Reseña publicada en la edición digital del periódico Diagonal de la novela de Tomás Pellicer 1975
A pesar de los años de dictadura y de otros tanto de olvido
intencionado por las instituciones democráticas, la oposición a la
propia dictadura franquista partió desde el mismo día en que las
tropas rebeldes tomaron los resortes del poder. En algunos lugares
desde el mismo 1936 y en otros a partir de 1939. El exterminio que el
franquismo ejerció contra sus oponentes no fue óbice para que estos
no se rebelaran contra la imposición del fascismo. Anarquistas,
comunistas, socialistas y republicanos se lazaron a la oposición al
franquismo desde distintos frentes: guerrillas, presión
internacional, huelgas, etc. Aun así el franquismo consiguió parte
de sus objetivos y debilitó a la oposición antifranquista, llegando
en algunos casos y lugares a exterminarla por completo. Un régimen
de terror que aun hoy no está denunciado a nivel internacional como
crimen contra la humanidad.
Pero a partir de la década 1960, junto a esa oposición del
movimiento obrero y político clásico al franquismo, van surgiendo
nuevos grupos impulsados por gente del interior del país que estaban
descontentos con la dictadura. Algunos de esos movimientos optaron
por el campo sindical. Otros por el ámbito cultural. Y hay otros que
decidieron una oposición frontal al franquismo con la lucha armada.
Uno de esos grupos fue el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y
Patriótico). El FRAP era el brazo armado del Partido Comunista de
España-Marxista Leninista (PCE-ML), una de la muchas escisiones que
el movimiento comunista tuvo durante la dictadura. Su número nunca
fue significativo pero sus acciones sí.
Tomás Pellicer, antiguo integrante del FRAP, nos relata en 1975
la historia del Lina, una estudiante en Valencia que se vincula al
FRAP a través de la FUDE, la organización de estudiantes del FRAP.
Lina conoce a otros combatientes antifranquistas y todos conforman
una célula armada contra el franquismo. Sus actividades, la
clandestinidad, los pases a Francia, el amor con otros militantes,
las discusiones con otras tendencias, la persecución policial y la
noche del 26-27 de septiembre de 1975 (últimos fusilamientos del
franquismo contra tres militantes del FRAP y dos de ETA) son algunos
temas que se trata en la novela. Con un lenguaje fácil y una
estructura de novela muy sencilla, nos plantamos en unos años de
lucha en la ciudad de Valencia trascendentales en la oposición al
franquismo. Y esto es lo verdaderamente importante de esta obra: el
rescatar una época.
Pellicer lo ha querido recuperar a través de sus experiencias
personales llevadas a la novela, tal como hizo con su anterior FRAP.
Grupo armado. No se trata tanto de valorar estas opciones,
ejercicio que tiene que estar alejado de la función del historiador.
Pero estos grupos de oposición han sido prácticamente olvidados por
una historia canónica que ha marcado la pauta de como escribir la
propia historia de la Transición política. El PCE-ML y el FRAP eran
organizaciones vanguardistas y partidarias del régimen de la Albania
socialista. Las emisiones desde Radio Tirana son parte fundamental
también para recuperar su historia. Pero lejos de cualquier
valoración ideológica, lo cierto es que muchos de sus militantes se
dejaron la vida en la lucha contra el franquismo y otros muchos
sufrieron las torturas de la policía y la persecución política.
Rescatar su historia, todas las historias del antifranquismo, es una
tarea que se tiene por delante.
Julián Vadillo
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