Publicado en la edición digital del periódico Diagonal
El 7 de septiembre de 1936 era
fusilada en el cementeriod e Fuendejalón María Domínguez Remón.
Obrera, periodista, literata, republicana, socialista, primera mujer
alcaldesa en la Segunda República. Alguien desconocida para las
actuales generaciones y que sin embargo marcaron una época.
Su historia la ha rescatado el
documental María
Domínguez. La palabra libre
dirigido por Vicky Calavia y que se va a proyectar en la XVIII
Muestra Internacional de Cine realizado por Mujeres que se celebra en
Zaragoza entre el 17 y el 24 de octubre. Una Muestra que reune más
de 25 proyecciones entre largometrajes, ficción, documental y
cortos. El documental de María Domínguez se podrá ver el viernes
23 de octubre en el Centro de Historias (Plaza de San Agustín, s/n)
y charlar con su directora.
Vicky
Calavia es gestora cultural, programadora, documentalista,
realizadora y productora. Tiene una amplia trayectoria en diversos
proyectos y documentales, pero para Vicky Calavia la historia de
María Domínguez “la
enamoró”.
Un personaje desconocido: “Es
curioso que no había datos sobre ella siendo quien era”.
La fase de elaboración del documental no fue sencilla. Había pocos
datos del personaje. Sin embargo a través de bibliófilos como
Javier Barreiro, de las historiadoras y biógrafas Julita Cifuentes y
Pilar Maluenda o por escritoras como Rosa Montero, se pudo rescatar
al figura de María Domínguez. “Lo
que me gustó de María Domíngue fue su libertad y su
clarividencia”.
Porque María Domínguez trató temas revolucionarios en su época
pero no que no han perdido actualidad (feminismo, igualdad de género,
divorcio, etc.). Y algo “que
me dejó completamente impresionada fue que era autodidacta”,
sentencia. Y es que a diferencia de otras mujeres de la época
(Federica Montseny, Hildegart Rodríguez, Victoria Kent, Clara
Campoamor, etc.), María Domínguez se autoformó. Era de origen
humilde pero su familia no tenía ninguna vinculación política. No
pertenencí a esa “aristocracia obrera” de la que se formó una
buena parte de militantes obreros entre finales del siglo XIX y el
primer tercio del siglo XX. Sin embargo ese ansía de formación le
llevó a estudiar, a ser maestra, a escribir. Una de esas señas de
identidad de la cultura obrera. Este deseo de conocimiento le llevó
a conocer y a comprender. “Ella
se da cuenta por sí misma de la injusticia y la desigualdad”,
nos comenta Vicky. Fue una luchadora nata por la libertad y “por
eso titulé el documental como La palabra libre”
dice Vicky.
El
documental, a través de pequeñas píldoras, nos muestra de forma
sencilla quién era María Domínguez. A destacar una cosa. Fue la
primera alcaldesa de un pueblo elegida democráticamente. Alcaldesa
de Gallur (Zaragoza) entre el 29 de julio de 1932 y el 6 de febrero
de 1933. Vicky Calavia define su gestión municipal como recta y
honesta. “En
seis meses saneó las cuentas del Ayuntamiento”.
Otro tema, el de la transparencia y las cuentas municipales, muy
actual.
Sin
embargo el final de María Domínguez fue triste. Como el de miles de
personas en España que se opusieron al golpe de Estado de julio de
1936. Fue fusilada en septiembre de 1936 y poco existe que recuerde
su figura. Una calle en Zaragoza, otra en Gallur, el nombre del
Colegio Público de Gallur, una placa en el cementerio de
Fuentejalón. Todo conseguido desde la segunda mitad de la década de
1990, por iniciativas particulares o por instituciones como la
Fundación María Domínguez
(http://www.fundacionmariadominguez.com/),
que ha colaborado de forma activa para que este documental se hiciese
realidad.
La
acogida del documental ha sido excelente. Ha dado a conocer la
figura: “Se
suele hacer debates con el público”,
nos comenta Vicky Calavia. Algo fundamental para poner nuevamente
encima de la mesa la figura y la obra de María Domínguez.
María Domínguez. Autodidacta, maestra, luchadora
El personaje de María Domínguez es uno de más de lo que pensamos
el por qué no ha llegado a nuestros días como referencia.
María
Domínguez nació el 1 de abril de 1882 en el pueblo de Pozuelo de
Aragón, en el seno de una familia muy humilde. El destino de María
iba a ser las tareas agrícolas y el cuidado de la casa. Pero desde
pequeña su pasión por el conocimiento le hace romper con los moldes
de la sociedad imperante. Aprende a leer y a escribir. Aunque se le
concertó un matrimonio de conveniencia, María no quiso apartarse
del camino que ella se había trazado. La relación con su marido
Bonifacio Ba Cercé fue nefasta. Fue una mujer maltrada y decidió
romper los vínculos con alguien al que no quería y que no la
respetaba. Se marchó de su pueblo ante el escándalo de la
separación y se instaló en Barcelona. Allí trabajó, vivió sola y
se formó. Escribió su primer artículo para el periódico
republicano El
País.
En ese momento, a la altura de 1914, María Domínguez decide
estudiar, instalandose en Zaragoza donde estudia en la Escuela de
Artes y Oficios de la capital maña y trabaja cosiendo medias. Se
vincula en ese momento con los círculos republicanos de la capital
aragonesa y comienza escribir en El
ideal de Aragón.
A pesar de que ya había comenzado a trabajar como maestra no tenía
la titulación, matriculándose en la Escuela Normal de Pamplona y
consiguiendo el título de Magisterio. Pero en 1918 María Domínguez
cae enferma. Se traslada nuevamente a Zaragoza y tiene una vida
discreta.
En
1922 su marido, del que llevaba separa muchos años, fallece.
Oficialmente viuda vuelve a contraer matrimonio con el militante
socialista Arturo Segundo Romanos. A partir de ese momento María
Domínguez se ve influenciada por las ideas socialistas. Instalados
en Gallur, comenzaron a desarrollar una intensa actividad en el
desarrollo del movimiento obrero y socialista de la zona. María
comenzó a colaborar en el semanario socialista Vida
Nueva
de Zaragoza donde escribía con su nombre o con el seudónimo de
“María la Tonta”.
La inestabilidad del Ayuntamiento de Gallur le llevó a dimitir en
pleno y eso provocó que el Gobernador civil conformase una Gestora
Municipal con María Domínguez al frente. La gestión municipal de
María Domínguez fue corta pero intensa. Aplicó la legislación
republicana, constituyó bolsas de trabajo (en la linea de las
disposiciones ministeriales de Largo Caballero), etc. Pero se
preocupó por la educación en Gallur. Instituyó una escuela
unitaria (de niños y niñas), reportó una partida económica para
la limpieza de la escuela (y que no la hiciese los maestros y los
niños), acondicionó las dependencias educativas, etc. Se resumen
como una buena gestión municipal. Pero las gestoras municipales eran
transitoras, así como los gobiernos municipales que se habían
formado en abril de 1931 pero donde solo se presentó una
candidatura. Es por ello que las gestoras quedaron disueltas para
proceder a elecciones municipales parciales, dejando María Domínguez
el cargo el 6 de febrero de 1933.
En
ese momento María Dominguez vuelve a la escuela. Ese año publicó,
gracias al impulso que otra mujer, Hildegart Rodríguez Carballeira,
su libro Opiniones
de mujeres
en la editorial Castro. Aquí se nos revela una María Domínguez
feminista, defensora de la ley de divorcio, de la igualdad, del
perfeccionamiento democrático, etc. Algo que no pasó inadvertido a
Hildegart Rodríguez que le dedicó un extenso prólogo a la obra,
solo unos meses antes de su trágico final.
El golpe de Estado de julio de 1936 sorprende a María Domínguez y
a Arturo Segundo en Gallur. Se refugian el pueblo natal de María,
Pozuelo de Aragón, casa de su hermana. Pero poco después fueron
detenidos por los golpistas y encarcelados. El 7 de septiembre de
1936 fueron sacados de la cárcel y asesinados en las tapias del
cementario del pueblo vecino de Fuentejalón.
Desde entonces un manto de silencio rodeó la figura de María
Domínguez. Esta mujer hecha a si misma, como dice Vicky Calavia, no
solo fue asesinada por los golpistas. La historia la condenó al
olvido, al ostracismo, que es la peor de las muertes.
Ahora, gracias a la obra biográfica de Julita Cifuentes y Pilar
Maluenda, y al documental de Vicky Calaviam, podemos saber quien fue
María Domínguez Remón, la primera alcaldesa en la Segunda
República.
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