domingo, 19 de septiembre de 2010

Recorridos histórico por las huelgas generales en España hasta 1939


Aprovechando la jornada de Huelga General del 29 de Septiembre, el periódico Diagonal ha sacado un especial de la huelga. En él he colaborado en un artículo sobre la parte histórica de las huelgas, haciendo un recorrido somero hasta 1939. Aquí queda el artículo mas completo, que se puede leer en las páginas del especial.

Desde que la clase obrera en España comenzó a organizarse ha sido protagonistas de numerosos movimientos huelguísticos para la defensa de sus derechos y el avance de su calidad de vida. Una de las primeras huelgas que se producen en España es la de la Real Fábrica de Paños de Brihuega, en Guadalajara, en la temprana edad de 1730. En los albores de la época preindustrial se producen movimientos huelguísticos próximos al luddismo británico, como la huelga de las selfactinas en Barcelona en la década de 1840.

Pero a raíz de la formación y desarrollo del movimiento obrero, tras la revolución septembrina de 1868 cuando la huelga general se establece como herramienta de lucha de la clase obrera. Los movimientos campesinos de final del siglo XIX en Andalucia tiene muchoya de movilización popular, debido a sus precarias condiciones y la miseria que se respiraba en el campo andaluz. El desarrollo que tuvo entre 1870-1874 la Federación de la Región Española, así como entre 1880 y 1888 la Federación de Trabajadores de la Región Española es buena muestra del avance del movimiento obrero. Y son los anarquistas los mas próclives a la utilización de la huelga general como instrumento de lucha y reivindicación de la clase obrera. Los socialistas fueron mas parcos para esos procedimientos y desde muy temprano forman parte de los organos de conciliación entre obreros y patronos.

A inicios del siglo XX, Francisco Ferrer publica en Barcelona un periódico con una cabecera muy sugerente, La Huelga General. Coincide con el tiempo en el que la ciudad condal se desarrollan movimientos huelguísticos de importancia. Entre 1902 y 1903 se producen numerosas huelgas para la mejora de la clase obrera. Esto lleva a que en 1904 en el gobierno de Azcárraga apruebe la Ley del Descanso Dominical, uno de los primeros avances en materia laboral gracias a la presión huelguística.

Pero los movimientos huelguísticos no siempre venían determinados por cuestiones laborales estrictamente. La situación de los trabajadores, que se veían obligados a ir a guerras impopulares como al de Marruecos, provocaba también una reacción en las organizaciones anarquistas y socialistas. Así en 1909 y coincidiendo con el embarco de tropas a Marruecos tras el desastre del Barranco del Lobo, se convoca una huelga general en contra de la guerra y por la mejora de las condiciones obreras. Es la llamada Semana Trágica de Barcelona, que termina con una fuerte represión y con 5 fusilamientos, entre ellos el de Francisco Ferrer.

En 1910 nace la CNT y un año después es protagonista de la huelga general que se convoca. Ello la lleva a la ilegalización por parte del gobierno en el mismo 1911. Y lejos de debilitar las fuerzas del anarcosindicalismo, cuando recupera la legalidad en 1914 tiene tres veces mas fuerza. Por esos años se produce también en Barcelona la llamada huelga de La Constancia, en 1913 y que tiene la peculiaridad de estar encabezada por mujeres que están teniendo una participación muy activa en el incipiente movimiento sindical.

A finales de la década de 1910 hay que destacar dos huelgas. La primera la Huelga general revolucionaria de agosto de 1917, que vino aparejada por un pacto tácito entre la CNT y la UGT. Junto a las reinvindicaciones de mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, está huelga se produce en un ambiente auspiciado por los aires que vienen de Rusia debido a su revolución triunfante. La represión por parte del gobierno fue brutal y el Comité de Huelga acabó en pleno en la cárcel. En 1918 se produce la Huelga de la La Canadiense, empresa de electricidad afincanda en Barcelona. Los trabajadores se ponen en huelga ante la posición violenta de los patronos amparados por las fuerzas de orden. Todos los ramos de Barcelona toman solidaridad con los trabajadores de La Canadiense. La CNT crece en influencia y a través del procedimiento de la acción directa, esta huelga provoca una negociación directa con el Ministerio de la Gobernación que lleva a la aprobación de la 8 horas de trabajo, una reivindicación histórica del movimiento obrero. Y ante este crecimiento de las fuerzas trabajadoras, los patronos responden con la creación de sindicatos amarillos que a través de métodos pistoleros tratan de frenar la fuerza creciente del sindicalismo revolucionario.

La dictadura de Primo de Rivera pone fuera de la legalidad a las organizaciones sindicalistas de la CNT, por lo que la lucha se desarrolla en otros campos. Al proclamarse la República en 1931 y coger el Ministerio del Trabajo el sindicalista ugetista Francisco Largo Caballero, hay una parte de las reivindicaciones obreras que son colmodas. Pero no todas. Ya en mayo de 1931 el Sindicato Único Telefónico de la CNT proclama una huelga general. Y tanto ugetistas como cenetistas, al no ver cumplidas las espectativas laborales con la República, protagonizan numerosos movimientos huelguísticos entre 1931 y 1933. Al producirse la victoria de la derecha en noviembre de 1933, la CNT declara una huelga general revolucionaria para diciembre de ese año, que fracasa. Se estaba poniendo sobre aviso lo que iba a ser la dureza con la que la derecha iba a reprimir. Durante 1934 la estrategia de acción directa consigue algunas victorias laborales, como en la huelga de camareros en Madrid.

Pero el mayor movimiento revolucionario se produce en octubre de 1934, cuando ya es un hecho que el retroceso de la derecha amenaza las libertades y los derechos conquistados. La huelga triunfa tan solo en Asturias donde un pacto de socialistas, anarquistas y comunistas llevan incluso a la proclamación de la República Socialista y del comunismo libertario en numrosas zonas. La represión fue cruel.

Finalizando este recorrido queda recordar la importantísima huelga de la construcción que se declara en mayo-junio de 1936, con un gran comité de huelga entre la CNT y la UGT en Madrid, que lleva a la carcel a militantes de primera linea como Cipriano Mera.

Con el inicio de la Guerra Civil la batalla se traslada a otro campo, y la victoria de la fuerzas golpistas contra la República llevan al movimiento obrero a una larga noche de represión y de crimen.


Julián Vadillo Muñoz

2 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

¿Habrá segunda entrega de 1939 a 1975?

Mauricio dijo...

En principio no, pero se puede plantear. Hay algunas cosas sobre la huelga de tranvías de 1951 y las huelgas en Asturias a los largo de la década de 1960