Artículo publicado en la edición digital de Diagonal en el centenario del nacimiento de Hildegart Rodríguez Carballeira
Cuesta creer que alguien proyecte
el nacimiento de un ser vivo para moldearlo en una finalidad
concreta. Eso sucedió en la obra de Mary Shelley Frankestein
o el moderno Prometeo.
Y más duro aun cuando el proyecto que pensate no funcionó y decides
eliminarlo.
Si hablamos de cosas quizá es sencillo. Pero cuando hablamos de
personas la perversión del hecho es lo primero que nos viene a la
cabeza. Y sin embargo eso sucedió. Sucedió en España. Y tuvo dos
nombres propios: Aurora Rodríguez Carballeira y su hija Hildegart.
Hildegart
nació en Madrid el 9 de diciembre de 1914. Su madre estaba
influenciada del pensamiento de reforma sexual y eugenésico.
Entendía la eugenesia como el mejoramiento de la especie humana, de
hombres y mujeres sanos para una mejor sociedad. Un pensamiento muy
avanzado en el seno del movimiento libertario español desde
principios del siglo XX. Para Aurora la concepción de Hildegart
debía de servir para que se dedicara de lleno en la emancipación de
la mujer, con una concepción "individual e integral del
anarquismo" como ella misma dijo en el juicio que se instruyó
por el parricidio.
Y
a esta tarea se encomendó Aurora. Hildegart fue desde pequeña una
verdadera niña prodigio. Con un año ya hablaba perfectamente, con
tres años sabía leer y escribir y con apenas ocho años ya dominaba
varios idiomas. Comenzó sus estudios y con 14 años accede a la
Universidad para estudiar Derecho. Los métodos de aprendizaje de
Aurora fueron efectivos. Además no era la primera vez que los ponía
en práctica. Con anterioridad, cuando estuvo al cuidado del hijo de
su hermana, el niño aprendió con precocidad a tocar de forma
virtuosa el piano. El sobrino de Aurora, al que apartaron de su lado
y fue una de los momentos más duros de la vida de Aurora, fue el
famoso pianista Pepito Arriola.
En
ese momento se afilió Hildegart a las Juventudes Socialistas y con
apenas 14 años publicó su primer artículo en El
Socialista.
En su militancia socialista conoció a personalidades de renombre del
socialismo del momento como Julián Besteiro o Andrés Saborit,
entonces las máximas figuras del socialismo español. Aunque Aurora
hubiese preferido que la militancia política de su hija se encauzase
por otros parámetros no intervino en ese momento en su decisión. Su
actividad política fue en aumento. Numerosas conferencias y
artículos llevaron incluso a Hildegart a ser procesa por un Consejo
de Guerra que nunca llegó a celebrarse.
La
proclamación de la República el 14 de abril de 1931 fue aclamada
por toda la ciudadanía. Hildegart también recibió con alegría el
cambio de régimen, mas teniendo en cuenta que ya era una destacada
dirigente de las JJSS.
Pero
esas expectativas que la República se marcó se vieron tornadas en
fracaso para una buena parte de la izquierda española. Hildegart
denunció que los socialistas, siendo mayoría en el parlamento
republicano, no hiciesen hecho nada para evitar masacres contra los
campesinos como las que sucedió en Arnedo. Igualmente que la mayoría
de diputados socialistas votasebn a favor de la deportación de
militantes obreras por los sucesos de Alto Llobregat en enero de
1932. Para Hildegart los socialistas eran cómplices al tener
participación directa en el gobierno que había ordenado la
represión.
Las
duras críticas que Hildergart sometió a las estructuras de los
socialistas acabó con la baja de afiliación de la joven cuando
apenas unas semanas antes había conseguido una de las votaciones más
altas como vocal de la ejecutiva. Muy pronto el nombre de Hildegart
se hizo conocer el diario La
Tierra,
periódico de la izquierda republicana, crítico con el gobierno
republicano-socialista, dirigido por Salvador Cánovas Cervantes, y
que tenía como redactores a Eduardo de Guzmán, periodista madrileño
que siguió muy cerca todo lo relacionado con el caso de Hildegart, o
Ezequel Endériz una de las plumas más birllantes del periodismo
republicano. Igualmente Hildegart, que por su evolución
formativa-ideológica estaba muy cercana al anarquismo, acabó
recalando en ese momento en el Partido Republicano Democrático
Federal, encabezado por el abogado Eduardo Barriobero y Herrán.
También
perteneció Hildegart a la Liga para la Reforma Sexual, que fundó el
médico Gregorio Marañón. Conoció a personalidades de renombre en
la época como Havellock Ellis, uno de los estudiosos de la
sexualidad mas influyentes en la época, o la figura de H.G Wells, el
famoso novelista británico.
La
obra de Hildegart fue realmente impresionante. Numerosos folletos
sobre la libertad sexual y la liberación de la mujer lo atesoran.
También una obra realmente interesante como es ¿Se
equivocó Marx? ¿Fracasa el socialismo?
escrita en 1932, donde hizo un repaso a toda la teoría marxista y
puso los puntos flacos de la misma encima de la mesa.
Pero
junto a Hildegart estaba la personalidad de su madre Aurora. Esta
había adquirido desde su juventud una fuerte personalidad
progresista y había interiorizado que solo con la fundación de
hombres nuevos, fuera de los prejuicios de la sociedad burguesa se
podía llegar a una redención total del proletariado y de la
humanidad. Para la fundación de esos hombres nuevos la natalidad
tiene una importancia enorme, muy en la linea del neomalthusianismo.
La genética es trascendental a la hora de concebir a los hijos. Por
ello los seres que estén libres de todo vicio tendrán hijos puros.
Así concibió Aurora a Hildegart, como un ser puro que luchara por
una sociedad digna. A eso dedicó toda su vida Aurora. Lo que ella no
había podido conseguir.
Aurora,
tal como Mary Shelley hizo en la novela Frankestein
o el moderno Prometeo,
intentó crear un ser perfecto dedicado a una misión específica.
Pero
los hombres perfectos no existen. Hildegart se fue relacionando con
gente, fue extendiendo sus pensamientos en diversos ambientes y
muchos querían que esos conocimientos los desarrollara en otros
lugares fuera de España. Eso fue interpretado por Aurora como un
intento de arrebatar a Hildegart de su lado. Incluso hablaba de una
conspiración desde Londres para llevarse a Hildegart y ponerla al
servicio del imperialismo británico, para que traicionara a la clase
obrera por la que siempre había luchado.
Igualmente Hildegart comenzó una amistad con un joven abogado,
republicano federal,. La madre interpretó que Hildegart se había
enamorado, algo inadmisible para la tarea que se había encomendado.
Todo
este cúmulo de circunstancias unido a que Hildegart había decidido
marchar a Londres, llevarón a Aurora Rodríguez a acabar con la vida
de su hija una mañana del 9 de junio de 1933, cuando Hildegart
contaba con tan solo 18 años.
Aurora se entregó voluntariamente a la policía. Fue juzgada en
1934 y condenada a 26 años de cárcel. Ella siempre afirmó que no
era presa de ninguna locura o esquizofrenia, que siempre fue
consciente de todo lo que hizo. Que la decisión de matar a Hildegart
fue la mas dura de su vida pero necesaria.
Con
el estallido de la Guerra Civil y la liberación de los presos Aurora
salió de la cárcel, aunque posteriormente acabó recluida en el
sanatorio de Ciempozuelos
El
caso de Hildergart fue trágico. Una joven prometedora que fue
asesinada joven. Sus artículos todavía hoy los podemos consultar en
las hemerotecas y sus libros están todos en la Biblioteca Nacional.
Algunos
libros se han escrito sobre el tema. Sobre la posible patología
psiquiátrica de Aurora el pisquiátra Guillermo Rendueles escribió
un libro titulado El
manuscrito encontrado en Ciempozuelos,
donde analizó el caso patológico de Aurora. No conviene entrar a
valorar si Aurora estaba loca o no o si era mas inteligente que la
propia Hildegart. Cierto es que en el momento de producirse el
parricidio se desató un debate entre psiquiatras de la época.
Mientras para la psiquiatría progresista, representada por Mira o
Lafora, el caso de Aurora fue particular, para psiquiatras de extrema
derecha como Vallejo-Nágera el caso de Aurora era la prueba evidente
de que las ideas progresista conducían al crimen. Una posición esta
última acientífica que mantuvo Vallejo-Nágera durante toda su
vida.
Sobre
Hildegart, para quien quiera entrar mas en detalle, hay algunas obras
que pueden ayudar a acercarnos a este caso, dejando a un lado sus
propias obras. Sobre ella destaca la obra de Eduardo de Guzmán
titulado Aurora de
sangre (también
publicado con el título Mi
hija Hildegart),
donde hace un repasado a la vida de Hildegart y sobre todo a la
relación de madre-hija. Tiene varias ediciones. Destacar también el
artículo de María Losada Urigüen en la revista Germinal
con el título "El pensamiento político de Hildegart Rodríguez:
entre socialismo y revolución". También la importanet
biografía escrita por la profesora Rosa Cal A
mi no me doblega nadie: Aurora Rodríguez, su vida y su obra
Mucho más modesta es la obra de Joan Llarch Hildergart.
La virgen roja
o la obra de teatro de Fernando Arrabal La
virgen roja.
El
libro de Eduardo de Guzmán fue llevado a las pantallas de cine por
Fernando Fernán Gómez en una extraordinaria película titulada “Mi
hija Hildegart”, protagonizada por Amparo Soler Leal en el papel de
Aurora y Carmen Roldán en el papel de Hildegart.
Una historia realmente impresionante que consternó a la España de
la Segunda República.
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