Segunda parte de este análisis donde nos adentramos en la participación del los anarquistas en algunos procesos revolucionarios, en el desarrollo del anarquismo en España y el anarquismo tras la Segunda Guerra Mundial
El anarquismo y algunos procesos revolucionarios. La Comuna de
París (1871) y la Revolución rusa (1905 y 1917)
La
Comuna de París significó el primer escenario en el que la clase
obrera se hizo con el control de la situación. París se organizó
de forma muy distinta a lo que hasta ese momento se conocía y en un
contexto realmente complicado: la guerra que mantenía Francia con
Prusia. Sin embargo la ciudad de París no confió en los políticos
republicanos, que huyeron de la ciudad y se establecieron en
Versalles. Los barrios de París se auto-organizaron, crearon
distintos comités, y la ciudad se proclamó en Comuna. Se tomaron
medidas de avance para la clase obrera como el fomento de los
Talleres Nacionales (algo que ya se puso en marcha tras la revolución
de 1848), la reducción de la jornada laboral para los trabajadores,
fomento de la escuela y la educación, igualdad hombre-mujer, etc.
Todos medidas que estaban en los programas de las organizaciones
obreras y revolucionarias. A pesar de ello existió un profundo
debate en el seno de la propia Comuna, sobre todo el representado por
los blanquistas y los proudhonianos. Y en ese contexto tuvieron
aparición también marxistas y bakuninistas. Mientras los marxistas
trabajaron más en sintonía con los blanquistas, los bakuninistas lo
hicieron más con los proudhonianos, con los que coincidían en
muchos puntos. Por la Comuna pasaron personajes de primera fila como
Varlin, uno de los dirigentes del movimiento obrero francés más
relevantes que fue fusilado en la represión de la Comuna. Por la
experiencia de la Comuna llegaron al anarquismo otros personajes como
Louise Michel, que pasó a la historia como una de las mujeres más
brillantes del anarquismo.
Podemos
decir que el movimiento obrero francés era en su mayoría seguidor
de Proudhon, lo que hizo que el anarquismo tuviese un gran arraigo en
la Comuna de París. Una vez que el proceso finalizó de forma
traumática, todas las ideologías obreras lo reivindicaban como
propio. Pero lo cierto es que partiendo de la base que la Comuna fue
de cariz federal, la auto-organización de los diferentes barrios de
París y la horizontalidad del proceso le hace estar muy cerca a las
posiciones anarquistas. Además un precedente de la misma fue la toma
del Ayuntamiento de Lyon donde Bakunin tuvo un papel protagonista. Y
desde París se hizo un llamamiento al resto de ciudades de Francia
para poder federarse entre si, ya que hubo intentos de movimientos
similares al parisino en Marsella, Narbonne, etc.
Y
aunque hubo procesos o intentonas revolucionarias posteriores a la
Comuna de París, fue la Revolución rusa una de las oportunidades
más importantes que se le presentó al anarquismo. Más teniendo en
cuenta que los dos de los más importantes pensadores anarquistas
eran rusos: Mijail Bakunin y Piort Kropotkin. Si en 1905 el
movimiento anarquista ruso se presentó mas atomizado, con algunos
grupos importantes en grandes ciudades como San Petersburgo o Moscú,
con la Revolución de 1917 nos encontramos con unas organizaciones
libertarias más asentadas y más fuertes. Los anarquistas crearon
importantes órganos como Goloss Truda, tuvieron multitud de grupos e
incluso algunos soviets como el de Bialystok fueron de mayoría
anarquista. Y es que esta ciudad, junto con Krynki, fueron bastiones
del anarquismo ruso. Personajes como Yuda Grossman, Emma Goldman,
Vsevolod Eichembaum “Volin”, Alexander Berkman, etc., pusieron al
anarquismo ruso como protagonista del cambio revolucionario. Los
anarquistas participaron desde primera hora en los soviets, fueron
fuertes entre los marinos Krostandt desde antes de 1917, etc. Incluso
fue un anarquista quien irrumpió en la Asamblea Constituyente para
clausurarla.
Pero
los grandes actos del anarquismo ruso fueron Kronstadt y el
majnovismo. Y ambos en medio de una oleada represiva contra el
anarquismo ruso por parte del gobierno bolchevique. Una represión
que le costó al anarquismo el cierre y clausura de periódicos,
persecución y cárcel de sus militantes e incluso la muerte de
alguno de ellos como Lev Chorny y Fanny Baron.
Nestor Majnó organizó un ejército guerrillero, el Ejército
Insurreccional Majnovista, que durante tres años de guerra civil en
Ucrania combatió la invasión alemana, a los nacionalistas de
Petlura y toda suerte de aventureros de la zona. Aunque alcanzaron
hasta tres acuerdos con el Ejército Rojo, estos fueron rotos y
finalmente los bolcheviques persiguieron y acabaron con el majnovismo
en 1921.
La historia del anarquismo ruso se puede calificar como tragedia,
pues aunque se mantuvo dentro de todas las estructuras
revolucionarias acabó siendo engullida y represaliada por las
fuerzas bolcheviques triunfantes.
El anarquismo en España
De
todos los lugares en el mundo donde el anarquismo encontró más
resonancia a sus ideas, ese fue España. Ya explicábamos más arriba
como se produjo la introducción del anarquismo en el país y como
los postulados de Bakunin en la Primera Internacional fueron
mayoritarios dentro del movimiento obrero español. Personajes como
Anselmo Lorenzo, Tomás González Morago, Francisco Ferrer, Mauro
Bajatierra, Ricardo Mella, Salvador Seguí, Juan Peiró, Buenaventura
Durruti, Francisco Ascaso, Isaac Puente, etc., jalonan su historia.
Se
ha debatido y estudiado largamente sobre las razones del triunfo del
anarquismo en España. Algunas teorías hablan de las influencias
milenarias, como el caso de Gerald Brenan. Visión simplista que
venía a decir que el anarquismo sustituía en España al
cristianismo como movimiento redentor. Otros consideran que al ser
España un país atrasado y de base agraria, el anarquismo tuvo más
influencia. Sin embargo este argumento cae por su propio peso cuando
se comprueba que la zona más industrializada de España como era
Cataluña, el anarquismo fue la fuerza obrera mayoritaria.
Quizá
las razones para entender el arraigo del anarquismo en España son
otras:
1.
El sistema de la Restauración que encorsetaba la participación
política a un turnismo de partidos dinásticos donde cualquier
movimiento de renovación no tenía cabida, hizo del anarquismo una
ideología y movimiento influyente para los deseos de transformación
social. Si republicanos y socialistas insistían en la participación
institucional, para el anarquismo ese camino era inútil y más en un
país como España. Ahí el discurso anarquista fue mucho más
persuasivo para la clase obrera.
2.
La capacidad de organización de los anarquistas fue mucho más
efectiva que la de los otros movimientos obreros. Y eso a pesar de
los largos periodos de clandestinidad por los que pasó sus
organizaciones. Esa capacidad organizativa fue también base de su
éxito.
3.
Los anarquista supieron entender que si el marco de relaciones
políticas y sociales que le rodeaban no le iba a dar ninguna
oportunidad a la clase obrera, era necesario crear unas estructuras
alternativas. Por eso los anarquistas en sus centros crearon escuelas
y las dotaron de bibliotecas, con el objetivo de instruir a la clase
obrera y hacerla consciente de la situación de explotación que
sufría. Fueron las bases que sentaron una cultura propia, la cultura
libertaria dentro de la cultura obrera. Sus centros, sus escuelas,
sus formas de relaciones, sus símbolos, sus gestos, etc., crearon
toda una cultura alternativa a la cultura burguesa imperante.
Sin
embargo el anarquismo, y el español en particular, ha sido víctima
de algunos lugares comunes que se ha desarrollado con el paso del
tiempo. Vamos a desentrañar alguno:
a)
La naturaleza violenta del anarquismo: A pesar de que el anarquismo,
o más exactamente algunos anarquistas, ejercieron en determinados
momentos episodios de violencia política, la inmensa mayoría del
movimiento anarquista no aprobó esas acciones. Lo primero que habría
que explicar que motivaba a los anarquistas a ejercer esa violencia.
Algunos estaban convencidos de que la eliminación física de algún
personaje iba a desencadenar un proceso revolucionario. Otros se
movían de forma individual como venganza por acciones represivas.
Otras fueron de dudosa procedencia y que tenían a infiltrados
policiales como protagonistas. Además el periodo del terrorismo
anarquista duró apenas 10-12 años. Esto ha llevado a concluir a
algunos historiadores que hay una línea que une el llamado
terrorismo anarquista con el yihadismo. Una auténtica aberración
historiográfica. Para otros historiadores más ecuánimes como Juan
Pablo Calero, el anarquismo español tiró más periódicos que
bombas. Incluso durante la Guerra Civil se acusó al anarquismo de
ejercer una violencia sin cuartel. Sin eximir de responsabilidad al
anarquismo en esa violencia, no fue mayor que ejercieron otras
organizaciones políticas y sindicales del campo republicano. Incluso
anarquistas como Juan Peiró, Juan García Oliver o Melchor
Rodríguez, entre otros, tomaron actitudes contrarias a la propia
violencia desde los puestos de dirección que desempeñaron en el
conflicto.
b)
El anarquismo estaba fuera de la realidad: Muchos han querido
presentar al anarquismo como una ideología fuera de la realidad, un
accidente en la historia del movimiento obrero. Presentar a un
movimiento obrero bueno y consciente frente a un movimiento obrero
malo y díscolo. Pero esta cuestión pierde peso cuando compruebas
que la clase obrera española se afilió al movimiento obrero
libertario de forma mayoritaria hasta la Guerra Civil y en la
clandestinidad. Un movimiento que se considere un accidente nunca
habría llegado a tales cotas de organización. De hecho la fundación
de la CNT en 1910 hace de este sindicato uno de los más dinámicos y
modernos de Europa por su modelo organizativa de Sindicatos Únicos
(aprobados en Sans en 1918 y el Congreso de la Comedia de 1919) que
renovó el panorama sindical de las sociedades obreras. Igualmente la
malformación histórica de la FAI, nacida en 1927, la aleja de lo
que en realidad fue: una unión de grupos anarquistas que extendieron
las ideas libertarias por la geografía peninsular. Ni en su acta de
fundación ni en la documentación de sus grupos se atisba nada de la
acusación que la ha perseguido de ejercer un control sobre la CNT.
c)
El anarquismo siempre fue un elemento de división: Se ha pretendido
presentar el anarquismo como un outsider
de la política. Organizaciones sectarias que no querían caminar con
nada ni con nadie. Sin embargo la historia del anarquismo nos muestra
un movimiento que en muchos momentos históricos caminó de la mano
de otras organizaciones y movimientos. Durante las revueltas
cantonales, en la oposición a la monarquía de Alfonso XIII, contra
la dictadura de Primo de Rivera, durante la Guerra Civil, etc. Pactos
con republicanos, con socialistas y con movimientos que en momentos
históricos eran importes. Cuando tuvo que caminar solo lo hizo. Y a
diferencia de otros movimientos se comprueba en las actas de sus
congresos la capacidad de autocrítica que tuvieron. El mayor grado
de colaboración llegó con la propia Guerra Civil cuando hasta cinco
anarquistas ocuparon cargos ministeriales en los gabinetes de Largo
Caballero y Juan Negrín. Pero también hubo cargos en el ejército,
concejales y alcaldes, jefes de carabineros, etc. Algunos denominan
esto la contradicción del anarquismo. Otros lo establecen como el
mayor ejercicio de pragmatismo y coherencia en un periodo de guerra.
Sin embargo, el final de la Guerra Civil y el triunfo de Franco
impusieron en España un régimen de corte fascista que ejerció una
represión inquisitorial contra sus enemigos (el anarquismo entre
ellos) y que estableció un modelo social que era diametralmente
opuesto al anarquismo.
El anarquismo tras la Segunda Guerra Mundial
La derrota en la Guerra Civil y la represión consiguiente no fue
óbice para que el anarquismo continuara luchando por sus ideas, si
bien sus fuerzas disminuyeron. Los anarquistas reconstruyeron en la
clandestinidad sus organismos, participaron de la resistencia
guerrillera y en la lucha contra nazis y fascistas durante la Segunda
Guerra Mundial.
Sin embargo el mundo que se encontraron tras la Guerra Mundial no
fue el esperado. El anarquismo tuvo que lidiar entre las dos
superpotencias que marcaban el ritmo de la política mundial: EEUU y
la URSS. Demasiado para un movimiento que acumulaba muchas derrotas.
A
pesar de ello los anarquistas siguieron coordinándose a través de
la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) y de la
Internacional de Federaciones Anarquistas. Tuvo un importante papel
en algunos movimientos como el Mayo del 68 y participó de forma
activa en la oposición al franquismo. La reconstrucción de la CNT
marcó una vitalidad en las ideas libertarias que fueron atajadas por
el Estado con las armas que había utilizado siempre: represión y
guerra sucia. El problema fue que la respuesta del anarquismo en esta
ocasión no fue contundente como en otros momentos. El movimiento
libertario español se sumió en una profunda crisis del que tardó
en salir años, sumido en luchas intestinas que llevó a una escisión
que terminó por partirlo.
A
pesar de ello los libertarios han seguido participando en muchos
movimientos sociales. En el ¡No
a la Guerra!
se volvió a ver una emergencia de las ideas libertarias así como en
luchas por la vivienda y en el campo sindical. Durante el 15M no solo
la participación anarquista fue evidente sino que parte de los
postulados de ese movimiento partían de la raíz libertaria.
Tras
150 años de la fundación de la Primera Internacional las ideas
anarquistas siguen generando estados de opinión y formas de
organización.
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