Artículo publicado en El Obrero
Entre los muchos lugares donde
la diáspora española en el largo exilio provocado por la dictadura franquista
destaca África del Norte, el núcleo que unía el Marruecos francés, Argelia y
Túnez. Fue uno de los lugares donde acabó gran número de militantes libertarios
llegados desde 1939 de los puertos levantinos o deportados por la Francia de
Vichy a los campos de concentración de la zona.
Con la expulsión de las fuerzas fascistas y
colaboracionistas del territorio, los españoles establecieron sus organismos en
el exilio, entre ellos el poderoso Movimiento Libertario Español, unificando
todas las ramas sus ramas sindicales y políticas en una sola entidad.
Lo que parecía que iba a ser un exilio corto, que iba
a acabar acompasado con la derrota de las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra
Mundial, acabó siendo un largo exilio que hizo que durante décadas una parte de
España habitara lejos de su origen.
Este manifiesto, el primero que se emite con motivo
de la celebración del Primero de Mayo una vez que los nazis están siendo
expulsados de territorio francés, denota varios aspectos. La necesidad de la
lucha contra el fascismo, partiendo del ejemplo legado por el movimiento obrero
y anarquista, pero también el deseo de combatir la dictadura franquista y el
deseo de volver a España en un régimen de libertades.
Un documento apenas conocido de un exilio, el de
África del Norte, y concretamente en Argelia, menos trabajado y conocido que
otros focos de exilio para los españoles en general y los anarquistas en
particular. Ni en circunstancias extremas el obrerismo olvidó sus espacios de
sociabilidad y sus fechas en el calendario para actualizar y revitalizar el
periplo de lucha que nunca dejaron en los largos años de la dictadura
franquista.
Julián Vadillo Muñoz
1886
1944
1º de MAYO
¡Trabajadores!
El
Movimiento Libertario Español emigrado en África del Norte utiliza, una vez
más, el aniversario del 1º de Mayo de 1886, para fijar la verdadera
significación de esta fecha, por tantos desvirtuada; hasta la más negra reacción:
Mussolini, Hitler, etc., quiso apropiarse su usufructo intentado prostituirla.
Aquel
1º de Mayo de 1886, en el que se dieron cita los trabajadores americanos para
iniciar la huelga general por la conquista de la jornada de 8 horas, contiene
tantas enseñanzas que no podemos permitir desaparezca su recuerdo enterrado por
el olvido, la indiferencia y la mistificación.
“Lección
del 1º de Mayo”, ha rotularse aquella página escrita por el Movimiento Obrero.
En ella ha dejado grabado, con signos indelebles, lo que vale la unión y la
decisión de los trabajadores puestas al servicio de sus ansias emancipadoras:
enseñanza práctica que prueba la eficacia de la acción directa, en la favorable
solución de los problemas sociales.
La
unidad en la acción del proletariado americano, en aquel 1º de Mayo de 1886, -
unidad tan necesaria para la destrucción del régimen de opresión y explotación,
como para la creación del orden y del bienestar, - es de valor eterno. Por eso
recordamos la fecha gloriosa, deseosos de que brille perenne ante los
trabajadores ansiosos de manumisión.
El
gesto conscientemente rebelde de 1886 es la protesta violenta contra la
explotación inicua y la opresión tiránica. Gesto digno de imitar actualmente frente
a los regímenes totalitarios que, destacadamente, encarnan en grado superlativo,
aquella explotación y tiranía.
El
Movimiento Obrero mundial ha de afrontar en este 1º de Mayo de 1944, las
consecuencias de la más extensa conflagración bélica que el Universo haya
conocido. Colocado frente al nazi-fascismo, ha de combatirle con todos los
medios a su alcance. Esta lucha titánica que sostenemos contra las potencias
del Eje, enemigo nº1 de la Humanidad, no tiene la misma significación que la
emprendida por nuestros antecesores de 1886, pero la llevamos a cabo con el
mismo coraje, para impedir el espantoso retroceso que nos impondrían las
doctrinas totalitarias si, como no es posible, llegaran a triunfar.
Triste
retablo el que, como muestra y anticipo de ese retroceso general, nos presenta
la España mártir asolada por el franquismo, hijo y servidor del Eje. Por eso,
en esta fecha de tan alta significación revolucionaria, destacamos como nuestra
tarea apremiante, urgentísima, la de salvar a España de las garras negras de la
reacción. Consentiremos los mayores sacrificios, realizaremos los más grandes
esfuerzos para corresponder al heroísmo inmenso de nuestros hermanos que, en la
Península, luchan denodadamente por la causa de la Libertad.
Al
ejemplo de aquellos Mártires de Chicago viene a unirse el sublime de nuestros
contemporáneos: libertarios españoles que, en la prisión o en los campos de
concentración de la Península, en las ciudades o en las Sierras de España, en
los campos de batalla de Europa y Asia o en la Resistencia de los países
ocupados por Hitler, mantienen alta la bandera de la Libertad, dando generosos,
por su Causa, cuanto son y cuánto valen.
Con
este simple recordatorio fiamos el sentido real de una fecha que debe servirnos
de poderoso estimulante. Basta lo escrito como expresión de la consecuencia
revolucionaria de la Lección del 1º de Mayo hizo germinar en los corazones,
grabado indeleble en nuestras mentes la enseñanza que encierra.
Aquel
Mayo memorable, pone de manifiesto la inconmensurable influencia del sacrificio
generosamente consentido por el Ideal redentor. Su alcance es ilimitado, así
como las consecuencias que de él se despenden. La ofrenda que de sus vidas y
libertad hicieron Parsons, Spies, Engel, Fischer, Lingg, Schwab, Fielden, Neebe
perdura en la memoria de los trabajadores; su recuerdo trasmitido, trasmitido
de generación en generación, como antorcha inextinguible, va alentando la lucha
por un Mundo mejor en el que sean una realidad la Libertad, la Fraternidad y la
Igualdad.
ARGEL, 1º de Mayo de
1944
Por el Movimiento
Libertario España emigrado
en África del Norte
El Secretariado General
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