Fraternidad Universal con Charlie Hebdo
"El bien más preciado es la libertad". Es una de las frases del himno anarquista "A las barricadas". Y quizá toda una declaración de principios. Porque se puede negociar muchas cosas. Pero la libertad no se negocia. Ni la libertad de expresión, ni la libertad de movimientos, ni la libertad de organización, ni la libertad individual, ni la libertad colectiva, ni la libertad de prensa, etc. Todos aquellos que cercenan la libertad son enemigos de la misma. El fundamentalismo, el fanatismo y los garantes del "orden establecido" son enemigos de la libertad.
Ayer escuché muchas cosas alrededor del atentado contra Charlie Hebdo. Desde los que meten en un mismo saco a todos hasta aquellos que consideraban que siendo una brutalidad también se lo han buscado. Visiones sesgadas y miopes. Es lo mismo que cuando la policía carga en una manifestación y consideran que para que se acude a tales cosas. O cuando violan a una mujer y dicen que iba vestida de tal manera y que así se lo ha buscado. Con visiones y excusas de tal calibre solo se justifica al agresor y se criminaliza al agredido.
Charlie Hebdo hacía valer su libertad de expresión para desde un medio tan sano como la sátira, ridiculizar la religión. Sus páginas rebosaban de humor contra Le Pen, contra Hollande, contra Sakorzy, contra los rabinos, contra los islamistas, contra los cristianos, etc. Porque el humor es universal. ¿Es una falta de respeto? Ni mucho menos. Es humor. Y los que lo entienden es porque no tienen sentido del humor. Y eso es muy típico del fanatismo.
En España durante décadas existió la llamada prensa anticlerical. Periódicos como El Motín, Los dominicales del librepensamiento o El Fray Lazo, eran expresiones de crítica hacía un poder que aglutinaba resortes sociales. Unos periódicos que en muchas ocasiones hacía de la sátira la mejor arma para atacar a la religión católica, mayoritaria en España. La dictadura de Franco clausuró esa prensa y persiguió y exterminó a sus periodistas. La democracia actual eliminó cualquier conato de poder volver a reeditar un modelo de prensa anticlerical.
Igualmente en España han existido órganos satíricos. El más importante fue El Papus. ¿Qué sucedió con El Papus? Pues que en 1977 un grupo de extrema derecha decidió mandar un paquete bomba contra su redacción. En 1986 cerró definitivamente sus puertas.
Actualmente en España tenemos ejemplo de prensa satírica. Quizá la mejor y más famosa es Mongolia. Y también es objeto de ataque, sobre todo de los fanáticos católicos que habitan en este país. "Claro", me dirán, "pero aquí los católicos no entran a tiros en su redacción". Cierto. Pero también la Iglesia católica en este país esta fuertemente subvencionada por el Estado y sus órganos ultras tiene toda la impunidad del mundo para decir y hacer a su antojo. Y en el caso de la pederastía entre los curas católicos es más que evidente. Esa impunidad el Islam la goza en los países donde domina. Y Francia no es el caso.
Todo esto se aprovechará para muchos fines. Algunos para reafirmar una fe en otra religión frente a las "falsas religiones". Otros, como el Frente Nacional de Marine Le Pen, para cargar tintas contra la inmigración y fomentar su programa xenófobo y racista que le puede llevar al Eliseo (invito a ver el vídeo que han colgado en la página del Frente Nacional con la declaraciones de su jefa. Por cierto declaraciones similares que se han dado en el grupo de ultras televisivos en España), otros para justificar acciones militares en zonas lejanas y que solo responden a los intereses económicos del capitalismo, etc. Por no hablar de la cantidad de trolls cibernéticos que se escudan en las redes sociales para lanzar la primera tontería que se le pasa por la cabeza y amparándose en determinadas ideologías que dice defender y que lo único que demuestra es que desconoce en todos sus términos.
Pero en medio de todo este marasmo se nos escapa lo fundamental. ¿Quién ha salido perdiendo en todo esto? La libertad. Sthépane Charbonnier, Jean Cabut, Georges Wolinsky y Tignous era cuatro de los mejores dibujantes satíricos de Europa. Ayer les sesgó la vida el fanatismo.
Lo del pasado 7 de enero en París no solo fue un golpe contra la revista Charlie Hebdo. Fue un duro golpe contra la libertad de expresión y contra la libertad en sí. Esa que tanto cuesta conquistar (porque no esta conseguida del todo) y que algunos, desde diferentes visiones, intentan frenar. Porque para el fanático, para el integrista, para el fascista o para el supuesto demócrata de turno la amenaza más temida es la libertad. Para el resto tenemos que hacer nuestro el lema del himno anarquista arriba expresado y decir que la libertad es el bien más preciado y que nada ni nadie nos va a arrebatar.
1 comentario:
Está muy bien dicho. Hoy por la mañana en Los Desayunos de TVE algunos de los tertulianos de periódicos de Derechas (suelen llevar a un periodista por cada gran periódico de tirada nacional) decían que el atentado no era producto de las religiones, sino del islam, y a continuación hablaban de que los terroristas eran equiparables a Hitler, a lo que uno de los interlocutores le dijo: "no, no, de Hitler no, de Stalin". En fin, ese es el panorama que va encendiendo hogueras.
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