Artículo publicado en el último del periódico CNT por el 200 aniversario del nacimiento de Bakunin
El 18 de mayo de 1814 (30 de mayo
según el calendario occidental) nació en Premujino Mijail Alexandrovich
Bakunin. Hijo de un diplomático muy cercano a la corte el Zar, Bakunin contó
con una formación militar y académica. Pero a pesar de ello desde muy pronto se
comenzó a formar una personalidad que no le gustaba lo establecido. Bakunin
comenzó a tomar contacto con personajes como Herzen y Ogarev, bebió de la
tradición revolucionaria rusa representada por la rebeliones cosacas de Stenka
Razin en el siglo XVII y Yemelian Pugachov en el siglo XVIII, se acercó a lo
que había significado la lucha de los decembristas rusos en 1825 como reflejo
de las revoluciones de 1820 en Europa occidental.
Pero
fueron sus viajes a Europa occidental lo que terminó por formar al
revolucionario Bakunin. Allí conoció de cerca la filosofía de Hegel, de Kant,
de Feuerbach. Tomó amistad con el poeta George Herwegh. En París Bakunin
conoció a Marx, Engels y Proudhon. Bakunin quedó fascinado con estas figuras si
bien critico muchos aspectos de ellos. A Marx lo consideró un vanidoso, a
Engels un maestro de la calumnia y a Proudhon lo acusó de excesivo idealismo.
Aun así Bakunin admiraba a todos ellos.
En
1848, al calor de las revoluciones democráticas que se extendían a lo largo y
ancho de Europa, Bakunin participó en mayo de 1849 en la rebelión popular de
Dresde. Junto a él participaron revolucionarios como Huebner o el músico
Richard Wagner. A pesar de que la rebelión fue aplastada, incluso Marx reconoció
en 1852 en su carta Revolución y
contrarrevolución en Alemania la importancia de Bakunin en este
acontecimiento.
Bakunin
fue detenido y penó por numerosas prisiones, incluida su extradición a Rusia y
su reclusión en la terrible fortaleza de Pedro y Pablo. A pesar de las torturas
y de supuestas confesiones sacadas merced a las mismas, Bakunin fue deportado a
Siberia de donde logró evadirse en 1861 gracias a la colaboración el gobernador
de la zona, Muraviev, pariente lejano del revolucionario ruso. Tras un breve
paso por Japón, Panamá y Nueva York, llegó nuevamente a Londres.
En
la capital inglesa Bakunin volvió a tomar contacto con Herzen y el grupo
alrededor del periódico Kolokol. Pero
Bakunin había avanzado mucho más en su pensamiento y las tendencias de Herzen y
Ogarev se le quedaban estrechas. Funda por ello una organización internacional
a la que le da el nombre de Alianza de Socialistas Revolucionarios que luego
será Alianza de la Democracia Socialista teniendo integrantes en Suecia,
Noruega, Dinamarca, Bélgica, Inglaterra, Francia, España e Italia.
Bakunin
no solo contribuye con su trabajo a la creación de movimientos y asociaciones
revolucionarias en Europa occidental, sino que sus teorías llegan al corazon de
la misma Rusia donde contribuye también a la expansión de circulos
revolucionarios contra el zarismo.
Poco
después Bakunin se integró también en la Asociación Internacional de los
Trabajadores (AIT). El debate que se generó dentro del seno de la AIT llevó a
su ruptura. Por una parte Marx consideraba que el modo de organización de la
Internacional tenía que ser centralista donde el Consejo General tuviera
capacidad decisoria. Bakunin, pero también los seguidores de Proudhon,
consideraban que la AIT tenía que tener una estructura federal, donde las
secciones marcarán el devenir de la organización y el Consejo General solo
fuese un órgano meramente ejecutivo. Esta diversidad de opiniones llevó a la
ruptura de la Internacional.
Aun
así los pensamientos que se expandían por Europa generaron movimientos como la
Comuna de París de marzo de 1871. En el movimiento revolucionario que se generó
en Lyon un poco antes, en septiembre de 1870, Bakunin tuvo una participación
activa. Formado un Comité para la Salvación de Francia, inmersa en la guerra
contra Prusia, Bakunin y otros tomaron el Ayuntamiento de Lyon. Junto a él
personajes como Ozerov, Blanc o Bastelica. El fracaso de la revolución le hizo
huir a Marsella y salir posteriormente de Francia, estableciéndose en Locarno
junto a su amigo Carlo Cafiero en La Baronata. La ruptura de la Internacional,
el desengaño que le llevó a romper relaciones con un personaje como Nechaiev,
marcaron la última etapa de vida de Bakunin. A pesar de ello siguió escribiendo
libros donde desarrolló sus conceptos del patriotismo, del anarquismo, de la
participaciones de los trabajadores en las luchas obreras, del antiteologismo y
el ateismo, del nacionalismo, etc. Incluso inició la traducción de El Capital de Marx al ruso.
El
1 de julio de 1876 fallecía en Berna Mijail Bakunin, uno de los grandes
revolucionarios que marcaron la historia del movimiento obrero, revolucionario
y anarquista de los años venideros. Su muerte fue sentida por todas las
escuelas del socialismo si bien la unidad del proletariado, solicitada al pie
de su tumba por los que asistieron al entierro, nunca se llegó a conseguir.
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