí, ¿qué deciros?, vale mucho la pena porque la pluma de Julián Vadillo es buena y se explica muy bien. Hay calidad y claridad y eso se agradece. Julián lo enriquece con una especie de “ternura encubierta” y eso se nota palabra a palabra…..si la persona que lee el libro es mujer, lo agradecerá y se dignificará en la lucha diaria que todavía nos toca llevar a cabo todos los días ; y si es hombre le abrirá los ojos ante el potencial que hay en una mujer…quizás en la que le está sirviendo un excelente café con leche, para relajarse, en una cafetería entre tanto barullo y lo hace con una sonrisa , además de con una dignidad más que ganada a pulso.

Cazarabet conversa con Julián Vadillo:

-¿Qué precio tuvo que pagar la mujer para adentrarse dentro del espacio público, político y social?

-Todas las sociedades habían postergado a las clases bajas. Y la sociedad industrial hizo esas diferencias mucho mayores. Pero dentro incluso de cada clase social las mujeres tuvieron un papel de inferioridad. En el interior de la clase obrera las diferencias eran múltiples.

Las mujeres tuvieron que romper muchos moldes para poder acceder a los espacios públicos y a la vida social y política. Tuvieron que nadar a contracorriente en un entorno que le era hostil. Contaron con la incomprensión de muchos y el rechazo tácito de otros. Pero eran conscientes de que tenían que romper moldes. Esos rechazos fueron superados por ellas mismas. Crearon sus organismos, pusieron sus luchas en primera línea, contaron con las organizaciones de clase a las que se integraron, fundaron sus propios sindicatos y sus organizaciones. Todo en un entorno hostil en muchos aspectos, lo que hace de su lucha algo realmente trascendental.

-Julián, en tu primer capítulo hablas de la conciencia y de la organización de la mujer…con la herencia de la Revolución Francesa y hasta el siglo XIX. Pero, aquí en España, en que el tiempo siempre parece que haya ido más lentamente, ¿cómo lo analizarías?

-España tiene una doble salvedad que le diferencia de otros países europeos. Lo primero que su revolución liberal fue inconclusa. Eso generó una situación de anormalidad respecto a otros países europeos. Las deficiencias generadas por un proceso revolucionario que no finalizó como en otros países (léase Francia, Inglaterra o Alemania) le llevó a tener una evolución distinta en muchas cuestiones. Un segundo aspecto es el poder que siempre atesoró en España la Iglesia católica que siempre tuvo una visión de la mujer sesgada, de inferioridad respecto al varón y condenándola al ostracismo.

Pero aun así hubo muchos paralelismo entre España y el resto de los países europeos. Incluso diferencias que hacen de España un referente para el resto de Europa. La evolución del movimiento obrero español fue fundamental en este sentido. España tuvo una estructura de su obrerismo similar a otros países o incluso más poderosa. La influencia que el anarquismo tuvo en España no tiene parangón en otros países europeos. Incluso alguna de las conquistas más importantes para las mujeres se produjeron en España antes que en otros países. Por ejemplo el propio voto femenino fue conquistado en España con la Segunda República en 1931, mientras que en países como Francia no se conquistó hasta 1944. El problema fue que la Guerra Civil y el franquismo truncaron esa evolución

¿Cuándo la mujer toma conciencia y cuándo se plantea la organización, de una forma estructurada y seria?

-La toma de conciencia de las mujeres se produce con la llegada a España de las corrientes del socialismo y de liberalismo más radical, si bien hubo ejemplos anteriores pero aislados. Destacaríamos en este punto la pionera figura de Margarita Pérez de Celis y sus artículos en el periódico El pensil de Iberia.

A nivel organizativo en las asociaciones combativas habría que esperar a la llegada y estructuración del movimiento obrero. Ya el congreso de la de la Federación Regional Española en 1870 se abordó el tema de la explotación de la mujer. Luego incluso se llegaron a impulsar sindicatos propios como la Agrupación de Trabajadoras de Barcelona de 1891 impulsada por Teresa Claramunt. Con el siglo XX la vinculación de la mujer al movimiento obrero socialista y anarquista se extiende. Otras mujeres optaron por modelos organizativos distintos a los obreros para reivindicar mejoras del tipo de inclusión de la mujer en el ámbito académico o la petición del voto femenino.

Ambas vertientes fueron fundamentales cuando se proclamó la Segunda República en 1931.

-¿Qué papel tiene, a tu parecer, la mujer en el movimiento anarquista y libertario?

-La mujer en el movimiento anarquista tiene un papel fundamental. Como decía anteriormente ya desde los orígenes de la Primera Internacional se consideró que la situación de la mujer era lamentable y que el movimiento obrero tenía que abordar este tema con prioridad haciendo a la mujer partícipe de su lucha. Esto es así porque la mayoría del movimiento obrero español se inclinó por las tesis de Bakunin que tenía muy claro las reivindicaciones de la mujer. Además las mujeres en España ya tenían reflejo de otras mujeres en otros ámbitos europeos.

Pero a medida que avanzaba el movimiento obrero vemos la importancia de esas mujeres en el anarquismo. Los nombres de Teresa Claramunt, Soledad Gustavo, Belén Sárraga, Libertad Ródenas, Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada, Federica Montseny, Amparo Poch Gascón, etc., se convierten en referencias para la lucha obrera y anarquista. Pero no contentas con ello también organizaron sus propias estructuras. Desde sindicatos como los que impulsó Teresa Claramunt hasta Mujeres Libres ya en la Segunda República, pasando por una pléyade de acontecimientos donde la mujer, muchas de ellas anarquistas, tuvieron una participación fundamental (huelga de La Constacia de 1913, Huelga de Mujeres de Barcelona de 1918, etc.)

El movimiento libertario español no se puede entender sin la participación de la mujer.

-Julián, ¿qué papel tiene Teresa Mañé o Soledad Gustavo en el devenir de la mujer en aquellos tiempos?; ¿Y qué huella han ido dejando entre nosotros?

-Teresa Mañé (o Soledad Gustavo) es una de las pioneras de lo que hoy entenderíamos como feminismo. Lo primero por su propia vida. Una mujer que rompe los moldes de la sociedad del momento. Maestra, librepensadora, se vincula a movimientos revolucionarios desde muy temprano. Y ejerce su profesión de maestra en escuelas laicas, que en aquellos momentos eran rompedoras respecto a una escuela oficial muy destartalada y una educación en manos de la Iglesia. Sus escritos también marcan esa tendencia. Incluso en su unión matrimonial con Juan Montseny (Federico Urales) escriben un texto que se titula Dos cartas donde no solo es una declaración mutua de amor en la pareja (textos que regalaron a los invitados a su boda) sino una manera distinta de entender la relación entre hombre-mujer. Algo que era revolucionario en la época.

Sobre que huella a dejado Teresa Mañé, habría que decir que mucha. Pero nunca reconocida. Muchas de las propuestas que ella planteaba en sus textos en aquella época hoy son aceptadas de forma común. Pero otras muchas cuestiones no. Aun todavía se vive en un entorno patriarcal. Por eso muchos textos y acciones de Teresa Mañé aun hoy son vigentes de conquistar. Parafraseando a mi amigo e historiador Juan Pablo Calero cuando le hizo una biografía a otra mujer, la maestra en Atienza Isabel Muñoz Carvaca, este tipo de mujeres son de un siglo que aun no ha llegado.

Háblanos un poco de la Revista blanca y de su importancia entre toda la población ,pero sobretodo entre la mujer.

-La Revista Blanca es uno de los proyectos editoriales y de prensa más importantes que ha tenido este país. Una revista impulsada por anarquistas y donde escribieron las plumas más importantes del momento. No solo anarquistas rellenaron sus páginas. También intelectuales de la talla de Miguel de Unamuno, Manuel Bartolomé Cossío y un largo etcétera. Y Teresa Mañé es una persona fundamental para este proyecto. Más incluso que el propio Juan Montseny.

Aunque hay que tener en cuenta que La Revista Blanca tuvo dos épocas. La primera entre 1898 y 1905 y la segunda entre 1924 y 1936. Guardaron muchas similitudes pero también diferencias entre una etapa y otra. La importancia es que fue el medio donde las plumas más reputadas del anarquismo internacional tuvieron cabida.

A nivel de mujeres muchos de los artículos que se escribieron en La Revista Blanca hicieron un defensa tácita de la lucha de la mujer. En sus páginas escribieron militantes anarquistas (y no anarquistas) que lucharon por esos derechos. Junto a La Revista Blanca hubo proyectos como los de Generación Consciente, Estudios o, incluso, La Pentalfa, donde se habló abiertamente del neomalthusianismo (cosa que el anarquismo vino hablando desde inicios del siglo XX), el control de la natalidad y los medios anticonceptivos, etc. Todos estos proyectos fueron fundamentales para estas cuestiones pioneras en la historia de España.

Para acercarse un poco más a la historia de La Revista Blanca recomiendo los textos de Javier Valle-Inclán o los de Antonio Prado.

- Teresa Mañé o Soledad Gustavo ¿fueron la punta de lanza de parte del feminismo que se derivó en el siglo XX, entre la mujer que “se formó” en este pasado siglo?

- Lo primero que habría que aclarar es que Soledad Gustavo, como tal, no se declaraba feminista. Para los anarquistas el feminismo era considerado un movimiento de carácter burgués que volcaba sus esfuerzos en asuntos como la petición del voto y similares.

Pero haciendo un ejercicio anacrónico se puede afirmar que Soledad Gustavo era feminista por lo temas que abordaba. Y es evidente la influencia que sus ideas tuvieron en la formación del feminismo posterior. Sería difícil delimitar si fue ella particularmente quien las influyó, teniendo en cuenta que Soledad Gustavo fue casi desconocida para generaciones posteriores a la Guerra Civil española. Pero las ideas que trasmitió, que era la de otras muchas, si que tuvieron una impronta fundamental para tal desarrollo. Los conceptos de la participación de la mujer en el mundo del trabajo, el concepto de amor libre como base de relación de la pareja, etc., son ideas que Soledad Gustavo trasmitió de forma precisa y que fueron ideas-fuerza de las posteriores oleadas de feminismos.

- Háblanos de la influencia de Mañé-Gustavo en la etapa trascendental de La II República y la Guerra Civil

- La influencia de Soledad Gustavo durante la Segunda República y la Guerra Civil fue muy discreta. El núcleo fuerte de su contribución se concentró entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.

Aun así Soledad Gustavo participó activamente escribiendo en La Revista Blanca durante la Segunda República y en los proyectos editoriales de “La Novela ideal”, lo que tampoco fue poco. La Guerra Civil sorprendió a una Soledad Gustavo ya avejentada y enferma con lo cual su participación fue escasa por no decir nula.

Lo que si que se mantuvo fueron esas ideas que había trasmitido con anterioridad y que sirvieron para generar los ricos debates que el anarquismo planteó en aquellos momento sobre la conveniencia o no de ir a una organización específica de la mujer así como los temas para la liberación de la mujer que se habían planteado en el pasado.

- Con el Paso del tiempo, después de la dictadura ¿qué quedó de aquella semilla que plantó la Mañé?

- El gran triunfo de la dictadura franquista no fue solo ganar en el campo de batalla la Guerra. Ni siquiera la terrible e inquisitorial represión a la que sometió a los vencidos. Su gran triunfo fue la victoria psicológica, el manto de olvido que estableció a través de una política del miedo sistematizada. Esa es la razón por la que este tipo de personajes hoy son completamente desconocidos. El franquismo los condenó al ostracismo, a ellos y sus ideas. Y no solo hizo eso, sino que enfangó esas ideas para hacerlas olvidar por disolventes.

Pero como se dice las semillas son poderosas y siempre hacen aflorar algo. Aunque el olvido haya desfigurado sus aportaciones siempre dejan rastros. Y ahí entra la importancia del historiador. El poder rescatar estas figuras en su justa medida. Ni denostándolas (como hacen muchos) ni elevándolas a los altares. Ambas opciones deforman las ideas. Pero el historiador, si de verdad lo es, tiene que ser un agente comprometido con su tiempo. A pesar de los trabajos de la dictadura y de la complicidad actual para mantener el olvido, se está pudiendo sacar adelante muchos trabajos. Con éste hemos pretendido algo así.

Haznos, mejor dicho, acércanos a los escritos, a la herencia del pensamiento escrito, que nos ha dejado Soledad Gustavo

- La obra de Soledad Gustavo no es muy amplia y se concentra en un periodo muy concreto. Entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX se produce la gran contribución literaria de Soledad Gustavo. Varias son las obras que se pueden destacar de ella. Desde la Despreocupación de los despreocupados hasta El sindicalismo y la anarquía, pasando por otros textos como Política y sociología, La sociedad futura, El amor libre o A las proletarias. Son obras normalmente cortas pero cargadas de contenido ideológico. En Política y sociología, por ejemplo, hace una interesante disertación como la política ocupó una parte importante de la historia pero en el momento que escribe el texto considera superada, siendo la sociología quien la ha sustituido. En El sindicalismo y la anarquía, Soledad Gustavo se preocupa de hacer una crítica al sindicalismo, pero siempre que este se convierta en un fin y no se mantenga como un medio.

Pero quizá, la gran aportación de Soledad Gustavo sea La sociedad futura, publicada en 1899 y donde hace un análisis de la sociedad desde una perspectiva libertaria, así como sus grandes aportaciones a la emancipación de la mujer en En amor libre y A las proletarias.

Junto a todo esto hay que destacar sus artículos y conferencias, que fueron múltiples y sirvieron de base para su pensamiento.

Y es evidente que todo este corpus tuvo un herencia fundamental en el movimiento anarquista posterior. Los debates sobre sindicalismo, sobre política, sobre anarquismo o sobre amor libre siguieron presente en el movimiento libertario. Y Soledad Gustavo contribuyó como nadie a ello.

- Por último Julián, debe marcar, a mi modo de parecer el tener una madre como Teresa Mañé…..el hecho es que tuvo una hija que también marcó un antes y un después, Federica Montseny….qué características de esta última ves o crees vislumbrar heredó de Teresa Mañé?

- Es evidente que la figura de Federica Montseny es fundamental en la historia de España por muchas cuestiones. La transcendencia que tuvo así como los distintos avatares por los que atravesó la hace una de las mujeres más importantes del siglo XX español. A pesar de que siempre se destaca el hecho de haber sido la primera mujer ministra en España (Ministerio que gestionó de forma muy óptima), Federica también fue fundamental para el desarrollo de la CNT durante la República, la Guerra Civil y el exilio.

- Y en palabras de la propia Federica la influencia de su madre fue fundamental para ella. En su obra autobiográfica Mis primero cuarenta años así lo trasmite. Su madre, que estuvo con ella gran parte de su vida, fue un reflejo. La pasión por la lectura y por la escritura la heredó de Soledad Gustavo. Sin ir más lejos Soledad Gustavo al nacer Federica Montseny dedica gran parte de su vida a su crianza, por lo que la trabazón con la madre en aquellos primero años fue evidente.

- Sin embargo, en muchos aspectos, la obra de Soledad Gustavo, aunque corta, es mucho más avanzada que la de la propia Federica Montseny. Una cuestión, en todo caso, menor que no ensombrece a estos dos grandes mujeres de la historia contemporánea de España.


Cazarabet conversa con Sergio Higuera, el editor y alma de Volapük editorial:

- Sergio, ¿cómo es que te lanzas a fundar y trabajar en una editorial pequeña como Volapük?.

-Supuso seguir la inercia de trabajo militante que venía desarrollando en la Fundación de estudios libertarios Anselmo Lorenzo, en el área de publicaciones, precisamente. Y cuajar un proyecto de editorial que desde joven me había tentado.

- Por cierto, ¿por qué Volapük?, ¿qué significa Volapük?

-Volapük es una lengua universal, de finales del siglo XIX, inmediata antecesora del esperanto, que obtuvo una llamativa aceptación en Guadalajara, con Fernández Iparraguirre como propagador de la misma que llegó a publicar la gramática de esta lengua. Se fundó, incluso, el centro volapükista-español en la ciudad, como parte del Ateneo Caracense, que editaba regularmente su propia revista.

Buscamos para denominar a la editorial un término que hiciese alusión o tuviese relación con Guadalajara, aunque no de modo explícito, y la combinación con los valores fraternales del volapük nos convencieron del todo. En nuestro logotipo aparece el satélite, la Luna, espacio sin conquistar, espacio sin fronteras como las que nos ponemos los humanos, las que quería superar el Volapük.

¿Con qué medios partes para hacerlo porque no debe ser nada fácil?

-Sobre todo con muchas ganas, ilusión y dedicación, y detrayendo algunos ingresos personales para las primeras ediciones. Con lo que vayan generando éstas nos tiene que servir para editar nuevos libros.

- ¿Cuál es el equipo humano de Volapük ?

-Es un proyecto personal aunque cuenta con el apoyo de varias personas como José en maquetación, Juan y Rober con los textos, y la incomustible ayuda de Luis Verde en diversas facetas.

- ¿Desde qué filosofía surge Volapük ?. O sea: ¿cuál es vuestra idiosincrasia, vuestra razón de ser?

-Surgimos con la intención de poner en valor temáticas y contenidos desatendidos por los medios oficiales y comerciales al uso. Apoyar, también, autores noveles con cosas que aportar. Por ello, el mundo libertario, desde sus distintos enfoques, puede tener protagonismo en nuestras ediciones.

- ¿Bajo qué ilusiones salisteis a la calle? ¿Con qué perspectivas?

-Esperando que nuestras obras despierten interés en la gente, sirvan de apoyo a sus análisis críticos de la realidad, les hagan reflexionar, aporten a su formación personal, cultiven sus inquietudes…

De momento, con la perspectiva de ir consolidando el proyecto y asegurando su continuidad y autonomía.

- Volapük se miró en alguna otra editorial a la hora de recoger este testigo.

-No es que nos hayamos mirado en alguna editorial concreta para dar estos pasos, pero sí nos causan respeto por su trayectoria, trabajo y joyas editadas: Virus, Pepitas de Calabaza, etc. Y, por supuesto, como se ha señalado antes nuestra actividad militante en la FAL fue determinante para comenzar el proyecto, por la experiencia recogida.

- Cuéntanos, ¿cómo ha sido (desde vuestra fundación) vuestro camino como editores y cómo está siendo, en estos tiempos en que esto del libro y el oficio de ser editor está siendo “harto difícil”?

-Apenas llevamos un año en marcha y, por el momento, son más las cuestiones satisfactorias: la aceptación que van conociendo los libros editados, los sitios desde nos solicitan presentaciones, los trabajos que nos ofrecen para editar, etc. Si bien es cierto que nuestra pretensión, de momento, es modesta y sabemos que es complicado vivir de esto. Habría que insuflar otro ritmo al proyecto.

¿Qué temáticas quiere y/o acaricia Volapük?

-Las temáticas donde vamos a estar más cómodos y seremos más recurrentes pueden ser el análisis y la crítica social, la cultura libertaria, enfoques de historia local no tratados,…pero sin desdeñar otros temas que puedan aparecer y resultarnos de interés.

- Desde el compromiso, ¿se puede hacer, Sergio, buena literatura?

-Por supuesto. Estar comprometido socialmente no tiene que suponer desarrollar una literatura “panfletaria”. Es la tacha fácil desde la oficialidad. Es una virtud de autores que ejecutan buena literatura dejando sutilmente el mensaje que pretenden. Pongo algunos ejemplos de escritores, amigos de Volapük, en relación a lo que digo: Jesús Lizano, César Galiano Royo, Josean Aparicio Tercero…

- ¿Qué tirada tenéis, más o menos, por cada título?

-Por el momento, las tiradas son modestas de inicio y luego vamos ampliando según la aceptación de la obra en cuestión. Empezamos con 500 ejemplares.

- Ya sabemos cómo los peces grandes se van comiendo a los chicos y en esto del mercado editorial y de los medios de comunicación, con los grandes grupos y demás, es bestial… En este punto el tratamiento de la prensa cobra una importancia más que sustanciosa y trascendental .Dime, Sergio , ¿cómo os trata la prensa?

-En lo que respecta a los medios locales el tratamiento y la atención ha sido aceptable. Así sucede también con los medios libertarios y/o contrainformativos donde han ido reseñando los libros. Por último, en lo referente a la prensa generalista o comercial, no ha existido atención alguna. Con el “Abriendo brecha” sí que van a publicar recensiones algunas revistas científicas de historia.

- ¿Cómo escogéis lo que vais editando? ; ¿Cómo os planteáis el tratamiento del material? ; ¿Cómo te vas acercando a las obras que vas publicando?; ¿Cómo los vas descubriendo (cómo haces la selección)?; ¿Qué es lo que te motiva de ellos?

-En este caso hay dos líneas de acercamiento a las obras que podemos editar. Por un lado, hemos solicitado a autores que nos interesan si querían editar con nosotros alguno de sus trabajos, ofreciéndoles así nuestro proyecto para ello. Y, de otra parte, vamos recibiendo material escrito de muchos autores que lo ponen a disposición de Volapük para su publicación. Van llegando escritos y estudios realmente válidos.

Se hace una primera y atenta lectura del material recibido que es clave en la valoración de ajuste a nuestros parámetros editoriales. Si es así, comenzamos a entrevistarnos con el autor, seleccionar textos o imágenes, correcciones, etc.

La motivación suele venir por la preferencia en la temática tratada, por la virtud literaria, por un tratamiento riguroso del estudio, etc.

¿Qué te motivó, en el caso que nos ocupa hoy a publicar Abriendo brecha. Los inicios de la lucha de las mujeres por su emancipación. El ejemplo de Soledad Gustavo? ¿Cómo ha sido trabajar con Julián Vadillo Muñoz?

-En el libro de Julián Vadillo, última publicación de Volapük, me motivó el objeto último de estudio que es la desatendida figura de Soledad Gustavo, a la que precede un trabajo divulgativo de contextualización histórica y análisis de las pioneras del feminismo obrerista. No pierde ni un ápice en el rigor histórico pero sí resulta más cómodo al lector menos habituado a los trabajos científicos de investigación histórica.

Aunque sabía que iba a ser así, ya que nos conocemos y hemos compartido proyectos de otra índole desde casi la adolescencia, ha sido fácil y un placer trabajar con Julián Vadillo. Su implicación, seriedad y generosidad con la obra está siendo admirable, y es de agradecer.

- ¿A quién va destinado, querido editor, el título del libro, bueno el libo como tal?

 -El libro va destinado a todo tipo de público, ya que como decía, tiene un pretendido carácter divulgativo y de acercamiento a conocer los inicios de las luchas de género y los matices que éstas iban tomando. Por otro lado, tampoco defraudará al estudioso ya que la parte dedicada expresamente a Soledad Gustavo sí que nace de una investigación histórica del autor. Y se completa con escritos, teóricos y de análisis social, de la propia Soledad Gustavo, que pueden interesar a un público más militante.

martes, 5 de noviembre de 2013

LA DIGNIDAD DEL ANARCOSINDICALISMO. SALVADOR SEGUI RUBINAT

Artículo publicado en el último número de periódico CNT en conmemoración de los 90 años del asesinato de Salvador Seguí.

El 10 de marzo de 1923, en la calle de la Cadena de Barcelona, era asesinado Salvador Seguí, conocido como el Noi del Sucre. Era entonces una de las figuras más representativas del anarcosindicalismo español. Caía víctima de las pistolas de la patronal y de sus aliados del Sindicato Libre. La ofensiva patronal contra el creciente poder del movimiento obrero llevó a la muerte a muchos de sus integrantes. Junto a Seguí era asesinado también su compañero y amigo Francisco Comás “Perones”.
¿Pero que significaba la muerte de Seguí? ¿A quién habían asesinado los sicarios de la patronal?
Salvador Seguí Rubinat nació el 23 de diciembre de 1886 en Tournabous, un pueblo de la provincia de Lérida. Nació en el seno de una familia humilde lo que le obligó desde muy temprano a trabajar para poder manterse. Adquirió el oficio de pintor. Desde muy temprano se vincula a las sociedades obreras de Cataluña y llega al anarquismo a través de las lecturas que realiza de Kropotkin, Reclus, Bakunin, etc. Por aquellos primeros años del siglo XX se comenzaba a desarrollar la obra pedagógica de Francisco Ferrer Guardia al que Salvador Seguí admiraba profundamente.
Eran momentos complicados para el anarquismo que llevaba bastante tiempo buscando a ciegas el camino de una organización que aglutinase a las sociedades obreras diseminadas por España. Primero con Solidaridad Obrera en Cataluña y a partir de 1910 con la CNT en todo el estado, el movimiento libertario comienza a ganar influencia y se convierte en el movimiento obrero mayoritario. Salvador Seguí participó en la fundación de Solidaridad Obrera siendo delegado por la sociedad de pintores en el congreso de 1908.
Los días 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre de 1910 en el Palacio de Bellas Artes de Barcelona los trabajadores deciden poner en marcha una organización sindical que aglutina a las sociedades obreras que no están dentro de la UGT. Inspirada por el sindicalismo revolucionario de la Carta de Amiens y con la memoria reciente de lo sucedido en la Semana Trágica de 1909, la CNT pronto tomó importancia entre la clase obrera. Tal es así que tan solo un año después es puesta fuera de la ley por las autoridades. Parece ser que Salvador Seguí no asistió al congreso inaugural de la CNT, aunque en 1911 participa de la huelga general convocada por la organización sindical y acude a Marsella como delegado de la misma.
En el tiempo que pasa en la clandestinidad militantes como Salvador Seguí fueron forjándose en influencia. Toman el relevo de la primera generación de militantes obreros, aquellos que participaron de la introducción de la Internacional en España. Anselmo Lorenzo, Jose Llunas, Jose Prat, Fernando Tarrida de Marmol, etc., fueron dejando paso a los Salvador Seguí, Ángel Pestaña, Mauro Bajatierra, Manuel Buenacasa, etc. En esos momentos Seguí participó en el motín del hambre de 1914 así como en la presidencia del sindicato de la construcción de Barcelona en 1915
Si por algo se distinguió Salvador Seguí fue por el respeto que le profesaban integrantes de otras tendencias políticas. Tuvo buenas vinculaciones con republicanos como el abogado Francesc Layret o Lluis Companys. También fue respetado por los dirigentes sindicales de la otra gran organización, la UGT (Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro, Andrés Saborit, etc.)
Salvador Seguí tenía una idea clara. La única manera de conseguir hacer avanzar a la clase obrera era uniendo la fuerzas de la misma. Por ello desde el I Congreso de la CNT se buscó la unidad sindical con la UGT. Como buen defensor del sindicalismo revolucionario para Salvador Seguí la influencia de los partidos políticos podría ser perniciosa en la lucha obrera. Por eso el sindicalismo no tiene que estar controlado por ninguna organización partidista. Salvador Seguí fue uno de los impulsores de los acercamientos a la central sindical socialista en la Asamblea de Valencia de 1916, que iba a conducir a un pacto entre la CNT y la UGT que desembocó en la huelga general revolucionaria de agosto de 1917, con los ecos de la Revolución rusa de fondo. Formó parte del Comité de Huelga.
Pero la gran aportación de Seguí a la CNT vino en 1918. En el congreso de Sans de la Regional de Cataluña, Seguí fue el máximo defensor de la creación de los sindicatos únicos. Quedando aprobados la CNT se convertía en el sindicato más moderno de Europa por su modelo de organización interna.
Desde muy pronto Salvador Seguí vio con reticencias el desarrollo del movimiento revolucionario en Rusia. Por ello en 1919 no se mostró entusiasta con la adhesión sin fisuras de la CNT a la Internacional Sindical Roja. Por ello valoró la posibilidad de estudiar primero in situ lo que sucedía en Rusia antes de tomar una decisión en firme. En 1920 se desplazó a Andalucía y conoció en primera persona las huelgas que se desarrollaban en Riotinto. Fue un año de enorme actividad política y sindical para Seguí que acabó con su detención en noviembre y su deportación al castillo de La Mola (Mahón) junto con Lluis Companys y Martí Barrera.
Es importante destacar las conferencias que dio en el Ateneo de Madrid un año antes, en octubre de 1919. Allí, junto a Ángel Pestaña, desarrolló la concepción del sindicalismo que defendía. En dichas conferencias dejó claro que las disputas sobre la independencia de Cataluña solo formaban parte de los debates de la burguesía catalana que servía para retroalimentar los deseos de la burguesía española. Para Seguí el problema era único y universal: el sistema de explotación capitalista. Para acabar con dicho sistema Salvador Seguí daba preponderancia a los sindicatos por encima de cualquier cosa. Eran los sindicatos las bases de lucha contra la explotación del capitalismo y las bases de transformación social por encima incluso de las disquisiciones ideológicas. Pero sindicalismo tenía que tener una fisonomía concreta (horizontal, asambleario, apartidista, revolucionario, etc.). Solo así la clase trabajadora podría alcanzar la victoria frente a sus enemigos.
Para esas alturas Salvador Seguí era ya una personalidad reputada dentro del movimiento obrero. Su participación en las negociaciones por la Huelga de la Canadiense de 1919 que llevó a consecución de las ocho horas de trabajo fue fundamental.
A partir de ese momento Salvador Seguí se había convertido en el enemigo público número uno de la patronal. Estos, apoyados por los gobernadores de Barcelona, subvencionaron a los Sindicatos Libres con el objetivo de minar las fuerzas del movimiento obrero. El terrorismo fue una de las grandes preocupaciones de Seguí y Pestaña, ya que comenzaban a minar las fuerzas obreras por la violencia. Fueron cayendo personalidades importantes de las luchas obreras y sindicales en Cataluña. Francesc Layret asesinado el 30 de noviembre de 1920, Evelio Boal (secretario general de la CNT) asesinado el 18 de julio de 1921 o el atentado fallido contra Ángel Pestaña en agosto de 1922. En la trama de los atentados estaban desde gobernadores como Severiano Martínez Anido hasta policías corruptos como Manuel Bravo Portillo, pasando por dirigentes del Sindicato Libre como Ramón Salas, contrabandistas como el falso barón de König (Fritz Stallmann), integrantes de la patronal como Félix Graupera, hasta la aquiescencia de algunos presidentes del gobierno como Eduardo Dato.
La muerte de Seguí significó un duro golpe para la CNT y para el movimiento obrero. El trabajo que Seguí imprimió a la CNT fue una de las razones del éxito del anarcosindicalismo en los años posteriores a nivel de influencia en la clase obrera.
En el 90 aniversario de su asesinato se merece un reconocimiento por parte de la organización por la que él tanto trabajó y luchó y por cuyas ideas fue asesinado.


Julián Vadillo Muñoz

Nota: En la fotografía, de izquierda a derecha: Ángel Pestaña, Salvador Seguí, Simón Piera y Mauro Bajatierra