El
30 de marzo de 1939 tomaba la ciudad de Alcalá de Henares la columna
Sagardía. Con ello se ponía fin a la resistencia de la ciudad
durante casi tres años de Guerra Civil. La fuerzas revolucionarias y
leales a la República le tocaba el camino del exilio, la cárcel, la
clandestinidad o los paredones de fusilamiento. La primera medida que
tomaron las nuevas autoridades complutenses ese mismo día fue
realizar una misa en la Plaza de Cervantes. Terminó la contienda y
empezó la victoria en una ciudad que fue conocida como “Alcalá la
roja”.
¿Pero
quién era Sagardía? ¿Quién dirigía esa columna que puso fin a la
República en Alcalá de Henares en 1939?
Antonio
Sagardía Ramos fue uno de esos militares que el 18 de julio de 1936
se sublevó contra la República apoyando el plan trazado por Mola.
Su animadversión a la República venía al haber sido uno de los
militares que le afectó la Ley Azaña siendo comandante. Zaragozano
de nacimiento provenía de una familia de antiguos hidalgos de origen
navarro. Tras su retirada forzosa salió para Francia y estuvo allí
residiendo hasta el golpe de Estado y su unión a los militares
golpista.
Con
la guerra en marcha creó una columna de voluntarios que actuó en el
norte de Burgos, en el límite entre esta provincia y Cantabria. La
composición de la Columna Sagardía era básicamente jóvenes
falangistas. Sus actuación fue importante en la Loras de la zona, en
el puerto del Escudo, Valle de Sedano, etc, en coordinación con
otros militares golpistas de la zona como el comandante Luis Moliner
o el teniente-general Gerardo Mayoral. La represión en la zona fue
realmente cruel. En esa zona norte de Burgos se recuerda los
fusilamientos en el kilómetro 14 de la carretera de Covanera o las
ejecuciones en la Torca Palomera de Mozuelos de Sedano. La gran
mayoría de la represión de la zona contó con la participación de
la Columna Sagardía.
Posteriormente
Sagardía se desplazó con sus fuerzas hacía Cataluña. En abril de
1938 alcanza la comarca de Pallars Sobirá. Y todas las prácticas
que había ejercido en el norte de Burgos las traslada a la zona. Su
pretensión fue muy clara: “Fusilaré a 10 catalanes por cada
muerto de mi guardia”. La
represión se cebó con la población. Numerosos militantes de
organizaciones de izquierdas y sindicales fueron ejecutados de forma
arbitraria por los integrantes de las fuerzas de Sagardía. En el
pueblo de Sort se ejecutó sin juicio y de forma completamente
arbitraria a 67 personas, entre ellas mujeres, ninos y ancianos.
Fueron conocidos como “Los santos inocentes del 38”. La crueldad
de las tropas de Sagardía aun es recordada en la zona. De hecho
muchas fosas de la zona aun no han sido localizadas.
Al
finalizar la Guerra Civil, Sagardía fue uno de los militares
condecorados y declarado héroe de la patria. Alcanzó el puesto de
Inspector General de la Policía Armada y de Tránsito, así como
Gobernador Militar en Cartagena. Murió en Madrid el 16 de enero de
1962.
Las
actuaciones de Sagardía y de los integrantes de su columna son
crímenes contra la
humanidad. Sin embargo en la carretera N-623 que une Burgos con
Santander, a la altura del pueblo Cilleruelo de Bricia (Burgos), hay
un mastodóntico monumento en homenaje a las fuerzas de Sagardía.
Este verano me desplacé hasta el lugar para visitarlo. Deteriorado
por el paso del tiempo y por agentes humanos, es un monumento
compuesto por un gran bloque de mármol emulando un águila, una
lápida conmemorativa en el suelo y dos columnas que dan entrada al
mismo. No pasa desapercibido cuando pasas con el coche. En los
laterales del monumentos una sucesión de repetición del “PRESENTE,
PRESENTE, PRESENTE”.
3 comentarios:
Hoy he pasado con mi moto delante de este monumento, camino de Orbaneja del Castillo. Gracias por contarnos la historia de este fascista sanguinario de origen navarro. Su represión y sus fusilamientos me recuerdan a los que me contaba mi Amama de Lodosa.
Hoy he pasado con mi moto delante de este monumento, camino de Orbaneja del Castillo. Gracias por contarnos la historia de este fascista sanguinario de origen navarro. Su represión y sus fusilamientos me recuerdan a los que me contaba mi Amama de Lodosa.
Algunas veces voy de Burgos a Santander y viceversa por el Escudo y cada vez que veo este mastodontico monumento y conociendo al Personaje y sus hechos se me ponen los pelos como escarpias.
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