Desde hace unos años paso un nada desdeñable tiempo en Sedano, un
pequeño pueblo al norte de la provincia de Burgos. Sedano es un
bonito pueblo castellano. Ubicado en un valle, su arquitectura es de
casas de piedra. Una Iglesia en lo alto de un castro que da la
sensación de una auténtica fortaleza. Un pueblo a lo largo que
tiene una importante cantidad de barrios (Lagos, Valdemoro,
Trascastro, etc). Sedano también tiene un entorno natural y
arquitectónico muy interasante. Esta rodeado de un románico
espectacular. Las iglesias de Gredilla de Sedano, Moradillo de Sedano
o Escalada (pueblo de origen de la familia de Manuel Azaña) dan
testimonio de ello. También el cercano pueblo de Covanera y su
idílico Pozo Azul. No muy lejos está Sargentes de la Lora con sus
pozos petrolíferos.
Ya en alguna ocasión hemos hablado de Sedano en relación a su
memoria histórica y a la represión franquista. Hoy nos acercamos a
él con la intención de fijarnos en una personalidad que pasó largas temporadas en Sedano. Un personaje que ha pasado a la historia
de la literatura universal: Miguel Delibes.
Aprovechando las fiestas de Sedano hace unas semanas, adquirí un
libro que se ha editado no hace mucho tiempo: Sedano en la obra de
Miguel Delibes. Y es que Miguel
Delibes se enamoró en Sedano y de Sedano. Allí iba en bicicleta
desde Molledo (en Cantabria) hasta Sedano, pasando por
Corconte, las Bricias, hasta llegar al valle. El objetivo era
encontrarse con su novia, Ángeles de Castro, que veraneaba en el
pequeño pueblo burgalés. Así fue como Delibes fue haciendo crecer
su vinculación con Sedano. ¿Cuantas obras de Delibes no fueron
escritas o ideadas en Sedano? Por el entorno que rodea a muchas de
ellas podemos pensar que una cantidad nada desdeñable. Delibes iba a
Sedano desde 1942 y su primera gran obra, La sombra del
ciprés es alargada (Premio
Nadal) se publicó en 1947. Podemos hacernos una idea.
El libro en cuestión que abordamos
es una recopilación de textos de Delibes que hace referencia de
Sedano. Los comentarios y la selección de esos textos ha sido
realizados por Emilia Espinosa, Mª Paz Espinosa y José Ignacio
Martínez. Han hecho un gran trabajo. Los
libros en cuestión son: El libro de caza menor (1964),
Vivir al día (1968),
Con la escopeta al hombro (1970),
Un año de mi vida (1972),
Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo
(1976), Misa migas las
truchas (1977), Las
perdices del domingo (1981), El
otro fútbol (1982), Tres
pájaros de cuenta (1982),
Castilla habla (1986),
Mi vida al aire libre (1989),
Pegar la hebra (1990),
Señora de rojo sobre fondo gris (1991)
y El último coto (1992).
Una buena recopilación para mostrar, a partir de comentarios
introductorios acertados, la vida del pueblo en otros tiempos. Una
vida que hoy ya no existe pero que gracias a la pluma de Delibes la
podemos rescatar a modo de etnografía. Unos textos que trasmite el
aprecio de Delibes por Sedano y su entorno. Un entorno castellano que
ya dejó plasmado en otro gran libro: Castilla, lo
castellano y los castellanos (1979).
Un recorrido por las actividades del pueblo, por su entorno, por sus
animales, su vegetación, sus gentes, etc. Un recorrido por las
actividades ordinarias de un pueblo castellano en los años de plomo
del franquismo, de sus actividades, del trabajo de sus gentes, etc.
En definitiva, una buena manera de recuperar el pasado inmediato de
un pueblo de mano de la pluma de uno de los grandes escritores
españoles del siglo XX.
¿Y qué queda hoy de Miguel
Delibes en Sedano? Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que no
todo lo que se debería. Su centro de interpretación lleva el nombre
de Miguel Delibes y allí hay un buen número de ejemplares de su
obra. La familia de Delibes ha conservado la casa y los chalets donde
el escritor vallisoletano pasaba horas escribiendo y pergueñando su
gran obra. Allí seguro que desarrolló gran parte de su obra: La
sombra del ciprés es alargada,
El hereje, El
camino, Los santos
inocentes, El
disputado voto del señor Cayo (cuya
adaptación cinematográfica fue realizada en la zona – Cortiguera,
entre otros pueblos – y que le sirvió de inspiración), etc.
Sin embargo, Delibes daría mucho
más de sí. El libro propone un recorrido por el Sedano de Miguel
Delibes. Un buen recorrido que serviría de reclamo turístico para
el entorno. Incluso acompañan al libro con un mapa sobre esos
lugares que Delibes recuerda. Una señalética en esos lugares no
estaría de más.
Y, sobre todo, un reconomiento al
propio Delibes. Eso sí
que hace falta. La plaza de Sedano se denomina Alejandro Rodríguez
de Valcárcel y Nebreda.
¿Quién era?. Un
gobernador de Burgos en el periodo franquista. Primero militante del
Partido Nacionalista Español (el Partido de la Porra de José María
Albiñana, que se dedicaban
a dar mandobles a los asistentes a mítines de la izquierda) y
después de Falange Española. Llegó
a asumir la Jefatura del Estado a la muerte de Franco hasta que Juan
Carlos I tomó posesión del cargo. Este personaje da nombre a la
Plaza de Sedano. Y bajo el cartel que lleva su nombre hay una placa
puesta en el periodo franquista donde pone que “bajo el signo de
Franco” se llevaron las aguas a Sedano (por cierto, en un estado
realmente lamentable). Ambas placas incumplen la Ley de Memoria
Histórica. Y, aprovechando que hay que hacer cumplir la ley, esa
plaza debería de llevar el nombre de Miguel Delibes. Alguien que
realmente ha hecho algo importante por el pueblo de Sedano. Y como
sustitución a la placa conmemorativa, una que lleve alguna frase de
Delibes que haga justicia al pueblo de Sedano. Y, junto a todo ello,
hacer a Delibes hijo adoptivo de Sedano a título póstumo
(desconozco si lo es ya)
Miguel Delibes ha sido una de las
plumas más importantes de la literatura española. Premio Príncipe
de Asturias de las Letras y Premio Cervantes. Desde mi modesta
opinión, Delibes se quedó injustamente sin el Nobel de Literatura.
Sedano tiene que seguir haciendo justicia con Delibes. Sería lo
justo y necesario para su figura. Y para Sedano un auténtico honor.
1 comentario:
Publicar un comentario