miércoles, 9 de junio de 2010

Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados


El 10 de junio de 1910, Pablo Iglesias Posse accedía al Congreso de los Diputados. Era el primer diputado socialista en la historia de España. Algo que no era fácil, teniendo en cuenta que el régimen electoral español estaba dominado por el caciquismo y el pucherazo, algo que solo concedía ventajas a liberales y conservadores. La elección de Iglesias era la culminación o el inicio de una nueva etapa en el PSOE, fundado en 1879.
Pablo Iglesias había nacido en El Ferrol en 1850 y desde muy pequeño se traslado a Madrid, donde su vida no fue nada fácil. Internado en el Hospicio (el que está junto a la estación de Metro de Tribunal) vio como su hermano moría por las malas condiciones del momento. Eso provocó una profunda conciencia en Iglesias, que al constituirse la Internacional en España fue uno de sus primeros adherentes. Y en un sector laboral como la tipografía donde destacaban importantes internacionalistas como el anarquista Anselmo Lorenzo Asperilla. Pero fueron tiempos de enfrentamientos entre los partidarios de las tendencia bakuninistas, mayoritarias entre el movimiento obrero español, y las marxistas, donde se inscribió Pablo Iglesias, fuertemente impresionado por la visita de Paul Lafargue a España, y que constituyeron la Nueva Federación Madrileña alrededor del periódico La Emancipación. Esto provocó la ruptura de la Internacional en España, tras los congresos de Córdoba y Zaragoza.
La persecución a los que son sometidos los internacionalistas tras la caída del Sexenio Democrático provoca un aletargamiento en sus actividades, si bien la propaganda anarquista fue mucho mas persuasiva que la marxista. Con ello, el 2 de mayo de 1879 se reunen en Madrid una serie de militantes socialistas para constituir en la fonda Casa Labra el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) A partir de ese momento la actividad del PSOE se mueve en unas circunstancias poco propicias para ello. En la década de 1890 van consiguiendo paulatina representación municipal, sobre todo en ciudades como Bilbao, Gallarta o El Ferrol. Igualmente Pablo Iglesias ha promovido la fundación de un periódico, El Socialista, así como la creación de un sindicato de clase, la Unión General de Trabajadores (UGT), fundada en Barcelona en 1888 junto con otras personalidades como Antonio García Quejido o Facundo Perezagua.
La política de los socialista en esos momentos es de seguimiento a los acuerdos de la Segunda Internacional. Ningún pacto con republicanos, a los que consideran elementos burgueses, ni con anarquistas, a los que consideran elementos antiorganización. Una política enmarcada en las tendencias de Jules Guesde, muy influyente en el PSOE, y alejadas de las tendencias de Juan Jaurès, que paradojas de las circunstancias, es traducido por primera en España por los anarquistas. Igualmente con el inicio del siglo XX los socialistas acuerdan que en aquellos lugares donde tengan posibilidades de triunfo electoral municipal (es decir, conseguir representación) constituirán sus agrupaciones socialistas. Si como agrupación socialista no lo ven claro, se constituían las llamadas "candidaturas obreras" impulsadas por las sociedades obreras de la UGT o similares. Esto provoca que en noviembre de 1903 se produzca la elección del primer concejal socialista en la provincia de Madrid. Es en Alcalá de Henares en la persona de Antonio Fernández Quer. En Madrid lo consiguen dos años después. Son elegidos concejales por el distrito de Chamberí, Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero y Rafael García Ormaechea. Y según nos cuenta Juan José Morato en Pablo Iglesias, educador de muchedumbres, es gracias a los tipógrafos socialistas está elección, debido a que hacen una papeleta por la cual parece que votabas conservador cuando en realidad estabas votando socialista.
Pero la política aislacionista de los socialistas les impedía alcanzar la representación parlamentaria. Paulatinamente van viendo que solo a través de pactos se van a poder conseguir determinados avances. Durante la Semana Trágica se constituye el comité de huelga entre anarquistas y socialistas, teniendo estos últimos como representante a Antonio Fabra Ribas. Igualmente hay una política de acercamiento a los republicanos tras el fusilamiento y asesinato por parte del gobierno de Antonio Maura del pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardía. Es por una constitución de una coalición republicano-socialista cuando Pablo Iglesias accede al Congreso de los Diputados. La elección de Iglesias causa estupor en las clases mas conservadoras. Sus disputas con Maura son sonadas en el hemiciclo. Incluso en cierta ocasión Pablo Iglesias habla de que hay que evitar por cualquier medio que Maura vuelva al poder. La prensa cargó contra Iglesias e incluso se le acusó de inductor del asesinato de José Canalejas por el anarquista Manuel Pardiñas.
Iglesias es reelegido varias veces diputado. Tras la Huelga General de agosto de 1917 son seis los representantes socialistas en el Congreso de los Diputados: Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Largo Caballero, Daniel Anguiano, Andrés Saborit e Indalecio Prieto.
Pero Pablo Iglesias es ya mayor y no sale apenas de su casa. Sigue escribiendo en El Socialista su carta diaria. Ve como la Revolución Rusa de 1917 provoca la ruptura tercerista en el seno del PSOE y la marcha de los que habían sido compañeros suyos desde primera hora hacia las posiciones comunistas: Daniel Anguiano, García Quejido, Perezagua, Ramón Lamoneda, etc.
Su vida acaba el 9 de diciembre de 1925 en Madrid. Tras suyo años de dedicación a la lucha socialista. Hoy su tumba-mausoleo se puede visitar en el Cementerio Civil de Madrid, y ver in situ el homenaje al primer diputado socialista de España.

Pd: Muchos no compartimos el ideario de Pablo Iglesias, pero sabemos reconocer la importancia de una figura trascendental en la historia del movimiento obrero. Hoy muchos deberían de tomar nota su vida y su obra para valorar lo que están haciendo.

martes, 8 de junio de 2010

La lista de los catorce

Hace unos días terminé de leer esta novela de Nacho Guirado, en la que relata de la vida paralela de dos vecinos del alcarreño pueblo de Yunquera de Henares, amigos desde la infancia, pero que la Guerra separa debido a la divergencia ideológica de ambos (uno socialista y otro falangista) Al finalizar la Guerra uno goza de la “libertad” de vencedores, mientras otro pena en los batallones de trabajadores de Asturias como mano de obra esclava de Franco. Ignacio y Ramón son los protagonistas.

No nos encontramos ante una novela espectacular. Pero si que recrea algunas cosas como los batallones de trabajadores y sus duras condiciones de vida, la lucha de los maquis, el silencio de muchos y la lucha de otros. La crueldad del franquismo, de un régimen genocida y de terror. La brutalidad de los falangistas, amos y dueños de la retaguardia.

Pero la curiosidad de la novela viene también dada porque el personaje del Ramón Lobo sobrevive a la matanza de la cárcel de Guadalajara de diciembre de 1936, tras los duros bombardeos que la aviación franquista infringió contra la población civil. Una parte de la población tomó represalias contra los presos de derechas de la cárcel de Guadalajara, causando varios muertos. Algo que se pudo repetir al día siguiente en la cárcel de Alcalá de Henares, pero que fue evitado por el anarquista Melchor Rodríguez, Director General de Prisiones.

En la novela de la matanza se salva uno solo, Ramón Lobo. Algo que tiene una correspondencia (aunque no es real tampoco) con la realidad. De la matanza de Guadalajara se salvo (entre otros) Higinio Busons, que según su testimonio estuvo escondido en una leñera durante día. Algo completamente inverosímil teniendo en cuenta el frío que hace en Guadalajara en esas fechas. Igualmente la historia posterior no contó que Busons fue investigado por el Tribunal Espacial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, pues no les quedaba “claro” a las autoridades franquista porqué se había salvado de la matanza. Una historia curiosa la de Busons, que bien puede retratar la figura de Ramón Lobo en la novela de Guirado.

No estamos pues ante una novela que rompa molde, pero sí ante parte de un documento literario (pues se basa en cuestiones reales y en documentos fidedignos de la figura de Ignacio, que es abuelo del autor)

Recomiendo acercarse a este pequeño trabajo de Nacho Guirado para comprobar desde la literatura la crueldad del régimen franquista y sus sicarios criminales del falangismo. Si bien se puede hacer una crítica a las cuestiones ideológicas y al trasfondo de reconciliación, la novela merece la pena ser leída.