Hoy (6 de septiembre) hace 63 años que explotó el polvorín de Alcalá de Henares. El pasado año se presento el libro La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947) de Alejandro Remeseiro Fernández y Julián Vadillo Muñoz. Con el libro se culminaba años de investigación que demostró la inocencia de todos los acusados del PCE y las JSU por algo que no habían cometido. Ocho de esos militantes fueron fusilados. Y muchos más fueron encarcelados en duras penas de cárcel.
El Diario de Alcalá ha recordado hoy el acontecimiento con un artículo de Pedro Pérez Hinojos que reproduzco a continuación.
LA NOCHE QUE TEMBLÓ ALCALÁ
Un montículo cortado a cuchillo muy cerca del puente del Zulema es la única huella física que queda de la explosión del polvorín. |
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El resto queda en la memoria de los alcalaínos más mayores, entonces unos niños, espectadores de una de las peores tragedias sufridas por Alcalá en su historia; y en las páginas de un libro, La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947), obra de los historiadores Julián Vadillo y Alejandro Remeseiro, que editó el Foro del Henares en la primavera de 2009.
El suceso se produjo en la noche del 6 de septiembre de 1947, con la ciudad recién salida de las Ferias. A las 21,45 horas, un trueno y una sacudida bestiales hicieron temblar los cimientos de todos los edificios. Un apagón, la caída de cascotes y una gran polvareda siguieron a la explosión. El pánico hizo presa de los vecinos, que ignoraban el origen de aquel brutal temblor. Dos galerías del polvorín construidas en el interior de una colina de apenas medio centenar de metros de altura, situado en el lugar que hoy ocupa el Centro de Artesanía y que aún se puede apreciar ‘mutilado’, como se mencionaba al principio, habían estallado por causas desconocidas lanzando al aire un millón de metros cúbicos de tierra. Alcalá quedaba a un par de kilómetros, pero en pocos minutos fue barrida por la polvareda que provocó la deflagración. Ésta también arrasó la fábrica Río Cerámica, cercana al polvorín, el puente medieval del Zulema y la venta de Camacho. El ‘terremoto’ se llegó a sentir a más de 50 kilómetros. Entre el susto de la población, los destrozos en fachadas y viviendas y la organización a toda marcha de la búsqueda de los supervivientes, en las horas siguientes se fue haciendo balance de víctimas, que se cerró con la cifra de 24 muertos, 14 de ellos civiles y 10 militares, y varias decenasde heridos.
La investigación De inmediato se puso en marcha la investigación del siniestro y aunque nunca se llegó a saber con certeza cómo se produjo la explosión, todos los indicios e informes técnicos apuntaron al deficiente estado de las instalaciones y del arsenal almacenado, según los testimonios que recoge el libro de Vadillo y Remeseiro. Los jueces militares que se ocuparon de la instrucción, sin embargo, obviaron esos testimonios y se acogieron exclusivamente a la hipótesis del sabotaje por obra de una célula izquierdista. De esta modo, con ninguna prueba inculpatoria, fueron procesadas un total de 69 personas, la mayoría de Alcalá y con antecedentes de militancia comunista y socialista. Ocho de ellas fueron condenados a muerte y el resto padecieron penas de prisión de entre uno y treinta años. Pedro P. Hinojos |
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