Tengo que reconocer que leer una
novela histórica que trate asuntos de la historia contemporánea siempre me
causa mucho recelo. Las razones son dos. La libertad que da la literatura hace
deformar en muchas ocasiones los acontecimientos históricos. Esto sería cuestión
menor si no fuera porque muchos de ellos son mutilados a conciencia. Teniendo en
cuenta que es más sencillo leer una novela que un ensayo o una obra histórica,
la visión que puede quedar al lector sería distorsionada. Y cuando la temática
que se trata es la Segunda República y la Guerra Civil pues esa percepción se
convierte en auténtico espanto.
Pero
hay que decir que En el sabor del tiempo
no cumple ninguno de los dos preceptos anteriores. Lo primero porque el
escritor que aborda la obra es un historiador y conoce perfectamente la
historia que cuenta, tanto por su parte autobiográfica o historia de familia,
como por el contexto en el que la ubica. Y por otra parte porque los
acontecimientos son perfectamente reflejados. Siempre son discutibles algunas
interpretaciones. Pero no deja de ser eso, interpretaciones ante el
acontecimiento histórico. Habría incluso que preguntar si lo que se pretende es hacer una novela histórica o una novela que habla con la historia en la mano. Esta segunda aceptación me parece la más acertada.
El
autor de la obra es Feliciano Páez-Camino. Doctor en historia por la
Universidad Complutense de Madrid, es un experto en las relaciones
hispano-francesas durante la Segunda República. Esas relaciones entre Manuel
Azaña y Edouard Herriot. Su trayectoria personal (nació en la Argelia francesa
al ser hijo de un exiliado republicano español) como académica (ha estudiado y
trabajado en universidades francesas) le hace un perfecto conocedor de la
historia. Y así lo plasma en esta novela.
No
voy a desentrañar la historia de la misma, pues lo importante es que se lea. La
obra está dividida en dos partes. En la primera se hace un salto cada capítulo,
entre la historia de un joven Andrés, maestro en un pueblo de Málaga durante la
Segunda República, que se comienza a vincular en política y combate a favor de
la República durante la Guerra Civil, y la historia de Carlos, el hijo de Andrés,
cuando años después viven en Argelia y tienen como telón de fondo la lucha
entre los autóctonos y los franceses por la independencia del país. La segunda
parte es un corrido desde que salen de Argelia ante los tambores de guerra y
por la extensión del terrorismo, hasta el regreso a España donde Carlos se va
relacionando en un entorno “inhóspito
pero no monolítico, de la España nacionalcatólica”, como el propio autor
define en la contraportada del libro.
Es
de mucho interés como presenta la España de la República. Las convulsiones
políticas, las ideologías en liza, la lucha y la Guerra. Acontecimientos reales
como la “Desbandá” (hay varios libros que hablan de esto y también una pequeña
novela Luis Melero que ya reseñé hace tiempo en este blog: http://fraternidaduniversal.blogspot.com.es/2009/06/la-desbanda-un-libro-sobre-la-republica.html),
que el protagonista Andrés vivió en persona. Uno de esos ejemplos de crimen
contra la humanidad que se cometió durante el conflicto civil. Pero también nos
muestra la realidad de Argelia en la década de 1960 y la difícil posición de
los españoles. Frente a unos franceses que no se reconocían metropolitanos y
hablaban de una Algerie française
(los llamados pieds-noirs) y unos argelinos con deseos justos de independencia
y que van creando sus estructuras para ellos. Los españoles, derrotados de la
Guerra, son simpatizantes de los argelinos, pero son vistos por muchos de estos
como los invasores franceses. Y luego la realidad de una España atrasada por el
franquismo, con sus estrecheces mentales, en la visión de un niño que se va a
adaptando a ese entorno y va cogiendo conciencia política.
Quizá
solo le haría una pequeña crítica. Durante la Guerra Civil, al exponer las
distintas ideologías que se presentan, la posición en la que quedan
caballeristas y anarquistas es como de menores de edad ideológicos. Evidentemente
el protagonista de la historia, Andrés, es simpatizante socialista pero muy
cercano a un PCE que entiende la Guerra de una manera que también comparte el
mismo protagonista. Sin embargo la realidad nos muestra un movimiento obrero
donde caballeristas y libertarios eran mayoritarios frente a un PCE que ganó
influencia convirtiéndose en un partido de aluvión.
Pero
nada empaña esta gran obra. Recomendable su lectura, pues no solo esta bien
estructurada sino bien escrita, lo que hace de ese paso de páginas un auténtico
placer. A la persona que me la regaló solo le puede decir gracias.
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