lunes, 25 de septiembre de 2017

Introducción del libro "La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947)"

Hace unos días se presentó en Alcalá de Henares la reedición del libro "La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947)" de Julián Vadillo Muñoz y Alejandro Remeseiro Fernández. La primera edición, impulsada y realizada por el Foro del Henares en 2009, se agotó apenas salió a la luz y durante mucho tiempo ha sido uno de los libros más buscados en la ciudad complutense. Gracias al esfuerzo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y al interés de la editorial Domiduca, se ha podido reeditar el libro que ya está disponible en distintas librería de España.
Colgamos aquí la presentación de la presente edición para abrir boca en aquellos que quieran acercarse a esta historia.

Hay acontecimientos que marcan la historia de una ciudad. Algunos de ellos son positivos, otros son negativos. Pero siempre se mantienen como huella indeleble en la mentalidad colectiva. La larga dictadura que tuvo España desde el final de la Guerra Civil en 1939 hasta la misma muerte del dictador en noviembre de 1975, es tiempo suficiente para que muchos acontecimientos se sucedan y jalonen la historia de cualquier población.
            Eso sucedió el 6 de septiembre de 1947 cuando los polvorines A y B del Gurugú hicieron explosión. La vida de la ciudad de Alcalá de Henares cambió completamente. No solo por la desaparición física del cerro donde estaba ubicado el polvorín, sino por las muertes que el desastre provocó. Las víctimas militares (soldados que se encontraban en el lugar) y civiles que trabajaban en las inmediaciones, hacen de este acontecimiento algo terrible y que dejó huella en la ciudad.
            Pero las consecuencias del mismo fueron también sangrientas. Lejos de cerrar la investigación militar tal como en los primeros momentos se había establecido, la de un accidente que repetía los mismos errores que se habían dado en Cádiz unas semanas antes, las autoridades militares, los máximos organismos de represión del régimen franquista que aun estaba en Estado de Guerra, comenzaron a detener a integrantes de organizaciones clandestinas comunistas. Detenciones que se extendieron durante semanas y que conformaron cinco causas contra estos militantes del Partido Comunista de España y de las Juventudes Socialistas Unificadas. Nada nuevo en una España que vivía una represión permanente a nivel estatal desde el 1 de abril de 1939. Pero si impactante para una población que veía como todavía a esas alturas se fusilaba en el cementerio de la ciudad de Alcalá por “delitos de la guerra” y que comprobaba como vecinos de la ciudad eran sacados de sus casas para ingresarlos en prisión y, en algún caso, ser ejecutados.  Además, con todas las fuentes encima de la mesa, se comprueba que las responsabilidades de estas detenciones fueron múltiples en la ciudad. El resultado fue ocho fusilados en Ocaña en agosto de 1948 y varias decenas de detenidos y condenados a diversas sentencias. Un crimen que queda constatado por la inexistencia de pruebas que culpasen a los detenidos. Pero como dice el profesor Fernando Hernández Sánchez en el prólogo de esta edición, no hacía falta pruebas para condenar, tan solo la existencia de grupos comunistas contra los que actuar.
            El trabajo que presentamos aquí es una reedición del que ya publicamos en el año 2009. En aquella ocasión, gracias al esfuerzo del Foro del Henares, logramos sacar adelante una investigación de años que sirvió para esclarecer lo sucedido. Aun permanece en nuestra memoria la multitudinaria presentación del libro que hicimos en el Nuevo Parador de Alcalá de Henares el 21 de mayo de 2009, junto a Manuel Rioyo, como representante del Foro del Henares, y el catedrático Julio Aróstegui, de la Universidad Complutense de Madrid, y que desgraciadamente nos dejó en enero de 2013.
            Nos podemos congratular de que el libro La explosión del polvorín de Alcalá de Henares (1947) significó un avance en la investigación de la represión franquista en nuestra ciudad así como de la organización del antifranquismo. Sin embargo, aquella edición de lujo que diseñó con tan buen criterio (como siempre) Vicente Alberto Serrano, apenas duró unos días en librerías. Se agotó.
            Es por ello que hemos visto de necesidad tantos años después de proceder a la revisión y reedición de libro. Y lo hemos hecho por varias razones. En primer lugar porque somos de la convicción de que para pasar página hay que leerla primero. Quizá es por nuestra formación de historiadores que nos gusta cerrar el círculo. Pero también somos conscientes de que las nuevas generaciones en la ciudad no conocen este acontecimiento que marco la vida de la misma. Es necesario que los alumnos de los institutos de Alcalá, los alumnos de Historia de la Facultad, tengan acceso a un trabajo que marcó la historia de Alcalá de Henares.
            En este punto también hay factores que viene a contribuir a la reedición de esta obra. Aunque el movimiento por la recuperación de la memoria histórica en nuestra ciudad ha gozado siempre de simpatías y personas que lo han nutrido, el nacimiento de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Historia de Alcalá de Henares ha dado un salto en este campo. Porque la memoria histórico no solo es un elemento de investigación académica (y del que este libro sería una muestra) sino también un movimiento social que dinamiza la vida de los lugares recuperando nuestro pasado traumático para actualizarlo y darle lectura. Por eso la ARMH de Alcalá ha trabajado en esta línea desde su nacimiento. Hay que agradecer a Manuel Ibáñez, su presidente, así como a todos sus integrantes el trabajo que están realizando en la ciudad de Alcalá y que está cristalizando en cuestiones físicas y palpables. Esta reedición es un ejemplo de ello.
            Pero para que exista un texto reeditado hace falta que una editorial se interese por el mismo. Y, al igual que con la memoria histórica, la ciudad de Alcalá tiene en la editorial Domiduca un pilar donde recuperar la historia de la ciudad en cualquiera de sus épocas. Ofrecer la reedición de este libro a Marcos y Asela y aceptar este reto ha sido todo uno. Muchas gracias por confiar en este trabajo tanto años después, lo que demuestra la vigencia de su investigación y conclusiones. El mimo y el cuidado con la que han trabajo sobre nuestro texto es de agradecer. Estas partes, menos visibles, son fundamentales para dar a conocer los trabajos.
            Antes de acabar esta introducción toca repetir agradecimientos. Decimos repetir porque son los mismos que se hiceron hace años, con alguna inclusión. En primer lugar aquella investigación no pudo ser posible sin la disposición ofrecida por diversos archivos: Archivo Histórico del PCE, Fundación Pablo Iglesias, Fundación Anselmo Lorenzo, Archivo Municipal de Alcalá de Henares, Archivo Militar de Ávila, Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, Archivo y Biblioteca de Instituciones Penitenciarias, Archivo del Tribunal Militar de la Región Primera, etc.
            Tampoco nos podemos olvidar de la ayuda ofrecida por distintos amigos y colegas que estuvieron (y están) atentos al desarrollo del trabajo. Queremos destacar la labor desempeñada por Daniel López Serrano-Paez (aunque le conocemos todos como Canichu), que no dudó en ayudarnos mirando legajos y documentos mientras nosotros estabamos mirando otras cuestiones relacionadas con la investigación. Tal fue su pasión e interés que con posterioridad a la publicación del libro en 2009 siguió investigando el impacto en prensa del acontecimiento y ha publicado algunas comunicaciones a congresos sobre el tema. Gracias Daniel (Canichu) por tu interés en este tema y ayudarnos. También queremos agradecer a amigos como Juan Pablo Calero, Alfredo González, Eduardo Villaverde, Iván Pascual, Rubén González Cuerva, etc., el que nos hayan dado consejos para mejorar el trabajo en distintas aristas. También agradecemos la prestanza que amigos y colegas como Manuel Vicente Sánchez Moltó, José Félix Huerta Velayos o José María Nogales nos prestaron con información y material gráfico. Esta edición también se nutre de esa generosidad. Y, como no, extender esos agradecimientos a historiadores como Urbano Brihuega, conocedor de la biografía de alguno de los condenados y de la historia de Alcalá, del historiador alemán Hermut Heine o el gallego Enrique Barrera Beitia, que nos facilitó información valiosísima sobre el suceso. No quiero olvidar aquí a Fernando Hernández Sánchez, que ha accedido amablemente a prologar esta edición. Y nunca olvidar a Julio Aróstegui, quizá el mejor historiador que ha tenido este país en el último medio siglo en historia contempóranea, que se mostró interesado por nuestro trabajo desde que se lo dimos a conocer. No olvidamos tampoco todo el esfuerzo que puso el Foro del Henares para sacar este trabajo adelante. Fali, Jacinto, Manuel, Javier, etc., fueron protagonistas insustituibles de aquella publicación. Este actual es deudora, sin ninguna duda.
            La última parte de esta introducción la queremos dedicar al recuerdo. Al recuerdo de dos personas que nos ofrecieron todo su conocimiento para rescatar esta historia. En primer lugar a Fernando Nacarino. Su memoria prodigiosa, su planteamiento sosegado a pesar de los años que vivió en prisión, su generosidad y buen carácter, hicieron de aquellas jornadas que le entrevistamos y vivimos con él grandes momentos, una de las situaciones más interesantes de esta investigación. Cuando el 31 de marzo de 2007 nos dieron el mazazo de su muerte solo pudimos sentir un profundo sentimiento de pena. No dio tiempo a que viese reflejado sobre el papel su inocencia. En segundo lugar recordar a Ricardo Lidó Expósito, otro de los protagonistas y condenados en aquellas jornadas que nos puso su sapiencia y buen estar en todo momento para la investigación. Con Lidó pudimos celebrar la publicación del libro y homenajearle en vida. Desgraciadamente el paso del tiempo es letal para ser humano, y en agosto de 2012 nos abandonó para siempre. Gracias Nacarino y gracias Lidó por haber existido.
            Y como este apartado puede ser muy grande solo nos queda un último agradecimiento. Gracias a todos aquellos que durante los difíciles años de una dictadura atroz no cejaron en su empeño de luchar por un mundo mejor.

Julián Vadillo Muñoz
Alejandro Remeseiro Fernández

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola siento decirles que no es identificados todos los que murieron en el polvorin, por que un tio de mi padre murio ennel y no se le nombra ni nada, era de anchuelo madrid a unos 15 km de alcala de henares.