lunes, 22 de septiembre de 2008

HÉROES Y CAÍDOS. Políticas de la memoria en la España contemporánea


Siguiendo con mi temática memorialistas, este fin de semana he terminado de leer un interesante libro de Luis Castro titulado Héroes y caídos. Políticas de la memoria en la España contemporánea. El libro, editado por Catarata en este año 2008, me ha parecido muy interesante por algunos aspectos que toca y por el recorrido histórico que hace a la memoria y a las políticas que se han llevado en España sobre la misma. Trata de forma muy interesante como se ha forjado toda la parafernalia alrededor de la simbología y la memoria franquista, que fue la sepultura para los derrotados en la guerra. Aun así también hay que hacer algún tipo de crítica a la obra, pues en ocasiones el autor peca de una cierta parcialidad debido a su militancia política en los años de la transición de uno de los partidos que la encabezan, como es el caso del PSUC.

Lo primero que destaco del libro es que establece que lo que ahora se vive en España, esas frases tan recurridas como "hay que olvidar el pasado" "no abramos heridas ya cerradas" es algo inédito en la historia de España contemporánea. Ningún régimen político instaurado ha dejado pasar la oportunidad de echar cuentas con el pasado. Y lo hace ver el autor desde la Guerra de la Independencia en 1808. Todos los regímenes han depurado responsabilidades del anterior. La transición de 1975-1978 no lo hizo. Algo atípico en la historia de España. Y sobre todo pactado por la cúpulas de las partes en conflicto.

Excelente es el repaso que hace a como se ha tratado la temática de la Guerra Civil desde las instituciones franquistas, prácticamente desde el instante de golpe de Estado de 1936. Su repaso a los muertos, a la memorialística, a la simbología o actos como la Causa General están perfectamente tratados. La machacona educación nacional católica queda como lo que fue, un agente distorsionador, que junto con la represión a los vencidos, sirvió para crear una conciencia en la población entre el engaño y el miedo. Importante también cuando trata algunos de los muertos del franquismo, como el caso de Onésimo Redondo. La muerte de este personaje fue ridícula, ya que confundió un camión de milicianos de la CNT con uno de falangista, merced al a coincidencia de colores en la bandera. Una puerilidad que fue ocultada por el franquismo y presento a Onésimo Redondo como un mártir muerto en una emboscada por las "hordas rojas"

Los muertos de los vencedores tuvieron todos los honores del mundo. El de los vencidos no.

Muestra como en la Causa General se falsearon datos y se mostró imagenes truculentas que en muchas ocasiones están perpetradas por los propios rebeldes. Igualmente, aunque de una manera comedida, también el falseo de datos en relación a la represión religiosa, pues muchos de los religiosos que se dice asesinado lo fueron en acciones de guerra. Yo aquí iría mas lejos que el autor y reforzaría un mas la maledicencia y la sinrazón de la Iglesia. los estudios locales que se realizan sobre represión religiosa tienden a la baja y hubo lugares donde fue testimonial o ni existió. Al igual que la represión contra derechistas. En lugares donde se contabilizaban muertos que luego no existían como tal, surgiendo el tema de los llamados "resucitados" Hay casos en ambas cuestiones, represión religiosa y represión a derechistas, muy curioso en la zona que yo he realizado mis estudios de investigación, Alcalá de Henares.

Es quizá la parte del libro la que mas crítica se le puede hacer. El autor fue militante del PSUC en el último periodo del franquismo. Ello le vale para justificar alguna de las medidas que se tomaron en aquel tiempo. En esta linea estoy en la linea que Octavio Alberola y Félix Villagrasa tienen en su libro Miedo a la memoria, que comentaré en breve en el blog. La transición fue un pacto de mínimos entre los sectores franquistas y una parte de la oposición democrática que renunció por nada a su pasado. Partidos como el PCE se vendieron muy barato. No estoy de acuerdo con el autor cuando compara la situación de España en abril de 1931 con la de 1977-78. Para mí la proclamación de la República nada tiene que ver con la instauración juancarlista. La República, con todos sus errores y aciertos, fue una ruptura respecto al régimen anterior. El intento de una sociedad nueva. La Transición democrática es la transformación de las instituciones franquistas en otras de talante democrático. De la ilegitimidad del régimen franquista forjan la legitimidad del actual y con la cabeza visible del Jefe de Estado como ejemplo de ello. El TOP, evolución del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, es sustituido por la Audiencia Nacional. El sistema de representación sindical no cambia, sino en la mayor oferta de sindicatos. Aquellos que criticaron tal sistema fueron reprimidos y apartados. El caso de la CNT, donde el autor no quiere entrar, es paradigmático.

Igualmente crítico del autor la cuestión de la denominación de "memoria histórica" Esto se ha convertido hoy en un genérico. La historia es mucho mas amplia que la memoria y si bien se complementan, también se pueden repeler. Aunque sí es cierto que ha generado un interesante movimiento ciudadano digno de estudio y de apoyo.

Pero salvo alguna cosa mas de menor importancia, me parece que el libro esta muy bien y es recomendable su lectura. A nivel de cuestión de memoria lo revisa todo muy bien y establece puntos de vista muy interesantes. A nivel de crítica historiográfica sería comparable al libro de Carlos José Márquez Como se ha escrito la Guerra Civil, del que recomiendo también su lectura.

La memoria sigue siendo pues un tema de actualidad en primera linea.

1 comentario:

Carlos José Márquez dijo...

Mauricio, lo primero, gracias por la publicidad gratuita.

Lo segundo, te recomiendo que te leas El pasado de bronce, de Gabriele Ranzato.

Y lo tercero, ¿te has leído el libro que acaba de publicar Ferran Gallego sobre la Transición democrática?

PD: no me he olvidado de lo del fascismo.