Artículo publicado en el diario digital El Obrero
Puede parecer una relación
imposible y sin embargo es un binomio que va unido. Incluso en muchas etapas de
la historia puede ser difícil desgajar el deporte del movimiento obrero. Aquí
nos vamos a centrar más en el fútbol, un deporte amado por millones de personas
y denostado por otros tantos. Es evidente, que unir determinados conceptos a
veces se antoja complicado, más teniendo en cuenta que el mundo del fútbol no
deja de ser un negocio donde se mueve miles y miles de millones: el concepto de
la mercantilización del deporte. Sin embargo, lejos del negocio que para
algunos se ha convertido, el deporte no deja de ser deporte. Una actividad
física de enorme importancia. Es más, en el caso del fútbol, ya solo su
concepción de deporte de equipo hace que la cooperación entre los jugadores sea
parte esencial de la finalidad de este. Conjuntar a once jugadores (o siete o
cinco, si hablamos de las variantes de Futbol 7 o Futbol Sala) es un ejercicio
de juego de equipo realmente importante. Pero también de valores, de apoyo
mutuo entre los jugadores, de entendimiento humano entre las personas que
componen el equipo.
No
es el objeto de este pequeño texto reivindicar los valores cooperativos del
fútbol. Para lo amantes de este deporte su historia es igual de importante y
esconde muchas cuestiones que son desconocidas para el gran público, sean
aficionados o no. Recientemente, la editorial Los libros de la Catarata ha
publicado un libro con el título Fútbol y anarquismo, escrito por Miguel
Fernández Ubiría, con prólogo de Carlos Taibo y epílogo del exfutbolista Ángel
Cappa. Tengo que reconocer, que como aficionado al fútbol y socio-seguidor de
unos de los equipos de este país, este título no podía pasar desapercibido en
mi biblioteca. Además, se viene a unir a una lista de libros sobre estos temas
que, algunos más clásicos y otros más recientes, colocan al fútbol como un eje
vertebrador de las ideas revolucionarias y de izquierdas. Así, a bote pronto,
podíamos citar el libro de Eduardo Galeano El fútbol a sol y sombra o el
más reciente de Quique Peinado Futbolistas de izquierdas, donde recupera
unas caras del fútbol poco conocidas. Podíamos destacar también el interesante
trabajo del historiador Alejandro Quiroga con el título Goles y banderas.
Fútbol e identidades nacionales en España. No son los únicos. En breve verá
la luz un libro que promete ser muy interesante: Venidos del frío de
Manuel Vega y Francisco Herranz que analizará distintas generaciones de
futbolistas de la URSS.
No
es el propósito aquí hacer un estado de la cuestión, que tiene multitud de
libros que trabajan estos temas, sino centrarnos un poco en el libro de
Fernández Ubiría y destacar sus virtudes. Yo tengo que reconocer que muchas de
las cosas que el autor nos cuenta en el libro las conocía. Unir dos de mis
pasiones como es el fútbol y la investigación del movimiento anarquista te
lleva a estas cosas. Pero leyendo las páginas del libro te das cuenta de que
este libro está escrito para los profanos, para aquellos que aun gustándoles el
fútbol (quizá la gente más joven) no conoce estas historias. O, incluso, para
aquellos que son enormemente críticos con la práctica de este deporte desconoce
historias de interés de equipos que marcaron una época o que la siguen
marcando.
El
libro tiene una estructura precisa y concreta. Los orígenes del fútbol, donde
el autor con muy buen criterio y con conocimiento de causa (se nota que es buen
aficionado a este deporte) nos indica como se populariza un deporte que no
nació como tal. Posteriormente, lo que hace es un recorrido histórico por los
distintos países donde ha localizado equipos que se pueden incluir dentro de la
categoría de “anarquistas” por su origen o por su estructura. Por estas páginas
desfilan el Argentinos Juniors, cuyo primer nombre fue Mártires de Chicago, el
Basáñez de Uruguay, el RNK Split (muy buena apreciación del autor, pues hay un
error constante de confundir este equipo con el Hadjuk Split), el Red Start de
París, etc. Luego incluye también una categoría de equipos que sin ser
anarquistas o tener orígenes anarquistas, sí que tiene una estructura interna
diferente o una masa social crítica con el modelo social capitalista. Aquí
estaría el afamado Sankt Pauli de Hamburgo (recomiendo aquí la lectura del
libro de Carles Viñas y Nacho Parra sobre este equipo), por su fuerte
vinculación antifascista y contra la homofobia, el Corinthians Paulista que a
través de personajes como Sócrates introdujo la llamada “democracia
corinthiana”, el Rayo Vallecano de Madrid por el fuerte compromiso de su
afición con las causas sociales en el barrio y en general o, históricamente, el
Júpiter Fútbol Club de Barcelona, del que se tiene constancia de la afición que
a él tenía libertarios como Buenaventura Durruti. Son diversos equipos de
Alemania, Argentina, Chile, Brasil, España, Croacia, Inglaterra, etc., los que
desfilan por este interesante texto.
Resaltaré
aun más. Me ha gustado mucho el capítulo dedicado al futbol alternativo y
futbol popular, que en los últimos años nos esta completando un mapa del
aficionado a este deporte que nos indica que las cosas en el futbol se pueden
hacer de otra manera. Por la cercanía, me ha gustado mucho la cita al Atlético
Club de Socios o la existencia de otras experiencias, que no dejan de ser
famosas, como FC United of Manchester. También equipos de accionariado popular
como es el caso del AFC Wimblendon. También que rescate que no solo existe las
ligas nacionales, la Champions League, la Europa League o la Copa Libertadores.
Muchos de estos equipos han estructurado sus propias ligas e, incluso,
campeonatos internacionales. Otros participan de las ligas oficiales de sus
distintas federaciones solo que su funcionamiento es muy distinto. Pero lo que
si hay cada vez más son aficionados que acuden a los estadios con una bufanda
de su equipo y otra con los colores verde y amarillo, símbolo de la lucha
contra las sociedades anónimas.
Quizá,
como toda reseña de un libro, podríamos poner algunos matices al libro. El
primero el título pues quizá el anarquismo está a lo largo del libro mezclado
con otras iniciativas. Resalta muy bien la importancia del movimiento
anarquista en la fundación de muchos equipos de futbol pero no todos los
equipos de futbol que aparecen en el libro son de origen anarquista. Sería una
apreciación. Por otra parte, si destacar que quizá hay una cosa que no se ha
incidido en todos los casos o se podía haber tocado en otros. Es la cuestión de
la masa social. Históricamente (y actualmente también), ha habido equipos cuyas
directivas tenían una concepción de este y, sin embargo, su afición y masa
social era diametralmente opuesta. El caso de Rayo Vallecano es más que
paradigmático. Pero históricamente también ha existido. Recuerdo que cuando
hacía mi tesis doctoral localicé numerosos carnés de la UGT y de la CNT
madrileña y junto a ellos carné de socios del Atlético de Madrid. No dejaba de
ser el club colchonero un equipo de Cuatro Caminos, barrio obrero por
excelencia donde la fuerza sindical era importante. Pero es que esos
trabajadores, junto a su militancia, eran aficionados al futbol, y el Atlético
no dejaba de ser el equipo del barrio. Esto es algo por investigar, al igual
que las directivas republicanas que tuvo el Madrid FC (el actual Real Madrid),
con personajes como Rafael Sánchez-Guerra o Antonio Ortega. Es verdad, que el
final de la Guerra Civil y la victoria de las fuerzas franquistas demolieron
estas cuestiones y el rol de estos equipos cambió por completo.
Son
puntualizaciones que no empañan un gran trabajo. Hay que felicitar a Miguel
Fernández Ubiría por haber recopilado este buen montón de equipos de futbol que
nos indica que las cosas se pueden hacer de otra manera. Hay agradecer al autor
el esfuerzo de plasmación de unos equipos y sus orígenes, muchos de ellos
desconocidos para el gran público. Si tiene oportunidad no dejen de leer esta
magnífica obra. Los aficionados al fútbol estamos de enhorabuena con ella.
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