He tenido la oportunidad de ver la película Good, gracias a ese invento que ha sido el cheque de cine para ver películas por tan solo 2€.
La película, dirigida por Vicente Amorim y protagonizada por Vigo Mortensen, cuenta la historia de John Halder, un profesor de literatura en Alemania en el momento que comienza a emerger el nazismo. Halder no quiere al principio unirse al NSDAP, pero por una novela que escribe, que era del agrado de los dirigentes nazis, escribe un ensayo sobre ética en la linea nacionalista del nazismo, que le hace no solo unirse al partido sino como miembro de honor de la SS. Halder cree que hace una buena labor, que los nazis no se van a atrever a ir mas lejos en sus leyes represivas contra opositores políticos y judíos. Eso hace que se vaya alejando en amistad con un amigo suyo, Maurice Gluskenstein, judío e intelectual. La barbarie nazi alcanza a Halder sin apenas haberse enterado. Y cuando quiere reaccionar, aunque solo sea mentalmente, ya es demasiado tarde.
Si bien la película no profundiza en algunos aspectos, es una buena muestra de como la mayoria de la población se vio atenazada por la barbarie nazi. Halder es un personaje de ficción. Pero en la realidad catedráticos, profesores, médicos, jueces, abogados, ingenieros, historiadores, etc., sufrieron un proceso de nazificación. Un caso paradigmático fue el del filósofo Martin Heidegger.
El estudio sociológico y antropológico que llevo a aceptar a casi toda una sociedad unos parámetros genocidas es algo digno de estudio. La subida al poder de Hitler desde el punto de vista económico es algo muy estudiado. La crisis que azotaba a Alemania hizo que su política se hiciera atractiva. Atractiva no solo a las masas sino a los propios capitalista, que vieron en el fascismo la tabla de salvación a sus privilegios.
Pero que gente con una capacidad intelectual alta se vieran fascinados por una ideología que daba odio y genocidio, es un caso mas particular. Y Good va en esa linea.
De enorme caracterización es una frase de cuando el profesor Halder llega al campo de concentración y un oficial de ese campo se refiere a los allí recluidos como "objetos". Sintomático del régimen racista nazi.
Película recomendable desde luego. Vigo Mortensen hace un papel excepcional. La figura de un profesor tímido, que le sigue durante todo el film el leiv motiv de la música de Gustav Mahler, se ve envuelto entre personas que nada tienen que ver con él, pero que le han aupado a los altares. Su separación de su mujer Helen y su vida nueva con Anne, una alemana típicamente aria. La pareja perfecta en la Alemania nazi. Su distanciamiento de su amigo Mauricie, etc.
Interesante y de interés
4 comentarios:
Esta película está bastante mejor. La historia de un actor alemán izquierdista que acaba colaborando con los nazis. Una metáfora de que, en un régimen fascista, aquellos que no son militantes (y que pueden tener simpatías políticas incluso opuestas al gobierno), diluyen sus responsabilidades políticas afirmando que sólo asumían un rol frente a quienes tenían el poder para sobrevivir (aunque la "supervivencia" era muchas veces beneficio, aunque se rechazara incluso la opción del exilio).
Si el fascismo era Mefistófeles, los que siguieron con su tranquila vida normal bajo el fascismo fueron Fausto.
Mauricio, una idea que te lanzo tal como se me acaba de ocurrir: ¿no crees que otro punto acertado de películas como estas es que presenta cómo intelectuales y artistas pudieron ser atraídos por el fascismo por motivos más bien prosaicos, que combaten cierta opinión de nuestros elitistas de izquierda de que el fascismo fue sólo apoyado por el mediocre-hombre-común?
Se me acaba de ocurrir. A lo mejor es una bobada.
(Pregunta: ¿Heidegger "se nazificó", o era nazi?)
Carlos:
Desde luego que el fascismo no solo fue apoyado por las clases populares. Sin la inestimable ayuda de las clases pudientes el fascismo nunca hubiese accedido al poder. Creo que recordar que ponía enel blog que el fascismo fue la tabla de salvación del capitalismo ante el empuje obrerista y revolucionario. Y me mantengo firme en ello.
Mephisto es una película de la que me han hablado muy bien. Creo que ya va siendo hora de verla.
Lo de Heidegger es curioso. Yo opto porque era nazi, lo que pasa es que llegó un momento que vio que aquello podía salir derrotado y se fue apartado. Salvando las distancias es un proceso similar al de arquitecto Albert Speer o a la cineasta Leni Rienfesthal.
Y yo estoy de acuerdo (¿Has visto La caída de los dioses, con Visconti poniendo a MacBeth en la Alemania de 1930?). Pero hay que hablar de la responsabilidad de tantos profundos intelectuales y exquisitos artistas, de esos que (como digo) desprecian (no digo "despreciaban" o "han despreciado") al hombre común por "mediocre". El racismo seudocientífico nazi les venía como anillo al dedo.
Algunas de las mayores inteligencias del siglo XX apoyaron e incluso tuvieron una responsabilidad tremenda en lo que hicieron los nazifascistas. Recordemos a Carl Schmitt.
Publicar un comentario