viernes, 27 de diciembre de 2013

LA BREVEDAD PARA EXPLICAR LA REPRESIÓN

¿Se puede explicar el significado del golpe de Estado de julio de 1936, la represión que generaron los golpistas contra quienes no pensaban como ellos y las consecuencias políticas del mismo en apenas 20 minutos? Tarea difícil. Para los historiadores es imposible. No podemos explicar en poco tiempo un proceso tan largo y con tantas consecuencias. Si alguien se decide a escribir una novela tampoco lo conseguiría. Quizá a través de un artículo de prensa, pero siempre te va a hacer falta más. Es imposible mostrar tantas cosas en apenas 4000 caracteres.
Llevar este reto al teatro (segundo post de teatro seguido que escribo en esta bitácora) es lo que ha hecho Ramón Paso con Resistencia 36. Y podemos decir que el reto lo ha sacado con nota.
Vi anunciada esta obra en la página de la Federación Estatal de Foros por la Memoria. Y el lugar de representación no podía ser mejor. La sala de teatro Montacargas (Calle Antillón, 19, cerca del metro de Puerta del Ángel), una de las salas con mayor historia en Madrid en el teatro alternativo. Teniendo en cuenta que la temática era de mi interés y que estaba muy cerca de mi casa, fui a ver la obra. Y como siempre que voy a ver obras que tratar el tema de la memoria histórica, la Guerra Civil o el franquismo, voy con toda la cautela. Como historiador he visto como se ha frivolizado en muchas ocasiones con este proceso histórico. Como en otras tantas se han intentado establecer simetrías imposibles entre represiones para repartir responsabilidades. O como directamente hay obras que mantienen en pie toda la historietografía del franquismo. Algo que en otros países podía estar penado por apología a la violencia y que sin embargo en el España goza de impunidad. Consecuencias estas de cosas que la propia obra toca.
Sin embargo Resistencia 36 no entra en los clichés anteriores. Es una obra sencilla, que comienza con uno de los discursos que Gonzalo Queipo de Llano lanzaba desde Radio Sevilla. Y las protagonistas de la historia son mujeres. Mujeres comprometidas. Mujeres que han sido detenidas y son sometidas a vejaciones porque no han logrado detener a sus maridos o novios, también comprometidos con la lucha antifascista.
Pero de los cuatro personajes que salen cada uno tiene un rol que muestra como se vivió la tragedia de la derrota. Desde la mujer torturada para que su marido se entregue, hasta la mujer violada para provocar el mismo efecto. O aquella que nada había hecho pero que considera que colaborando puede llegar a salvar su vida. O el del único personaje masculino, Juan, cuyo miedo le paraliza y prefiere morir en la propia celda a ser sometido a las torturas.
Sin embargo, lejos de valorar el rol de cada personaje (eso se lo dejo a los que son entendidos de teatro) hay algunas cuestiones que esta breve obra trata y son fundamentales.
Aparece en off una figura que fue realmente terrible en la represión. Gonzalo Queipo de Llano. Un personaje al que hoy todavía se le rinde culto. Uno de sus fajines lo lucía la Virgen de la Macarena que salía en procesión en Semana Santa. Un personaje que sufrió una regresión violenta desde su participación en 1930 en las intentonas republicanas hasta convertirse a partir de julio de 1936 en uno de los personajes más sanguinarios de la Guerra Civil. Frases como las siguientes retratan a este personaje:

Nuestros valientes Legionarios y Regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen.
Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los “rojos” preparando sus mantones de luto.
Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad”.

Queipo de Llano fue uno de los vencedores de la Guerra Civil. La represión que se ejerció en Andalucía lleva su nombre. Solo un dato. Según las investigaciones del historiador Francisco Moreno, el 10% de la provincia de Córdoba fue ejecutada por la represión. Sin contar encarcelaciones, exilios y otras formas de represión. Queipo de Llano es el protagonista sin rostro de la obra.
Otra cuestión que toca la obra y es interesante es la colaboración de la Iglesia tanto en el golpe de Estado como en la represión. Por testimonios de las protagonistas en todas las torturas y vejaciones a la que son sometidas se encontraba la presencia de un cura. No es nuevo el papel que la Iglesia en la represión fue activo.
Igualmente el papel que la Alemania nazi jugó durante la Guerra Civil. Los nazis se desplazaron a España e instruyeron a los represores. Les dieron consejos como tenía que ser la represión. Los nazis colaboraron con los golpistas. Les ofrecieron ayuda militar y asesoramiento técnico. Una pasión que ya antes de la Guerra se había notado por las visitas que José María Gil Robles, dirigente de la CEDA, o José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange, habían efectuado a la Alemania hitleriana o la Italia fascista.
Igualmente el tema del miedo como fundamental para entender la actitud de muchos represaliados. El objetivo de los represores era reducir la condición humana del torturado. Poner en contra a unos y otros para poder ejercer con mayor fuerza la violencia. La figura de aquellos que veían que colaborando con los golpistas podrían salir de donde estaban también está presente en la obra.
Las protagonistas son mujeres. No es baladí. La represión sobre la mujer en el franquismo fue terrible. No solo cercenaron los derechos conquistas en años anteriores. Condenaron a la mujer al ostracismo. “Franco es el peor y odia a las mujeres” es la frase de una de las protagonistas.
Y junto a las torturas y la represión, las distintas formas de torturas que se podía ejercer, la obra tiene una conclusión clara. Franco ganó la Guerra. Franco impuso en España un régimen de terror. Sobre las cunetas de los ejecutados se fueron haciendo construcciones. Y debajo de todas ellas existen miles y miles de españoles que lucharon por un mundo distinto. ¿Qué tipo de democracia se construye sobre miles de cadáveres?


Resistencia 36 es una obra corta. Puede que tenga una temporalidad indefinida (aunque marcha el año 1936) por una serie de comentarios de los personajes (Badajoz, huida a Francia, etc.) pero consigue en 20 minutos transmitirnos muchas cosas. Un buen ejemplo de pedagogía en pocos minutos.
Julián Vadillo Muñoz

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

Pues estaré atento si la pasan por Alcalá de Henares.