lunes, 19 de diciembre de 2011
Testamento político de Giuseppe Garibaldi
A mis hijos, a mis amigos y a cuantos comparten mis opiniones, lego:
Mi amor por la libertad y por la verdad; mi odio a la mentira y la tiranía. Como es notorio, en los últimos momentos de la criatura humana, el cura, aprovechando la situación de debilidad en que se encuentra el moribundo y de la confusión que a menudo le acaece, se entromete, y obran o con cualquier estratagema infame, propaga la impostura de la que es maestro, para que el difunto, arrepintiéndose de sus pasadas creencias, vuelva a los deberes de católico.
En consecuencia declaro que, encontrándome hoy en plenitud de facultades, no quiero aceptar en ningún momento el ministerio odioso, despreciable y nefando del cura, a quien considero atroz enemigo del género humano en general y de Italia en particular. Y creo que solo en estado de locura o de ignorancia crasa, puede un individuo encomendarse a un descendiente de TORQUEMADA.
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