Breve reseña sobre el libro de Alexander Berkman El mito bolchevique. En el número 204 de Diagonal está en una versión reducida.
Muchas son las revoluciones que han marcado el devenir social. Desde
la Revolución neolítica hasta la Revolución francesa de 1789 o las
revoluciones demoliberales del siglo XIX. Pero quizá, por la
profundidad de la transformación social más reciente, sean la
Comuna de París de 1871, la Revolución rusa (en toda su extensión)
y la Revolución española de 1936 las más relevantes en la
actualidad.
La Revolución rusa significó una ruptura de los moldes que la
sociedad liberal venía imponiendo. Con el antecedente de la Comuna
de París, los revolucionarios rusos en un periodo muy dilatado de
tiempo (la Revolución hunde sus raíces en los movimientos
revolucionarios del siglo XIX y en el precedente de la Revolución de
1905) consiguieron derrocar las anquilosadas estructuras del zarismo
y desarrollar una sociedad distinta. Los ricos debates que generó la
Revolución rusa hizo poner en liza todas las tendencias
revolucionarias del momento, desde el marxismo hasta el anarquismo,
muy influyentes en todo el proceso.
Sin
embargo dos factores vinieron a frenar el proceso revolucionario. Por
una parte la actitud que las potencias capitalistas tuvieron ante la
Revolución. En muchos países de Europa y América existían
poderosos movimientos obreros que vieron con esperanzas el proceso
ruso. La represión cayó sobre ellos y las propias potencias
establecieron un cordón sanitario para aislar a la Rusia
revolucionaria dotando de equipamiento y apoyo a las fuerzas blancas
partidarias de la contrarrevolución. Esto diezmó a la población
rusa. Por otra parte las fisuras entre los propios revolucionarios en
el interior posibilitaron que los bolcheviques (nacidos en el seno
del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia) se hiciesen con el
control de la situación e iniciase una dura represión contra los
propios revolucionarios.
Alexander
Berkman era uno de esos revolucionarios que se había forjado fuera
de su país. Nacido en el antiguo Imperio Ruso (en Vilna, actual
Lituania) desarrolló sus posiciones políticas en EEUU acercándose
al anarquismo. Fue encarcelado tras intentar asesinar al patrón
Henry Frick por las actividades antiobreras de éste. Compañero de
Emma Goldman fue autor de una amplia bibliografía (destaquemos El
ABC del comunismo libertario)
Tras la Revolución rusa y el acoso y represión que el gobierno de
Woodrow Wilson realizó contra el movimiento obrero fue expulsado a
Rusia. Esperanzado, como muchos otros, de los progresos de la
Revolución, paulatinamente se fue dando cuenta que el desarrollo
revolucionario no discurría por los parámetros que esperaban. A
pesar del respeto que siempre le profesaron los bolcheviques, la
represión a los marinos de Kronstadt hizo que tanto Berkman como
Goldman rompiesen su colaboración con la Rusia soviética y se
exiliasen a Francia.
Esto
es lo que nos relata El mito bolchevique.
Un repaso de las vivencias de Berkman en su periplo desde que salió
de EEUU hasta la represión de Kronstadt. Un libro de imprescindible
lectura. Lejos de la imagen sintética que siempre se ha trasmitido
de la Revolución rusa Berkman nos lleva a la complejidad de la
misma. Un acierto de LaMalastesta editorial que da a conocer por
primera vez en el Estado español el libro traducido directamente del
inglés.
Julián Vadillo
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