Reseña del libro de Pablo Martín Sánchez El anarquista que se llamaba como yo
Tengo que reconocer que cuando vi
el título de la obra solo tuve reservas ante la misma. Muchas son las novelas
que han tratado el tema del anarquismo o han puesto a anarquistas como protagonistas.
Y muy pocas, por no decir ninguna, me han convencido. Desde Pólvora negra de Montero Glez, donde se
deforma toda la historia de Mateo Morral y el atentado del 31 de Mayo de 1906,
pasando por La hija del Canibal de
Rosa Montero, donde un anarquista completamente esquemático tiene un papel no
se sabe bien de qué, o El anarquista
coronado de adelfas de Manuel Vicent que poco o nada tiene que ver con el
anarquismo. Por no hablar del clásico El
banquero anarquista de Fernando Pessoa donde la deformación de las ideas
libertarias son patentes. Son algunos ejemplos. Y quiero decir antes de nada
una cosa. No estoy haciendo una crítica formal a las obras. No soy crítico
literario. Hablo de cómo abordan una temática histórica después de decir,
alguno de ellos, que se han documentado al respecto.
En
definitiva no tenía intención de leerme la obra de Pablo Martín Sánchez. Y eso
que el nombre me era familiar. Sin embargo el libro me lo regalaron. Y al
echar un primer vistazo a la obra recordé automáticamente quien era Pablo
Martín Sánchez. Uno de los ejecutados por los sucesos de Vera de Bidasoa. O esa
era una de la hipótesis porque otras decían que logró escapar del cadalso. Y al
leer algunos párrafos de forma lineal de la obra me vino a la mente rápidamente
otro libro. Este mucho más antiguo. Y de un autor muy conocido. La familia de Errotacho de Pío Baroja.
Perteneciente a la trilogía “La selva oscura” junto con El cabo de las tormentas y Los
visionarios, la obra de Baroja aborda los sucesos de Vera de Bidasoa. Una
novela que leí hace muchos años y que esta reseñada en esta bitácora en
noviembre de 2007 (http://fraternidaduniversal.blogspot.com.es/2007/11/la-familia-de-errotacho.html).
Todas
estas cuestiones ya me animaron a leerme el libro de Pablo Martín. Y tengo que
decir que la obra no me ha defraudado. La obra de Pablo Martín esta bien
escrita y bien estructurada. Por una parte nos encontramos con la vida de Pablo
Martín Sánchez, el anarquista, en el exilio de París durante los primeros
momentos de la dictadura de Primo de Rivera. Como éste trabaja en la imprenta
La Fraternelle de Sebastian Faure, su contacto con los anarquistas exiliados
españoles y franceses (si bien no muy vinculado al principio a las actividades
de los mismos), etc. La gran cantidad de personajes que circulan esta parte de
la obra. Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Gregorio Jover, Vicente Blasco
Ibañez, etc. Junto a ellos el círculo más cercano de Pablo Martín, sobre todo
“Robinsón”. Los preparativos de la intentona de Vera de Bidasoa, la
participación de los anarquistas, sus contactos con los republicanos, etc., son
alguno de los temas que se abordan. Esta parte es quizá la más deudora tanto de
la obra de Pío Baroja (sobre todo en lo que se refiere a la propia intentona
para acabar con la dictadura y la monarquía), como a las obras de historia y
las memorias que sobre todo este periodo y proceso se ha escrito.
Pero
alternando estos capítulos aparece la parte que más me ha gustado de la obra.
La propia vida de Pablo Martín Sánchez desde su nacimiento hasta su llegada a
Francia. Su infancia al lado de su padre en la provincia de Salamanca, su
amistad con Robinsón, su amor por Ángela, su trabajo en la prensa y como
corresponsal de la Primera Guerra Mundial, su vinculación al anarquismo
militante, etc. Todo enmarcado en el contexto histórico y con muchas anecdotas
y aventuras del personaje. Aquí el autor del libro mezcla su imaginación literaria
con la historia real del personaje y el contexto.
No
voy a desentrañar o resumir la obra de Pablo Martín Sánchez, el autor. Eso le
toca al lector que se quiera aproximar a la obra. Pero si me gustaría destacar
algunas cosas.
Lo
primero que el autor se ha preocupado por acercarse a la historia y ser lo más
fiel posible a la misma. Algo que es digno de agradecerse viendo precedentes en
esta línea. Y demuestra el autor que esto no está reñido con la imaginación y
la capacidad literaria que le quieras dar a una obra.
Lo
segundo que con esta obra se demuestra, como con algunas otras como la de Pío
Baroja, que la literatura narrativa y la historia no están reñidas. Una novela
bien puede ser un instrumento de trabajo para un historiador. Un libro de
historia puede servir a un novelista para hacer una obra fidedigna. Repasando
numerosos trabajos de investigación histórica podemos comprobar como las
novelas muchas veces se toman como fuente. Las novelas de Blasco Ibañez, de
Emile Zola, de Maximo Gorki, de Charles Dickens y de algunos otros nos pueden
mostrar como era la sociedad del momento. La obra de Pablo Martín Sánchez bien
puede inscribirse en esta línea.
Es
por ello que en este libro los casos de esquematización que se ha podido
incurrir en algún momento quedan salvado y como cuestión menor. Quizá la figura
de Sebastian Faure sale mal parado por su actitud personal. O bien la omisión
de personajes que en el exilio de París fueron fundamentales en los debates
sobre la incursión de Vera de Bidasoa, como el caso de Mauro Bajatierra Morán.
Pero insisto, son cuestiones menores.
Desde
esta bitácora recomiendo profundamente la obra de Pablo Martín Sánchez.
Interesante, entretenida, bien escrita, con ritmo, con una trama bien basada y
una estructura que engancha. A los que somos simples aficionados a la novela
esperamos leer más obras como esta.
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