Reseña del libro de Sandra
Souto Kustrín. Paso
a la juventud. Movilización democrática, estalinismo y revolución
en la República Española
(PUV-Universitat de València, Valencia, 2013)
El
estudio de las organizaciones políticas y sindicales en los años 30
ha dado para muchas páginas de libros. Pero hay aspectos que han
sido poco tratados en la historia del movimiento obrero y de la
izquierda española. Una de ellas es la importancia de la juventud y
de sus organizaciones en aquellos duros años.
Ese
hueco ha venido a rellenarlo la profesora Sandra Souto Kustrín. Hace
ya algunos años nos sorprendió con un magnífico libro titulado Y
¿Madrid? ¿Qué hace Madrid? Movimiento revolucionario y acción
colectiva (1933-1936)
donde daba un interesante vuelco a la participación del movimiento
obrero durante la huelga general de octubre de 1934 en la capital de
la República.
Con
el libro Paso
a la juventud,
Sandra Souto se adentra en la historia de las juventudes de los
partidos y las ideologías obreras en España desde finales de la
década de 1920 y durante toda la de 1930. La mayor parte de sus
páginas se dedican a las Juventudes Socialistas y a las Juventudes
Comunistas así como a la fusión a la que llegaron ambas
organizaciones en 1936 dando lugar a las Juventudes Socialistas
Unificadas (JSU). Igualmente son tratadas de forma amplia la
organización de los jóvenes anarquistas, la Federación Ibérica de
Juventudes Libertarias. En menor proporción la obra se adentra en la
historia de la Juventud Comunista Ibérica, que eran las juventudes
del POUM. Menor espacio se le dedica a las Juventudes de Izquierda
Republicana o a las Juventudes de Unión Republicana. Básicamente
porque sus actividades fueron menores que las anteriores. Lugar
especial ocupa la Unión Federal de Estudiantes Hispanos o Federación
Universitaria Escolar.
El
origen y la utilidad de las organizaciones juveniles nunca quedó
claro o no se delimitaron bien los espacios. ¿Eran organismo
dependientes de un partido o eran independientes respecto a los
mismos? Para el caso de las Juventudes Socialistas el despegue de sus
actividades organizativas no se produce hasta prácticamente la
proclamación de la República, a pesar de que fue fundada en 1903
por el socialista vasco Tomás Meabe. Quizá el caso más
paradigmático de organización juvenil ligada a un partido sea los
comunistas. El nacimiento de la Unión de Juventudes Comunistas de
España (UJCE) responde a la necesidad de la organización de la
juventud y encuadrarla posteriormente en el partido. Para el caso de
los anarquistas, el origen de la Federación Ibérica de Juventudes
Libertarias es más difuso. Mientras en algunos lugares surgen como
organismos juveniles dentro de los sindicatos como aprendices, en el
caso catalán fueron prácticamente las juventudes de la Federación
Anarquista Ibérica.
El libro nos lleva en volandas por las actividades de
estos grupos. Los debates que generan dentro de la juventud española
y como fueron unos avanzados respecto a las organizaciones de sus
mayores. La problemática en la que se encontró la juventud en
aquellas trascendentales años fue abordada por estas organizaciones.
La unificación conseguida entre socialistas y comunistas antes de la
guerra significó un paso que no fue bien recibido por todos. Desde
los anarquistas que se movilizan para no perder comba en todo el
debate hasta las propias organizaciones de mayores que no tuvieron la
misma lectura del suceso. Incluso dentro de las propias Juventudes
Socialistas hubo voces criticas ante lo que consideraban una
intromisión del comunismo.
Sandra
Souto ha realizado un buen trabajo. Un libro muy investigado y muy
contrastado. Rescantando una parte de la historia del movimiento
obrero y de izquierdas poco trabajada. Ha superado con nota los
trabajos ya realizados al respecto como el de Ricard Viñas (La
formación de las Juventudes Socialistas Unificadas)
o el modesto trabajo presentado por Aurelio Martín Nájera, Antonio
González Quintana o Gutmaro Gómez Bravo (Juventudes
Socialistas. Cien años protagonistas del cambio, 1906-2006)
al cumplirse el centenario del primer congreso nacional de la
Federación Nacional de Juventudes Socialistas.
Quiza se hecha de menos una mayor profundización la
historia de las Juventudes Libertarias, completamente desconocida
hoy. En este aspecto la obra no deja de caer en algunos lugares
comunes (como el tema de la represión durante la guerra) que no
ensombrecen para nada el resultado final de la obra.
Es evidente que hay organizaciones que no podían tener
el mismo trato que la de socialistas, comunistas y anarquistas. En el
caso de las JCI del POUM hay que ser conscientes que fue una
organización que tuvo implantación sobre todo en Barcelona y un
poco en Madrid. Fuera de esos ámbitos era completamente desconocida.
Y en el caso de las juventudes de Izquierda Republicana o de Unión
Republicana, sus actividades fueron modestas por no decir
inexistentes en algunos casos. Acierta la autora al no centrarse en
las organizaciones juveniles de los partidos nacionalistas en Euskadi
o Cataluña por ser, quizá, aspecto que merecerían un trato
independiente.
Un gran acierto del libro es trabajar la
internacionalización de la Guerra Civil desde las organizaciones de
la juventud. Sandra Souto concede importante espacio tanto a la
Internacional Juvenil Socialista como la Internacional Juvenil
Comunista. Los propios propósitos de unificación de estas entidades
supranacionales.
Otro aspecto importante a destacar es el papel que
tanto el PSOE como el PCE jugaron a la hora de analizar las
actividades de sus juventudes ya unificadas durante la Guerra. Cual
fue el papel del caballerismo (primero partidario de la unificación
y luego crítico con ella y opositor a la misma). Que rol jugó el
estalinismo y el PCE en la organización de la juventud. También las
disputas que determinados sectores de la Juventudes Libertarias
tuvieron con la CNT. Eso indicaba, en parte, una mayor autonomía de
las organizaciones juveniles durante la Guerra Civil.
Gracias a este libro podemos destacar las importantes
figuras del movimiento juvenil como Lorenzo Iñigo, Trifón Medrano,
Segundo Serrano Poncela, Serafín Aliaga, Carlos Álvarez, Wilebaldo
Solano, etc. También los pasos hacía una imposible unificación de
toda la juventud en la Alianza Juvenil Antifascista.
Debates, personajes, peleas, intentos de unificación
de todas las fuerzas, disgregación, críticas, etc. Toda una pléyade
de circunstancias que tuvo su punto final en la derrota de 1939 y con
toda una generación juvenil que fue o liquidada físicamente por el
franquismo, o condenada a largos años de cárcel o empujados al
exilio. Una generación pérdida que no pudo disfrutar la sociedad
española.
Julián Vadillo Muñoz
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