lunes, 17 de junio de 2013

AUTORRETRATO DE UN JOVEN CAPITALISTA ESPAÑOL O LA MENTIRA DE NUESTRA DEMOCRACIA


Sin que sirva de precedente es la segunda crítica de teatro que hago en esta bitácora en lo que va de mes. Y lo digo porque para nada me considero un experto en teatro. Más bien solo un aficionado que le gusta. Aun así aquí valoramos lo que intenta hacernos trasmitir la obra, no su parte estética y puesta en escena.
La obra que aquí comentamos es Autorretrato de un joven capitalista español. Un monólogo del actor Alberto San Juan que realiza en el Teatro Alfil de Madrid (antes lo hizo en la Sala Triángulo). No vamos ahora a descubrir a Alberto San Juan. El integrante del “Animalario” (junto a Guillermo Toledo) ha protagonizado multitud de comedias, alguna serie de Televisión y obras de teatro. Personalmente me parece un buen actor.
Pero con esta obra toca un tema espinoso, de enorme actualidad, que muchos aun no quieren tocar. Y sobre todo porque pone en dedo en la herida del origen de los problemas en España. Porque cuando se habla de “déficit democrático”, de “falta de libertades”, de “casta política”, etc., muchas veces se hace perdiendo de vista la perspectiva histórica, que es donde encontramos la base de nuestros problemas. Craso error ese de dejar la Historia como un objeto de museo. Algo que también está muy en conexión con lo que la obra intenta trasmitir. Cuantas veces no habremos oído eso de “no toquemos el pasado. Hay que mirar al futuro”. Una frase que a la derecha política le encanta (en eso basa su éxito) y que determinada izquierda ha seguido a pies juntillas (no vayamos a descubrir de donde viene sus raíces actuales).
Tengo que reconocer que a mi personalmente la obra no me descubrió nada nuevo. Repasar los años del franquismo, las maniobras políticas por parte de las potencias capitalistas occidentales para frenar el avance de un hipotético cambio revolucionario en España, la actividad de la socialdemocracia europea para controlar los partidos socialistas de Portugal y España, los movimientos de pieza de Franco para dejarlo todo “atado y bien atado”, el papel de la Corona y de Juan Carlos de Borbón para afianzar su poder ilegítimo, el papel de EEUU en todo el proceso, la desarticulación de la izquierda de todas las maneras posibles, etc. Algo que de lo que ya se ha escrito. Pero me parece importante que se haga de esta manera. Este mismo mensaje te lo puede trasmitir un historiador con datos en la mano. Pero si lo hace un actor en un entorno más distendido, incluyendo gotas de humor en su exposición, es evidente que puede llegar a mucha más gente. Aunque no está exento de algún pequeño error histórico, en lineas generales la obra es bastante buena.
La conclusión que se llega tras ver el espectáculo es sencilla: nos la han metido doblada. Nos han engañado. La Transición no fue sino un pacto entre las élites franquistas y una determinada izquierda pactista que anulo cualquier conato de transformación social. Un procedimiento distinto al portugués (al que pone también como ejemplo) pero que tiene el mismo fin. Una estrategia de desmovilización total llevada a cabo por el PSOE y el PCE (aquí distingue entre la dirección y la militancia) tras la muerte de Franco. Y una puntilla con el Golpe de Estado de 1981 que sepulta cualquier posibilidad de transformación. Y lo que es más interesante es la dimensión internacional que se da a todo el asunto. Fundamental para entender lo que pasó.
Solo faltó algo fundamental para tratar el tema de la Transición. La cuestión de la destrucción del movimiento obrero la pasa de puntillas. Intuyo que porque en una solo obra no se puede incluir todo. Pero quizá la haría más cercana este hecho. Bien es cierto que habla de la participación de las cúpulas sindicales en la firma de los Pactos de la Moncloa (CCOO y UGT). Es la base de la pérdida de los derechos laborales y sociales de la clase obrera en España. Sin embargo lo mismo que se aborda como tras Suresnes la dirección del PSOE aparta a la linea histórica para introducir a elementos que pactaran la Transición con los franquistas o como el carrillismo fue el elemento desmovilizador del PCE (y esto es todo un debate difícil de abordar en poco tiempo), no se trata de como aquellas organizaciones sindicales que se opusieron a los Pactos de la Moncloa fueron anuladas de la peor de las maneras. El mejor ejemplo en este aspecto es el de la CNT. Dinamitada entre los servicios de “inteligencia” (esos contra los que tan graciosamente arremete Alberto San Juan) en el Caso Scala y una escisión orquestada por el propio Estado que sirvió para anular al movimiento obrero más importante de la historia de España: el movimiento libertario. Quizá para mejorar el texto de Autorretrato de un joven capitalista español se debería de tocar este aspecto.
Y es que el manto de olvido sobre los que lucharon por la libertad es evidente. Es imposible que un sistema se diga de libertades y democrático cuando tiene en sus cunetas a miles y miles de personas que lucharon por la libertad. O en el peor de casos (como en el caso de la Torca Palomera en el Valle del Sedano) sepultados para toneladas de basura. Una vergüenza para cualquier persona que tenga dos dedos de frente.
De todos modos la obra merece mucho la pena. Si se tiene tiempo estará en el Teatro Alfil hasta final del mes de junio. El ambiente y el entorno en inmejorable. No se pierdan esta parte tan oscura de nuestra Historia de España. Cuestiones así se convierten ya en imprescindibles.

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