viernes, 20 de febrero de 2009

Herzen, Bakunin y Kropotkin


Reproduzco aquí la reseña que se ha publicado en el número 6 de la revista Germinal, sobre este libro que habla de Alexander Herzen, Mijail Bakunin y Piort Kropotkin.



TRES BIOGRAFÍAS QUE TENDRÁN QUE ESPERAR

Enrique López Viejo. Tres rusos muy rusos. Herzen, Bakunin y Kropotkin
(Melusina, Barcelona, 2008) 375 Págs

“Cuando Karl Marx sustituyó a Herzen y Bakunin como la figura más prominente de la Europa revolucionaria, empezó realmente el amanecer de una nueva era. La incolora y respetable monotonía de Marx ya ofrece un sorprendente contraste con la abigarrada diversidad de la vida de los Exiliados Románticos. En éstos, el Romanticismo halló su postrera expresión; y aunque sobrevivió en Rusia un puñado de osados terroristas y en Europa otra de pintorescos anarquistas, el movimiento revolucionario adquirió, mas y más, a medida que avanzaba los años, las serias, dogmáticas y realistas características de los últimos tiempos victorianos. Y con la persona de este típico savant victoriano, Karl Marx entró en una nueva fase cuya vitalidad todavía no se ha agotado”
Con este párrafo cerraba el historiador marxista británico Edward Hallett Carr su obra Los exiliados románticos (Bakunin, Herzen, Ogarev), obra mas corta que la biografía que el mismo autor había dedicado al anarquista ruso Mijail Bakunin. Solo esto, unido a los buenos trabajos de Max Nettlau y al bosquejo biográfico que James Guillaume hace de Bakunin, poco más se había escrito del anarquista ruso. Lo mismo de Alexander Herzen, cuya vida se reconstruye en una autobiografía, y otro tanto de Kropotkin cuya obra más famosa es la que se debe a Woodcock y Avakumovic, editada en España en 1978 con el título El príncipe anarquista: estudio biográfico de Piort Kropotkin. Excepto trabajos mas generales sobre el anarquismo ruso, algunos sobre la etapa revolucionaria europea u obras sobre el pensamiento de Bakunin y Kropotkin (como las de Pedro B. Cano), nada se había escrito al respecto.
Enrique López Viejo nos ofrece en un solo volumen un compendio de tres biografías que nos acerca a la vida de Alexander Herzen, Mijail Bakunin y Piort Kropotkin. Pero sin embargo poco nuevo aporta a estas tres figuras. Muy por le contrario el libro, realizado a través de la bibliografía antes reseñada, viene a redundar en cuestiones ya superadas o en imágenes estereotipadas, sobre todo de Bakunin, que ya escribió Carr. Y esto lejos de que López Viejo, defienda en ningún momento la figura de Marx, tal como hace Carr. Pero el autor del libro Tres rusos muy rusos se limita a repetir lo que otros autores ya han dicho, lo único que aglutinándolo en un solo volumen y haciendo así más accesible.
Por ello el tratamiento de estas tres figuras, trascendentales para el desarrollo revolucionario del siglo XIX y personalidades que hacen forjar movimientos de transformación durante todo el siglo XX, no han sido adecuados y van a tener que esperar a una nueva oportunidad para tener una biografía en condiciones.
Siguiendo un eje cronológico la primera figura es Herzen, uno de los forjadores del populismo ruso, figura puntera en la Europa de mitad del siglo XIX e impulsor del periódico La Campana. Herzen es fundamental para entender movimiento interiores en Rusia como el populismo, del que se nutre idearios como en el de Narodnaïa Volia o el del posterior Partido Social-Revolucionario. Junto con Nicolás Ogarev, es un personaje a estudiar y del que hoy poco sabemos, excepto lo que nos dejó en su autobiografía.
Sin embargo de los tres personajes, el que sale peor parado en la obra en Bakunin. La redundancia de que Bakunin era un fumador empedernido, una personalidad desordenada, un deudor por doquier, etc., la plasma constantemente López Viejo en el libro. En alguna ocasión, y siguiendo la dinámica de E.H. Carr, López Viejo contrasta la vida que plasma de Bakunin con un Marx escribiendo en Museo Británico sus obras filosóficas.
Bien es cierto que la obra filosófica de Bakunin no es tan depurada como la de Marx. Pero también es cierto que lejos de toda personalidad extravagante que se le quiera atribuir al anarquista ruso, su pensamiento forjó un movimiento duradero, donde en lugares como España o Italia, fue mayoritario dentro del movimiento obrero de estos países. Multitud de internacionalistas españoles, italianos, franceses y de diversos lugares vieron en el modo de funcionamiento de Bakunin lo mas apropiado para el desarrollo de la sociedad obreras y del movimiento revolucionario. Eso en ningún momento queda reflejado en la obra. Muy por el contrario el autor prefiere reseñar la impotencia sexual del personaje, sus “locuras” revolucionarias y como sus amigos se apiadaban de ese revolucionario que lo único que les pedía era dinero. Es probable que la vida personal de Bakunin no fuera un ejemplo a seguir. Pero esas valoraciones están lejos de cualquier estudio serio que quiera aproximarnos al desarrollo y expansión de los movimientos obreros europeos del siglo XIX. Bakunin fue un verdadero dinamizador, vehemente y analista de la situación del momento, que como todo ser humano, tuvo sus aciertos y sus errores. Incluso si somos justos en esta línea, la vida personal de Marx tampoco fue un ejemplo. Sus orígenes de juerguista en Tréveris y su relación con Engels, con algún episodio escabroso con una de las sirvientas del inglés de su inseparable amigo, parece que son una realidad. Pero no entra en ningún momento dichas actitudes para valorar la figura de Marx, como impulsor de sociedades y asociaciones obreras, que darán lugar a partidos políticos y a movimientos revolucionarios que fueron trascendentales para el devenir de la sociedad contemporánea. En esa misma medida Bakunin necesita una biografía. Igualmente se destaca el caso de Nechaev, anécdota entre las anécdotas. ¿Por qué no se habla del impulso ideológico de Bakunin en la Internacional? ¿Cuál es la razón entonces para que un pensamiento tan “desordenado” y “disoluto” funde uno de los movimientos más importantes en la historia del mundo contemporáneo?
En lo que respecta a Kropotkin, su actividad si es tratada por el autor con admiración, si bien deja bien claro en el autor que frente a ese modelo de evolución de Kropotkin, el se queda con Darwin. Para gustos los colores. Kropotkin es, junto con Errico Malatesta, con toda probabilidad uno de los pensadores más importantes del anarquismo. Sus trabajos geográficos (junto con los de los hermanos Reclus) y sus trabajos sociales son de un análisis exhaustivo. Aun así el autor en esta parte cae en errores históricos bastante graves. En la página 357 afirma que el origen de los bolcheviques y los mencheviques se sitúa en el Partido Social Revolucionario, al que tilda de marxista. Nada mas lejos de la realidad. Bolcheviques y mencheviques nacen en 1903 del congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, partido marxista con dirigentes como Lenin o Plejanov. El PSR es un partido mas cercano al populismo de Herzen y para nada marxista, nacido en 1900 y que tiene también una división posterior entre eseristas (social revolucionarios de derechas) y social revolucionarios de izquierdas.
Y enganchando con esto partimos de la mayor crítica que se le puede hacer al libro. Las valoraciones sobre los personajes son personales y no quiero entrar en ella. Pero la obra esta carente de un contexto social y político de la época, confunde términos, tendencias e ideas, mezcla anarquistas con nihilistas a estos y los primeros con populistas, etc. No es posible que sitúe en un mismo barco a Bakunin o sus ideas con movimientos como Septiembre Negro, en Serbia, donde Gavrilo Prinzip asesina en 1914 al archiduque Francisco Fernando de Austria. La que mal se llamo “propaganda por el hecho” de finales del siglo XIX nada tiene que ver con los movimientos nacionalistas que tienden al terrorismo como el citado de Serbia. Esto es querer confundir las cosas o por el contrario no conocerlas. Para hablar de Herzen, Bakunin o Kropotkin hay que entender su época, marcar las diferencias y las semejanzas entre las ideas, establecer un buen contexto histórico y luego investigar sobre los personajes. Una buena investigación, una biografía que aporte cosas nuevas, precisa de un estudio de las fuentes primarias, de los archivos que en los países donde estos personajes se exiliaron o estuvieron encarcelados se puedan revisar. Todo lo demás es escribir sobre lo ya escrito y nada va a aportar a sus figuras sino redundar en lugares comunes de los cuales hay que alejarse.
Desgraciadamente Alexander Herzen, Mijail Bakunin y Piort Kropotkin todavía tendrán que esperar para tener una biografía en condiciones.
Julián Vadillo Muñoz

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