El último tercio del siglo XIX y el primero del XX contaron con grandes figuras del anarquismo que desarrollaron la idea hasta alcanzar su plenitud. Si alguno tuviésemos que destacar podríamos centrarnos en tres: el italiano Errico Malatesta ("La anarquía"), el francés Elisée Reclus ("El hombre y la Tierra") y el ruso Piotr Kropotkin ("La conquista del pan"). Pero entre ellos hay una figura importantísima para el desarrollo del anarquismo en el plano de las ideas como es Charles Malato (1857-1938). Esto sin despreciar a otros como Gautier, Faure, Rocker o Nettlau.
De todas las obras de Malato, que fue un gran crítico de las religiones y considerado enemigo del catolicismo con claros ejemplos en la prensa conservadora española, destacaríamos la "Filosofía del anarquismo". Y si destaca esta obra es porque desde sus páginas emana todo lo concerniente a la idea anarquista que hoy, más de un siglo después de ser escrita, sigue guardando una actualidad tremenda. Y esto en un momento histórico para el anarquismo, sobre todo el francés, donde no existía una asociación que cohesionara las actividades del movimiento y donde obras de la envergadura de las de Malato eran eclipsadas por las acciones de los Ravachol, Émile Henry o Sante Caserio.
Malato nos hace un recorrido histórico en su libro desde un posicionamiento anarquista estructurando todo lo que la idea debe o tiene que abarcar. Malato anticipa la victoria de la anarquía pero asegura que los estallidos revolucionarios que se produzcan no llevarán inmediatamente al establecimiento del anarquismo, pues no habría aún suficiente madurez. Aun así el anarquismo debe estar presente, para que influyendo con sus ideas en el período revolucionario, logre la llegada de la sociedad anarquista.
Malato descifra bien la división que hay dentro del movimiento socialista. Distingue a los posibilistas o moderados, a los marxistas o revolucionarios autoritarios y a los anarquistas. No enumera a los independientes, a los que considera susceptibles de avanzar hacia el anarquismo, ni a los blanquistas, seguidores de August Blanqui, que están a caballo entre los republicanos burgueses radicales y los marxistas.
Igualmente hace una lectura del arraigo del anarquismo, y aunque aventura el triunfo de éste en todos los lugares, asegura que en los países latinos su triunfo será más fácil que en los germánicos, donde la tradición autoritaria y estatalista hace mas facil el camino a los marxistas. Es lo que denomina el comunismo a la prusiana.
No perdamos de vista estas palabras tan proféticas de Malato: "El siglo actual será el siglo de Rusia; esto está fuera de toda duda. ¿Y cuál será entonces el fin de la evolución? Esta idea hoy naciente y aún mal comprendida porque la miseria ha embrutecido a las masas: la anarquía (…) Francia está destinada a dar a Europa las primeras nociones de republicanismo, Alemania a organizar el comunismo autoritario y Rusia a que prevalezca la anarquía". Malato nos está anticipando la Revolución rusa. Solo falla en dos aspectos. La Revolución rusa, que sí iba encaminada a la anarquía, es yugulada por los bolcheviques al establecer su dictadura. También en Alemania, que no instaura el comunismo autoritario sino la más terrible de las dictaduras, la nazi, que pone al Estado en el centro de todo. Aun así el comunismo autoritario tuvo una fuerte organización en Alemania y tuvo su oportunidad con la proclamación de la Republica soviética de Berlín en 1919, focos de los levantamiento de Baviera del mismo año, donde hubo una importantísima participación anarquista (nos remitimos a los textos de Landauer), la revuelta de Turingia de 1921 y luego el avance del KPD (Partido Comunista Alemán) frenado por la dictadura nacionalsocialista. No iba pues equivocado Malato, más teniendo en cuenta que Francia sí ha sido escuela de republicanismo.
Otro aspecto que toca, como buen anarquista, es la religión. Y Malato critica todo tipo de credo religioso. Para él las religiones están condenadas a la desaparición en un mundo que camina hacia la ciencia y el librepensamiento. Reproduzcamos aquí algunos párrafos sacados del libro: "El cristianismo se extingue. Nacido en Oriente, jamás ha podido echar raíces allí. El islamismo lo hizo fracasar en África. En Europa y América pierde terreno día a día. (…) El islamismo (…) no puede convenir a las naciones civilizadas. Aún le restan largos días en África y en la India, pero ha de llegar el momento en el que la industria y la ciencia se posesionarán definitivamente del país de las mil y una noches; y este día será vencido el islamismo. El judaísmo no hace prosélitos; muy al contrario sus creyentes lo abandonan para hacerse ateos y librepensadores. Esta religión se extinguirá dulcemente".
También ataca Malato el brahmanismo y el budismo. Si bien hoy no se ha acabado con el credo religioso, lo que si es cierto es que Malato nos da las claves para hacerlo.
El resto del libro toca temas clásicos en el anarquismo como la propiedad, el consumo, las artes, las ciencias, la producción, el amor, la justicia, etc. En todas critica la banalidad burguesa y expone la concepción del anarquismo de todos esos términos. Lo mismo que Proudhon afirma categóricamente que la propiedad es un robo, Malato asegura que cuando la propiedad se universalice y se haga común desaparecerán los ataques contra la misma, pues nadie se roba a sí mismo.
La instrucción y la educación es otro de los temas tratados. Y aquí introduce un dato cuanto menos curioso. Para él la educación se realiza durante toda la vida, por lo que debe estar libre de toda jerarquía. Sin embargo, la instrucción abarca un período de tiempo cerrado y sí necesita una programación, que aun no siendo en desigualdad sí mantiene la dicotomía maestro-alumno. Por entonces en Francia se está desarrollando la experiencia de Paul Robin y el Orfanato de Cempuis, donde Malato tendría una referencia. Igualmente Malato fue una de las figuras que influyó mucho en Ferrer Guardia (eran amigos) y su proyecto educativo de la Escuela Moderna.
El punto más espinoso que toca Malato en su obra es la defensa social y el militarismo. Como buen anarquista, Malato condena las guerras como instrumento burgués. Pero sin embargo considera que la Revolución debe tener una defensa. Esto suscitó críticas en el momento. Pero Malato solo vino a confirmar la idea del pueblo en armas, circunstancia que se plasmaría con mayor claridad en el movimiento majnovista ucraniano de 1918 a 1921 y en la Revolución española de 1936 a 1939.
La obra de Malato es muy sencilla. Quien se acerque a ella comprobará que no es una de esas obras voluminosas que nos dejaron Bakunin o Kropotkin. Pero es, sin embargo, una obra intensa y que llena y sobre todo nos acerca al anarquismo. No nos va a hacer unos eruditos de la idea pero sí nos hace sentirnos próximos a la misma.
De todas las obras de Malato, que fue un gran crítico de las religiones y considerado enemigo del catolicismo con claros ejemplos en la prensa conservadora española, destacaríamos la "Filosofía del anarquismo". Y si destaca esta obra es porque desde sus páginas emana todo lo concerniente a la idea anarquista que hoy, más de un siglo después de ser escrita, sigue guardando una actualidad tremenda. Y esto en un momento histórico para el anarquismo, sobre todo el francés, donde no existía una asociación que cohesionara las actividades del movimiento y donde obras de la envergadura de las de Malato eran eclipsadas por las acciones de los Ravachol, Émile Henry o Sante Caserio.
Malato nos hace un recorrido histórico en su libro desde un posicionamiento anarquista estructurando todo lo que la idea debe o tiene que abarcar. Malato anticipa la victoria de la anarquía pero asegura que los estallidos revolucionarios que se produzcan no llevarán inmediatamente al establecimiento del anarquismo, pues no habría aún suficiente madurez. Aun así el anarquismo debe estar presente, para que influyendo con sus ideas en el período revolucionario, logre la llegada de la sociedad anarquista.
Malato descifra bien la división que hay dentro del movimiento socialista. Distingue a los posibilistas o moderados, a los marxistas o revolucionarios autoritarios y a los anarquistas. No enumera a los independientes, a los que considera susceptibles de avanzar hacia el anarquismo, ni a los blanquistas, seguidores de August Blanqui, que están a caballo entre los republicanos burgueses radicales y los marxistas.
Igualmente hace una lectura del arraigo del anarquismo, y aunque aventura el triunfo de éste en todos los lugares, asegura que en los países latinos su triunfo será más fácil que en los germánicos, donde la tradición autoritaria y estatalista hace mas facil el camino a los marxistas. Es lo que denomina el comunismo a la prusiana.
No perdamos de vista estas palabras tan proféticas de Malato: "El siglo actual será el siglo de Rusia; esto está fuera de toda duda. ¿Y cuál será entonces el fin de la evolución? Esta idea hoy naciente y aún mal comprendida porque la miseria ha embrutecido a las masas: la anarquía (…) Francia está destinada a dar a Europa las primeras nociones de republicanismo, Alemania a organizar el comunismo autoritario y Rusia a que prevalezca la anarquía". Malato nos está anticipando la Revolución rusa. Solo falla en dos aspectos. La Revolución rusa, que sí iba encaminada a la anarquía, es yugulada por los bolcheviques al establecer su dictadura. También en Alemania, que no instaura el comunismo autoritario sino la más terrible de las dictaduras, la nazi, que pone al Estado en el centro de todo. Aun así el comunismo autoritario tuvo una fuerte organización en Alemania y tuvo su oportunidad con la proclamación de la Republica soviética de Berlín en 1919, focos de los levantamiento de Baviera del mismo año, donde hubo una importantísima participación anarquista (nos remitimos a los textos de Landauer), la revuelta de Turingia de 1921 y luego el avance del KPD (Partido Comunista Alemán) frenado por la dictadura nacionalsocialista. No iba pues equivocado Malato, más teniendo en cuenta que Francia sí ha sido escuela de republicanismo.
Otro aspecto que toca, como buen anarquista, es la religión. Y Malato critica todo tipo de credo religioso. Para él las religiones están condenadas a la desaparición en un mundo que camina hacia la ciencia y el librepensamiento. Reproduzcamos aquí algunos párrafos sacados del libro: "El cristianismo se extingue. Nacido en Oriente, jamás ha podido echar raíces allí. El islamismo lo hizo fracasar en África. En Europa y América pierde terreno día a día. (…) El islamismo (…) no puede convenir a las naciones civilizadas. Aún le restan largos días en África y en la India, pero ha de llegar el momento en el que la industria y la ciencia se posesionarán definitivamente del país de las mil y una noches; y este día será vencido el islamismo. El judaísmo no hace prosélitos; muy al contrario sus creyentes lo abandonan para hacerse ateos y librepensadores. Esta religión se extinguirá dulcemente".
También ataca Malato el brahmanismo y el budismo. Si bien hoy no se ha acabado con el credo religioso, lo que si es cierto es que Malato nos da las claves para hacerlo.
El resto del libro toca temas clásicos en el anarquismo como la propiedad, el consumo, las artes, las ciencias, la producción, el amor, la justicia, etc. En todas critica la banalidad burguesa y expone la concepción del anarquismo de todos esos términos. Lo mismo que Proudhon afirma categóricamente que la propiedad es un robo, Malato asegura que cuando la propiedad se universalice y se haga común desaparecerán los ataques contra la misma, pues nadie se roba a sí mismo.
La instrucción y la educación es otro de los temas tratados. Y aquí introduce un dato cuanto menos curioso. Para él la educación se realiza durante toda la vida, por lo que debe estar libre de toda jerarquía. Sin embargo, la instrucción abarca un período de tiempo cerrado y sí necesita una programación, que aun no siendo en desigualdad sí mantiene la dicotomía maestro-alumno. Por entonces en Francia se está desarrollando la experiencia de Paul Robin y el Orfanato de Cempuis, donde Malato tendría una referencia. Igualmente Malato fue una de las figuras que influyó mucho en Ferrer Guardia (eran amigos) y su proyecto educativo de la Escuela Moderna.
El punto más espinoso que toca Malato en su obra es la defensa social y el militarismo. Como buen anarquista, Malato condena las guerras como instrumento burgués. Pero sin embargo considera que la Revolución debe tener una defensa. Esto suscitó críticas en el momento. Pero Malato solo vino a confirmar la idea del pueblo en armas, circunstancia que se plasmaría con mayor claridad en el movimiento majnovista ucraniano de 1918 a 1921 y en la Revolución española de 1936 a 1939.
La obra de Malato es muy sencilla. Quien se acerque a ella comprobará que no es una de esas obras voluminosas que nos dejaron Bakunin o Kropotkin. Pero es, sin embargo, una obra intensa y que llena y sobre todo nos acerca al anarquismo. No nos va a hacer unos eruditos de la idea pero sí nos hace sentirnos próximos a la misma.
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