Anton Chejov (1860-1904) es una de esas cumbres de la literatura contemporánea. Sus obras rebosan un realismo tal que te hace sentirte compenetrado con la lectura. Observador de su tiempo su prematura muerte le impidió ver los cambios tan trascendentales que vivió Rusia a partir de 1917. Recordemos que Chejov escribió la grandiosa "La isla de Sajalin" donde hace una crítica al sistema represivo del zarismo.
En "Historia de mi vida" Chejov presenta la faceta humana de un adinerado que no se siente a gusto en su clase social y opta por hacerse obrero. Rechazado por su padre y parte de su entorno, el personaje vive una nueva vida, donde conoce las penurias obreras, los vicios de la clase trabajadora y el amor y desamor. El protagonistas, Misail, tiene en ocasiones discursos muy cercanos a un socialismo vago que mueve a la intelectualidad rusa del momento. No olvidemos que en este momento tiene fuerza la Inteligentsia, minoría ilustrada rusa que critica el despótico sistema de gobierno zarista.
Y fruto de esta linea de interpretación vemos a un Chejov muy próximo a Tolstoi, en tanto en cuento el protagonista Misail es un rico que quiere trabajar, que se retira al campo y que allí vive de su esfuerzo. Tolstoi tiene una vida muy similar.
Defiende a la clase trabajadora pero la acusa en la obra de ser poco solidaria (se refiere al mujik o campesino), muy emparentado con el alcoholismo. Y en esta crítica moralista (que muchas veces roza los religioso), tambien podemos engarzar con los socialismos, que criticaban el alcoholismo en la clase obrera y frente a las tabernas proponían la creación de bibliotecas. Este dato también se muestra, pues la mujer de Misail, de la que se acaba separando, promueve la construcción de una escuela para los mujiks en la zona. Y así lo hace. Recuerda también a la experiencia de Tolstoi en Yasnaïa Poliana.
Obra corta pero intensa e interesante (la edición es antigua, de 1939 en la editorial de la revista "Excelsior" ubicada en Santiago de Chile. Desconozco si hay alguna edición mas moderna, aunque se supone que sí), propia de un genio de la literatura como Chejov, que tiene otras grandes obras como la ya nombrada "La isla de Sajalin" o "Retrato de un desconocido". Su prematura muerte nos privó de que más grandes obras formaran parte hoy de nuestras bibliotecas.
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