Sucesivamente, a raíz del desarrollo de la llamada memoria histórica, se han vertido comentarios contra los anarquistas y de su participación en la Guerra Civil. Y es curioso que tanto saltinbamquis de la derecha, como Pío Moa o César Vidal, hasta esos supuestos serios historiadores de la izquierda, coinciden en apuntar a los anarquistas como los principales responsables de las tareas de represión en la retaguardia republicana. Y de la mano casi todos los medios de comunicación y la mayoría de los políticos de turno que demuestran su ignorancia supina al opinar de determinados temas.
Por relatar brevemente, historiadores como Ángel Viñas ha manifestado mas de una vez su horror "ante los estragos que los anarquistas provocaron en la retaguardia". Hace poco José Luis Cuerda, director de "Los girasoles ciegos", decía que había que seguir tratando la Guerra Civil pues había tema como las venganzas personales que los anarquistas se tomaron en retaguardia. Antonio Elorza en El País, afirmaba que se podía comparar el terror estalinista con el "terror libertario" Estos días Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid y socialista, criticaba la medida de Garzón de hacer un censo de desaparecidos del franquismo y de abrir causa contra esto, pues debería de abrir también causa contra los excesos republicanos. Se preguntaba Leguina sobre la medida de Baltasar Garzón esta cosa tan curiosa: "¿Va a abrir Garzón de nuevo la 'Causa General' contra las autoridades republicanas que no evitaron las masacres? ¿Contra los líderes de la CNT-FAI que las propiciaron y cometieron? ¿Contra quien?"
Es realmente inaudito todo esto. Todos estos personajes poco se diferencian en sus opiniones viscerales y partidistas de los Píos Moas y Cesares Vidales.
Hace una días veía una película de 1942 del director falangista Carlos Arévalo titulada Rojo y Negro. Film pésimo protagonizado por Ismael Merlo, que cuenta la historia de una joven falangista en el Madrid de la Guerra, arrestada, torturada, violada y ejecutada por unos anarquistas que dirigían una checa. Es una visión falangista de la Guerra que mantienen esos próceres de determinada izquierda. A mi la película me causaba risa por lo esquematizado de todo. Pero parece que a los "grandes historiadores" y a los políticos de turno le vale ese esquematismo.
Lo primero que hay que decir es que los anarquistas no tuvieron checas. Las checas eran las prisiones secretas de los agentes soviéticos en España y del PCE. ¿Sabe alguien ubicarlas? ¿Alguien sabe decir con certeza donde fue torturado Andreu Nin? Podemos hacer especulaciones y acercarnos pero nunca encontrar el lugar físico. Sin embargo Fomento 9 todo el mundo sabía donde estaba. Eso no eran checas, eran prisiones del Frente Popular, compuesta por todas las organizaciones del Frente Popular sin faltar una. Allí estaban representada la CNT, la UGT, el PSOE, el PCE, IR, UR, etc. Y que casualidad de la vida, que ese tipo de prisiones son clausuradas cuando un malvado anarquista llega al gobierno, Juan García Oliver, Ministro de Justicia con Largo Caballero. Que las sacas en cárceles de Madrid se produzcan cuando la Consejería de Orden Público de la Junta Delegada de la Defensa de Madrid está en manos de miembros comunistas y que dichas sacas se paran cuando la Dirección General de Prisiones recae sobre el militante de la FAI Melchor Rodríguez, nombrado por García Oliver. Que desde las páginas de los periódicos anarquistas se llamaba a la calma tras las primeras semanas de tensión por el golpe de Estado contra la República.
Hoy intentan acusar a Amor Nuño de la masacre de Paracuellos del Jarama, basándose en determinada acta de miembros de la CNT. Increible. Las salidas de Madrid aquellas jornadas estaban en manos de la JDM, la Consejería de Orden Público en manos de los comunistas (Santiago Carrillo y José Cazorla) y la salida de la cárceles también (Segundo Serrano Poncela) Y para colmo pululando por Madrid agentes soviéticos como Koltsov y Grigulevich. Pues no. Para algunos los anarquistas son los culpables. Esto se llama "manía persecutoria"
Que anarquistas pudieron cometer atrocidades no se duda. Responsabilizar a los anarquistas de todos los males es un ejercicio de mala fe, de ignorancia, solo en la enfermiza mente de determinados personajes al servicio de intereses espúreos.
Termina Leguina hablando de Agapito García Atadell, al que según él sitúa "cercano al PSOE y a la UGT". De cercano nada, Sr. Leguina. Militante del PSOE y de la UGT. García Atadell había ocupado cargos en la Casa del Pueblo de Madrid. García Atadell se rebeló como un vulgar ladrón y un criminal, que huyó de Madrid en 1936 con joyas y fue interceptado por los rebeldes en Canarias a su huida. García Atadell fue juzgado por los franquistas en Sevilla y ejecutado. Y tras todo este periplo, en su juicio tuvo la desfachatez de decir, que se iba de Madrid porque le perseguía la FAI. Parece que algunos socialistas coinciden en esto, como Leguina y Atadell, coinciden en apuntar la maldad intrínseca del anarquismo español. Y lo mismo que se critica a García Atadell, yo lo hago extensivo a otro personaje de las filas anarquistas como fue Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo.
Los anarquistas, a diferencia de otros, no ocultan nada y reconocen sus errores. Otros por el contrario no hacen mas que acusar y acusar, mirándose el ombligo y mintiendo descaradamente a pesar de tener todos los medios en sus manos.
Como investigador de la represión, para mí cualquier víctima del franquismo tiene que ser restituida, porque es un ejercicio de justicia histórica. Ya sean estas víctimas anarquistas, socialistas, comunistas, republicanos o lo que sea. Para otros está claro que unos son mas víctimas que otros, que hay unos culpables clarísimos y unas víctimas inocentes. Justamente igual que lo que piensan los derechistas de este país, pero en otros términos. No soy muy partidario de sacar las miserias de nadie en segun que foros, porque creo que hay algunas cosas en común que se pueden reivindicar. Pero desde luego que con actitudes como las que se muestran es como para pensarse las cosas.