lunes, 29 de diciembre de 2014

LA EDUCACIÓN COMO BASE DE LA TRANSFORMACIÓN “La escuela de la República. Memoria de una ilusión”

Hace unos días una amiga me regalaba este libro: La escuela de la República. Memoria de una ilusión de Carmen García Colmenares y Luz Martínez Ten, editado por Catarata y por la FETE-UGT. Un sencillo y breve texto que en treinta capítulos hace un repaso a lo que significó la educación de la España de la Segunda República, partiendo de sus orígenes, sus bases ideológicas y pedagógicas, el avance para la población, etc. Tengo que reconocer que lo he leído con avidez.
Quizá lo podemos considerar un libro más sobre la educación republicana. Sí, lo es. Para lo que nos hemos acercado al tema en otros trabajos quizá este texto no nos aporta nada nuevo. Personajes ya trabajados, temáticas ya tocadas en trabajos muchos más profundos, etc.
Pero si hay algo que del texto me gustaría destacar, lo que hace que tenga un valor añadido. Para la gente que quizá no tenga tan claro que significó la educación durante la Segunda República este texto es sencillo y esclarecedor. Los capítulos son cortos. Y sobre todo pone ejemplos prácticos y personificados en algunos casos. Historias reales de esos maestros y maestras que intentaron forjar en España un nuevo concepto educativo. Y cuando lo tenían todo a favor, cuando parecía que el país podía salir del atraso cultural y educativo en el que estaba inscrito, sobrevino el golpe de Estado contra la República.
Me gustaría destacar algunas cosas del libro. Por ejemplo el rescatar la importancia de la mujer en el modelo educativo que la República. La proliferación de maestras durante el periodo republicano fue evidente. Y con ella la modernidad de una sociedad que se iba sacudiendo el yugo de siglos de atraso. Quizá ese acceso a la educación es uno de los factores fundamentales para entender el avance. Mucho más, incluso, que el propio voto femenino, que durante la República (y antes también) fue debatido por la propias mujeres y para algunas nunca ocupó un papel central. Si bien la mujer había entrado en política muchas décadas antes, lo cierto es que durante la República su implicación social fue mucho más mayor y más efectiva.
Otra cuestión a destacar fueron los avances que se dieron durante el periodo republicano tanto en la formación del profesorado como en la extensión de la educación en aquellos lugares donde nunca había existido. El fomento de las Escuelas Normales y el Plan Profesional de 1931 pusieron al magisterio en el centro de la reforma. Igualmente la extensión de la educación hacia las áreas rurales y la importancia que adquirieron las Misiones Pedagógicas son fundamentales para entender el desarrollo de la educación republicana. A lo que hay que añadir el avance en la construcción de nuevos edificios en las ciudades y haciéndolos acordes con el entorno y con la educación de la infancia.
Destacable también es la importancia que se le dan a experiencias como la Institución Libre de Enseñanza (ILE) o a personajes como Lorenzo Luzuriaga en su aportación a la pedagogía en España. También esas historias que el libro incluye de maestras y maestros en los pueblos de España, como la de Antonio Benaiges en el burgalés pueblo de Bañuelos de Bureba o el de Avelina Caloca de la Hera en el palentino pueblo de Baños de Cerrato. Historias sintomáticas de una época y con un final trágico.
Porque esta historia tan gratificante de la educación de la España republicana tiene un final trágico. La Guerra Civil y la dictadura franquista acabó con el modelo educativo y también con la vida de muchos maestros y maestras. Otros tuvieron que partir al exilio y pudieron seguir en otras tierras desarrollando sus conceptos pedagógicos. Otros se quedaron, fueron depurados y nunca más volvieron a ejercer el magisterio. Fue el triste final de esta obra. Aun así el libro recupera alguna experiencias posteriores que en parte bebieron de estas experiencias.
Hay un pero a este libro. Como a otros muchos. Si bien estamos ante una buena síntesis de lo que fue la educación republicana, didáctico y divulgativo, siempre se queda en un segundo plano la importancia que tuvo el movimiento obrero para el desarrollo de la escuela republicana. Aunque el libro cita asunto en realidad la influencia se pasa del soslayo. La escuelas nocturnos de las que habla tiene mucho mejor referente para la clase obrera en esas clases que ateneos anarquistas y republicanos desarrollaron para la clase obrera desde el último tercio del siglo XIX. La coeducación de sexos fue algo que los anarquistas introdujeron mucho antes que cualquier otra experiencia educativa. La influencia que tuvieron las sociedades obreras es fundamental para entender el legado que recoge la República. Incluso las propias ineficiencia de algunas medidas tomadas por la República a nivel educativo las siguió subsanando el movimiento obrero.
Este aspecto hay que cuidarlo más porque corremos el riesgo de que al igual que durante mucho tiempo se cayó en el olvido de lo que significó la educación republicana, cometamos la misma injusticia con los antecedentes de la misma. Hay mucha bibliografía al respecto
Una última cuestión. Al final del libro se habla de que fue la “edad de plata de la educación”. Discrepo completamente. No fue la edad de plata sino la edad de oro de la educación. Quizá fuese la edad de plata de la literatura, que rivalizó con aquella generación del siglo XVII. Pero a nivel educativo España no había conocido un periodo más próspero que el señalado por las autoras.

 De todos modos estamos ante una obra muy interesante y que sirve para recuperar la historia. Un perfecto complemento al documental “Las maestras de la República” (http://fraternidaduniversal.blogspot.com.es/2014/03/la-educacion-y-sus-maestras-proposito.html), para hacer resaltar el gran triunfo de la República: la educación. Enhorabuena a las autoras de la obra así como a María Luisa Vico Nieto que ha ilustrado el libro de una forma magistral. 

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