miércoles, 20 de enero de 2016

Atrapado en Belchite

Siempre me ha parecido un error considerar al cómic como un género menor para trasmitir la historia. Nos quejamos continuamente que la gente no tiene interés por la historia y que hay una dejadez total respecto a la materia. Pero en ocasiones esa dejadez es compresinble viendo los libros y artículos que se hacen. Obras que tienen un circuito muy acotado (el académico) y que están escritos por y para investigadores. Los que nos dedicamos a la investigación o nos gusta hacer investigación agradecemos estas publicaciones. Pero tenemos la cuenta pendiente de poder conectar con el gran público. Algo que los publicistas de derechas si que han conseguido a la perfección. No hay más que dar una vuelta por las grandes librerías de este país y comprobamos cuales son los libros que están expuestos.
Sin embargo una buena forma de acercarnos a la historia de forma amable y sencilla son los cómic. El pasado diciembre regalé a mi sobrino el cómic de Rubén Uceda El corazón del sueño, que narra la historia de los anarquistas en los primeros momentos de la Guerra Civil y la Revolución de 1936.
Pero también he recibido un regalo. El cómic de Sento Atrapado en Belchite, segunda entrega de la historia del médico Pablo Uriel. En esta ocasión como este médico, de ideología contraria al bando que le tocó combatir, pide ir al frente y acaba en el pueblo de Belchite durante el asedio de las tropas republicanas. Una buena manera de acercarse a la historia de este pueblo, de esta batalla y de todo lo que le rodea. Y se hace de una forma sencilla y amena. Un buen ejemplo para poder tomar contacto con algo como la Guerra Civil y a partir de ahí ir creciendo en conocimientos.
Atrapado en Belchite muestra la crueldad de la guerra. La cerrazón de aquellos que dieron un golpe de Estado. Pero también las amistades que surgen en un contexto complicado como una guerra y la pérdida de amigos. Pablo Uriel, a pesar de haber sido militante de la FUE, se muestra como un profesional. Así lo dejó constatado en su obra autobiográfica. Y así lo refleja a la perfección Sento.

 Una vez más se muestra al cómic como un vehículo válido para trasmitir la historia. Recomendable esta obra de Sento, la segunda en la saga de Pablo Uriel. Esperamos la tercera, como ya avisa en este volumen. 

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