martes, 17 de abril de 2012

LA IMAGEN Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA


Coincidiendo con las jornadas "Memoria del silencio", sobre el tratamiento en el cine de la Guerra Civil española (festival de cine organizado por El Ojo Cojo, y con la colaboración del periódico Diagonal o la Fundación Anselmo Lorenzo, entre otros), he publico este pequeño artículo para el periódico Diagonal.

Coincidiendo con el Segundo Festival “Memorias del Silencio” sobre el cine de la Guerra Civil española (organizado por El Ojo Cojo), viene a colación hablar sobre la imagen para tratar el conflicto bélico de 1936-1939.

La Guerra Civil española fue un conflicto que desde el primero momento contó con filmaciones. Tanto la CNT-FAI como el PCE tuvieron producciones cinematográficas propias, lo que hizo que desde el primer momento se pudiera mostrar en imágenes la lucha en los frentes de batalla así como la reorganización de la retaguardia. Hace pocas fechas la organización confederal ha reeditado todas sus películas. Un documento único que permite reconstruir a través de la imagen una parte de la historia del conflicto civil y la revolución.

A pesar de que los sublevados también tuvieron algunos laboratorios cinematográficos durante la Guerra, tras la misma hicieron numerosas producciones. Era la visión de los vencedores en la Guerra. Algo que se ha trasmitido a lo largo de la historia y ha servido para malformar el desarrollo del conflicto como legado histórico. Películas como Raza (en sus dos versiones), Rojo y Negro (visión falagistas de la guerra) o documentales como Franco, ese hombre (Saenz de Heredia) o Morir en España (Mariano Ozores), son ejemplo de ello. Para la parte derrotada, para la República, se desarrollaron documentales fuera de España, como el de Frederic Rossif en Francia, Morir en Madrid, o el que Richard Prost realizó para el Movimiento Libertario Español en el exilio con el título Otro futuro.

La muerte de Franco y el restablecimiento de las libertades democráticas no significó para el cine sobre la Guerra Civil un mejor momento. La mayoría de las películas seguían la estela que el conflicto civil fue responsabilidad de ambas partes (La Vaquilla, a pesar de sus gags es un ejemplo de ello) para cuando no seguían con aquello de “vencedores y vencidos”. Intentos como el de Vicente Aranda en Libertarias no han servido sino para seguir desfigurando la idea de la Guerra Civil. Curioso es que una producción británica, como fue Tierra y Libertad se convirtiera en la mejor película sobre la Guerra Civil, si bien mantiene muchísimas deficiencias con posiciones idílicas sobre el conflicto.

A espera aun de una producción de cine que sea una visión ecuánime de la Guerra Civil (que se trate la Guerra como consecuencia de un golpe de Estado contra la legalidad republicana sería el primer paso) hay que incentivar iniciativas como la del Ojo Cojo. La imagen y el coloquio es la mejor manera de acercarnos de forma amena a la Guerra Civil española


Julián Vadillo Muñoz



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