domingo, 23 de septiembre de 2007

La importacia social de las utopías (II)


En esta segunda parte del trabajo vamos a abordar las utopías desde la Ilustración hasta Fourier.
A pesar de ser un término bastante genérico, la Ilustración representa un periodo que despierta la conciencia social y permite la aparición de nuevas corrientes y formas de expresión y pensamiento. Y el recurso utópico es uno de ellos, con todo lo que conlleva.
Uno de los primeros que lo utiliza es Mercier que inaugura la concepción utópica en forma de ucronía. Su obra 2440 presenta un París en el siglo XXV, con todos los avances de la Ilustración con todas las propuestas que la Ilustración ha puesto en liza. La economía es agrícola, ha prescrito el lujo, Francia renuncia a sus colonias y los ciudadanos no están sujetos a los recaudadores de impuestos. Se presentan las ventajas del proyecto de progreso y como es lo que tiene que hacer todas las naciones. El personaje protagonista, que finalmente vuelve a la realidad de su momento, no puede sino derramar lágrimas por ese París del siglo XXV.
Este modelo de utopía futurista lo presenta también Restif de La Bretonne en su obra El año 2000, una comedia en tres actos donde propone un siglo XXI de felicidad y de igualdad.
Los utopistas de ese momento en Francia se dividen en dos grupos:
- Los conservadores, que defiende la utopía del despotismo ilustrado. Destacan figuras como Bareins, Terranzone, etc.
- Aquellos que proponen utopías educativas como Diderot, utopías radicales como Morelli o Dom Deschamps o ucronías como las citadas de Mercier y Restif de La Bretone. Son los igualitaristas.
La Revolución Francesa, si bien frena el movimiento de las utopías, permite poner alguna de sus cuestiones en práctica. Se está inaugurando un nuevo ciclo de la historia.
En Inglaterra si bien hubo ausencia de utopías al inicio del siglo XVIII, las utopías francesas tuvieron bastante eco. Solo hay una utopía de interés Las aventuras del señor Laurete de Lucca, escrita por Berrington en 1737. Pero si bien el final del siglo XVIII fue un parón de las utopías en Francia en Inglaterra ocurre todo lo contrario. Comienzan la aparición de obras trascendentales de autores de renombre como Thomas Paine, John Wilkins, William Godwin, Mary Wolstonecraft, Mary Shelley, etc. No son utopías propiamente dichas, pero utilizan recursos como la sátira y la fantasía. El objetivo era encontrar una sociedad que fuese dueña de sí misma. Quizá las obras mas trascendentales son las de Mary Wollstonecraft Vindicación de los derechos de la mujer, como uno de los primeros manifiestos en defensa de las mujeres, y la de William Godwin Investigación acerca de la justicia política, que está empezando a perfilar la sociedad anarquista.
Como utopías propiamente dichas está la de Thomas Spence, que adopta elementos de la iglesia no oficial en favor del cambio de la sociedad inglesa. Sus visiones entre 1795 y 1801 dan lugar a su obra La República marina.
En Alemania es el momento en que se desarrolla el movimiento Sturm und Drang liderado por Goethe. Destacaríamos la obra de Meyer Oinosoro, la de Van der Velde La curación de pasión de la conquista (obra educativa) o el fragmento de Goethe Los viajes de Wilhem Meister, escrito tras acabar Fausto
Entramos ya de lleno en la utopía contemporánea, donde destacaremos varios personajes que inauguran la utopía socialista.
El primero sería Saint-Simon que inaugura la fisiología social que se puede considerar el precedente de la sociología. Saint-Simon establece que la historia se ha movido por ciclos, cuestión que tomará posteriormente Marx. La utopía de Saint-Simon parte de que la Tierra está avanzando a un nuevo periodo industrial, entorno a la producción y el consumo. Ese nuevo mundo debe estar apoyado en el mundo industria con un complemento de relaciones nuevas como por ejemplo una religiosidad renovada. Tiene un primer proyecto en 1802, bastante rudimentario, que perfecciona en el Nuevo Sistema Industrial de 1821.
El saintsimonismo acabó siendo una especia de secta con una repercusión enorme. En ella se inicia Augusto Comte. Solo a partir de la década de 1830 el saintsimonismo comienza a perder fuerza frente al fourierismo. Con la conquista de Argelia hubo núcleos saintsimonianos allí. Igualmente mantuvieron durante mucho tiempo dos periódicos "El Productor" y "El Globo" No podemos entrar, por lo complejo del asunto, en las diversas escisiones del movimiento saintsimoniano. Quizá algún día le dediquemos un post completo solo a este tema.
En Inglaterra también se produce movimientos utópicos, aunque en menor medida que en Francia. Aun así son de enorme trascendencia. Sería el caso de Robert Owen. Fue un empresario y un hombre práctico. Su centro de New Lamarck aun hoy es visitable y sigue funcionando en Inglaterra. Él es uno de los iniciadores del cooperativismo. Su concepción de la sociedad la lega en el escrito La nueva visión del mundo editado en Ensayos de la formación del carácter Owen surge del mundo artesanal e introduce entre sus medidas la reducción de jornada laboral, la subida de los salarios, el saneamiento de las viviendas, etc. Si en aquel momento en Inglaterra se desarrollaba movimiento como los ludditas o las revueltas del Capitán Swing, las fábricas de Owen no tuvieron esos problemas. Owen tornó todo esto en filosofía, dando carácter de formación al obrero. La sociedad debía de dar al individuo algo más que cubrir sus necesidades. Por eso la educación es central.

Ante la Ley de Pobres de 1817 Owen plantea la creación de “Aldeas de organización de parados forzosos”. Sus concepciones sociales se basaban en el cultivo agrícola y las cuestiones industriales. Las poblaciones oscilarían entre 500 y 2000 habitantes, aunque el número ideal sería 1200. En un mismo espacio se reúne la vivienda, las dependencias y los espacios de ocio. La comunidad estaría bajo inspección técnica. Comienza a plantear el federalismo entre comunidades, cuestión que desarrollará posteriormente con brillantez Proudhon.

Con estas concepciones llegaron fundar 7 sociedades, pequeñas comunidades que fueron poco a poco en decadencia. La que el dirigió fue New Harmony.

En 1821 escribió El sistema social, aunque lo publicó en 1822. La obra fue despreciada por los economistas de la época.

Bajo estos parámetros Owen se marcho a EEUU y allí fundó una comunidad en territorio virgen, comprando una finca de propiedad terrateniente. Pretendía fundar así un mundo nuevo. La colonia duró de 1824 a 1828. El fracaso lo achacó a ser un proyecto prematuro. Su colonia la baso en dos principios que con posterioridad no consideró buenos:

A) La igualdad del esfuerzo

B) Cada uno recibía según sus necesidades y no lo que aporta.

En Glasgow lo intentó un discípulo suyo y también fracasó. Al volver a Inglaterra ya no intenta estos proyectos utópicos, como la creación de las bolsas de trabajo y el desarrollo de las cooperativas.

Su última etapa es la del Owen sindicalista, creando las Trade Unions, que pedía reducción de salarios, mejora de los jornales y sentido de solidaridad de clase. Plantea las huelgas como una medida efectiva de lucha obrera. Pero Owen choca con los obreros al querer mostrar a esto que el patrón también mira por el bien de la producción. Por ello funda la Sociedad de Regeneración Nacional. Su proyecto fracasó porque finalmente el tradeunionismo se une al cartismo.

Finalmente surge un Owen comunista, fundado una Sociedad para la Religión Racional he iniciando proyectos como el Harmony Hall.

De entre estos personajes hay que destacar también a Charles Fourier. Nacido en Besançon, estudio con los jesuitas y pudo conocer Europa a través del comercio. Una de sus primeras obras en “La teoría de los 4 movimientos”, presentado una sociedad explicada por el principio natural. Paso completamente desapercibida. Los seguidores de Fourier lo comienzan a tener en cuenta a partir de 1822 cuando escribo El tratado de la asociación domestico-agrícola, aunque su obra utópica la escribe en 1829 con el título El nuevo mundo industrial y societario Sus seguidores se multiplican por Francia. Inaugura el falansterio o familisterio.

Fourier siempre esperó que alguien invirtiera dinero en el proyecto que tenía entre manos, pero jamás ocurrió. Edito un periódico titulado “La Phalangs” en 1836 que desapareció apenas dos años después.

Pero Fourier si había conseguido un logro. El que numerosas personalidades se sintieran atraídos por su pensamiento. Y tuvo discípulos y seguidores adelantados, como el caso de Víctor Considerant, que amplió incluso la perspectiva fourierista. Escribió un interesante libro, El socialismo del mundo antiguo. Considerant llegó incluso a ser diputado aunque fue perseguido y condenado por defender el ideario fourierista. Marchó a EEUU donde continuó su propaganda e incluso constituyó experimentos de falansterios.

Cuando Fourier planteó el falansterio lo hizo para organizar un dominio de unas 2000 hectáreas con construcciones de tres pisos de altura, donde se incorporaba un esquema funcional. Habría teatros, bolsas y una Iglesia. El interior de las viviendas era habitable y tenían libertad de movimientos.

El leiv motiv era el trabajo, atrayente y atractivo. El objetivo de Fourier era sintetizar el desarrollo industrial y el agrícola. En los falansterios no desaparecían las clases sociales pues el objetivo era una convivencia entre todas y que todas participaran del trabajo. El trabajo en el falansterio podía conducir al desarrollo social en interés de cada uno. Incluso condieraba Fourier que la fatiga era un condicionamiento psicológico y que según el modo de organización social que proponía quedaba completamente descartado. Por ello se ha llegado a denominar como “socialismo psicológico”.

Dejando a un lado a Víctor Considerant, su influencia en el desarrollo de utopistas norteamericanos fue importantísima. Fourierista fue Albert Brisbane y Greeley. Desde su periódico “La tribuna de Nueva York” cedió un espacio para la exposición de las ideas de Fourier.

Fourier fue valorado como un pensador extraordinario por alguno de sus conocimientos y criticado en otros por pura fantasía. El desarrollo tan peculiar del falansterio fue venerado por sus discípulos y ridiculizado en los ámbitos sociales.

Con esto acabamos la segunda parte de las utopías. La tercera parte la dedicaremos al desarrollo de las utopías de Cabet y de las utopías socialistas hasta llegar a las distopias del siglo XX. El último capítulo lo dedicaremos al pensamiento utópico en España.

1 comentario:

edu dijo...

Esto es dedicar un blog a algo provechoso, y no lo que hago yo.