¿Se
puede explicar el significado del golpe de Estado de julio de 1936,
la represión que generaron los golpistas contra quienes no pensaban
como ellos y las consecuencias políticas del mismo en apenas 20
minutos? Tarea difícil. Para los historiadores es imposible. No
podemos explicar en poco tiempo un proceso tan largo y con tantas
consecuencias. Si alguien se decide a escribir una novela tampoco lo
conseguiría. Quizá a través de un artículo de prensa, pero
siempre te va a hacer falta más. Es imposible mostrar tantas cosas
en apenas 4000 caracteres.
Llevar
este reto al teatro (segundo post de teatro seguido que escribo en esta bitácora) es
lo que ha hecho Ramón Paso con Resistencia 36.
Y podemos decir que el reto
lo ha sacado con nota.
Vi
anunciada esta obra en la página de la Federación Estatal de Foros
por la Memoria. Y el lugar de representación no podía ser mejor. La
sala de teatro Montacargas (Calle Antillón, 19, cerca del metro de
Puerta del Ángel), una de las salas con mayor historia en Madrid en
el teatro alternativo. Teniendo en cuenta que la temática era de mi
interés y que estaba muy cerca de mi casa, fui a ver la obra. Y como
siempre que voy a ver obras que tratar el tema de la memoria
histórica, la Guerra Civil o el franquismo, voy con toda la cautela.
Como historiador he visto
como se ha frivolizado en muchas ocasiones con este proceso
histórico. Como en otras tantas se han intentado establecer
simetrías imposibles entre represiones para repartir
responsabilidades. O como
directamente hay obras que mantienen en pie toda la historietografía
del franquismo. Algo que en otros países podía estar penado por
apología a la violencia y que sin embargo en el España goza de
impunidad. Consecuencias estas de cosas que la propia obra toca.
Sin
embargo Resistencia 36
no entra en los clichés anteriores. Es una obra sencilla, que
comienza con uno de los discursos que Gonzalo Queipo de Llano lanzaba
desde Radio Sevilla. Y las protagonistas de la historia son mujeres.
Mujeres comprometidas.
Mujeres que han sido detenidas y son sometidas a vejaciones porque no
han logrado detener a sus maridos o novios, también comprometidos
con la lucha antifascista.
Pero
de los cuatro personajes que salen cada uno tiene un rol que muestra
como se vivió la tragedia de la derrota. Desde la mujer torturada
para que su marido se entregue, hasta la mujer violada para provocar
el mismo efecto. O aquella que nada había hecho pero que considera
que colaborando puede llegar a salvar su vida. O el del único
personaje masculino, Juan, cuyo miedo le paraliza y prefiere morir en
la propia celda a ser sometido a las torturas.
Sin
embargo, lejos de valorar el rol de cada personaje (eso se lo dejo a
los que son entendidos de teatro) hay algunas cuestiones que esta
breve obra trata y son fundamentales.
Aparece
en off una figura que fue realmente terrible en la represión.
Gonzalo Queipo de Llano. Un personaje al que hoy todavía se le rinde
culto. Uno de sus fajines lo lucía la Virgen de la Macarena que
salía en procesión en Semana Santa. Un personaje que sufrió una
regresión violenta desde su participación
en 1930 en las intentonas republicanas hasta convertirse a partir de
julio de 1936 en uno de los personajes más sanguinarios de la Guerra
Civil. Frases como las
siguientes retratan a este personaje:
“Nuestros valientes Legionarios y Regulares han demostrado a los
rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a
sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y
anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que
son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar
por mucho que berreen y pataleen.
Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los “rojos”
preparando sus mantones de luto.
Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón,
Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo
os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a
ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis
exentos de toda responsabilidad”.
Queipo
de Llano fue uno de los vencedores de la Guerra Civil. La represión
que se ejerció en Andalucía
lleva su nombre. Solo un dato. Según las investigaciones del
historiador Francisco Moreno, el 10% de la provincia de Córdoba fue
ejecutada por la represión. Sin contar encarcelaciones, exilios y
otras formas de represión. Queipo de Llano es el protagonista sin
rostro de la obra.
Otra
cuestión que toca la obra y es interesante es la colaboración de la
Iglesia tanto en el golpe de Estado como en la represión. Por
testimonios de las protagonistas en todas las torturas y vejaciones a
la que son sometidas se encontraba la presencia de un cura. No es
nuevo el papel que la Iglesia en la represión fue activo.
Igualmente
el papel que la Alemania nazi
jugó durante la Guerra Civil. Los nazis se desplazaron a España e
instruyeron a los represores. Les dieron consejos como tenía que ser
la represión. Los nazis colaboraron con los golpistas. Les
ofrecieron ayuda militar y asesoramiento técnico. Una pasión que ya
antes de la Guerra se había notado por las visitas que José María
Gil Robles, dirigente de la CEDA, o José Antonio Primo de Rivera,
fundador de Falange, habían efectuado a la Alemania hitleriana o
la Italia fascista.
Igualmente
el tema del miedo como fundamental para entender la actitud de muchos
represaliados. El objetivo de los represores era reducir la condición
humana del torturado. Poner
en contra a unos y otros para poder ejercer con mayor fuerza la
violencia. La figura de aquellos que veían que colaborando con los
golpistas podrían salir de donde estaban también está presente en
la obra.
Las
protagonistas son mujeres. No es baladí. La represión sobre la
mujer en el franquismo fue terrible. No
solo cercenaron los derechos conquistas en años anteriores.
Condenaron a la mujer al ostracismo. “Franco es el peor y
odia a las mujeres” es la
frase de una de las protagonistas.
Y
junto a las torturas y la represión, las distintas formas de
torturas que se podía ejercer, la obra tiene una conclusión clara.
Franco ganó la Guerra. Franco impuso en España un régimen de
terror. Sobre las cunetas de
los ejecutados se fueron haciendo construcciones. Y debajo de todas
ellas existen miles y miles de españoles que lucharon por un mundo
distinto. ¿Qué tipo de democracia se construye sobre miles de
cadáveres?
Resistencia
36 es una obra corta. Puede que
tenga una temporalidad indefinida (aunque marcha el año 1936) por
una serie de comentarios de los personajes (Badajoz, huida a Francia,
etc.) pero consigue en 20 minutos transmitirnos muchas cosas. Un
buen ejemplo de pedagogía en pocos minutos.
Julián Vadillo Muñoz
1 comentario:
Pues estaré atento si la pasan por Alcalá de Henares.
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