lunes, 24 de noviembre de 2008

LA CONTROVERTIDA FIGURA DE JUAN GARCÍA OLIVER


El pasado 21 de noviembre se celebró en la librería LaMalatesta de Madrid la presentación de las memorias de Juan García Oliver, El eco de los pasos. Patrocinadas por la Fundación Aurora, contó con la participación de Rafael Cid, por los editores, y de Julián Vadillo, en calidad de miembro de la FAI e historiador, tal como habíamos anunciado en el blog.
La controvertida figura de García Oliver y su obra nos llevó dos horas de exposición y debate. Interesante debate por otra parte, en un momento donde el movimiento libertario esta necesitado de ello. Aquí vamos a tratar un poco acerca de la obra y el autor.
En primer lugar hay que establecer lo acertado de la reedición de la obra, a pesar que, tal como quedó plasmado en la presentación, son unas memorias castradas, ya que el Instituto de Historia Social de Ámsterdam y el Ateneu Enciclopedic Popular cuanta con una copia completa de las memorias, sin los cortes que el editor de Ruedo Ibérico, José Martínez Guerricabeitia, realizó. Importancia de esta obra por dos razones:
Porque significa rescatar la memoria de un personaje importante para la historia del anarquismo.
Porque es hacer accesible el libro, pues los editados por Ruedo Ibérico en 1978 se antojaban imposibles en las compras por la red de redes.

El origen de las memorias de García Oliver se encuentra en el ya citado año 1978, siendo un libro contemporáneo a la obra de Abel Paz Durruti en la Revolución española. Aquí es donde se puede entender algunas de las cuestiones que plantea García Oliver en sus memorias, aunque en muchas ocasiones son muy desproporcionadas.
Ante todo nos encontramos con una figura controvertida. Y en la presentación se enumeró algunas de esas controversias. Por ejemplo que García Oliver es el forjador de algunos falsos mitos sobre el anarquismo que aun hoy se mantienen. Enumeremos algunos:
El mito de la Gimnasia Revolucionaria. Aunque García Oliver es protagonista en los intentos del primer bienio republicano (1931-1933) ante las medidas insuficientes de este, la concepción de “gimnasia revolucionaria” es un adjetivo que se incorpora muy posteriormente a la época por el mismo García Oliver. Exceptuando el levantamiento de Alto Llobregat en enero de 1932 y el de Casas Viejas de 1933 (si dejamos a un lado el de diciembre de 1933 tras el triunfo de los derechistas de la CEDA en las elecciones), el resto de movimientos campesinos no son patrocinados por la CNT y por la FAI. Los dos primeros son aprobados en Pleno Nacional de Regionales de la CNT. Pero movimientos como los de Arnedo o Castiblanco no son coordinados por nadie e inclusive es la UGT la organización mayoritaria en esas poblaciones. Desde este punto de vista incluso se puede afirmar que no existe tal “ciclo insurreccional”. La mayoría de esos movimientos son revueltas de hambre provocadas por los problemas estructurales de la Segunda República. Lo único que si es cierto es que esos movimientos responden perfectamente a una cultura obrera y, en su extensión, a una cultura libertaria de la que estaba impregnada la clase obrera en España.
García Oliver es también uno de los forjadores del mito del “faísmo”. El autor de El eco de los pasos no perteneció a la FAI hasta 1936. La FAI y las actividades de sus grupos tenía muy poco que ver con la propia visión de García Oliver. Él mismo en la página 535 habla del control de la FAI sobre la CNT, como si ese fuese el rol que la organización especifica debía de tener. Nada más lejos de la realidad. La fundación de la FAI en 1927 responde a la necesidad de unión de los grupos específicos del anarquismo, diseminados por la geografía española y en el exilio en Francia durante la dictadura de Primo de Rivera. No hay tal control sobre la CNT, merced por una parte a que la FAI es una organización mucho más pequeña que la sindical, y aquella nunca se dejaría controlar por esta. Incluso en el Congreso de 1931 en Madrid, los sindicatos de esa influencia “faísta” votan mayoritariamente por la Federaciones de Industria, base de crítica al sector posibilista de la CNT. Incluso de ese congreso Ángel Pestaña sale elegido secretario general y Juan Peiró director de Solidaridad Obrera. El control de la FAI sobre la CNT es todo un lugar común que han legado aquellos que han malinterpretado, de forma consciente o inconsciente, la labor de los grupos específicos. De hecho en la presentación se esbozó las grandes diferencias entre los “grupos de acción”, los “grupos específicos” y los “grupos de defensa confederal”, que en algún momento les dedicaremos un post en este blog.
Otro de los mitos de García Oliver es el de “a por el todo” tras la jornadas de julio de 1936. Este argumento choca, por una parte, de lo emanado en el Congreso Confederal de Zaragoza de mayo de 1936 y por otra del pragmatismo de la CNT y de su capacidad de análisis ante esa situación. En el primero de los casos porque, por el contrario de lo que siempre se establece respecto al congreso de Zaragoza, los dos grandes acuerdos de dicho comicio confederal con dos. A) La unificación con los sindicatos de oposición (la Federación Sindicalista Libertaria) de la ruptura treintista, y B) El pacto revolucionario con la UGT, tras el análisis que los libertarios han hecho de su lucha frontal contra el régimen capitalista durante el periodo 1931-1933. Es decir, tras mayo de 1936, la CNT ha dejado de pensar “a por el todo”, rechazando incluso la posibilidad de una revolución puramente libertaria por un proceso revolucionario en coalición con la UGT. Por otra cuando en Barcelona es aplastado el levantamiento de los militares rebeldes, el ir en la ciudad catalana “a por el todo” era viable. Pero haciendo un análisis pragmático, tal como hizo la CNT, había zona de fuerte influencia anarquista que había caído en manos sublevadas como Zaragoza, Cádiz o Córdoba, donde la represión fue brutal. Y otras, que quedaron en manos leales a la República, la CNT no era la organización mayoritaria, como en Madrid. Es tras ese análisis cuando se deshecha el “a por el todo” y se opta por una vía de colaboración con el resto de fuerza. Quizá el mayor error fue no debatir cual debería ser la posición ante la correlación de fuerzas con aquellos que no estaban para nada en acuerdo con las posiciones libertarias.
García Oliver realiza un ataque desenfrenado contra Federica Montseny. En un ejercicio poco serio hace una comparación entre Federica y otras dos mujeres de importancia en la época, Dolores Ibarruri La Pasionaria y Margarita Nelken. Esto lo hace en la página 258 de la obra. Aquí es donde vemos a un García Oliver mas pasional y poco reflexivo, que ataca sin ningún tipo de argumento contra Federica Montseny, que como todo militante en la época tuvo sus cosas, pero para nada es culpable total de algo.
También hay cuestiones menores como la formación de la bandera rojinegra, que en el capítulo de “Recuperación de fuerzas”, en la página 114 explica. Para nada el origen de la bandera se hizo como García Oliver lo plasma. Otro post quizá sea necesario para hablar solo y exclusivamente de la bandera rojinegra.

Por todas estas razones se ha creado toda una distorsión actual del momento histórico, cuando se toma a García Oliver como fuente única para estudiar la época. Por mucho que se esfuercen hoy desde algunos sectores, no existe actualmente un debate como el que había en la República. Hoy no hay “treintistas”, cuyo programa era muy revolucionario, contra un sector ortodoxo del anarquismo. Lo que existe hoy son otros debates, muy alejados de todo aquello.
Igualmente García Oliver no es la voz del anarquismo. Otros personajes son tanto o más importantes que el propio García Oliver. Olvidamos pronto a personalidades como Cipriano Mera, David Antona, Isaac Puente, Isabela Romero, Mauro Bajatierra, Ramón Acín, etc.
Igualmente es más que dudosa las acciones de García Oliver en su exilio en México, donde llega a adscribirse a la masonería, cuestión que no refleja en sus interesantes memorias.
Sin embargo, frente a todo esta carga de crítica, la importancia de García Oliver, paradójicamente, se establece al frente del Ministerio de Justicia, donde tiene una gestión brillantísima. Vamos a establecer una lista de las mismas:
a) Innovación en los Tribunales Populares. García Oliver los reforma para que no se comentan arbitrariedades. Regula la entrada en los mismos de miembros del Ejército y de las Milicias. Clausura las prisiones del Frente Popular (como Fomento, 9) o la justicia arbitraria como los grupos de Margarita Nelken. Frena las sacas de presos al nombrar, no sin dificultades, a Melchor Rodríguez como Director General de Prisiones.
b) Aprueba un decreto de Igualdad Hombre-Mujer. Algo que hoy es tan normal, necesitó un decreto ministerial del anarquista de Reus.
c) Establece la mayoría de edad a los 18 años.
d) Establece y gestiona los Campos de Trabajo, como medida para los presos, así como un Reglamento de Vigilantes de Campos de Trabajo. Todo ello con una humanidad y un trato exquisito al preso.
e) Reforma la plantilla de funcionarios del Ministerio de Justicia.
f) Deroga la Ley de Vagos y Maleantes de Jiménez de Asúa, y las leyes represivas del 11 de octubre de 1934, tras la Revolución de Asturias en ese año.
g) Reduce los plazos procesales en la sala de los social del Tribunal Supremo.
h) Acopla al personal del Secretariado y Auxiliar de la Administración de Justicia.
i) Traspasa el Consejo Nacional de Tutela de Menores al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que gestiona Federica Montseny.

Hay algún decreto más, todo ello innovadores en el campo de la justicia. La mano que ayuda a García Oliver es la de Eduardo Ortega y Gasset. Y todo esto lo realiza en apenas 6 meses, que pasa desde su nombramiento en noviembre de 1936 hasta el relevo gubernamental de Largo Caballero por Negrín en mayo de 1937. Este relevo, provocado por los sucesos de mayo, donde García Oliver tiene un papel destacado.
En el debate de la presentación se tocaron muchos puntos, como las estrategias anarcosindicalistas, las visiones de García Oliver de “todo el poder a los sindicatos”, su calificación, por parte de algunos como José Peirats, de “anarcobolchevique”, la participación ministerial de los anarquistas, el concepto confederal del comunismo libertario, etc. También surgió la reconstrucción de la CNT en 1977 y los problemas que conllevó.
Todo para concluir de la importancia de estas memorias, de lo acertado de su reedición, y de lo importante que es contrastar las fuentes leyendo estas memorias. Porque García Oliver escribió en 1937 un texto en la obra De julio a julio. Un año de lucha (Tierra y Libertad, 1937), donde dice cosas muy distintas a las que esboza en su El eco de los pasos.
Aun así estamos lejos de calificar estas memorias como cínicas, tal como hizo Ángel Viñas en su obra El escudo de la República.
Felicitemos pues la iniciativa de la reedición y lo acertado de esta presentación, pues nos hace tener una valoración de conjunto del anarquismo, no solo desde un punto de vista histórico sino desde la actualidad.

martes, 18 de noviembre de 2008

Presentación de "El eco de los pasos"


El próximo viernes día 21 de noviembre, en la librería LaMalatesta (Calle Jesús y María, 24) se va a presentar la reedición del libro de Juan García Oliver El eco de los pasos.

Contará con la intervención de Rafael Cid, por los editores, y de Julián Vadillo, por la Federación Anarquista Ibérica.

El acto se realizará a las 19:30 en el salón de actos de la librería.

Daremos cuenta en este blog de como se desarrollará esta presentación.

domingo, 16 de noviembre de 2008

A vueltas con la memoria

En las ultimas semanas he tenido la oportunidad de dar algunas charlas sobre la memoria histórica, coincidiendo con la celebración de algunas jornadas libertarias que se han celebrado.
Tengo que agradecer, en primer lugar, que se pensara en mi para poder realizar esto. La charla desarrollada en Bilbao y Madrid tuvieron poca acogida y creo que ha servido para poder ofrecer una visión libertaria de las cuestiones de lo que se ha venido a denominar "memoria histórica"
Durante esos actos he ofrecido las visiones que he venido desarrollando a lo largo de la existencia de este blog. La crítica al propio concepto de memoria histórica; lo que ha supuesto la generación de este movimiento; etc.
Pero si para algo veo que ha servido estas conferencias, ha sido sobre todo para dos cuestiones:
A. La primera que los libertarios tenemos una voz propia y unos conceptos alrededor de esta temática. Movimientos que están capitalizando algunos partidos políticos pero que en definitiva no llegan a las espectativas generadas, tienen que ser contrarrestados con una voz propia.
B. La segunda es que nos sirve para desmitificar y romper algunos lugares comunes que se han impuesto a lo largo de la historia por distintos tipos de tendencias y de concepciones historiográficas. Gracias a este tipo de actos podemos romper algunas peculiaridades que sobre el anarquismo se ha intentado ceñir y que incluso han calado en los propios sectores libertarios.
En Bilbao tuve la oportunidad de hablar de la FAI, que por excelencia, se convierte en la organización mas denostada. Y ello es así, por una parte, por el desconocimiento que alrededor de ella existe, y por otro por el lugar común que se le ha establecido de grupo de presión dentro de la CNT o de banda de pistoleros que se imponía por el terror. Estudiando a la FAI te das cuenta que ambas visiones son falsas y erróneas y que están lejos de la realidad. Unas veces fomentadas por desconocimiento y otras por maledicencia. Al trabajo de Juan Gómez Casas Historia de la FAI, pude completar uno escrito por mi titulado Desarrollo y debates de los grupos anarquistas de la FAI en el Madrid republicano, publicado en el número 4 de la revista Germinal. Para el desarrollo de este trabajo tuve la oportunidad, no solo de consultar mucha bibliografía sobre la temática, sino también consultar los archivos del Comité Peninsular de la FAI. Esto último algo que casi nadie ha hecho. Y allí, en esos documentos, contrastados con los datos de prensa y los estudios de campos, te das cuenta del pragmatismo y de los interesantes debates desarrollados por los grupos faístas, lejos de las visiones estereotipadas de "controladores" o "pistoleros". Sin embargo son estas últimas visiones las que hacen fortuna en grandes editoriales que dan cobertura a historiadores y escritores que mantienen tales posiciones. Afortunadamente plataformas como Germinal nos está ayudando a romper todo el monopolio de un panorama histórico dominado por una parte por una izquierda justificativa y, por otro, por una derecha revanchista.
El resto de los temas tratados han sido los típicos en cualquier charla de memoria. Se ha disertado sobre la Ley de Memoria Histórica, donde se la ha sometido a una crítica desde las posiciones anarquistas. Se ha roto el panorama común del anarquismo histórico. Se ha hablado de Garzón y del fiscal, donde se ha aprovechado para criticar a un proceso como la Transición, donde el pactismo y la traición de algunos grupos políticos como el PSOE o el PCE, sirvieron para sepultar la memoria de los derrotados en 1939, muchos de los cuales eran militantes de esas organizaciones. Aquí es donde mayor crítica se ha hecho a la llamada Ley de Amnistia de 1977, convertida en una amnesia institucionalizada.
Como conclusión hay que sacar, que si bien el movimiento de la memoria histórica ha sido tardío, lo cierto es que ha generado todo un proceso ciudadano que ha desbordado al propio gobierno socialista, que creía lo tenía bajo control. Y, sobre todo, que aun nos queda mucho por hacer. La memoria anarquista y nuestra historia tiene que ser reivindicada. Y nuestro trabajo es doble, ya que fue doblemente olvidada, por el franquismo triunfante y por la democracia, heredera del franquismo, y que condeno al ostracismo los conatos de crítica a su sistema. Y que para ello tenemos plataformas suficientes. Instituciones como la Fundación Anselmo Lorenzo, que con su hacer por la historia libertaria y su editorial, nos ofrece buena plataforma. Revistas como Germinal, cuyo objetivo es en el campo histórico, ofrecer nuevas visiones que vengan a romper los estereotipos sobre la historia libertaria. Los periódicos del mundo libertario, como Tierra y Libertad, que siempre ha dado cobertura a los artículos de historia y memoria, pues los considera importante. En esta linea también esta el CNT. Por último editoriales como LaMalatesta, que tiene una especial preocupación por la historia libertaria y cuyo trabajo es encomiable en esta linea. Y también el reconocimiento a algunas asociaciones de la memoria, que sin ser anarquistas, se muestran partidarias de reivindicar la memoria de los derrotados en la guerra, tuviesen las ideas que tuviesen.
Queda mucho trabajo pero el horizonte es esperanzador.

martes, 4 de noviembre de 2008

Nuevamente Hildegart


No es el primer post que dedicamos a Hildegart Rodríguez Carballeira. Como se recordará en otros post, esta mujer, dedicada a la política y a las cuestiones sexuales y de eugenesia, fue asesinada por su madre, Aurora Rodríguez Carballeira, el 9 de junio de 1933, en el domicilio que compartían en común en calle Galileo de Madrid. Todo un proceso posterior, seguido al detalle por Eduardo de Guzmán y Ezequiel Endériz, vertieron todo lo dicho en el juicio.

A través de la revista anarquista Estudios he recuperado un artículo del médico anarquista Isaac Puente, que firma como "Un médico rural", donde valora la figura de Aurora. Artículo interesante pues pone en entredicho el supuesto anarquismo del que se tilda a Aurora. Reproducimos el texto íntegro, que sirve para completar los anteriores post sobre Hildegart.


HILDEGART, O LA PATERNIDAD PRETENCIOSA

Un medico rural


A través de los minuciosos reportajes de Guzmán y Endériz en La Tierra, se nos aparece Aurora Rodríguez, la madre de la joven Hildegart, como una mujer excepcional, en concebir el ideal del hijo, en elegir el hombre que habría de fecundarla, en desafiar la moral gazmoña con el escandalo de su libertad sexual, y hasta en matar a la hija, por ver en ella el fracaso de las ilusiones y esperanzas puestas en ella.

Nos la pintan, además, como mujer consagrada a una idea redentora, que la lleva, en algún tiempo, a la creación de una colonia de afines, y que mas tarde, comprendiendo no puede ser obra de un solo individuo, durante el corto espacio de la vida, proyecta encontrar en su hija una continuadora de su obra de redención humana.

Desconocemos las ideas de doña Aurora, que no sabemos si pueden catalogarse en alguna doctrina social, pero sabemos que nada tienen que ver con la anarquía, aunque los reporteros apliquen con frecuencia a doña Aurora el dictado de anarquista. Sabemos algo del pensar de la madre de la Hildegart, a través de la producción de la joven muerta, cuya producción literaria fue, al parecer, inspirada y hasta dictada por su madre. La trayectoria política seguida por la Hildegart, militando primero en el socialismo y saltando luego al partido federal, habla muy poco en favor del discernimiento ideológico o de la firmeza de convicciones de su mentora.

En mi concepto, no tiene nada de excelente este excepcionalidad de la madre de Hildegart, ni puede aleccionar a la humanidad con nada que pueda ser ejemplar. Lejos de ello, demuestra adolecer de una serie de creencias que nos la hacen repelente y antipática.

Ante todo, el prejuicio falso y nefasto de que le hijo será como queramos que sea. Todo padre es víctima de esa ilusión, que solo puede hacerse realidad por mera coincidencia o por malograrse en él su verdadera personalidad.

El hijo es siempre una incógnita. Es el efecto de la combinación de los caracteres heredados (paternos y maternos) unos aparentes en los padres y otros ocultos. Pero en el nuevo ser hay también algo nuevo, algo que no existía anteriormente, una personalidad ante la que estamos obligados a postergarnos, rodeándola de todos los respetos. Doña Aurora fue a elegir un padre, del cual desconocía todos los detalles que habría sido menester tener en cuenta para ilusionarse con un fruto perfecto y acomodado a su ideal.

Mas repelente que la madre, que quiera una hija acomodada a su ideal humano, es la educadora, que pretende moldearle conforme a su idea preconcebida, que sacrifica todos sus impulsos infantiles y somete a la hija a la mas rígida tiranía educativa. En fuerza de obligarla al estudio, consigue hacerla brillar como un joven portento, quien sabe a costa de cuantas lágrimas y de cuanto dolor infantil contenido. Doña Aurora se nos muestra como la madrastra despótica que a toda costa quiere hacer de su hija un ser acomodado a su pensar, sin respetar la espontaneidad de su sentir, violentando sus inclinaciones, intentando deformar su naturaleza.

Pero su acto cumbre, el de poner fin de cuatro tiros a la vida de su hija, no ha podido ser un acto consciente, porque a la edad de la Hildegart no puede darse nada por perdido ni por malogrado, pues está aun todo por hacer. Estaba en la edad de la duda, de la autoformación consciente, de la elaboración lenta y vacilante de la personalidad. Este crimen es la coronación de un calvario penoso; el remate y la consumación de la patria potestad tiranizando a la infancia; la vida joven que nace y pugna por expandirse, constreñida, maltratada y sacrificada por lo viejo, que no resiste a desaparecer y no se resigna a dejar de ser obstáculo.

Entre la madre que pretende afiliar a su hija, no a un ideal sentido, sino a un ideal impuesto, y la hija, que se resiste a dejarse modelar, nuestras simpatías mas vivas están con la hija rebelde. Es un atentado a la humanidad, a las ideas emancipadoras y a la Naturaleza, el que, puestas dos vidas en colisión, sea la caduca la que destruya la vida en germen. Hubiéramos encontrado justificado el crimen de la hija contra la madre, liberándose de la férula de la personalidad que pugnaba por arrollar la suya. Hubiera sido la respuesta digna a una existencia sojuzgada.

Es repelente toda imposición, hasta la educativa. No hay nada excelso que pueda servir para justificarla.

El hijo, frente a sus padres, no tiene ningún deber y tiene todos los derechos. El padre, frente a su hijo, no puede invocar ningún derecho y solo puede sentirse ligado por deberes.

La Hildergart puede ser el símbolo de la infancia y la juventud sacrificadas al capricho paternal. En ella ha culminado la tragedia de la infancia y la juventud, esclavizadas en la familia, en nombre del derecho de propiedad sobre los hijos, como en algún tiempo se tuvo sobre los siervos.

Su madre, en cambio, encarna todo el negro pasado de la tiranía personal.

(Estudios, noviembre 1933)