Un libro extraordinario de Almudena Grandes. "El corazón helado"

Tengo que reconocer que no había leído nunca nada de Almudena Grandes, salvo artículos de prensa en la colaboración que tiene en El País. Esta obra que comento, El corazón helado, la había visto en las librerías y el argumento de la contracubierta me llamaba la atención. Poco después vi como dos amigas mías lo estaban leyendo y los comentarios que me hacían me gustaban y mucho. Estas dos amigas tuvieron la idea de regalarme el libro en mi cumpleaños, cosa que agradecí mucho (y sigo agradeciendo desde aquí) Comenzar a leer el libro es engancharte a él, a sus personajes y a la trama de su historia, que si bien ves que es una novela ficción, muchas de las situaciones han sido o pueden ser perfectamente reales, como bien explica la autora en la nota final de la obra.

Nos encontramos ante una historia que se forja por la ruptura que significa la Guerra Civil española y la larga noche de la dictadura franquista. Historias de la Guerra, de la represión, del exilio, del expolio de los vencedores y de la persecución de los vencidos, de la desgracia de los derrotados y de la "borrachera" de los vencedores. Y como, aunque pasan los años, ese conflicto, aquellos años durísimos por los que atravesó nuestro país, siguen siendo parte de la vida de los españoles, por mucho que quieran enterrar en absurdos pactos de silencio o en rencores falsos.

En la obra nos encontramos con unos personajes perfectamente trazados desde los propios orígenes de la misma: Julio Carrión Gonzalez, Mateo Fernández de la Riva, Teresa González, Ignacio Fernández Muñoz, Álvaro Carrión Otero, Raquel Fernández Perea, etc,. Toda una pléyade de personajes en un excelente ejercicio de novela cuasireal, concatenando por parte de la autora de manera magistral el pasado con el presente. Ningún hilo queda suelto, y la trama se mantiene viva hasta la última linea.

De todos los personajes de la obra (sin adelantar nada para aquellos que no la han leído) me sorprende sobre todo la psicología de Julio Carrión González. Hijo de un borracho y de una maestra republicana concienciada y militante socialista, Julio se mueve entre la admiración que profesó a su madre y sus interés personales y egoístas que le llevan a montar una vida forjada sobre el robo y la mentira, pisando a todos aquellos que se ponían a su alrededor. Un ser sin escrúpulos que luego no dudó en ser un buen padre con sus hijos.

Los únicos inconvenientes que veo son algunas visiones alrededor de la historia de la Guerra Civil (en algunos acontecimientos) así como la visión que da de Juan Negrín.

Almudena Grandes no trata bien el tema de la Junta de Casado. La visión que tiene (que ella misma reconoce en las notas finales) es la de los comunistas. Este tema que lo trata desde la página 276 hasta la 284, tiene un mal tratamiento. Sin defender a Casado, lo cierto es que aquellos que apoyaron la Junta no era, ni mucho menos, traidores a nada. Besteiro, Mera, Casado y todos eran tan antifascistas como los comunistas. Porque cabe algunas preguntas. Los comunistas eran partidarios de alargar la guerra hasta que enlazara con la II Guerra Mundial. Pero ¿se sabía que esta iba a empezar con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939? ¿Que hubiesen hecho los comunistas españoles en ese caso, tras la firma del acuerdo Molotov-Von Ribbentrop, que descuadra a todos los partidos comunistas del mundo? El acuerdo entre Hitler y Stalin fue un hecho. ¿Cual fue la posición del PCE? La misma que la de cualquier PC del mundo. Acatar el acuerdo soviético. Ni lo casadistas fueron terribles ni los comunistas unas víctimas inocentes. La derrota de la Guerra son múltiples y no se puede acusar solo a unos en detrimento de otros.

Igualmente sus guiños a Negrín nos hace ver simpatía de la autora por el que fuera presidente del gobierno. Las admiraciones son libres, pero no se puede negar las oscuridades que rodean a Negrín en muchos momentos de su gestión al frente del gobierno de la República. De su interés en favorecer a los comunistas y contentar a los soviéticos y en anular a la parte libertaria o ilegalizar al POUM, que también fueron acusados de contrarrevolucionarios y de colaboradores con el franquismo.

Dejando estos temas a un lado, por deformación profesional de historiador, lo cierto es que la obra se la puede catalogar como EXCELENTE. Lectura recomendada pues a todos aquellos que quieran disfrutar de unos momentos intensos y buenos de lectura.