jueves, 15 de marzo de 2012

ANIVERSARIO DE LA MUJER TRABAJADORA. El siglo XIX. Atraso y toma de conciencia de las mujeres en España


Inauguramos un post sobre la lucha de las mujeres en España por sus derechos y reivindicaciones. Será de dos capítulos. Este dedicado al siglo XIX y otro al siglo XX. La mejor manera de valorar la actualidad y proceder a un futuro mejor es conocer el pasado de las reivindicaciones y la historia.
El texto esta extraido de un texto presentado por mí en un curso en la Universidad Mediterránea de Vilanova i la Geltrú

El siglo XIX en España se inauguraba con los ecos que desde Europa venían a consecuencia de la Revolución Francesa. El efecto que el derrocamiento de la monarquía de Luis XVI había tenido en el resto de potencias europeas, posibilita toda una campaña a favor y en contra de las ideas innovadoras que ya la Ilustración esta legando.

Pero el modelo social español era sensiblemente mas retrasado que el que se estaba gestando en Europa. A pesar de que la Revolución Francesa da un giro a partir de 1795 en sus postulados progresivos, en España la monarquía encabezada por Carlos IV estaba muy lejos de los ideales emanados del país vecino.

La invasión napoleónica de 1808 y la consecuente Guerra de la Independencia, hace que las posturas larvadas que se mantenían en muchos sectores de la sociedad salgan a flote.

La situación de las mujeres en España era de un claro atraso durante ese siglo. Para Emilia Pardo Bazán el siglo XIX es crucial en la historia de las mujeres, debido a que mientras la sociedad va avanzando en los postulados liberales que paulatinamente se van imponiendo, las mujeres se van quedando rezagadas, y no precisamente por su voluntad. El modelo de mujer sigue siendo el de “ángel del hogar”, legado por la doctrina burguesa. Pero en el caso de la mujeres de clase obrera la situación es todavía mas difícil, debido al atraso cultural que sobre ellas se cierne así como a la situación de miserabilidad que la deficiente sociedad industrial que se esta construyendo en España esta legando a la clase obrera.

Los ecos de mujeres transgresoras de fuera de España, como fue Olimpia de Gouges en 1791 con su Los derechos de la mujer y la ciudadanía en contestación a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, Mary Wollstonecraft[1] en 1792 con su Vindicación de los derechos de la mujer, o Harried Taylor Mill, esposa de John Stuart Mill, autora de un Ensayo sobre la igualdad sexual, no había llegado todavía, o bien se conocía en círculos muy reducidos.

Pero es quizá el analfabetismo el gran culpable del atraso de las mujeres. Si la clase obrera tenía difícil o casi imposible el acceso a la educación, en el caso de las mujeres trabajadoras se convertía en casi una quimera. A la altura de 1860 la tasa de alfabetización femenina era de apenas un 12% frente a no menos desalentador 42% de los hombres.

Los intentos de reforma educativa dentro del sistema se tornaron insuficientes. Hasta la llegada del Sexenio Democrático, tan solo la Ley Moyano de 1857 inicio un tibio inicio de reforma educativa, pero completamente insuficiente para las carencias del país. Hubo, eso sí, intentos fuera del sistema. En 1818 se impulsa la creación de la Escuela Lancasteriana y en la década de 1830, con un tibio aperturismo provocado por el triunfo liberal, las doctrinas pedagógicas de Pestalozzi se hacen eco en algunos círculos.

Igualmente en ese momento comienza a emerger un movimiento socialista al paraguas de las doctrinas que algunos exiliados han aprendido en el extranjero. Las ideas de Saint-Simon o Fourier se hacen eco en periódico como El nuevo pensil de Iberia, impulsado por personalidades tan importantes como Fernando Garrido o Francisco Pi i Margall. En sus páginas ya se comienza a sentir el impulso de un sentimiento feminista. Allí Margarita Pérez de Celis comienza su labor de reivindicación de los derechos de la mujer como sujeto político. Ella si se hace eco de las obras, por ejemplo, de Wollstonecraft. Es una de las pioneras de los derechos de la mujer en España, dentro de las corrientes de igualdad que el socialismo, en este caso fourierista, ya esta legando.

Es uno de los pocos ejemplos que durante esa primera mitad del siglo XIX hay de reivindicación de los derechos de la mujer. Bien es cierto que existía un modelo de prensa dirigida a las mujeres, pero mas en la linea de esa concepción de “ángel del hogar”, y que paradójicamente, no estaba realizada por mujeres.

Es la fecha de 1868 el punto de inflexión para el despegue definitivo de la concepción de la mujer en su lucha como sujeto político. Con el derrocamiento de la monarquía Isabel II y el establecimiento de un régimen que tiende hacia la democratización de la sociedad. Igualmente se produce un avance en las cuestiones laborales, así como en el desarrollo de las ideologías transformadoras, que cuentan ya con las mujeres como participantes indiscutibles.

En un primer momento el krausismo tiene bastante importancia para este avance. Introducido en España por el soriano Julián Sanz del Río, la corriente krausista es claramente modernizadora y europeísta. Primeramente Julián Sanz del Río al frente de la Universidad Central y luego Fernando de Castro, impulsan las llamadas “Conferencias Dominicales para la Educación de la Mujer”. Igualmente en 1869 se funda el Ateneo Artístico y Literario de Señoras, impulsado por Sáenz de Melgar y Concepción Arenal.

Es el Sexenio Democrático (1868-1874) un momento de tibio avance de la mujer en el plano social, cultural y político. Igualmente en este momento histórico se produce la introducción de las corrientes obreristas en España. Si bien el marxismo no había tenido un debate aun profundo sobre la cuestión de la mujer y sus posturas se basaban en la obra de Marx y Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, el anarquismo si que tenía ya a la altura de 1868 dos posturas claras en relación a su concepción de la mujer. Son las que representa Pierre Joseph Proudhon y Mijail Bakunin:

A) Para Proudhon las mujeres son reproductoras y su contribución a la sociedad tiene que venir determinada por su posición y papel en el hogar.

B) Para Bakunin las mujeres son iguales que los hombres y su emancipación depende de la incorporación al trabajo en el mismo término que los hombres.

En España las concepciones anarquistas que triunfan son las bakuninistas, por lo que la visión de la emancipación de la mujer se convirtió en el movimiento ácrata en una de las piezas fundamentales de su programa reivindicativo, como iremos viendo.

En la España de la segunda mitad del siglo XIX, momento en el que el anarquismo organizado se introduce en España, la mayoría de las mujeres dependían económicamente de los hombres y su vida era el ámbito domestico, aunque esto no significa que no trabajaran fuera de la casa. Así las mujeres del campo tenían responsabilidad en la huerta, pero sin salario. La mujer en la ciudad ocupaba mas el trabajo textil, incluso en su propia casa, pero con un salario tremendamente bajo. Las relaciones sociales de las mujeres eran con otras mujeres, ya fueran vecinas, compañeras de trabajo o en el mercado.

En el primer congreso de la FRE (Federación de la Región Española) en 1870, se establecía que hombres y mujeres eran iguales y que ambos debían de combatir juntos por su mejora particular y por una mejor sociedad. Una de las razones de esto, es que allí donde había sociedad obreras de carácter anarquista fuerte, también había una gran explotación femenina. Aunque se adopto la resolución de “la mujer puede ejercer los mismo derechos y deberes que el hombre”, había quien veía a las mujeres como compañeras de los revolucionarios y no como revolucionarias en sí.

Con la caída del Sexenio Democrático tras el golpe militar del general Pavía y el pronunciamiento monárquico de Martínez Campo en Sagunto en 1875, se reconstruye la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII.

Se produce con la Restauración un retroceso en todos los ámbitos de la vida de los españoles. En educación accede a los mandos del ministerio Orovio, que impulsa una contrarreforma conservadora. Los krausistas, que durante el Sexenio habían realizado una importante labor en educación, se ven fuera de la Universidad. Por ello crean en 1876 la Institución Libre de Enseñanza (ILE) por iniciativa de Francisco Giner de los Ríos, que pone la co-educación como elemento fundamental en el desarrollo de las personas.

A pesar de que la Restauración no era el medio político más idóneo para el desarrollo de la lucha de las mujeres, es el inicio del desarrollo del movimiento obrero a gran escala y donde las mujeres se implican de forma paulatina.

Figuras como las de Belén Sárraga o Teresa Claramunt se hacen populares, así como la de la estudiada Soledad Gustavo, a la que dedicaremos un capítulo especial.

Teresa Claramunt Creu (1862-1931)[2] pasa por ser una de las militantes anarquistas pioneras mas destacadas. Obrera del ramo del textil adquirió una cultura amplia. En 1884 forma parte ya de las Sección de Oficios Varios de trabajadores anarcolectivistas de Sabadell. Si bien Teresa Claramunt estuvo mas en la linea de un “anarquismo sin adjetivos” tal como lo entendió Fernando Tarrida de Mármol[3]. Perseguida por sus actividades libertarias funda en 1891 la Agrupación de Trabajadoras de Barcelona. Y esta asociación surge en un momento en el que el anarquismo español carece de una organización nacional que logre coordinar las actividades de las sociedades obreras, que unido a la represión, hace que sus actividades sean complicadas. Aun así la Agrupación tiene una enorme trascendencia en las luchas obreras del momento. Teresa Claramunt, a la que nos seguiremos refiriendo mas adelante, forma parte también de las activistas que participan del ciclo huelguístico de 1898-1902.

Y es que la crisis finisecular en España se hizo sentir sobre todo en la clase obrera. El encarecimiento de los productos de primera necesidad, unido a la crisis política que se genera por las guerras con Cuba y Filipinas, hace que la clase obrera tenga una actividad huelguística importante. Motines de subsistencia o marchas de campesinos al grito de “¡Viva la anarquía!” como se produce en Jerez en 1891, se hace común.

Hay que destacar los movimientos de subsistencia que se extienden por toda España en el año 1898. Y estos motines están encabezados por mujeres. Un ejemplo lo podemos poner en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, donde en mayo de 1898 las mujeres encabezan un motín de subsistencia por el precio del pan, que lleva a la declaración del Estado de Guerra. Una mujer, Elisa Siles (a) La Escabechera lidera el motín. Durante las protestas se ven hondear banderas negras, que muy posiblemente no pertenezcan a grupos anarquistas sino que sea la enseña del hambre.

Esta solidaridad de las mujeres en ese ciclo huelguístico se trasplanta a la propia prensa con párrafos como el siguiente: “Deseamos poner termino a todas las injusticias sociales, acudiremos con nuestras energías al campo de la propaganda para el bien humano. Queremos que acabe el robo autorizado, la explotación del hombre por el hombre, toda especie de privilegios. No queremos que en el mundo haya tiranos y tiranizados. Venimos dispuestas a luchar contra todo lo que sea propiedad privada, porque consideramos que es la causa principal de todas las desigualdades sociales existentes”[4].

Durante este tiempo también las mujeres se vinculan a movimientos secularizadores que van combatiendo a la Iglesia católica, a la que colocan como máxima responsable del atraso social, incluido el de las mujeres. No solo por la vinculación con el movimiento obrero, sino en sociedades como la masonería, la teosofía o el espiritismo. Y en el caso de las teosofía a nivel internacional son dos mujeres las mas destacadas para su desarrolla. La germano-rusa Helena Petrovna Blavatsky y la británica Annie Besant[5]. En esta linea hay que destacar en España la figura de Ángeles López de Ayala.

A nivel cultural se va avanzando. Mujeres como Emilia Pardo Bazán, que llega a ser la primera catedrática, Concepción Arenal, que realiza una importante labor literaria, o Clara Campoamor, se van desarrollando. En el caso de Concepción Arenal hay que destacar obras suyas, de carácter asistencial, como El visitador de pobres, Cartas a un obrero o Cartas a un patrón, donde realiza, desde sus posiciones particulares un análisis de la sociedad el momento.

Igualmente desde el punto de vista pedagógico, se siguió con la labor que los institucionistas realizaban. Pero junto a ellos desde las sociedades obreras o militantes obreros se comienzan la creación de escuelas laicas o de ateneos, que tenían como misión paliar el analfabetismo entre las clases populares. Cabe destacar la escuela que en Vilanova i la Geltrú funda en 1887 Teresa Mañé, y la que así se refería en las páginas del periódico local El Vendaval, de tendencia republicana federal: “La ruda y tenaz campaña que el clericalismo ha emprendido contra el laicismo nos demuestra una vez más que los que siempre fueron enemigos de la razón y de la luz continúan siéndolo, y no solamente se contentan con serlo sino que negando la evidencia, calumnian, haciendo concebir la idea del laicismo como la de una corrupción de familias. (…) todos los hombres son hermanos en naturaleza, de que todos los hombres deben recibir igual instrucción sin privilegios de castas, de que todas las escuelas deben ser neutrales en creencias religiosas y políticas, respetando la creencia filosófica del católico, del mahometano, del budista, del brahmano, del judío, etc., etc.; y siguiendo solo la senda de la ilustración y del progreso, caminando paso a paso a la perfección que tanto se anhela, estoy segura, segurísima de que el mismo clericalismo que hoy vocifera en contra del laicismo (…) estaría lejos, muy lejos de todas las consecuencias de estar en abierta guerra de religión con la enseñanza (…) He ahí lo que hallará (el hombre) en el laicismo: ciencia, moral y justicia (…) Han presentado (los clericales) el laicismo regenerador, como una institución destituida de toda base sólida y al profesorado, como el ateismo más empedernido; cuando ninguna precisión tiene el profesorado laico ni de ser ateo, ni de pertenecer a otra secta; le basta tener la religión de la justicia para apreciar las doctrinas filosóficas que le presenten. (…) Y hay que comprender que la Escuela Laica, es la escuela del pueblo, la única verdaderamente liberal y la única que puede converger con ideales del siglo. (…) la Escuela Laica existirá porque lo pide el siglo, el progreso y el indiferentismo popular”[6]. El desarrollo de las ideas pedagógicas de carácter laico y racionalista se verá completado con la aportación que a inicios del siglo XX dará Francisco Ferrer Guardia. Todas unas corrientes que están bebiendo de las aportaciones europeas, como el caso de Paul Robin y su “Orfanato de Cempuis”

En otra linea pedagógica, aunque también renovadora, está el caso de las aportaciones de Rosa Sensat, que desde posiciones más conservadoras y más en la linea de los jardines de infancia de Fröebel y Pestalozzi, intenta renovar la pedagogía del niño. Su actividades pedagógica se extiende hasta el final de la Guerra Civil, pues el franquismo, si bien no la represalió, no acorde con sus postulados pedagógicos.

Con el siglo XX la actividad de la mujer y su organización en agrupaciones feministas y de clase se disparó y alcanzo hasta 1939 sus cotas más altas de libertades.



[1] Mary Wollstonecraft pasa a la historia nos solo por ser una pionera de la lucha por los derechos de las mujeres, sino por ser la compañera sentimental de William Godwin, uno de los primeros ideólogos del anarquismo, y ser la madre de Mary Shelley autora de Frankestein o el moderno Prometeo.

[2] Para la figura de Teresa Claramunt es imprescindible consultar la obra de Laura Vicente Teresa Claramunt. Pionera del feminismo obrerista anarquista, Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, 2005.

[3] En el momento del debate ideológico entre los llamados anarcocomunistas y anarcocolectivistas, Fernando Tarrida de Mármol publico en 1891 un artículo en el periódico anarquista Le Revolté, donde hacía tabla rasa a ese debate y establecía un anarquismo “sin adjetivos” en la lucha por la consecución de la sociedad libertaria. Bastantes anarquistas españoles, entre los que se encuentra la propia Teresa Mañé, se hizo eco de estas tendencias.

[4] Anónimo. En “Humanidad Libre”. 1902.

[5] Annie Besant tuvo su primer paso por las sociedades obreras del socialismo fabiano británico, antes de pasar a ser una de las líderes de movimiento teósofo internacional.

[6] Joaquim Micó y Millán. Teresa Mañé i Miravet, Retrat 16, Ayuntament Vilanova i La Geltrú, 2002. Pág. 5



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