En el número de abril del periódico CNT publico un artículo sobre el llamado ilegalismo en el anarquismo francés, a propósito de la novela de Pino Cacucci En cualquier caso, ningún remordimiento, que cuenta la vida de Jules Bonnot. Aquí reproduzco la versión larga del propio artículo
Si algo
ha levantado siempre mucha literatura ha sido la llamada violencia en
el anarquismo. Es curios que un movimiento con múltiples aristas de
estudio se le encasille constantemente en acciones violentas,
presentado la historia del movimiento libertario completamente
deformada. Estas cuestiones se han hecho por varias razones:
- Por desconocimiento de la propia ideología anarquista.
- Por la pasión por lo que denomino “la casquería” de la historia del anarquismo con el fin de distorsionar la situación.
- Por cuestiones puramente políticas donde presentar al anarquismo como un accidente violento sirve para defender otras causas.
Son
algunas de las razones, aunque pueden existir muchas más. Y es una
cuestión que no solo pasa en el anarquismo español. El anarquismo
francés, por poner un ejemplo, también se ve afectado por estas
cuestiones. Sobre todo en lo concerniente al llamado periodo
terrorista y el ilegalismo que abarca el periodo comprendido de la
última década del siglo XIX hasta mediados de la década de 1910 en
el siglo XX. Por ese periodo circulan nombres como el de Ravachol,
Emile Henry o Jules Bonnot. Aunque en muchas ocasiones se ha tendido
a mezclar todo, cada uno de estos personajes responden a una
tipología concreta y un momento histórico. Nada tiene que ver las
acciones de Ravachol con las de Bonnot. Vamos a intentar poner un
poco de orden a toda esta historia. Para ello nos vamos a guiar por
dos de los mejores historiadores franceses del anarquismo: Jean
Maitron y Jean Preposiet.
El
anarquismo francés tiene diversas tipologías desde el aplastamiento
de la Comuna de París en mayo de 1871. Algo que tampoco es ajeno a
otros lugares del mundo. El anarquismo se debatió entre la
organización en las sociedades obreras para incidir de forma
efectiva en el movimiento obrero y la en la organización puramente
anarquista, que sin desechar el obrerismo le dé otro cariz a la
organización anarquista. A finales del siglo XIX tomó fuerza entre
algunas individualidades anarquistas la opción de atacar a las
instituciones del Estado o los centros de poder con el cometido de
erosionarlo y provocar con ello el estallido de una conciencia que
condujese a la revolución. Aquí encuadrariamos los casos y acciones
de Sante Caserio y el asesinato del presidente de la República
francesa Sadi Carnot o a Luigi Lucheni y el asesinato de la
Emperatriz Sissi. Estos anarquistas consideraban que los personajes a
los que ejecutaban eran responsables directos de la miseria y de
masacres, por lo que planificaban su eliminación. Aquí entraría
también Angiolillo y el atentado contra Cánovas del Castillo. Otros
lo intentaron contra centros específicos, como Desiré Joseph
Pawels, anarquista belga fallecido en la Iglesia de la Madelaine por
el artefacto explosivo que portaba. En la misma línea se situaría
Auguste Vaillant, que en diciembre de 1893 atentó contra la propia
Cámara de los Diputados francesa. Su ejecución en la guillotina en
febrero de 1894 provocó la reacción de Caserio y Pawels ya
explicadas.
Otros anarquistas optaron por la llamada expropiación. Acciones muy criticadas por los militantes de organizaciones anarquistas pero que estuvieron presentes en muchos aspectos. Destacan las figuras de Duval, Pini o de la Marius Jacob del que se ha dicho que el escritor Maurice Leblanc se basó para hacer el personaje de Arsenio Lupin.
En toda
esta vorágine finisecular había dos nombres que siempre son
destacados por encima del resto. El primero es Ravachol. Y el
segundo el de Emile Henry.
Ravachol
en realidad se llamaba François Claudius Koeningstein. Desde pequeño
se vio obligado a
trabajar y adquirir distintos oficios. A través de
diversas lecturas se comienza a poner en contacto con círculos
socialistas en Saint Chamond. Conoce el anarquismo y comprueba que se
siente más vinculado a esta ideología. Ravachol comienza a tener
problema por la justicia por acciones que le acusan pero que en
realidad son ajenas, en un principio, a su propia persona. Pero a
partir de ese momento las acciones de Ravachol fueron sucediéndose.
Falsificador de moneda, profanador, robo, etc. Por todas estas
acciones es perseguido y llega a ser detenido, aunque consigue
evadirse. En ese momento llega a París. Y deciden vengarse de lo
acontencido contra los anarquistas Decamps y Dardare. Ravachol y dos
colaboradores organizan el atentado contra el presidente de la
Audencia Benoît en el 136 del Bulevard de Saint Germaine. A pesar
del artefacto explosivo no hay víctimas y Benoît sale ileso. Decide
entonces volver a la carga. A pesar de las detenciones de sus
colaboradores en los días previos, Ravachol escapó y logró
realizar el atentado en el domicilio del sustituto de Benoît de
apellido Bulot en el 39 de la Rue de Clichy. La bomba provocó siete
heridos y cuantiosas pérdidas materiales. Pero Ravachol fue poco
discreto y la policía estaba sobre aviso. Fue detenido en marzo de
1892 en el Restaurante Lherot. A pesar de que Ravachol fue condenado
a cadena perpetua se le juzgó también por tres crímenes anteriores
con lo que la condena fue a muerte. Fue guillotinado en julio de
1892. Sus acciones fueron recordadas en numerosas canciones de la
época.
Aun con de la militancia que Ravachol había tenido con anterioridad nunca
fue aceptado en muchos círculos libertarios. Sus acciones de robo o
profanación fue entendida en muchos círculos anarquistas como algo
alejado de la ideología.
La java bons enfants
y su muerte sí tuvo más repercusión entre los círculos libertarios
teniendo en cuenta cuales eran los orígenes del personaje.
Caso
contrario a Ravachol es el de Emile Henry. Henry había nacido en
Barcelona debido a que su padre se vio obligado salir de Francia
tras su participación en la Comuna de París. Por ello Emile Henry
es un militante que bebe de las raíces revolucionarias desde un
inicio. Henry fue un militante aventajado y formado, propio la
cultura obrera de la época. La acción que Vaillant realizó contra
el parlamento y la condena a muerte de este anarquista provocó la
reacción de Henry. Anteriormente, en noviembre de 1892, Henry había
atentado contra la Comisaria de la Rue Bons Enfants de París. En
realidad el destino de la bomba era las oficinas de la Compañía
minera de Carmoux (ciudad del sur de Francia), cuyos mineros estaban
en huelga. La bomba fue interceptada y trasladada a la comisaria,
depositándose en un patio. Allí hizo explosión mientras dos
policías la manipulaban. Posteriormente la ejecución de Vaillant en
1894 provocó la reacción de Henry, quien realizó un atentado contra
el café Términus el 12 de febrero de 1894 con el resultado de un
muerto y veinte heridos. Henry fue detenido, juzgado y condenado a
muerte. Las declaraciones y confesiones de Henry durante el juicio
fueron toda una condenada a la sociedad capitalista y una
justificación de sus acciones contra la explotación y sus
instituciones. Su ejecución se realizó el 21 de mayo de 1894
contando con tan solo 22 años de edad. La acciones de Henry también
se recordaron a través de canciones como La java des bons enfants.
Llegados
a este punto damos un salto y hablamos de la figura de Jules Bonnot.
Y poco tiene que ver Bonnot con los anteriores casos. En el caso de
Bonnot no realiza atentado con bombas contra instituciones o por
cuestiones de lucha obrera. Bonnot es lo que se conocía como un
expropiador. Aunque también comenzó a militar en las sociedades
obreras, su carácter temperamental le dejó muchas veces fuera de
esos empleos. Las acciones de Bonnot fueron espectaculares en
conexión con sus colaboradores. Lo que se conoció como la llamada
“Banda de Bonnot”. El atraco de la Rue Ordener contra la entidad
bancaria Societé General, las acciones de expropiación, etc. Una
trayectoria dilatada en el propio Bonnot antes de unir su suerte a la
de Raymond Callemin, Eduard Carouy o Ganier. Un grupo que había
crecido al calor del periódico L'Anarchie
fundado por Albert Libertad y continuado por Víctor Kibalchite luego
conocido como Víctor Serge, uno de los participantes en la
Revolución rusa y autor de numerosos libros al respecto.
Algunas
consideraciones
A pesar de la espectacularidad de las acciones que se han narrado
este tipo de actuación siempre fue minoritaria en el seno del
movimiento libertario. Curiosamente se resalta en exceso este tipo de
actuaciones y nada las consideraciones que personajes como Kropotkin
o Malatesta tuvieron al respecto. Si bien el movimiento anarquista se
solidarizada en ocasiones con los condenados a muerte, a los que
consideraban compañeros anarquistas, lo cierto es que no
contemplaban sus acciones como positivas para la anarquía. En la
Francia de finales del siglo XIX e inicios del XX tuvieron mucha más
repercusión en el anarquismo las teorías del obrerismo y la
vinculación al movimiento sindical. Personajes históricos como
Louise Michel, que había participado en la Comuna de París, el
geógrafo Eliseo Reclus, Charles Malato, etc., fueron más incisivos
en el desarrollo del anarquismo. Para la parte sindical habría que
destacar las figuras de Tortelier y su concepto desarrollado de la
huelga general o la de Fernand Pelloutier que afianzó el
sindicalismo revolucionario. A pesar de su fallecimiento en 1901 su
figura será fundamental para el devenir del movimiento obrero
francés cuando se aprueba la Carta de Amiens de 1906.
El final del siglo XIX fue el reflejo de unas acciones individuales
motivas por el sentimiento de venganza ante los ataques tanto a la
clase obrera como contra militantes individuales que se rebelaban
contra la sociedad establecida. Ninguna organización estaba tras las
acciones. El anarquismo organizado no las amparaba aunque se
solidarizara con las personas e intentase dar una lectura a lo que
sucedía. La consecuencia del momento y en la actualidad es una
magnificación de aquellas acciones y una ocultación intencionada de
los debates internos del anarquismo y su participación en la
organización obrera.
El caso de Bonnot si responde a otras cuestiones. Quedaba lejos los
debates de finales del siglo XIX. Bonnot y el resto de su grupo se
alejaron de las acciones colectivas para entrar en las individuales
convirtiéndose en un islote dentro del panorama anarquista. Quizá
sus antecedentes inmediatos estaban en Pini, Duval y Jacob. Pero lo
que no se puede negar es la formación anarquista de los integrantes
de la Banda de Bonnot. Su concepto de expropiación fue muy criticado
y alejado de las concepciones mayoritarias del anarquismo. Pero con
la muerte de Bonnot se pone punto y final a toda una época.
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