Artículo publicado en la edición digital del periódico Diagonal con motivo de la muerte del histórico anarquista Félix Padín Gallo
Puede parecer un lugar común el título de este texto. Pero se
convierte en una realidad. Cuando el pasado 7 de octubre me dieron la
noticia de la muerte de Félix Padín Gallo fue lo primero que pensé.
Y lo hice así porque conocía a Félix. Le vi en varias ocasiones.
Sabía de su carácter, de su forma de pensar. Como buen anarquista
que era su posición era racionalista. Las acciones se tiene que
hacer durante la vida. Una vez que moriremos esas acciones y las
ideas perduran en el tiempo.
Pero perder a una persona como Félix Padín siempre es triste. Con
sus 98 años de edad tenía la mente lúcida y hasta no hace mucho
también agilidad. Pero los años no pasan en balde. Y como colofón
a una vida de lucha por unos ideales participó como testigo en la
querella argentina dentro de la denuncia que la CNT ha realizado con
el propósito de encausar a los criminales del franquismo. Y la única
manera de hacerlo es que un testigo directo, que sufrió en primera
persona la represión franquista, cuente lo que le sucedió. Miles y
miles de represaliados por el franquismo no han podido hacerlo. Y lo
que demuestra tras tantos años de lucha y sufrimiento es que Félix
Padín no tenía miedo al fascismo.
Félix Padín Gallo había nacido el 9 de julio de 1916 en Bilbao.
Tenía pues 98 años recien cumplidos. Una longevidad que sorprende
teniendo en cuenta el sufrimiento infligido durante la represión
franquista. En un entorno pobre y humilde, Félix conoció desde muy
temprano la miseria. Comenzó trabajando en una tienda de
ultramarinos para después adoptar el que fue el oficio de toda su
vida: la construcción. Y siguiendo la estela de sus hermanos, se
afilio a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Allí entre
las luchas sindicales y por la dignificación de la vida de la clase
obrera, Padín fue forjando una cultura libertaria y un firme
pensamiento anarquista.
Por aquella fechas el movimeinto libertario era mayoritario en
muchos puntos de España. Y en muchos lugares el Sindicato Único de
la Construcción se convertía en uno de los más importante, con
figuras como la de Cipriano Mera. Félix Padín fue vocal del
Sindicato Único de la Construcción en Bilbao y participó también
activamente en el seno de la Juventudes Libertarias. Llegó a
alcanzar cargos de responsabilidad de el Comite Regional Norte de la
CNT.
Durante la huelga general de
octubre de 1934, Félix Padín tuvo una importante participación y
fue detenido y encarcelado por ello.
Como miles y miles de
trabajadores, cuando el 18 de julio de 1936 una parte del Ejército
se sublevó contra la República con el apoyo de la mayoria de la
Iglesia y de los sectores más conservadores de la sociedad, Félix
Padín se lanzó a la calle para frenar la llegada del fascismo al
poder. Igualmente con su pensamiento favoreció el avance de las
ideas revolucionarias que comenzaban a germinar en la retaguardia
republicana con el objetivo de construir un mundo distinto.
Vencer al fascismo era prioritario
para Félix Padín. Y por ello se alistó en los batallones “Isaac
Puente” (uno de los más destacados anarquistas vascos que
contribuyó con sus ideas al concepto del comunismo libertario y que
fue asesinado por los fascistas en Burgos en septiembre de 1936) y
“Durruti”.
Pero el 16 de junio de 1937 iba a
comenzar el calvario de Félix Padín. Ese día cae preso de los
sublevados y enter 1937 y 1939 pasa por las cárceles de
Arrigorriaga, Galdakao y Vitoria. Posteriormenet fue internado en el
campo de concentración de Miranda de Ebro y pasó posteriormente a
formar parte de los batallanes de trabajadores que actuaron como mano
de obra esclava para el franquismo (como bien muestra en su libro
inédito La gran trata de
esclavos otro libertario
fallecido no hace mucho tiempo, César Broto Villegas). Pasó como
mano de obra esclava por Guadalajara, Elizondo y Peñaranda de
Bracamonte. Aunque fue puesto en libertad en 1939 fue nuevamente
detenido e internado en el campo de concentración de Mirada.
Como Félix no podía consentir
que el fascismo siguiese gobernando, se lanzó a la reconstrucción
clandestina de la CNT. Y merced al esfuerzo reorganizativo participó
en la huelga de Bilbao de 1947. Fue detenido por ello y nuevamente
encarcelado. Un año clave 1947 pues fue el inicio del “trienio del
terror” franquista, donde la mayoría de la oposición
antifranquista fue encarcelada y muchos de ellos ejecutados.
Una vez que Padín salio de la
cárcel se estableció en Miranda del Ebro y empezó a trabajar allí.
A pesar de ello siguió actuando en la clandestinidad.
A la muerte del dictador pasó a
ser uno de los reorganizadores de la CNT, participando en diversos
actos y encuentros anarquistas españoles e internacionales.
Participó en los congresos de Bilbao (1990), Granada (1995) y las
Conferencias de 1993 y 2000.
En el año 2002 Padín fue
homenajeado en Miranda del Ebro y en junio de 2006 recibio un
homenaje en Bilbao por parte de la CNT a los combatientes en las
milicias confederales vascas. También se hizo popular verle en
documentales como Rejas
de la memoria
y Desafectos.
Esclavos de Franco en el Pirineo.
El pasado mes de agosto, cuando las fuerzas de Félix ya flaqueaban,
fue entrevistado por la misma jueza María Servini en los juzgados de
Miranda de Ebro, donde quedó constancia en su declaración que no
podía continuar la impunidad de los crímenes del franquismo.
Su
desaparición el pasado 7 de octubre deja una importante pérdida de
uno de los últimos testigos de la organización libertaria durante
la República, la Guerra y la revolución y la represión franquista.
Una más que se une a las desapariciones de libertarios que sufrieron
la represión y la clandestinidad en los últimos años como Abel
Paz, Gregorio Gallego, Vicente Vilanova, Antonio Martín y un largo
etcétera.
El
día 18 de octubre la CNT realizaré un homenaje a título póstumo a
Félix Padín.
Que la tierra le sea leve
No hay comentarios:
Publicar un comentario