Artículo publicado en la edición digital de Diagonal con motivo del centenario de la muerte de Anselmo Lorenzo Asperilla
No deja de resultar curioso la amnesia social que se tiene alrededor
de algunos personajes fundamentales para la historia de España. No
es un problema individual sino es una cuestión social. No ya por las
declaraciones que muchas personas tienen en clara consonancia con un
franquismo sociológico que perdura en el tiempo. Fuera de ámbitos
académicos o de ámbitos militantes es dificil que encontremos
personas que conozcan la existencia de algunos personajes que
marcaron el devenir del país.
El próximo 30 de noviembre se cumple cien años de la muerte de uno
de esos personajes: Anselmo Lorenzo Asperilla (1841-1914).
Práctimanete desconocido para la mayoría de la gente en la
actualidad, Anselmo Lorenzo fue una de las figuras fundamentales en
la historia de España entre el último tercio del siglo XIX y los
primeros años del siglo XX. ¿La razón? Porque fue uno de los
articuladores del movimiento obrero organizado, protagonista en la
introducción de la Primera Internacional en España, fundador de
diversas asociaciones obreras y partícipe, también como fundador,
de la que será la central sindical más importante de España en los
años siguiente, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Con
semejante curriculum Anselmo Lorenzo debería ser de sobra conocido.
Pero no es así.
La primera explicación a este desconocimiento parte del resultado
de la Guerra Civil española. El triufo de Franco en la guerra
significó la represión física de todos aquellos que salieron
derrotados. Pero también la machacante propaganda contra los
llamados “enemigos de España”, el falseamiento histórico y la
demonización y enterramiento de muchas de sus figuras en el
ostracismo de la historia. Anselmo Lorenzo no fue menos en este
aspecto.
Pero la muerte de Franco y el restablecimiento de un régimen de
libertades no fue suficiente para volver a colocar en el lugar que
debían estas figuras. La amnesia y el silencio de la democracia fue
igual de negativo que los años de dictadura.
Sin embargo Anselmo Lorenzo es una figura que por su trascendencia
merece ser rescatada. Vamos a rescatar aquí alguno de los hitos de
la vida de Anselmo Lorenzo. Nacido en Toledo en 1841 se traslada muy
pronto a Madrid donde trabaja en una cerería de un tío suyo. Pero
aquel trabajo no era del gusto de Anselmo. Aprendiendo a leer y
escribir acabó consiguiendo un puesto de trabajo como tipógrafo. Un
trabajo que le mantuvo toda su vida cercano al mundo de la cultura y
pudo acceder a muchos conocimientos.
Vinculado al Fomento de las Artes
donde fue un alumno destacado en distintas materias, politicamente se
inició en la escuela del republicanismo federal de Francisco Pi i
Margall, como la gran mayoría de los primeros internacionalistas.
Pero la llegada de Fanelli a España en diciembre de 1868, la
efervescencia política del momento y la conformación de un nucleo
de internacionalistas en España, hizo que Anselmo Lorenzo y otros
adoptasen las ideas que legaba la Asociación Internacional de los
Trabajadores, que había nacido en Londres cuatro años antes.
Desde la constitución del primer grupo internacionalista se puede
comprar la capacidad que Anselmo Lorenzo tiene para el desarrollo de
dichas ideas. Comenzaron a participar en diversos debates
confrontando ideas y cualquier tribuna era buena para poder mostrar
lo que los ideales de la AIT ofrecía.
En 1870, Anselmo Lorenzo junto a
Manuel Cano, Tomás González Morago, Francisco Mora y otros fundan
un periódico La
Solidaridad
e impulsan la celebración del primer congreso obrero que se
desarrolló en España. Celebrado en Barcelona en junio de 1870,
dicho congreso debatió las formas organizativas e ideológicas de la
Internacional en España. Allí nació la Federación Regional
Española de la AIT y Anselmo Lorenzo que acudió como delegado fue
elegido parte del Consejo federal.
La enorme importancia que tomaba el obrerismo, el avance de la FRE y
los sucesos de la Comuna de París de 1871, pusieron en alerta a las
autoridades del momento que debatieron y aprobaron en el Congreso la
ilegalización de la Internacional. Mientras Sagasta la definía como
“la utopía filosofal del crimen”, los republicanos Nicolás
Salmerón y Francisco Pi i Margall salían en su defensa.
Condenados a la ilegalidad los internacionalistas se frangmentan
para que la persecución no merme sus fuerzas. En ese contexto
Anselmo Lorenzo junto a González Morago y Francisco Mora viajan a
Portugal y participan de la consolidación de primeros núcleos de la
AIT portuguesa.
Pero
las desavenencias personales internas y los debates internacionales
que enfrentaban las posiciones de Marx y Bakunin, iban a marcar la
agenda de la FRE en los años 1871 y 1872. De regreso a España
Anselmo Lorenzo participó en la Conferencia de Valencia celebrada en
septiembre y fue enviado como delegado español a la Conferencia de
Londres. Allí el anarquista toledano vio de primera mano la
diferencias que existían en el seno de la AIT. Algo que en sus
memorias El
proletariado militante
achacó a una pugna de personalismos que conducían al movimiento
obrero a la división.
El
regreso de Anselmo Lorenzo a España coincide casi en fechas con la
llegada de Paul Lafargue. El yerno de Marx había huido de Francia
perseguido por la represión contra la Comuna de París. Alcanzó la
frontera española y tras una estancia en San Sebastián y Huesca,
pasó a Madrid donde tomó contacto con los internacionales de la
capital de España. Anselmo Lorenzo siempre mostró admiración por
la persona de Lafargue y por su mujer Laura Marx. Sin embargo la ya
palpable diferencia entre las posiciones de Francisco Mora y José
Mesa y las de Tomás González Morago fue algo que Lafargue
aprovechó. Alrededor del periódico La
Emancipación
se fue conformando el primer núcleo marxista. Más en la forma que
en el fondo, porque lo que caracterizó la disputa de los
internacionalistas españoles fue, como Anselmo Lorenzo planteó, los
personalismos de unos y de otros. Lafargue colaboró de forma asidua
con La
Emancipación
y empezó a denunciar la existencia de la Alianza de la Democracia
Socialista bakuninista como elemento controlador de la FRE. Punto que
negaban la otra parte que comenzó a escribir en el periódico
madrileño El
Condenado
dirigido por Tomás González Morago. Lafargue actuó en el seno de
los grupos madrileños y de Alcalá de Henares. Por esta ciudad
acudió como delegado al Congreso de Zaragoza de 1872 bajo el
seudónimo de Pablo Farga. En este congreso, junto a Anselmo Lorenzo,
redactaron el concepto de la propiedad. Un extenso dictamen donde se
muestra el conocimiento que ambos personajes tenían de economía. De
ese congreso salió también la disposición de igualdad hombre-mujer
en el seno del obrerismo, si bien ya se había abordado en el
congreso de Barcelona de 1870.
Aunque
el congreso de mayo en Zaragoza fue un bálsamo, la tormeta se desató
poco despues. Las disputas entre La
Emancipación
y El Condenado
no cesaron. Lafargue publicó en un periódico suizo que en España
los bakuninistas intrigaban contra la Internacional. Los bakuninistas
acusaban a los marxista de intento de control por parte del Consejo
General sobre las sección y de autoritarismo. En el Congreso de La
Haya de septiembre de 1872, sin apenas representación del sector
antiautoritario, se produce la expulsión de la AIT de Bakunin,
Guillaume y Schwitzguebel. Acto seguido los antiautoritarios celebran
un congreso en Saint Imier (Suiza). La AIT se ha dividido.
En España Anselmo Lorenzo ve con dolor como la FRE también se
divide. Mayoritariamente se queda con su posición: el
antiautoritarismo. Pero un pequeño nucleo en Madrid al que le siguen
escaso número de nucleos en el resto de España, se escinde. Nació
la Nueva Federación Madrileña, admitida de inmediato en el seno del
Consejo General de Londres. Muy buenos amigos de Anselmo Lorenzo,
como Francisco Mora, acabaron en el nucleo marxista. Este núcleo
procederá a la fundación del PSOE en 1879 y de la UGT en 1888.
Lorenzo
decide en ese momento salir de España y buscar suerte en Francia.
Viaja a Burdeos, Toulouse, Montpellier y Marsella. No tiene suerte en
el trabajo pero participa de numerosas conferencias donde da la
visión del internacionalismo antiautoritario de los sucesos de
españa, que vivía momento trascendentales con la proclamación de
la Primera República, las guerras carlistas y los levantamientos
cantonales.
A su vuelta a España, Anselmo Lorenzo se establece en Barcelona.
Allí volvió a tomar contacto con los internacionalistas encabezados
por Rafael Farga Pellicer y Jose Llunas. Participa en el desarrollo
de numerosas asociaciones obreras y fue uno de los fundadores de la
Sociedad de Tipógrafos en 1885.
Pero de esta época hay que destacar la labor intelectual de Anselmo
Lorenzo. Vinculado a la masonería desde 1883, Anselmo Lorenzo
publica desde ese momento numerosos artículos y folletos para la
extensión de los ideales anarquistas. Pero la dura represión que
sufre el anarquismo en aquellos momento no fue ajena al propio
Anselmo Lorenzo. En 1881 los anarquista había levantado una nueva
asociación, la Federación de Trabajadores de la Región Española
(FTRE). El número de sus afiliados es alto y en un importante
momento de desarrollo sindical la fuerza de la FTRE comienza a ser un
problema para las autoridades de la Restauración. Los sucesos de la
Mano Negra sirvieron como excusa para la persecución contra la FTRE,
así como los sucesos de Jerez de 1892. La FTRE se disolvió y sumió
al anarquismo en una profunda crisis de la que no saldrá hasta el
siglo XX. Es el llamado periodo de la bombas, donde como dice el
historiador Juan Pablo Calero, se tiraron más periódicos que
bombas. A pesar de ello y de que muchos de los atentados acontecidos
entre 1892 y 1908 en España son de procedencia dudosa o directamente
policial, el anarquismo de forma mayoritaría no aprobó la violencia
como medio para la consecución de la anarquía. Ya Pedro Kropotkin
había advertido en el Congreso de Londres de 1881, junto a Errico
Malatesta, de las consecuencias devastadoras que tendría para el
anarquismo la adopción de esta línea.
Anselmo Lorenzo, profundo defensor de societarismo obrero y de la
lucha educativa del anarquismo, fue detenido y deportado tras la
bomba de Cambios Nuevos en 1896. A pesar de que condenaba cualquier
acción de ese tipo tuvo que salir exiliado durante un tiempo a
París, donde coincidió con las figuras más representativas del
anarquismo y del socialismo interancional: Charles Malato, Jean
Grave, Jean Jaurès, etc. Allí conoció también a Francisco Ferrer
Guardia con el que a su vuelta a España comenzó a colaborar en
diversos proyectos periodisticos y en el nacimiento y desarrollo de
la Escuela Moderna en 1901. La labor de Anselmo Lorenzo al frente de
la editorial de la Escuela Moderna es una de las claves de su éxito.
Y todo esto convinandolo con su trabajo usuario: tipógrafo.
La persecución contra la Escuela Moderna que llevó al cierre y
encarcelamiento de Ferrer tras el atentado de Mateo Morral contra
Alfonso XIII en mayo de 1906 y a la posterior dentención y ejecución
de Ferrer tras los sucesos de Barcelona de julio de 1909 no detuvo a
Anselmo Lorenzo en su labor editorial. Y eso que tras la Semana
Trágica fue nuevamente detenido y deportado a Alcañiz (Teruel)
Un
Anselmo Lorenzo ya achacoso y avenjetando todavía tendría una
importante labor. Los días 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre de
1910 se celebró en Barcelona un congreso obrero impulsado por
Solidaridad Obrera que sirivió como congreso fundacional de la
Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Anselmo Lorenzo, como
veterano internacionalista, dirigió unas palabras a los allí
congregados: “Ante
vosotros el libro de la historia presenta una página en blanco.
Preparaos a rellenarla, futuros”.
Palabras premonitorias del abuelo de anarquismo, pues la CNT con el
paso de los años fue la organización obrera más influyente de
España.
Pero la salud de Anselmo Lorenzo poco le permitía hacer ya. Siguió
escribiendo y dando aportaciones teóricas al anarquismo. Y cuando
Europa comenzaba una guerra fratricida, Anselmo Lorenzo dejaba de
existir el 30 de noviembre de 1914. Su entierro en cementerio de
Montjuich se convirtió en una gran manifestación obrera, donde
todas las tendencias del obrerismo rindieron un sentido homenaje a
una de las personalidades más influyentes para el desarrollo de los
derechos de los trabajadores.
Eje fundamental de la historia, hoy Anselmo Lorenzo apenas es
recordando. Aprovechamos la efeméride que significa el centenario de
su muerte para la recordar la labor y la importancia que tuvo para
uno de los agentes más importantes de la historia de España: el
movimiento obrero.
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