jueves, 4 de diciembre de 2008

Arturo Barea y "La forja de un rebelde"


Hacía mucho tiempo que tenía la cuenta pendiente de leer la obra de Arturo Barea La forja de un rebelde. Las razones eran varias, pero dos pesaban sobre todo. Una que son unas memorias noveladas muy interesantes sobre un contexto de la historia de España. Otra es mas personal y sentimental. Cuando estaba aun en el colegio, el Colegio Público Cardenal Cisneros de Alcalá de Henares, fue seleccionado para estar en el rodaje de la seria que TVE realizó en 1990 y dirigida por Mario Camus. Yo actué en escenas rodadas en Alcalá y en Boadilla del Monte, y en algún momento de la serie logré reconocerme. Hace tiempo que no volví a ver dicha serie, pero la impronta de Barea me quedó. Mas aun cuando tiempo después tome conciencia social y la Guerra Civil se convirtió en uno de mis campos de investigación.
Tengo que decir que el libro es de los mejores que he leído. Unas memorias bien escritas, bien trazadas e interesantes.
Arturo Barea nació en Badajoz en 1897 y murió en el exilio en Londres en 1957. Su juventud no fue fácil y muy pronto comenzó a militar en las organizaciones socialistas de Madrid. Con el estallido de la Guerra Civil Barea sabe que su puesto está con la República, y actúa como censor de la prensa extranjera, merced a los conocimientos de idiomas que su formación autodidacta le había otorgado. Finalizada la Guerra parte al exilio junto a su pareja sentimental, la checa Ilsa Kulcsar, también periodista e izquierdista, que estará con él hasta su fallecimiento el 24 de diciembre de 1957.
Barea es uno de esos autores que con el paso del tiempo se le ha recordado, pero quizá no todo lo que debiera. Su obra La forja de un rebelde fue muy famosa, pero escribió otros textos de interés como Valor y miedo (1938), que son una serie de cuentos sobre la Guerra Civil, el ensayo Lorca, el poeta y su pueblo (1944), otro ensayo titulado Unamuno (1955), la novela La raíz rota (1955) y unos cuentos póstumos editados por su viuda titulados El centro de la pista (1960)
Centrándonos en La forja de un rebelde, se trata de una trilogía autobiográfica, cuyas partes están bien diferenciadas.
En la primera parte, La forja, habla de su infancia y adolescencia. En ella muestra la dura vida y la educación que le imparten los sacerdotes. Solo uno de ellos se salva para Barea, con el que toma una gran amistad. Comienza a trabajar desde muy temprana edad, así como es temprano también su militancia en las sociedades obreras de la Casa del Pueblos, afectas a la UGT. Cuanta todos los problemas familiares que le abordan, así como que la figura de la madre es central en esta primera parte, si bien es el se cría con sus tíos en un inicio. Las imágenes que ofrece de sus pueblos, Brunete en Madrid y Méntrida en Toledo, son realmente interesantes.
La segunda parte, La ruta, muestra la crudeza y la sinrazón de la Guerra de Marruecos. La corrupción en el ejercito en la zona, así como algunos, como el comandante Francisco Franco, ya van trazando posiciones. Es importantísima la muestra de la crueldad en la guerra marroquí, donde el Rey es la cabeza visible de todo. Igualmente la posición complemente infrahumana en la que muchos soldados están en Marruecos. El ambiente de la oficialidad es brutal, pues son militares corruptos que se mezclan con traficantes y prostitutas de la zona. La descripción de Barea es impresionante. En esta parte solo hay un dato que quizá es un poco imaginario del propio Barea. Me refiero cuando dice que en una taberna en Madrid conoció a Miguel Primo de Rivera y que este le confesó que estaba en contra de la Guerra de Marruecos.
La tercera parte, La llama, es ya los prolegómenos de la Guerra Civil y su desarrollo. Barea describe a la perfección el ambiente de Madrid en los días previos al golpe de Estado de Franco y los suyos. El movimiento en las sociedades obreras, la difícil situación social del momento. Barea muestra también las discusiones entre los anarquistas y los comunistas. Si bien Barea colabora en un principio con los segundos, a lo largo de sus páginas muestra mas simpatías por los libertarios. Mas que nada porque al final Barea cae en desgracia y los comunistas le ponen a él y su compañera Ilsa Kulcsar en el punto de mira. Y es que la vida sentimental de Barea daría para todo un artículo. Tras numerosos fracasos encuentra a Ilsa en la Guerra y se convierte en la mujer de su vida. Su caída en desgracia para comunistas como George Gordon y Constancia de la Mora (mujer de Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana y comunista) es el fin para Barea. A Ilsa le cae la sospecha de ser trotskista, acusación muy fácil para los comunistas en la época. Datos como que tenía un libro de John Dos Passos en su casa firmado por él, y al haber apoyado este escritor norteamericano al POUM, hacen a Ilsa sospechosa. Barea de todos modos siempre tuvo unas relaciones tensas con su jefe, Rubio Hidalgo.
La derrota en la Guerra Civil, su exilio primero a Francia y luego a Inglaterra y el anticipo de la Segunda Guerra Mundial, es el fin de las memorias de Barea.
En definitiva un libro recomendable y de lectura, diría yo, casi obligatoria. Un testimonio único de un personaje que vive en un momento crucial de la historia de España.
La obra, que fue escrita entre 1941 y 1944 en su exilio londinense,, no ha dejado todavía de ser uno de los testimonios más importantes de la Guerra Civil española.

2 comentarios:

Neotit dijo...

Gracias por el post y la recomendación d ela lectura. había oido hablar de la obra vagamente. Buena reseña.

SALUD

Canichu, el espía del bar dijo...

a mi me arrestan los grises en una de las temporadas de cuéntame cómo pasó.