miércoles, 21 de agosto de 2013

MANUEL BUENACASA TOMEO. PASIÓN POR EL ANARCOSINDICALISMO

Tras el parón veraniego, retomamos la actualización del blog, recuperando una reseña que en el año 2006 escribí para la revista Germinal sobre un libro que se editó de recopilación de textos de Manuel Buenacasa Tomeo, anarquista nacido en Caspe, que realizaron Jesús Cirac Febas y José Luis Ledesma.

Jesús Cirac Febas y José Luis Ledesma Vera:
Manuel Buenacasa Tomeo. Militancia, cultura y acción libertarias
(Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón-Instituto Fernando el Católico, Zaragoza 2006). 323 páginas.

Recomponer una parte histórica en su más amplio contexto es una tarea trabajosa, pero que con las fuentes bien ordenadas puede resultar más sencilla. Pero recomponer la vida de una persona, su ámbito biográfico, es algo más complicado. Más si en esa recomposición hay dificultades para casar la vida de una persona.
Esta biografía de Manuel Buenacasa pasa con nota la recomposición. Nos encontramos ante un libro de elaboración pormenorizada, de investigación concienzuda, a base de documentos, hemerografía y entrevistas con personas que conocieron la figura de Manuel Buenacasa. Y esto gracias a la labor de investigación de Jesús Cirac Febas, periodista del pueblo del propio Buenacasa, Caspe, preocupado por rescatar la memoria de los que perdieron la guerra, y del historiador José Luis Ledesma, conocido por su obra “Los días de llamas de la revolución. Violencia y política en la retaguardia republicana en Zaragoza durante la Guerra Civil”, donde analiza los fenómenos de represión en la retaguardia aragonesa y desvela bastantes mitos. Ambas partes, la del periodista y la del historiador, se complementan perfectamente en la obra. Cirac nos aproxima a su labor de investigación en la primera parte de la obra, donde relata de seguido tanto la vida de Buenacasa como algunos acontecimientos de su propia investigación. Con un estilo llano y fácil de comprender, propio del periodismo, nos acerca a una figura poco conocida, no sólo por el movimiento obrero en general sino por el propio movimiento libertario. Las entrevistas con personajes que le conocieron, con la hija del propio Buenacasa, y su labor de investigación nos aproxima a dos cosas. Por una parte lo apasionado que fue para el autor el descubrimento de un paisano suyo y el interés que pone en su figura. Por otra la importancia que en muchos períodos de la dilatada historia del movimiento libertario tuvo Manuel Buenacasa. En la segunda parte de la obra encaja la labor de complementación de José Luis Ledesma. Tras una selección de artículos y textos del propio Buenacasa y algunos que hablan sobre él, Ledesma hace una introducción a cada uno de ellos, poniendo al lector en contacto con el momento histórico en el que se escribe tal artículo o texto.
Destaquemos alguna de las cuestiones que nos revela esta aproximación biográfica a la vida y obra de Buenacasa. En primer lugar nos ofrece una definición fisiológica de la figura que estudian extraída de su ficha carcelaria: “Metro setenta y un centímetros de estatura. Pelo rubio castaño. Cejas de igual color. Ojos pardos, nariz intermedia. Cara oval. Boca regular. Barba rubia. Cráneo corto. Cicatriz deforme que abarca todo el dedo pequeño de la mano izquierda incluyendo la uña. Un poquito sordo”.
La figura de Buenacasa fue intermedia entre dos generaciones de anarquistas. Se sitúa entre la primera generación de internacionalistas y anarquistas como Anselmo Lorenzo, Teresa Claramunt, Soledad Gustavo, Federico Urales o Francisco Ferrer Guardia y una generación en la que aparecen Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Cipriano Mera, Juan García Oliver o Federica Montseny. La importancia de esta generación de Buenacasa, que es la de Seguí, la de Peiró, la de Negre y otros radica en que es la que funda la Confederación Nacional del Trabajo. Si los primeros preparan el camino y los terceros participan de la situación prerrevolucionaria, la generación de Buenacasa en la culminación y desarrollo de ambas generaciones.
Pero lo mismo que la posición de Buenacasa fue intermedia en la historia del movimiento libertario, intermedia fue casi siempre su actividad en la CNT y la FAI. Siempre quiso mediar entre partes en conflicto, lo que dio lugar a importantes textos como el nacido en 1933 “La CNT, los treinta y la FAI (La crisis del sindicalismo en Cataluña. Sus causas, sus efectos, sus remedios”. No olvidó Buenacasa la historia del propio movimiento obrero e intentó continuar la importante obra de Anselmo Lorenzo “El proletariado militante” con su “Movimiento obrero español. 1886-1926. Historia y crítica” que si bien fue criticado por Soledad Gustavo desde las paginas de La Revista Blanca, significa un intento de aproximación a la historia del movimiento obrero en esos tiempos. De importancia también es su obra “Figuras ejemplares que conocí”, donde establece una lista de de personajes que tuvieron algún tipo de relación con Buenacasa, como Dicenta, Barriobero, Seguí u Orobón Fernández. Gracias a esta pequeña obra conocemos que fue Manuel Buenacasa el intermediario para pedir a Santiago Ramón y Cajal que aceptará la presidencia de la República en uno de los numerosos intentos de derrocar a la dictadura de Primo de Rivera.
También Buenacasa se revela como un perfecto conocedor de la organización CNT y de sus necesidades según el momento histórico. Crítico con los pactos con la UGT, a la que consideraba reformista, durante la década de 1910 y 1920 (donde la UGT llegó a pactar con la dictadura de Primo de Rivera a través de Largo Caballero), fue defensor a ultranza de la alianza con la central sindical socialista desde el congreso de Zaragoza de 1936, donde sale tal dictamen, y sobre todo en los intentos de ganar la Guerra Civil y la Revolución,así como en derrocar la dictadura de Franco.
La figura de Buenacasa adquiere también gran importancia por ser quien encabeza la llamada “Escuela de Militantes”, que aprobó la CNT siendo secretario general de la misma Mariano Rodríguez Vázquez “Marianet”. De esta iniciativa, que aceptó Buenacasa, salió un pequeño “Manual del Militante” en 1937.
El exilio fue el trágico final de Manuel Buenacasa. El sentimiento de desarraigo, la añoranza por su tierra y el deseo de volver a la misma para poner en práctica los ideales libertarios en los que se había formado, se juntaba con el dolor por ver desde 1945 a la CNT dividida, en la que también medió para poder volver a unirla.
Todos estos aspectos y muchos más, como su visión de la Revolución rusa, nos los muestra tanto Jesús Cirac como José Luis Ledesma en las páginas que presentamos.
El libro tiene un estilo fácil y sencillo, con una buena recopilación de artículos y unos buenos comentarios aproximativos. Se remarca muy bien la obra constructiva y el pensamiento de Buenacasa. Quizá lo que sigue manteniendo son algunos tópicos como el llamado problema entre “treintistas” y “faístas” durante la República, cuando esa esquematización no es tal, siendo Manuel Buenacasa un ejemplo de ello al ser militante y fundador tanto de la CNT como de la FAI. Igualmente la imagen de un exilio dividido entre “ortodoxos” y “colaboracionistas” que dicho de forma tan esquemática deja muchas dudas sobre los problemas reales del movimiento libertario en el exilio. Pero son cuestiones secundarias.
Con esta nueva biografía se rescata del pabellón de los olvidados a una figura trascendental para la historia del movimiento obrero como fue el caspolino Manuel Buenacasa Tomeo.

Julián Vadillo
Esta recensión fue publicada por primera vez en Germinal. Revista de Estudios Libertarios núm.2 (octubre de 2006)

jueves, 18 de julio de 2013

LOS MITOS DE UN GOLPE DE ESTADO

Artículo aparecido en la edición digital del periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net/saberes/mitos-del-36.htmlcon motivo del aniversario del 18 de julio.

El 18 de julio se cumplen 77 años del golpe de Estado con la República. Y a pesar de los años que han pasado todavía es un tema que genera debate y pasiones a partes iguales. La derrota militar de la República y de los proyectos que habitaban en ella, los largos años de una dictadura impuesta y desarrollada bajo el terror y casi los mismos años de un sistema democrático fundamentado en los mismos pilares de esa dictadura han tendido a distorsionar mucho de los acontecimientos sucedidos durante la década de 1930, a fomentar lugares comunes o sencillamente a desdibujarlos en un olvido pactado, a estigmatizarlos en una guerra de “buenos y malos” o de “todos malos” (como es la moda historiográfica actual, en algunos casos).
Es por ello que aunque hayan corrido ríos de tinta sobre aquellos acontecimientos del verano de 1936 que desembocaron en una Guerra Civil hasta 1939 y en la imposición de una dictadura, aun hoy queden cosas por dilucidar. Y gran parte de esas cosas las han puesto encima de la mesa un grupo de profesores, que coordinados por el profesor Francisco Sánchez Pérez, han abordado algunos temas de enorme importancia que han servido para esclarecer cuestiones tabues aun hoy. Los mitos del 18 de julio se convierte así en una referencia para acercarnos a los orígenes de la Guerra Civil.
Algunos de esos mitos comenzaron a fraguarse en el mismo momento del golpe de Estado. Alguno de esos mitos fueron utilizados como excusa para poder perpetrar ese golpe de Estado. Y hoy todavía se utilizan como elementos históricos para poder dar lecturas del acontecimiento. Algunos de esos mitos los vamos a enumerar aquí.

1. La República no era un sistema democrático

Es quizá uno de los mitos más utilizados. Considerar que la llegada de la República fue antidemocrática, pues en 1931 ganaron los monárquicos y no los republicanos, es un argumento utilizado desde el franquismo y que la historiografía neofranquista hoy ahonda aun más. Sin embargo todas estas tendencias no tienen en cuenta el poder que el caciquismo tenía en 1931 en muchas zonas de España y por el cual el voto fue dirigido en la zonas rurales. En las áreas urbanas fueron los republicanos los que triunfaron sin ningún tipo de dudas. El origen de la República es plenamente democrático y se inscribe en la tradición democrática de la llegada a tales cotas de libertad de otros países, como por ejemplo Alemania en 1918.

2. Las izquierdas son las responsables de la Guerra Civil

Argumento utilizado desde el mismo momento del golpe de Estado. Siempre se hace mención a la revolución de octubre de 1934 como el ejemplo golpista de las izquierdas contra la propia República. Lo que hicieron los militares fue una contrarrevolución preventiva que llevaba irremediablemente a España hacia la construcción del modelo soviético. Nada más lejos de la realidad. Las izquierdas eran quienes mejor encarnaban el concepto revolucionario como superación progresiva de los problemas sociales. En ese sentido, y tal como Francisco Sánchez Pérez enmarca en capítulo introductorio, el concepto de “revolución” en la época era extensivo tanto a los republicanos liberales como a los anarquistas. Cada uno tenía su concepto revolucionario. Y de hecho la proclamación de la República es en sí un acontecimiento revolucionario. El problema es cuando se valora ese concepto con perspectiva actual. En la década de 1930 “democracia” no está reñido con revolución. Y la Revolución de octubre de 1934 forma parte de ese proceso de profundización democrática (cada uno con su perspectiva) frente a elementos reaccionarios de la sociedad que no querían para nada la democracia. La responsabilidad de la Guerra Civil recae exclusivamente en aquellos que perpetran el golpe de Estado contra la República. Esos conceptos de revolución y las perspectiva de la izquierda son perfectamente tratado en el libro por el profesor Julio Aróstegui (in memoriam)

3. España iba a caer en la órbita de la URSS. El comunismo iba a dominar España

El miedo al comunismo fue y es otro de los argumentos favoritos para justificar la Guerra y el franquismo. Como se dice en el libro es algo estratégico, incluso hoy. Abocar al peligro socialista sería ridículo. Y lo mismo decir hacía el anarquismo. Lo mejor era introducir en un mismo saco todo y decir que existía un peligro comunista. Pero ni el PCE era un partido poderoso cuando estalla la Guerra Civil (va creciendo en influencia, como demuestra el profesor Fernando Hernández Sánchez) no había ningún contacto entre la República española, sus políticos y la URSS. Incluso haciendo un análisis de la fuerza de la izquierda del momento en España no era en ningún caso prosoviética. La mayoría del movimiento obrero se enmarcaba en el socialismo y el anarquismo que no tenían, ni mucho menos, simpatías por la URSS. No, la República no estaba vendida a la URSS. Muy por el contrario son los defensores de la unidad de la nación los que había llegado a pactos y acuerdos con la Italia fascista. Gracias a las investigaciones del profesor Ángel Viñas se ha podido demostrar que existían acuerdos entre los monárquicos y los fascistas italianos desde el 1 de julio de 1936 para la compra de material bélico. Una importante cantidad de armamento que no solo estaba destinada a un golpe de Estado sino a soportar una guerra. No es nada nuevo la fascinación que un personaje como Gil Robles le causó la Alemania nazi. Ni las simpatías que el lider de los monárquicos, José Calvo Sotelo, tenía por la Italia fascista. Curiosamente los acuerdos de su grupo monárquico con el fascismo y sus discursos profascistas en el Congreso coinciden en fechas. Esto anula la idea de que el asesinato de Calvo Sotelo desencadenó la Guerra, ya que se tenían acuerdos previos para desencadenar esa guerra. Por no hablar que al mismo tiempo que se asesinaba a Calvo Sotelo se cometió el crimen contra el teniente Castillo, reconocido izquierdista.

4. Fue un golpe a la antigua usanza del pronunciamiento que degeneró en una Guerra Civil

Por las informaciones que se tienen es imposible pensar tal circunstancia. El golpe del 18 de julio no fue un pronunciamiento. Emilio Mola dejó muy claro que aquello iba a ser una guerra, larga y cruenta donde había que imponer el terror. El libro, gracias a las aportaciones de Fernando Puell, rescata esas directrices de Mola. Además ahonda en el problema militar en España. La reforma de Azaña había generado un sentimiento antiazañista y antirrepublicano en muchos sectores del Ejército que hicieron que estos se rebelasen contra la República para defender sus privilegios.

5. La derecha no fue tolerada en la República

Exceptuando alguna excepción, la derecha española nunca ha tenido una tradición y raíz democrática. Su origen ha venido siempre de la reacción al progreso y a la revolución, a la profundización democrática y al avance. La derecha que se presentó en la República, excepto en casos como el de Alcalá Zamora, Luis Lucía o de Giménez Fernández, como enemiga de la misma y con el objetivo de destruirla. Cada uno lo hizo desde su posición. Unos desde el llamado “accidentalismo” (como la CEDA de Gil Robles), otros desde la violencia verbal y física (los monárquicos de Calvo Sotelo) y otros desde el propio terrorismo (Falange). Estos grupos nunca estuvieron integrados en las instituciones republicanas. Muy por el contrario lucharon por la consecución de sus objetivos políticos corporativos. El profesor Eduardo González Calleja nos muestra a la perfección esta evolución de la derecha española.

6. La violencia como elemento fundamental de la República

Es el gran mito fomentado por el franquismo tal como demuestra el profesor José Luis Ledesma. Y es un tema continuado tanto por los divulgadores del neofranquismo histórico como por una parte del mundo académico. Sin embargo España no tiene más violencia que cualquier país del entorno con democracias más asentadas (solo hay que recordar las huelgas que se desarrollaron en Reino Unido o en Francia). La República tuvo violencia. Pero hay que distinguir aquella que venía por los propios problemas estructurales de la misma (casos de Arnedo, Castilblanco, Alto Llobregat o Casas Viejas) que se fueron aminorando con el tiempo, a la violencia para la propia desestabilización de la República, como es la variable que los grupos callejeros de extrema derecha introducen. Pero en ningún momento la República tiene un plan trazado de exterminio del enemigo (como así harán constar los franquistas), ni siquiera contra la Iglesia, que los sublevados toman como bandera mucho más tarde que el propio 18 de julio, tal como Hilari Raguer demuestra.

Estos y otros muchos más mitos (el separatismo, las tramas civiles, las reformas de la primavera de 1936, etc.) son tratados en la obra Los mitos del 18 de julio, donde un elenco de buenos historiadores presentan sus trabajo. Mención especial cabe para el profesor Julio Aróstegui, fallecido en enero de este año y que no ha podido ver esta obra publicada, como tampoco su última gran obra Largo Caballero. El tesón y la quimera. Con toda probabilidad Aróstegui es uno de los mejores historiadores de este país en los últimos tiempos. Y así lo demuestra su amplia producción sobre movimiento obrero, guerra civil, conflictividad, etc. Pero no solo de eso, sino de la forma de hacer y escribir historia. Su desaparición ha dejado huérfano el panorama historiográfico español. Pero nos queda su obra y, como se puede comprobar, sigue dando sus frutos.
Estamos ante una gran obra. Con cosas discutibles pero con grandes aportaciones. Aunque inabarcable poco a poco nos vamos acercando a la realidad de lo que sucedió y pasó en la Guerra Civil española.

Julián Vadillo Muñoz

jueves, 11 de julio de 2013

Futbolistas de izquierdas

Reseña publicada en el periódico Diagonal a propósito del libro Quique Peinado. Un buen libro para leer ahora en verano

UN FÚTBOL CON COMPROMISO
Futbolistas de izquierdas de Quique Peinado (Ed. Léeme, Madrid, 2013)

Los aficionados al fútbol estamos de enhorabuena. Tenemos entre las manos un libro que, hasta el momento, es único. Varios son los libros que se han escrito sobre fútbol. Algunos equipos han sacado la historia del club. Hay quien ha escrito sobre la vida de algún futbolista. Pero son obras que se quedan en lo meramente deportivo. Que está bien. Pero muchas veces hasta no es real lo que dicen. Sin embargo Quique Peinado ha hecho algo distinto. Ha rescatado historias. Historias de futbolistas. Historia de personajes que tenían (y tienen) un compromiso social. Una cosa poco habitual para un mundo como el del fútbol donde los contratos millonarios y la pasividad de sus integrantes es lo que proliferan.
En este libro no vamos a encontrar las grandes historias de la relación entre el movimiento obrero socialista y el fútbol. No es la historia del origen del Hadjuk Split croata (llamado Anarkho en sus inicios), ni la del Basáñez uruguayo fundado por los anarquistas, ni la del origen del equipo Argentinos Juniors conocidos como Mártires del Primero de Mayo, ni de la afición obrera del Atlético de Madrid durante la República o de como el Rayo jugó la Liga Obrera de Madrid.
El libro de Quique Peinado nos cuenta historia de futbolistas. La de un desconocido Agustín Gómez Pagola, comunista que jugó en el Atlético de Madrid en la década de 1960. La del turco Mert Kurt que conoció de cerca el ideario de Marx. La de los jugadores del Racing de Santander, Sergio Manzanera y Aitor Aguirre, que protestaron por las últimas ejecuciones del franquismo aquel 27 de septiembre de 1975. La de las honrosas excepciones que protestaron por la dictadura argentina mientras se celebraba el Mundial y a pocos metros estaban torturando a gente. Incluso alguno de ellos futbolistas que nos reseñan en el libro. Ángel Cappa, Carlos Humberto Caszely, el genial Sócrates y la Democracia Corintiana, la genial historia de Volker Ippig portero del Saint Pauli, la más conocida historia pero no menos sorprendente del magnífico Cristiano Lucarelli y el Livorno, diversas historias de futbolistas vascos vinculados a la izquierda azbertzale, etc.
Muchas historias dignas de tener en cuenta. Muchas historia desconocidas del fútbol. Un libro recomendable para todos. Para los que no son aficionados al fútbol para que vean que existe otra manera de vivir ese deporte. Para los que nos gusta, lo disfrutamos y lo jugamos para comprobar que con muchos futbolistas tenemos más en común que darle patadas a un balón.
Un gran libro del periodista Quique Peinado, donde demuestra su amor por este deporte, acompañado de un prólogo de El Gran Wyoming y un epílogo de Alberto Garzón.

Julián Vadillo 

domingo, 7 de julio de 2013

1975. Una novela sobre el FRAP

Reseña publicada en la edición digital del periódico Diagonal de la novela de Tomás Pellicer 1975

A pesar de los años de dictadura y de otros tanto de olvido intencionado por las instituciones democráticas, la oposición a la propia dictadura franquista partió desde el mismo día en que las tropas rebeldes tomaron los resortes del poder. En algunos lugares desde el mismo 1936 y en otros a partir de 1939. El exterminio que el franquismo ejerció contra sus oponentes no fue óbice para que estos no se rebelaran contra la imposición del fascismo. Anarquistas, comunistas, socialistas y republicanos se lazaron a la oposición al franquismo desde distintos frentes: guerrillas, presión internacional, huelgas, etc. Aun así el franquismo consiguió parte de sus objetivos y debilitó a la oposición antifranquista, llegando en algunos casos y lugares a exterminarla por completo. Un régimen de terror que aun hoy no está denunciado a nivel internacional como crimen contra la humanidad.
Pero a partir de la década 1960, junto a esa oposición del movimiento obrero y político clásico al franquismo, van surgiendo nuevos grupos impulsados por gente del interior del país que estaban descontentos con la dictadura. Algunos de esos movimientos optaron por el campo sindical. Otros por el ámbito cultural. Y hay otros que decidieron una oposición frontal al franquismo con la lucha armada. Uno de esos grupos fue el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico). El FRAP era el brazo armado del Partido Comunista de España-Marxista Leninista (PCE-ML), una de la muchas escisiones que el movimiento comunista tuvo durante la dictadura. Su número nunca fue significativo pero sus acciones sí.
Tomás Pellicer, antiguo integrante del FRAP, nos relata en 1975 la historia del Lina, una estudiante en Valencia que se vincula al FRAP a través de la FUDE, la organización de estudiantes del FRAP. Lina conoce a otros combatientes antifranquistas y todos conforman una célula armada contra el franquismo. Sus actividades, la clandestinidad, los pases a Francia, el amor con otros militantes, las discusiones con otras tendencias, la persecución policial y la noche del 26-27 de septiembre de 1975 (últimos fusilamientos del franquismo contra tres militantes del FRAP y dos de ETA) son algunos temas que se trata en la novela. Con un lenguaje fácil y una estructura de novela muy sencilla, nos plantamos en unos años de lucha en la ciudad de Valencia trascendentales en la oposición al franquismo. Y esto es lo verdaderamente importante de esta obra: el rescatar una época.
Pellicer lo ha querido recuperar a través de sus experiencias personales llevadas a la novela, tal como hizo con su anterior FRAP. Grupo armado. No se trata tanto de valorar estas opciones, ejercicio que tiene que estar alejado de la función del historiador. Pero estos grupos de oposición han sido prácticamente olvidados por una historia canónica que ha marcado la pauta de como escribir la propia historia de la Transición política. El PCE-ML y el FRAP eran organizaciones vanguardistas y partidarias del régimen de la Albania socialista. Las emisiones desde Radio Tirana son parte fundamental también para recuperar su historia. Pero lejos de cualquier valoración ideológica, lo cierto es que muchos de sus militantes se dejaron la vida en la lucha contra el franquismo y otros muchos sufrieron las torturas de la policía y la persecución política.
Rescatar su historia, todas las historias del antifranquismo, es una tarea que se tiene por delante.

 Julián Vadillo

lunes, 1 de julio de 2013

Entrevista sobre Mauro Bajatierra

Un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona me hicieron hace poco una entrevista para un trabajo de una asignatura suya de periodismo. Hicieron un trabajo sobre Mauro Bajatierra, y me entrevistaron alrededor de la biografía que publiqué del personaje en el año 2011. Aquí reproduzco íntegra la entrevista que presentaron como trabajo de la asignatura.


Entrevista a Julián Vadillo Muñoz, autor de Mauro Bajatierra. Anarquista y Periodista de Acción.

  1. ¿Por qué escogió a un anarquista como Mauro Bajatierra para reconstruir su vida y hacer una biografía?

Una de las cuestiones de mi investigación es el anarquismo madrileño. El anarquismo en Madrid ha tenido mala suerte a la hora de la investigación. Madrid siempre fue un bastión fuerte de los socialistas, por lo que los estudios del PSOE y de la UGT han proliferado. Y frente a otros lugares como Cataluña, Levante, Aragón o zonas de Andalucía, el anarquismo madrileño ha tenido, historiográficamente hablando, una posición de inferioridad.
Pero al adentrarte en la historia del anarquismo madrileño te das cuenta como a lo largo del tiempo fue creciendo en influencia hasta convertirse en uno de los movimientos políticos y sindicales más importantes de Madrid ya con la Segunda República.
Una de las razones fundamentales para el arraigo del anarquismo madrileño es la actividad de muchos de sus personajes. Y entre ellos estaba Mauro Bajatierra. A Bajatierra se le conocía por su participación como cronista en la guerra en la páginas del CNT. También, aunque en menor medida, por las colaboraciones que tuvo con La Tierra o el propio CNT durante el periodo republicano. Pero la trascendencia de Bajatierra va mucho más allá. Es organizador de grupos sindicales y anarquistas desde el final de la década de 1900. Es uno de los impulsores del Ateneo Sindicalista de Madrid, embrión de la CNT. Militante de primera hora de las sociedades obreras de panaderos de Madrid, adscritas a la UGT. Esto confirmaba una teoría que venía desarrollando desde hacía un tiempo. Lo primero que la conciencia obrera llevaba a los trabajadores a estar sindicados. Y lo segundo que la frontera entre sociedades obreras de la UGT y la CNT era muy difusa y muchas anarquistas, por conciencia obrera, se afilaban a las sociedades de su ramo. Bajatierra es uno de ellos, y a la asamblea de la sociedad obrera del pan candeal llevaba las ideas anarquistas, así como a los congresos de la UGT, donde debatía con los líderes del socialismo las estrategias obreras. Bajatierra fundó también el grupo “Los Iguales” en Madrid en 1916, embrión de la Federación Anarquista Ibérica que nacería años después. Participó de muchos periódicos con su pluma, fue encarcelado por sus ideas y por sus escritos, vivió el exilio y la lucha contra la dictadura, tuvo amigos en todas partes, etc. Y era, sobre todo, un anarquista pragmático, que es el reflejo del movimiento libertario español.
Evidentemente la figura de Bajatierra se convertía en fundamental en la historia del anarquismo madrileño y del propio anarquismo español. Y al mismo tiempo era completamente desconocida. Fue lo que me motivó investigar esta figura.

  1. ¿Cuál fue el primer paso que dio en la investigación?

La primera vez que me encontré con Bajatierra fue repasando los periódicos CNT durante la Guerra para documentarme en mi tesis doctoral que versa sobre el movimiento obrero en Alcalá de Henares. Leí alguna de sus crónicas y me parecieron muy interesante a la par que bien escritas y con sentido del humor. En ese momento no dí más importancia al personaje, que siguió apareciendo en algunas obras clásicas siempre como cronista de guerra.
Pero cuando fui al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca a completar la documentación de la tesis me encontré con el expediente de depuración masónica de Bajatierra. Aquel cronista de guerra fue masón. Perteneció a la misma logia que el republicano Eduardo Barriobero. Seguía la línea de la primera y la segunda generación de anarquistas españoles, que se adscribían a la masonería como componente de lucha para la laicización de la sociedad (masones fueron también Anselmo Lorenzo, Francisco Ferrer Guardia, José Llunas Pujals, etc.).
Este aspecto me empezó a llamar más la atención, pues su adscripción a la masonería era de 1917, mucho tiempo antes de la Guerra Civil. Fotocopié el expediente y lo guarde para una posible futura investigación.
Unos meses después los compañeros de LaMalatesta editorial hablaron conmigo de la posibilidad de reeditar el libro “Crónicas de Guerra” de Mauro Bajatierra. Una recopilación de artículos que se editó en 1937 y que estaba olvida completamente. La editorial me propuso hacer una pequeña presentación-prólogo de la obra. En ese momento me acordé del expediente y les dije que haría el trabajo, pero que me dejaran unas semanas para corroborar algunas cosas del personaje. Cuando empecé a comprobar la transcendencia real del personaje y su calado histórico, lo que propuso a la editorial fue hacer una biografía, que podía ser más interesante que la reedición de las crónicas de 1937.
Así comenzó la investigación de Mauro Bajatierra.


  1. ¿Nos podría exponer brevemente qué fuentes documentales y personales utilizó?
Las fuentes documentales para realizar la biografía ha sido diversas. La vida de Mauro Bajatierra estaba dispersa por varios archivos españoles y europeos. El primer sitio donde acudí fue a la Fundación Anselmo Lorenzo, archivo histórico de la CNT. Allí localicé la colección del periódico La Tierra, del periódico CNT y de otros muchos medios libertarios donde Bajatierra escribió. También allí había un ejemplar de las crónicas editadas en 1937, así como ejemplares de algunas de sus novelas, pues Bajatierra junto con su militancia anarquista, su trabajo de panadero y de periodista, era también literato y dramaturgo. En la FAL también pudimos consultar el archivo histórico de la FAI, que el Comité Peninsular de esta organización muy amablemente me dejó acceder.
Si bien había mucha documentación en la Fundación, no era suficiente para reconstruir su vida. Fui también a la Fundación Pablo Iglesias, archivo histórico del PSOE. Bajatierra estuvo siempre en la UGT y era fácil que hubiese dejado rastro en los medios socialistas. Allí localicé actas y artículos escritos en esos medios por Mauro.
Acudí también a la Biblioteca Nacional, ha repasar prensa, tanto de artículos escritos por él como que hablaban sobre él y sus actividades. También todas sus obras literarias, teatrales, cuentos y de otra índole (tiene incluso un cancionero anarquista). En el Archivo Histórico Nacional recuperé los juicios que se le hicieron por delitos de prensa y escritura. En el Archivo General de la Administración existía toda la documentación del juicio que se efectuó contra Bajatierra por el atentado al presidente del gobierno Eduardo Dato, del que fue acusado. Aquí me ofreció una ayuda indispensable mi amigo Daniel López-Serrano, que puedo acudir al archivo a tomar algunas notas que a mi me faltaban cuando la investigación estaba casi concluida. Y volví al Centro Documental de la Memoria Histórica para recuperar toda la documentación relativa de Bajatierra tanto durante la Guerra como en la República.
Pero quedaba lo más sorprendente de esta investigación. Había un vacío de las actividades de Bajatierra durante la dictadura de Primo de Rivera. Gracias a mi amigo Miguel Sarró “Mutis” que durante esa época hacía una investigación en París para un documental, me puso sobreaviso que había en los archivos franceses documentación relativa a Mauro Bajatierra y su exilio en Francia. Allí encontré los expedientes que el Ministerio de Asuntos exteriores francés le abrió así como toda la documentación relativa efectuada por la policía francesa. Un pormenorizado informe de todos los movimientos de Bajatierra en París y Bélgica, donde sus hermanos masones también le acogieron. Y allí se veía la actividad política contra la dictadura y la monarquía.
La investigación en este sentido la completé en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, donde había documentación relativa a este periodo, y en el Centre Insternational de Recherches sur l´Anarchisme (CIRA), en Lausana.
Otra de las sorpresas fue las fuentes fotográficas. Habíamos recopilado muy pocas fotos de Bajatierra. Algo en la FAL, otro poco en Ámsterdam. Los familiares del personaje, con lo que tuve y tengo contacto, no tenían nada. Sin embargo, un día navegando por Internet, dimos en una página con alguien que vendía una colección completa de fotos de Bajatierra. El hallazgo lo hizo un compañero y amigo de Canarias, Alexis. Dos personas nos pusimos en contacto con el comprador y tras varias reuniones decimos comprar el fondo que depositamos en la Fundación Anselmo Lorenzo. Multitud de fotografías de Bajatierra pudieron ser recuperadas.
Posteriormente a la investigación me he vuelto a encontrar documentación de Bajatierra en el Archivo histórico de la FLA (Federación Libertaria Argentina) en Buenos Aires.
Todo un periplo para poder recomponer la vida de Bajatierra.


  1. ¿Se encontró muchos problemas para indagar en su vida?

El mayor problema fue la dispersión de las fuentes, lo que hizo difícil la recopilación del grueso documental para poder recomponer la historia del personaje.
Otro de los problemas ha sido la destrucción de documentación y obras. Sabemos de obras de Bajatierra que son ilocalizables. El paso del tiempo y el peso de la dictadura en España hicieron su trabajo.


  1. ¿Qué metodología de trabajo ha seguido para llevar a cabo la biografía? (Nos referimos a las fases de la investigación)

La metodología de trabajo ha sido la propia de la ciencia histórica. Recopilación documental, contrastación de las fuentes, entrevistas personales a personajes que pudieron conocer a Bajatierra, etc. Todos los datos que se vierten en la obra están completamente contrastado. Se han cotejado muchísimas fuentes documentales, bibliográficas, hemerográficas, etc. Se ha intentado hacer un trabajo histórico riguroso. El resultado del mismo son los demás quien lo tiene que valorar. Pero no hay que olvidar que hacer una biografía tiene un grado de complejidad que otras obras no tiene. Es reconstruir la vida de un personaje y de una época. El libro está a caballo entre la biografía y la prosopografía, es decir, incluir al personaje en su época. Si se desgaja una parte de la otra quedaría incompleto.

  1. ¿Qué le sorprendió más de Mauro Bajatierra?

Bajatierra es un personaje que no dejaba de sorprender a medida que lo estudiaba. Pero quizá lo más llamativo era lo menos conocido del personaje. El hecho que escribiera a principio de la década de 1900 en una revista chistes, que hablase esperanto (así como francés y alemán), que en algunas de las fotos aparezca con guantes de boxeo (probablemente practicó ese deporte), que fuera de los primeros españoles en ver de cerca la revolución zapatista, etc. Importante es también es como trata la guerra en sus crónicas. El humor y los motes que pone a sus enemigos. Y sobre todo la manera que tiene de morir, de ser asesinado. Esperar a los fascistas, ya sea en una silla o en la ventana de su casa, atrincherado ese 28 de marzo de 1939 denota todo un carácter.
Bajatierra no dejaba de sorprender

  1. ¿Podría caracterizar al personaje de Bajatierra?

Su humanismo. Bajatierra era anarquista y entendía el anarquismo como un modo de vida y comportamiento, no solo como una ideología. Bajatierra, al igual que Melchor Rodríguez, eran de esa clase de libertarios que creía que conversando podían llegar a convencer a cualquiera de la conveniencia de las ideas anarquistas.
Bajatierra fue anarquista toda la vida. Y entendía que llegar al anarquismo tenía varias etapas. Por ello no dudó en colaborar con otras tendencias políticas cuando la situación social era muy complicada. Durante la dictadura él participa de contactos con los republicanos. Anarquistas como Bajatierra demuestran que el movimiento libertario tuvo mucho que ver en la llegada de la República a España. Y que confian que esa República colme las aspiraciones de la clase obrera. Cuando no lo consiguen es cuando los libertarios comienzan a criticar a la República. Después llegó la guerra y la relación con la República es otra historia.


  1. ¿Cuáles cree que son los momentos más transcendentales en la vida del anarquista?

Me atrevería a destacar algunos:
El primero, desde luego, su participación como militante libertario en el desarrollo del anarquismo en Madrid. Bajatierra es fundamental para entender todo ese proceso.
El segundo es cuando intentan vincularle al asesinato de Eduardo Dato en 1921. Bajatierra no tenía nada que ver, pero su prestigio era enorme en el movimiento libertario y una forma de dar un golpe al anarquismo era acusándole. Algo que no era nuevo en al historia. En el atentado de 1906 contra Alfonso XIII se intentó vincular al mismo a Ferrer y José Nakens, un periodista anticlerical muy activo en al época. Con el atentado a José Canalejas se intentó vincular a Pablo Iglesias, primer diputado obrero. Con el de Dato en 1921 a Bajatierra. En todos los casos se demostró que nada tenían que ver. El objetivo era desprestigiar y erosionar la actividad del movimiento obrero y una de las formas era imputar a sus personajes mas representativos.
El tercer momento es su actividad conspirativa contra la dictadura de Primo de Rivera y contra la monarquía de Alfonso XIII.
La cuarta es su trascendental actividad como cronista durante la Guerra Civil. Algo que define la vida militante de Mauro Bajatierra.
Por último su asesinato y junto con él el olvido del personaje.

  1. ¿Piensa que la gente del movimiento anarquista y anarcosindicalista del momento tiene en consideración a la figura de Mauro Bajatierra?

Actualmente la figura de Mauro Bajatierra es poco conocida en general. Pero también el movimiento libertario. Bajatierra no solo fue un militante, también fue un periodista y un escritor de folletos de ideas anarquistas que valió para la formación ideológica de los militantes del momento. Contemporáneo a que Isaac Puente escribiese su Comunismo Libertario, que fue aprobado como una guía por la FAI en 1933 y por la CNT en el Congreso de Zaragoza de 1936, Mauro Bajatierra escribió Hacia una republica social, que no deja de ser un concepto de comunismo libertario. Y esta obra fue mucho más conocida en las sociedades obreras y grupos anarquistas de Madrid que la obra de Isaac Puente. Cuestiones como esta convierten a Bajatierra en una de las figuras más representativas de la historia del anarquismo español.


  1. Para concluir la entrevista, ¿Qué se siente al terminar un proyecto como este?

Se siente la satisfacción de haber rescatado del ostracismo a una figura sensacional. La dictadura franquista cubrió no solo con tierra sino con un manto de olvido a este tipo de figuras y de movimientos. La posterior Transición nada hizo por recuperar estas memorias. Rescatarlas es un compromiso que los historiadores tenemos con la sociedad.



Clara Asín Ferrer y Marçal Díez Puig, 20/05/2013

jueves, 20 de junio de 2013

Un paseo por el Alcalá obrero

Visitar Alcalá de Henares no es solo su parte monumental patrimonio de la humanidad. Su historia es mucho más profunda. Y su clase obrera merece un lugar de respeto en la misma. Este paseo que se realizó por primera vez en julio de 2006 quiere reivindicar esa historia.
Reproduzco aquí el artículo que aparició sobre el mismo en tres entregas en el Diario de Alcalá en julio de 2007.
Pd: Este texto es solo una parte. La explicación del mismo durante el paseo es mucho más detallada.

UNA CIUDAD OCULTADA. UN PASEO POR LA ALCALÁ OBRERA

Julián Vadillo Muñoz

Introducción

La rica historia de la ciudad complutense da para bastantes temas a tratar. Cualquier época en la que nos centremos o tengamos nuestras investigaciones da pie para que Alcalá se convierta en un centro a tener en cuenta.
Pero no toda la ciudad ha sido recuperada. Hay que notar el gran esfuerzo que se ha realizado para que partes importantes de nuestra ciudad recuperen el esplendor que tuvieron en otro tiempo, merced al gran reclamo turístico que tiene Alcalá de Henares.
Pero si enumeramos todos los centros rehabilitados, comprobamos cómo otros han sido olvidados. Hay rincones ocultos en la antigua Complutum a los que merece la pena dar un repaso.
Uno de esos recorridos que hoy es prácticamente desconocido para la ciudadanía alcalaína es su historia obrera. Y esa historia tiene unos centros que durante un tiempo representaron para la ciudad un punto más en el avance progresivo, aunque hoy hayan quedado relegados. Numerosas reconstrucciones de calles, rehabilitaciones y reconstrucciones de edificios hecho desaparecer alguno de estos centros. Pero ello no es óbice para no poder recorrer una Alcalá tan diferente como escondida. En apenas hora y media podemos conocer un itinerario de centros de la Alcalá obrera y revolucionaria, que también forma parte de nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad. Partiendo de la Puerta de Madrid y terminando en la intersección entre el Paseo de la Estación y la calle Ferraz.

Visita turística a la Alcalá obrera

El itinerario marcado no es el único, pero es el mas fácil de seguir y aglutina en su recorrido numerosos centros y lugares de enorme importancia para la reconstrucción de la historia obrera de Alcalá y de sus organizaciones más representativas.
Nuestro recorrido empezaría desde la Puerta de Madrid. Hay dos razones para elegir este punto. El primero práctico, pues desde él podemos afrontar con mayor facilidad un recorrido por todo el casco histórico de la ciudad, que es donde se sitúan la mayoría de los lugares que vamos a visitar. Por otro porque ya allí nos encontramos con vestigios del itinerario y la temática que vamos a tratar en esta peculiar visita turística. La plaza y la Puerta de Madrid han variado su estructura con el tiempo. Antaño los carros y coches pasaban por debajo del arco y por donde hoy hay carretera estaba cerrado por una pequeña caseta. Esa caseta es ya uno de los puntos a centrarse. En ella la colectividad agrícola “Isabelo Romero”, perteneciente a la CNT-AIT durante la Guerra Civil, guardaba sus aperos de labranza. Las colectividades fueron un modelo económico que los anarquistas impulsaron durante el periodo bélico y que venía a materializar el acuerdo al que habían llegado en mayo de 1936, cuando celebraron su Congreso confederal en la ciudad de Zaragoza, con la famosa ponencia sobre el comunismo libertario1. El nombre de la colectividad hacia referencia al famoso anarquista madrileño Isabelo Romero, que murió por causas naturales durante el período bélico en la capital de España2.
Igualmente la Puerta de Madrid es importante por unas imágenes en las que se muestra a milicianos defendiendo la ciudad el día en el que se produce el alzamiento militar en Alcalá complutense. Bajo la figura de esos milicianos con escopetas aparece una pintada con las siglas FAI (Federación Anarquista Ibérica), la organización especifica del anarquismo fundada en Valencia en 1927. El alzamiento en Alcalá fue promovido por la oficialidad, pues el teniente coronel de Zapadores-Minadores Mariano Monterde y el teniente coronel del Batallón de Infantería Ciclista, Gumersindo de Azcárate, fueron leales a la Republica. Monterde muere asesinado y Azcárate es herido. La importancia de la Puerta de Madrid es que bajo su arco pasan las fuerzas de las columnas que ayudan a desbaratar el golpe en Alcalá y prosiguen camino de Guadalajara. Nos referimos a las tropas del militar republicano Ildefonso Puigdéngola y a las unidades del anarquista Cipriano Mera.
Siguiendo nuestro recorrido pasemos por la calle Cardenal Cisneros. Allí nos encontramos a la espalda del antiguo Hospital Militar, hoy facultad de Económicas, que durante la Guerra Civil española atendió a los heridos en campaña. Siguiendo un poco más adelante, y casi en la entrada de la plaza de los Santos Niños, en el número 5 de la calle, está la casa donde se fundó la Asociación de Obreros de todos los Oficios el 28 de agosto de 19023. Esta Asociación fue el primer intento de la clase obrera alcalaína de aglutinarse en una asociación, desde que en 1870 Paul Larfague impulsara en la ciudad complutense (sin conocerse hoy si llegó a estar en Alcalá el yerno de Marx) , bajo el seudónimo de Pablo Farga, una sección de la AIT con el fin de poder asistir como miembro de la misma al Congreso de Zaragoza de 1872, donde se produjo el gran debate entre socialistas autoritarios o marxistas y socialistas antiautoritarios o bakuninista. La Asociación tiene una peculiaridades que la hace enmarcarse dentro de la línea típicamente socialista, que eran por entonces la mayoritaria dentro de la ciudad en disputa con los republicanos y los anarquistas. Las características básicas son:
  1. Aunque no se declaraba como adherida a la UGT, lo cierto es que esta asociación tipifica en su artículo 41 que en caso de disolución todos sus bienes irán a parar a la Unión General de Trabajadores de España. Igualmente esta fundada por los máximos dirigentes del socialismo alcalaíno del momento: Antonio Fernández Quer, Jerónimo Fernández y Antonio Cao del Río.
  2. Tiene sus raíces ideológicas enraizadas con los acuerdos emanadas del congreso fundacional de la II Internacional en París, donde se acordó que las sociedades obreras de carácter marxista no acogerían en su seno a las corrientes anarquistas por considerarlas antiorganización. Y así lo deja tipificado en el reglamento en el artículo 2.
  3. Aunque no se declara socialista y dice no corresponder como correa de trasmisión sindical con ningún partido político, lo cierto es que apoyará a las candidaturas que sean puramente obreras. Y en Alcalá a la altura de 1902 no hay una disputa entre las candidaturas obreras de los republicanos y la de los socialistas. Estos últimos forman la Agrupación Socialista de Alcalá de Henares en octubre de 19034

Pasada la plaza de los Santos Niños, avanzando un poco hacia su derecha, nos encontramos con la plaza de Santa María la Rica. Varias son las cuestiones que destacar en esta plaza y en los edificios que la componen. Numerosos actos de las sociedades obreras alcalaínas se han desarrollado en el edificio que se utilizó como salón de actos. También es el distrito de Santa María la Rica por donde obtiene el acta de concejal Antonio Fernández Quer en 1903. Hay que destacar que los socialistas alcalaínos presentaron al mismo candidato por dos distritos y que obtuvieron el número de votos suficientes como para haber tenido dos concejales. Por último destacar que en Santa María la Rica también existió durante la dictadura de Franco una prisión preventiva, donde numerosos miembros de organizaciones sindicales y políticas alcalaínas pasaron algún tiempo.
Volviendo sobre nuestros pasos llegamos a la calle Escritorios. En el número 4 fue fundada por un profesor alcalaíno llamado Francisco Pardinas la escuela “El Porvenir de la Infancia”. Entraríamos en un tema que no es estrictamente obrero pero por el cual el movimiento obrero se preocupó a lo largo de su existencia, como fue la formación de la clase obrera. La escuela de Pardinas, que fue un militante de las organizaciones socialistas alcalaínas, respondía al concepto educativo que desde 1876 venía desarrollando en España la Institución Libre de Enseñanza (ILE) fundada por Francisco Giner de los Ríos e inspirada por los principios del krausismo introducido en una etapa anterior por Julián Sanz del Río. “El Porvenir de la Infancia” introdujo un modelo distinto de educación que fue criticado por los sectores conservadores de la ciudad al considerar la escuela de Pardinas como un centro laico. El Amigo del Pueblo la calificó como “Escuela sin Dios”5. La escuela de Pardinas tuvo una longeva duración y solo la Guerra Civil puso fin a dicha experiencia. Finalizada la contienda, y como ocurrió con todo el magisterio en España, Pardinas fue investigado y apartado del magisterio, aunque las nuevas autoridades franquistas respetaron su vida a pesar de sus convicciones socialistas. En esta misma calle, en el número 4, se encontraba ubicada la Casa del Pueblo de Alcalá de Henares. Allí estuvo durante toda la II República, entonces se conocía como calle Pablo Iglesias y aglutinaba las actuales calles de Escritorios y Colegios. La Casa del Pueblo fue creada en Alcalá de Henares probablemente en 1911 y allí Manuel Azaña pronunció su famosa conferencia titulada “El problema español”. La importancia de este centro del obrero alcalaíno no radica solo en que se desarrollaran las actividades del Partido Socialista y de la UGT, sino en que también se impartieron clases de alfabetización y de artes y oficios a los trabajadores complutenses. También desde la Casa del Pueblo se editó el primer periódico de carácter obrerista que ha tenido la ciudad, El Proletario. También entre sus paredes se desarrollaron los primeros movimientos de carácter feminista desde el socialismo, teniendo a Visitación García como máximo exponente de esta corriente de pensamiento.

Nuestro paseo continua avanzando hasta la plaza de los Irlandeses y cruzándola. Llegados a la calle Mayor, tomamos la entrada de la calle de la Imagen, donde realizamos la siguiente parada. Allí está ubicada la casa natal de Manuel Azaña Díaz (1880-1940). La importancia de Manuel Azaña no es tanto la vinculación que el personaje tuvo a la ciudad complutense (que no fue mucha) sino la trascendencia que su figura tuvo en la historia de España. La familia Azaña hundía sus raíces en la ciudad alcalaína, y tanto su abuelo Gregorio como su padre Esteban fueron figuras punteras en la sociedad, la política y la cultura de Alcalá. Sus mandatos como alcaldes tiene una fuerte convicción alcalainista, y a Esteban Azaña le debemos una de las obras más importantes sobre la historia de nuestra ciudad, la conocida Historia de Alcalá de Henares6. Manuel Azaña sí empezó teniendo una importancia en la cultura complutense. Estuvo vinculado con el periódico cultural Brisas del Henares junto al que será su gran amigo José María Vicario. Años después fundó junto el socialista Fernández Quer el periódico La Avispa, que en plan sarcástico, tenia el siguiente subtitulo curioso: “Yo soy avispa sincera, que a todos distinguiré. Al bueno le haré justicia y al malo le picaré”. Pero pronto Azaña comenzó a salir de Alcalá y conoció los más diversos lugares de España y Europa. Se vinculó primero al Partido Reformista de Melquíades Álvarez, posteriormente fundó Acción Republicana, y en el período de la II República procedió a la unificación de su partido con otras formaciones similares, dando lugar a Izquierda Republicana. Su vinculación con Alcalá no fue fluida, pero ello no es óbice para que no se le considere un personaje de gran trascendencia que nació en nuestra ciudad7. Son inolvidables las descripciones que hace de su infancia en Alcalá en algunas de sus obras como “El jardín de los frailes”.
Saliendo de la calle de la Imagen y subiendo la calle Santiago, a un poco más de la mitad de la misma, nos encontramos con el Teatro Salón Cervantes. La importancia del mismo para el movimiento obrero alcalaíno proviene de los múltiples actos que dentro de sus paredes se celebraron. Desde inicios del siglo XX los socialistas realizaron numerosos mítines y actos en el Teatro Salón Cervantes, al igual que veladas de los republicanos. Allí, durante el período republicano, un profesor de la ciudad, Fernando G. Montilla, de ideología republicana, desarrolló sesiones de cine donde se proyectaron películas como Eskimo8, dirigida en 1933 por W.S. Van Dyke, resultando muy estimadas por los anarquistas por el modo de vida natural. Como último dato, en mayo de 1937 la CNT organiza en el Teatro Salón Cervantes un espectáculo de varietés en beneficio de las Escuelas Racionalistas de la ciudad. En ella actúa una cantante y bailarina de trascendencia nacional e internacional, la Fornarina9.
Siguiendo la calle Santiago, en el número 34, fue fundado el Ateneo Obrero Complutense. Este centro estaba inspirado en otro Ateneo que surgió en el ultimo tercio del siglo XIX e impulsado por el republicano Eduardo Pascual y Cuéllar, que había nacido a imagen y semejanza del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Pero el Ateneo Obrero Complutense, si bien sigue ese talante intelectual, también surge como un centro para poder enseñar e instruir a la clase obrera alcalaína. Impulsado por los republicanos y puede que apoyados por los anarquistas, el Ateneo Obrero realizó una labor de enseñanza en las artes a los hijos de los trabajadores. De destacar fueron sus clases de dibujo, que cubrían en parte las carencias que la educación daba a los hijos de los trabajadores. Aunque nunca se proclamó de ninguna ideología, el Ateneo Obrero fue acusado constantemente de republicano y sus juntas directivas siempre estuvieron engrosadas por notorios republicanos de la ciudad. Como éstos nunca aglutinaron una candidatura en conjunto, el impulso de sociedades culturales y de instrucción fue una salida importante para los miembros de estas ideas.
Atravesando una pequeña plaza que conecta la calle Santiago con la calle Mayor (Corral de la Compaña), y justamente a la derecha de esta última, nos encontramos con el número 8 de dicha calle. Allí, durante el período de la Guerra Civil estuvo ubicada la sede de la agrupación local de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL)10, la asociación juvenil del anarquismo surgida en 1932. En Alcalá esta organización surgió durante los años bélicos y se dedico exclusivamente a los aspectos culturales y educativos en la ciudad.
Finalizada la calle Mayor nos encontramos con la plaza Cervantes, antiguamente conocida también como Plaza Mayor. Y muchos son los datos que podemos ofrecer para un paseo por el Alcalá obrero de esta céntrica plaza complutense, cuyo testigo de excepción desde que se ubicó allí ha sido el monumento a Miguel de Cervantes Saavedra, el alcalaíno más universal. Bajo esta bonita plaza se encuentran dos refugios antiaéreos que comunican directamente con la casa consistorial. En ellos la población se podía salvaguardar de los duros bombardeos a los que fue sometida la ciudad de Alcalá durante la Guerra Civil. En esta plaza, en el número 34, se fundó la Unión Ciclista Alcalaína (UCA), y en el mismo número meses después quedaba también registrado el Sindicato de Oficios Varios de la CNT. Como se produjo en otros sitios, bajos diversas formulas los anarquistas intentaban la creación de sus sociedades. Puede que en Alcalá utilizaran un club ciclista, deporte por el que muchos se podían sentir atraídos, para poder desarrollar sus actividades. Lo cierto es que en el mismo número quedaron registradas ambas sociedades, aunque la CNT ubicó su local en otra calle de la ciudad que forma también parte de nuestro recorrido. Siguiendo con la plaza de Cervantes, son famosas las fotos que se tomaron durante la Guerra Civil en las que se veía al entonces presidente del gobierno Juan Negrín, al presidente de la República Manuel Azaña, al jefe de los ejércitos del Centro José Miaja y al jefe de la 46 División, establecida en Alcalá de Henares, Valentín González “El Campesino”. Se ve toda la plaza de Cervantes engalanada y al fondo un cartel de defensa de la República y de las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas), que existían en Alcalá de Henares desde la unificación antes de la Guerra, entre las Juventudes Socialistas y las Juventudes Comunistas. En esta céntrica plaza también se encuentra el Ayuntamiento, que fue testigo de cómo se sentó en sus sillones consistoriales el primer candidato obrero de toda la provincia de Madrid en 1903, Antonio Fernández Quer. Desde entonces los socialistas tuvieron representación, alcanzando el mayor número de concejales con la conjunción republicano-socialista en las elecciones municipales que dieron paso a la proclamación de la Republica en 1931. Durante la Guerra Civil, y cuando en 1937 quedaron reformados los ayuntamientos pasando a ser Consejos Municipales, también tuvieron representación anarquistas y comunistas alcalaínos. El Circulo del Contribuyente es otro bonito edificio situado en la plaza. Fundado en 1891 defendió desde sus orígenes los intereses de los contribuyentes y los comerciantes de la ciudad. Desde su tribuna se defendió también al obrero, pero desde otra perspectiva como fue el asistencialismo, movimiento del que no nos hemos ocupado en este paseo obrero, pero que no es menos importante para la ciudad. Allí también estuvo ubicada la bonita iglesia de Santa María, que la fatalidad de la Guerra quiso que desapareciera pasto de las llamas. Muchas son las teorías que hay en torno al incendio de Santa María y la pérdida de su rico patrimonio. Los cierto es que tras la Guerra se acusó a un maestro socialista, Ángel García, de haber sido el instigador de la quema, pretexto con el que fue fusilado. Otros testimonios aseguran que fueron unos indeseables, poco después de comenzar la Guerra Civil, que se dedicaban a las raterías y que no se les quería en ninguna organización complutense11.
Dejamos ya la plaza de Cervantes y subimos la calle Colegios. Ya habíamos apuntando mas arriba que durante el periodo republicano la calle Escritorios y Colegios se unificaron en una. Si alguna importancia tiene esta actual calle, dejando a un lado la reseñada mas arriba, fue que allí estuvo ubicada la cárcel de Alcalá, por donde ha pasado durante la dictadura franquista comités y militantes de todas las organizaciones derrotadas durante la contienda civil. Esos muros fueron testigos de consejos de guerra sumarísimos, que llevó a la muerte a cientos de militantes de izquierdas.
Callejeando entre la actual Hostería del Estudiante y los antiguos cuarteles hoy cedidos a la Universidad de Alcalá por el Ministerio de Defensa, llegamos a la plaza de San Diego, donde se encuentra ubicada la Universidad Cisneriana con su bonita portada, centro de cultura alcalaína, donde se desarrolló durante un tiempo la más avanzada enseñanza, muy vinculada al erasmismo. Una de las calles que conectan esta plaza de San Diego con la calle Libreros, es la calle Bedel. En su número 3 desarrolló sus actividades la Confederación Nacional del Trabajo. Aunque quedó inscrita en la Plaza Mayor 22, las actividades de la central anarcosindicalista quedaron establecidas en esta pequeña calle alcalaína. La fundación de la CNT en Alcalá responde más bien a la llegada de trabajadores de otros puntos de España, pues los núcleos anarquistas alcalaínos siempre fueron muy poco visibles. La fuerza en este primer momento la tiene esta organización en el sector de la construcción, pues la huelga que se declara en la construcción del Manicomio en 1933 está desarrollada por miembros de la CNT. A partir de 1934 llegaron a acuerdos con los socialistas de la UGT, que cristalizan en dos pactos. Uno en 1934 y otro en el Comité de Huelga que surge a raíz del conflicto de la construcción de Madrid en los días previos a la Guerra Civil. Aunque tuvo fuerza en otros sectores, el desarrollo en agricultura y enseñanza se produce ya durante el conflicto bélico, donde la organización tiene un notable crecimiento.
Caminando por la calle Libreros, en el numero 31 tuvo su sede durante la Guerra Civil el poderoso Sindicato Comarcal de la Enseñanza de la CNT. Allí también desarrollaban la actividad otros sindicatos de la CNT como el de Transportes o la propia Federación Comarcal de dicho sindicato (abarcaba esta Federación los mismos pueblos que el partido judicial de Alcalá). En un principio en este número también estuvo ubicada la Federación Anarquista Ibérica (FAI), que luego cambió su domicilio a otra calle, que también forma parte de nuestro recorrido. La calle Libreros también es de importancia pues en ella se supone que estuvo ubicada una de las checas que se establecieron en Alcalá. Pero son varias las mitologías y lugares comunes que el franquismo estableció alrededor de las llamadas "checas". En Alcalá existió una prisión del Frente Popular establecida en el oratorio de San Felipe de Neri. Y la supuesta "checa" ubicada en el sótano de Hidalgo de Cisneros no existió nunca. Solo el chalet del diputado derechista Rafael Esparza (asesinado en Madrid en agosto de 1936) tuvo una finalidad policial. Y destacar también aquí la importancia de Melchor Rodríguez, "El Ángel Rojo" para evitar la toma de la cárcel Gálera de Alcalá de Henares tras un duro bombardeo en la ciudad. Melchor Rodríguez era el anarquista Director General de Prisiones que frenó las ejecuciones en el Madrid de la Guerra. Se mantuvo en su cargo hasta marzo de 1937 y luego colaboró con las instituciones en Madrid, siendo el último Alcalde de la ciudad a la llegada de las tropas sublevadas franquistas el 28 de marzo de 1939.
Nuestro recorrido está llegando a su punto final. Subimos toda la calle Libreros, cruzando la facultad de Derecho, antaño propiedad de los jesuitas y antiguo Cuartel de Mendigorría. Cruzamos la Vía Complutense para encaminarnos por la avenida de la Estación hasta llegar a la intersección entre esta calle y la de Ferraz. Allí están los dos últimos centros a los que nos referiremos. En el número 1 y 3 de la calle Ferraz tuvieron su ubicación la Escuela Racionalista, impulsada por los anarquistas alcalaínos, y la sede definitiva de la Federación Anarquista Ibérica. La Escuela Racionalista, por el peligro que sufría en los bombardeos, se trasladó de sede a otra más segura de la propia avenida de la Estación. Esta escuela respondía en parte a los criterios pedagógicos que había legado Francisco Ferrer Guardia, pedagogo fusilado tras la Semana Trágica de Barcelona de 1909. La Federación Anarquista Ibérica era la organización específica del anarquismo, y comenzó a desarrollar sus actividades en Alcalá durante el período bélico.
Aquí acaba el recorrido propuesto, sabiendo que nos dejamos algunos lugares en el camino. Por ejemplo que en la plaza de la Victoria se fundo el Radio Comunista (PCE) en mayo de 1936 por Eugenio Cumplido. También todos los centros colectivizados tanto en conjunto por la UGT y la CNT como por ambas organizaciones en solitario. Muchas de estas colectivizaciones están fuera de la ciudad, y otras quedan apartadas del recorrido propuesto. O la plaza de Atilano Casado, en cuya casa de este antiguo diputado a Cortes conservador complutense se estableció el cuartel general de la 46 División de El Campesino. Y algún que otro ejemplo más.

Con este recorrido queremos plantear una nueva ruta de visita a nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad. Una Alcalá bastante oculta, pero no por ello menos importante, y que también ha formado parte de su gran historia.

1 Congresos anarcosindicalistas en España, 1870-1936. Ediciones CNT, Toulouse: 1977
2 Isabelo Romero fue el secretario general del Comité Regional del Centro de la CNT. Para saber más de él ver Gallego, Gregorio: Madrid, corazón que se desangra. Libertarias, Madrid: 2006.
3 Reglamento de la Asociación de Obreros de todos los Oficios de Alcalá de Henares. Imprenta de Julián Lobo: 1902. Archivo Municipal de Alcalá de Henares (AMAH). Leg. 92/5
4 El Socialista, número 920, 23 de octubre de 1903. En los lugares donde los socialistas no formaban, por cualquier circunstancias, agrupaciones socialistas, se presentaban a las elecciones bajo la formula de Candidatura Obrera, impulsada desde la UGT o sus similares.
5 El Amigo del Pueblo, número 177, 31 de octubre de 1908
6 Azaña Catarineu, Esteban: Historia de Alcalá de Henares. Universidad de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares: 1986 (edición facsímil)
7 Es el mismo caso que podemos establecer con el socialista Andrés Saborit, alcalaíno de nacimiento y personaje de gran trascendencia nacional. Ver Brihuega Moreno, Urbano: Andrés Saborit. Un alcalaíno en la historia española del siglo XX. Ayuntamiento de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares: s/a
8 Entrevista con Fernando Nacarino Moreno. 17 de enero de 2005.
9 AMAH. Leg. 1356/1
10 AMAH. Leg. 1408/2
11 Entrevista con Fernando Nacarino Moreno. 17 de enero de 2005
12 Tiene unas interesantes memorias tituladas Cambio de Rumbo (Laia, Barcelona, 1977) Otras fuentes sitúan esta checa en el chalet del diputado de la CEDA Rafael Esparza, asesinado el 22 de agosto de 1936 en la cárcel Modelo de Madrid. Parece ser que el chalet de Hidalgo de Cisneros no tenía sótano y sí lo tenía el de Esparza.
13 Gallego, Gregorio: Madrid, corazón que se desangra. Memorias de la Guerra Civil. Libertarias, Madrid: 2006. Pág. 316-317

lunes, 17 de junio de 2013

AUTORRETRATO DE UN JOVEN CAPITALISTA ESPAÑOL O LA MENTIRA DE NUESTRA DEMOCRACIA


Sin que sirva de precedente es la segunda crítica de teatro que hago en esta bitácora en lo que va de mes. Y lo digo porque para nada me considero un experto en teatro. Más bien solo un aficionado que le gusta. Aun así aquí valoramos lo que intenta hacernos trasmitir la obra, no su parte estética y puesta en escena.
La obra que aquí comentamos es Autorretrato de un joven capitalista español. Un monólogo del actor Alberto San Juan que realiza en el Teatro Alfil de Madrid (antes lo hizo en la Sala Triángulo). No vamos ahora a descubrir a Alberto San Juan. El integrante del “Animalario” (junto a Guillermo Toledo) ha protagonizado multitud de comedias, alguna serie de Televisión y obras de teatro. Personalmente me parece un buen actor.
Pero con esta obra toca un tema espinoso, de enorme actualidad, que muchos aun no quieren tocar. Y sobre todo porque pone en dedo en la herida del origen de los problemas en España. Porque cuando se habla de “déficit democrático”, de “falta de libertades”, de “casta política”, etc., muchas veces se hace perdiendo de vista la perspectiva histórica, que es donde encontramos la base de nuestros problemas. Craso error ese de dejar la Historia como un objeto de museo. Algo que también está muy en conexión con lo que la obra intenta trasmitir. Cuantas veces no habremos oído eso de “no toquemos el pasado. Hay que mirar al futuro”. Una frase que a la derecha política le encanta (en eso basa su éxito) y que determinada izquierda ha seguido a pies juntillas (no vayamos a descubrir de donde viene sus raíces actuales).
Tengo que reconocer que a mi personalmente la obra no me descubrió nada nuevo. Repasar los años del franquismo, las maniobras políticas por parte de las potencias capitalistas occidentales para frenar el avance de un hipotético cambio revolucionario en España, la actividad de la socialdemocracia europea para controlar los partidos socialistas de Portugal y España, los movimientos de pieza de Franco para dejarlo todo “atado y bien atado”, el papel de la Corona y de Juan Carlos de Borbón para afianzar su poder ilegítimo, el papel de EEUU en todo el proceso, la desarticulación de la izquierda de todas las maneras posibles, etc. Algo que de lo que ya se ha escrito. Pero me parece importante que se haga de esta manera. Este mismo mensaje te lo puede trasmitir un historiador con datos en la mano. Pero si lo hace un actor en un entorno más distendido, incluyendo gotas de humor en su exposición, es evidente que puede llegar a mucha más gente. Aunque no está exento de algún pequeño error histórico, en lineas generales la obra es bastante buena.
La conclusión que se llega tras ver el espectáculo es sencilla: nos la han metido doblada. Nos han engañado. La Transición no fue sino un pacto entre las élites franquistas y una determinada izquierda pactista que anulo cualquier conato de transformación social. Un procedimiento distinto al portugués (al que pone también como ejemplo) pero que tiene el mismo fin. Una estrategia de desmovilización total llevada a cabo por el PSOE y el PCE (aquí distingue entre la dirección y la militancia) tras la muerte de Franco. Y una puntilla con el Golpe de Estado de 1981 que sepulta cualquier posibilidad de transformación. Y lo que es más interesante es la dimensión internacional que se da a todo el asunto. Fundamental para entender lo que pasó.
Solo faltó algo fundamental para tratar el tema de la Transición. La cuestión de la destrucción del movimiento obrero la pasa de puntillas. Intuyo que porque en una solo obra no se puede incluir todo. Pero quizá la haría más cercana este hecho. Bien es cierto que habla de la participación de las cúpulas sindicales en la firma de los Pactos de la Moncloa (CCOO y UGT). Es la base de la pérdida de los derechos laborales y sociales de la clase obrera en España. Sin embargo lo mismo que se aborda como tras Suresnes la dirección del PSOE aparta a la linea histórica para introducir a elementos que pactaran la Transición con los franquistas o como el carrillismo fue el elemento desmovilizador del PCE (y esto es todo un debate difícil de abordar en poco tiempo), no se trata de como aquellas organizaciones sindicales que se opusieron a los Pactos de la Moncloa fueron anuladas de la peor de las maneras. El mejor ejemplo en este aspecto es el de la CNT. Dinamitada entre los servicios de “inteligencia” (esos contra los que tan graciosamente arremete Alberto San Juan) en el Caso Scala y una escisión orquestada por el propio Estado que sirvió para anular al movimiento obrero más importante de la historia de España: el movimiento libertario. Quizá para mejorar el texto de Autorretrato de un joven capitalista español se debería de tocar este aspecto.
Y es que el manto de olvido sobre los que lucharon por la libertad es evidente. Es imposible que un sistema se diga de libertades y democrático cuando tiene en sus cunetas a miles y miles de personas que lucharon por la libertad. O en el peor de casos (como en el caso de la Torca Palomera en el Valle del Sedano) sepultados para toneladas de basura. Una vergüenza para cualquier persona que tenga dos dedos de frente.
De todos modos la obra merece mucho la pena. Si se tiene tiempo estará en el Teatro Alfil hasta final del mes de junio. El ambiente y el entorno en inmejorable. No se pierdan esta parte tan oscura de nuestra Historia de España. Cuestiones así se convierten ya en imprescindibles.