lunes, 14 de enero de 2013

80 años defendiendo a la clase trabajadora

-->
Tomamos prestado el texto que sobre el aniversario del periódico CNT ha publicado Tierra y Libertad, la cabecera más antigua del anarquismo español.

El pasado 14 de noviembre se cumplieron ochenta años de la aparición del primer número del periódico CNT. Se decidió su creación en un congreso confederal, el llamado del Conservatorio (Madrid, 1931) por el local en el que se celebró (actualmente el teatro María Guerrero). Se había proclamado la República en España tras una dictadura militar instaurada, sobre todo, para frenar las victorias de los sindicatos adheridos a la CNT. A pesar de la brutal represión, la CNT continúa siendo una organización potente: a este congreso acuden delegados en representación de más de 500.000 trabajadores, ¡a solo dos meses de la vuelta a la legalidad!
El Congreso decide tener un segundo periódico diario, aparte del barcelonés Solidaridad Obrera. Tendrá ámbito nacional y se editará en Madrid. Pero, ¿por qué en esta ciudad? Sin contar con las poblaciones catalanas, donde la CNT tenía una afiliación numerosísima, hay ciudades con fuerte implantación del sindicalismo revolucionario como Valencia (23.000 afiliados), Sevilla (21.000) o Zaragoza (16.000). La decisión, a pesar de que Madrid cuenta con solo 5.000 afiliados, es más de orden político; se trata de editar el diario en la capital de España, que es donde se elabora la política del país. Una decisión que la Historia ha demostrado acertada por la repercusión que tuvo el periódico en el conjunto de la clase obrera española y también, justo es decirlo, por el incremento que supuso en la afiliación capitalina: al siguiente congreso (Zaragoza, 1936) son 37.000 los trabajadores madrileños con carnet confederal.
Pero en 1932 la militancia es exigua. Los sindicatos revolucionarios se han mantenido en la capital alrededor del Ateneo Sindicalista, una creación de los grupos anarquistas. El dato no es trivial, pues ayuda a explicar el radicalismo que se enfrentó al reformismo de los sindicatos socialistas (UGT), colaboracionistas con la Dictadura y, después, defensores a ultranza de la recién nacida República. República que no dudó en prohibir el periódico tras la Revolución de Octubre de 1934. Reapareció en julio de 1936, informando durante todo el periodo bélico. Pasó después a editarse en el exilio, donde tuvo periodicidad semanal. También se imprimió clandestinamente en el interior.
Cuando en 1975 el movimiento anarquista reorganiza la CNT, se decide volverlo a editar, esta vez con periodicidad mensual. Y hasta la fecha ha seguido saliendo, para orgullo de libertarios y disgusto de autoritarios de todo tipo. Para saber más de la historia del periódico se puede consultar el libro de reciente aparición, El hilo rojinegro de la prensa confederal (1932-2012). 80 aniversario del periódico CNT, de J. P. Calero, M. Losada, C. Sanz y J. Vadillo.
Pero queremos también aprovechar la ocasión para resaltar una característica del periódico frecuentemente olvidada. Nos referimos a la creación de los símbolos identificativos de la CNT. Cuando se crea el periódico, para referirse a la CNT se suele decir “los sindicatos”, “la Confederación”, “la Organización”, escribiéndose así o, si se recurre a las siglas, se suele poner “CN del T”. A partir de entonces se generaliza la utilización de las siglas CNT. Por cierto, el nombre del periódico surgió en contraposición al máximo órgano de las clases conservadoras, el ABC.
La CNT ya tenía un escudo, Hércules despedazando al león de Nemea. Se dice que surgió a partir del Congreso de la Regional catalana de Sans (por el barrio barcelonés donde se celebró) pero no está claro que se presentara allí y, mucho menos, que se sometiera a votación; pensamos que se aceptó sin más (lo mismo ocurrió con el supuesto emblema de la AIT a mediados del siglo pasado). El problema del escudo es que, en la época, era complicado reproducirlo en la propaganda; habrían tenido que contar los compañeros de todos los sindicatos con imágenes de diferentes tamaños, y eso resultaba muy caro. Por eso se optó por poner las siglas para que, en un golpe de vista, se identificara quién editaba la propaganda. Lo de introducir los colores rojo y negro en la cabecera es de 1934 y tiene mucho que ver con la pertenencia a grupos anarquistas de los animadores del periódico. La CNT, si usaba alguna bandera, era la roja. Lo mismo vale para el anarquismo, al menos en España. El anarquismo internacional empieza, tras la Comuna de París, a teñir sus banderas de negro y, sobre todo, a confeccionarlas rojas y negras por mitades. Esto a pesar de quien identifica esos colores como unión de anarquismo y sindicalismo, y de cierto ególatra que se presenta como inventor de la bandera rojinegra en 1931. La rojinegra es la bandera anarquista tras la Dictadura, pues es conocida por los compañeros exiliados en Europa; también por los contactos con el movimiento libertario de Sudamérica. De hecho, en los primeros años treinta se la conoce como “la bandera de la FAI”. No es ajena la redacción del periódico CNT a que sea adoptada como propia por los sindicatos confederales, e incluso por la AIT. Y así hasta la fecha.
Felicitamos al periódico CNT por sus primeros 80 años y le deseamos una larga y revolucionaria vida. Con salud y anarquía.

Alfredo González

(Publicado en Tierra y libertad 294, enero de 2013)

No hay comentarios: