Paseaba un día con dos amigas por una de las librerías de Lavapies y una de ellas compró un libro del que había oído buenas críticas en el programa de la Cadena SER "La Ventana". La escritora Almudena Grandes había hablado sobre él. Cuando lo compró se lo pedí para echarle una ojeada y no reparé en él. Leí la contraportada y no me dijo nada. Su título era más bien enigmático y bastante infantil: El niño con el pijama de rayas
Pasadas unas semanas volví a ver el libro en una librería de mi pueblo y ya me surgió la duda. ¿De que iría el libro ese con un título tan extraño? Hable con mi amiga y le pedí que me dejara el libro si ya lo había leído. Cuando me lo prestó me hizo una pregunta que me llamó mas la atención: "¿Que te sugiere el título?" No supe que contestar. Le dije que parecía un cuento de niños y nada más. Hacía poco que había leído Momo de Michael Ende (también recomendado por esta misma amiga)
Tengo que confesar que la lectura del libro El niño con el pijama de rayas me ha gustado y me ha parecido, no solo ilustrativa sino didáctica. Y más para personas que estamos en el mundo académico y que muchas veces cuesta trasmitir algunas cuestiones.
El autor del libro es John Boyne, un irlandés que ha escrito otros muchos. La verdad es que al autor no le conocía de nada.
El niño con el pijama de rayas cuanta la historia de eso, de un niño. Un niño alemán, Bruno, que vive con su familia en el Berlín de principios de la década de 1940. Su padre es un alto mando del Ejercito alemán, un nazi que tiene contactos con Hitler. Y es esté quien destina al padre de Bruno a uno de los escenarios más terribles, no solo de la Segunda Guerra Mundial, sino de la historia de la humanidad: Auschwitz.
Bruno, esta triste, porque en Auschwitz(Auchviz, como el dice) no hay nada de lo que ha dejado en Berlín. Amigos, a su abuela, su casa, etc. Y además hay unas enigmáticas alambradas, con gente que viste de la misma manera. Los inicios de Bruno en su nuevo hogar son realmente duros. Pero pronto Bruno conoce a otro niño. Alguien que esta al otro lado de la alambrada. Conoce a Shmuel, un niño judío que ha nacido el mismo día que él pero que ha corrido una suerte bien distinta. Desde entonces Bruno se ve envuelto en una nueva amistad, con la declara una gran empatía. Hay toda una galería de personajes que merece la pena acercarse a ellos. La madre de Bruno, el teniente Kotler, Gretel (hermana de Bruno), la criada María, Pavel, etc.
Sin entrar en detalle del cuento, que recomiendo muy fervientemente, hay una lectura que he sacado de él y que me ha gustado. Como investigador de historia y tras haber leído bastantes libros sobre el régimen nazi, he descubierto que no hay nada mas terrible que la visión de todo el horror nazi a través de los ojos de un niño. De un niño inocente, que no sabe lo que esta pasando. Porque los comentarios de Bruno en el libro son inocentes. Pero nosotros, los lectores, sabemos que estaba pasando. Es una sensación parecida a cuando leí el Diario de Ana Frank. Porque todo lo inocente que es un niño choca con una realidad tan cruda.
La verdad es que el libro podría ser perfectamente lectura para los adultos como para los propios niños que terminan el colegio o empiezan el instituto. Una manera amena y distinta de acercarse al universo concentracionario de los nazis, a su brutalidad, a través de los ojos de alguien distinto.
Y también agradecer a mi amiga que me facilitara esta lectura. Una sabia elección. Ahora entiendo muchas otras cosas.
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6 comentarios:
Así da gusto recomendarte libros, la verdad...
Y sí, yo también creo que la fuerza de "El niño con el pijama de rayas" radica ahí: en mirar la barbarie nazi desde el punto de vista de un niño. Un enfoque inocente que no deja de ser el enfoque de la vida (y cómo afrontar ésta sin una buena dosis de inocencia?) frente a la muerte. ¿El resultado? El más tremendo de los Absurdos (y si "solamente" fuese eso...).
Hola.
Me hablaron de este libro hace unas semanas, y me recordó a la película "La vida es bella" (la cual no me entusiasmó).
Imagino que en "El niño con el pijama de rayas" no hay humor y sí mucha ternura, seguro que el tratamiento es muy diferente.
Gracias por la recomendación.
Efectivamente. No hay humor (no es un entorno para el humor) Por eso le hace una historia profunda. Creo Capi que no te va a defraudar.
No he leido "el niño..." pero desde luego Momo sí es una lectura tremendamente edificante.
Esa niña que sabe -escuchar-, esos señores que acaban con el tiempo...
Te he linkao en mi blog.
¿Que tal tu rodilla, por cierto?
Perfecto lo de ese link en tu blog. Y la rodilla, va mejor, aunque hoy me ha vuelto a dar la lata después de unos días de tregua
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