martes, 30 de diciembre de 2008
Para terminar el año, dos libros
Entre tanto dato y libro sobre la recuperación histórica, en ocasiones se encuentra tiempo para poder leer alguna otra cosa que no tiene que ver con el tema. En alguna ocasión he podido comentar en este blog alguna obra que no estaba relacionada con la temática central del mismo. Para terminar el año, pues este será el último post de este 2008, voy a recomendar dos libritos que he podido leer en los últimos tiempos y que recomiendo como lectura de disfrute y de desconexión.
El primero es la breve obra de Tracy Chevalier titulada La joven de la perla. Ambientada en un ambiente costumbrista del siglo XVII, cuenta la historia de Griet, una joven muchacha protestante que entra a trabajar como criada en la casa del pintor Johannes Veermer. El padre de ella es ciego, la madre trabaja en casa, su hermano Frans lo hace fuera de la casa y su hermana pequeña, Agnes, muere por la peste. La vida de Griet no es fácil en la casa de los Veermer. Tiene en su contra a Catharina, la mujer de Johannes, y a una de sus hijas, Cornelia. Sin embargo Johannes y María Thins, madre de Catharina, cuenta con su apoyo. Incluso Johannes llega a pintarla, en lo que será la obra "La joven de la perla". Griet se relaciona con el carnicero de la Lonja, con quien llega a casarse, aunque en realidad está enamorada de Johannes Veermer.
El ambiente de la novela esta bien elaborado, dividida en 4 capítulos. Habla de las diferencias entre católicos y protestantes. La política de la época es obviada en toda la obra, salvo en un comentario de la Guerra contra Francia, y otra de Guillermo de Orange (aunque la religión en ese momento política de primer orden) Aun así las desigualdades sociales tiene su presencia central.
Es pues una obra entretenida y recomendable.
El otro libro que recomiendo es de uno de mis autores actuales favoritos: Eduardo Mendoza. De este hombre he tenido la alegría de poder leer varias obras (La verdad sobre el caso Savolta, La ciudad de los prodigios, Mauricio o las elecciones primarias y Sin noticias de Gurb) a cual mejor. Su obra El asombroso viaje de Pomponio Flato es una obra realmente buena, entretenida, bien escrita, etc. Simplemente es excelente, muy en la linea de Mendoza.
Cuenta la historia de Pomponio Flato, que trata de resolver un asesinato en Galilea. Aparecen personajes históricos (o presumiblemente históricos, ya que de ellos no está demostrado en algunos casos la existencia) como Jesús de Nazaret, José de Arimatea, María, Teo Balas (esté si tiene existencia real, pero no en la linea de la novela)
Con la libertad de escribir una novela nos sorprende Eduardo Mendoza con este excepcional libro, que se puede leer perfectamente en un día, ya que su trama engancha tanto que no paras de leerlo.
Sin duda dos libritos que recomiendo para finalizar este año. El nuevo que se avecina será apasionante por las novedades sobre la recuperación histórica, por los trabajos que están por venir (este año tienen que ver la luz dos de mis libros) y por las movilizaciones anunciadas para este primer trimestre sobre la Ley de Memoria Histórica y la deficiencia del texto y su aplicación.
Aquí estaremos en el 2009 para seguir dando guerra.
viernes, 26 de diciembre de 2008
La Ola (Die Welle). Una película de Dennis Gansel
Me permito recomendar esta nueva película de Dennis Gansel. El director de la película NaPoLa, donde habla de las escuelas del élite del Partido Nazi que llevan ese nombre, nos sorprende con este film donde pone encima de la mesa la posibilidad de una vuelta al totalitarismo y al fascismo.
Basado en un hecho real ocurrido en en California en 1967, y convertido en novela por Todd Strasser (firmada con el seudónimo de Martín Rhue) y con el título La Ola en 1979.
La película cuenta el experimento que realiza un profesor en un curso monográfico sobre el régimen autocrático totalitario-fascista. Lo que en un principio era una actividad escolar, se le va de las manos al profesor y los alumnos desvarían hacía un sentimiento abiertamente fascista. Y el lugar donde se desarrolla la película es la Alemania actual.
El grupo que surge, que denominan ellos "La Ola", tiene todas las bases de un grupo fascista:
1. Prestigio al líder, que en este caso es el profesor.
2. Los distintivos del grupo, que los alumnos colocan por toda la ciudad.
3. La indumentaria del grupo, que consiste en una camisa blanca (recordemos que los fascistas italianos llevaban camisa negra, los nazis alemanas camisas pardas y los falangistas española camisa azul)
4. Un saludo distintivo del grupo.
Es una perfecta recreación del origen y desarrollo de una sociedad fascista. Los discursos y el esquema es sencillo:
A. Análisis simples de la sociedad.
B. Recreación de sentimientos fuertes por la pertenencia grupal.
C. Odio focalizado a un enemigo visible. En el caso de la película pone a los anarquistas, que en el film quedan esquematizados por los punks.
La pregunta que lanza la película es clara: ¿sería posible otra dictadura? (es una de las preguntas que hace el profesor cuando comienza la clase) ¿podría suceder un rebrote del fascismo?
La respuesta, desde mi punto de vista, es sí.
a. El discurso fácil es mas persuasivo que el complejo. Poner a enemigos visibles en tiempos de crisis y no analizar los profundo de las mismas, es lo mas fácil que se puede hacer. Frente a discursos mas profundos que, por ejemplo, pueden hacer anarquistas o marxistas, el discurso del fascismo en simple y persuasivo. Es esquemático y fácil de derrumbar, pero cuando acecha a mentes poco críticas el caldo de cultivo esta servido.
b. La situación socioeconomica actual incita a ello. Hay rebrotes nazi-fascistas en partidos de corte populista, como en Francia (el Frente Nacional de Le Pen), Alemania (hay numerosos grupos neonazis), Italia (la Alianza Nacional o el propio grupo de Berlusconi recuerdan en modales al fascismo musoliniano), etc.
c. Hay quien encuentra referentes fascistas del pasado para reclamar que con ellos la situación del momento no se producía. Los neofranquistas en España están muy en esa linea. La posición de la Iglesia o de sectores del PP es de nostalgia hacia el pasado franquista. Su lucha contra el movimiento de memoria histórica y todo lo que significa la recuperación del pasado de la República, la Guerra Civil o la brutal represión de la dictadura, es objeto de crítica exacerbada por esos sectores.
En definitiva, la película de Gansel es bastante buena y muy recomendable. No corren buenos tiempos y mas que nunca hay que estar alerta para poder evitar el mínimo conato de una vuelta al totalitarismo. Solo los valores de una educación y una cultura coherente puede evitar que la barbarie se vuelva a imponer. Porque como se todo el mundo sabe, cuando el capitalismo entra en crisis hecha mano de sus adláteres, en este caso del fascismo, para poder salvar sus muebles.
lunes, 22 de diciembre de 2008
Una novela sobre la Guerra Civil. "Señorita" de Juan Eslava Galán
Hace pocas fechas he acabado de leer una novelita sobre la Guerra Civil, escrita por el jienense Juan Eslava Galán. Si bien históricamente la obra deja mucho que desear, lo cierto es que me parece destacable por la trama y lo interesante de la historia que cuenta.
No es la primera vez que Eslava Galán escribe algo sobre la Guerra Civil. No hace mucho editó una obra mas bien modesta sobre la Guerra Civil, a caballo entre la historia y la novela histórica. La tituló Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie. Igualmente, relacionado con la represión franquista, editó Los años del miedo. Por lo que respecta a Señorita es una obra que escribió en 1998, hace ya casi 11 años.
La novela es interesante y entretenida por la trama. Su protagonista es Carmen Albaida Castro. Sevillana, su padre y su hermano son fusilados cuando la sublevación militar, comandada por Gonzalo Queipo de Llano, triunfa en la capital de Andalucía. Violada por el gobernador de la zona, Carmen se hace agente secreto de los servicios soviéticos, para adentrarse en el terreno de la construcción de aviones que los nazis alemanes están utilizando y que tienen en Sevilla su base. Allí entra la figura de Rudolf von Balke, un prusiano, piloto de rancio abolengo, de quien Carmen se enamora, siendo reciproco ese amor. Por otra parte está Yuri Antonov, piloto soviético, enamorado de la hermana de Rudolf, Maika (que coqueteó con el comunismo), y enemigo del piloto de los Stukas alemanes.
Con muchos personajes más, es toda una interesante historia de espionaje durante la Guerra Civil y su desenlace tras la Segunda Guerra Mundial.
Aun así la obra tiene muchísimos errores históricos, así como una esquematización de las izquierdas y de las milicias. Hay todo un contexto de lugares comunes, como los denominados "desmanes" de la izquierda al inicio de la Guerra (da la sensación que los milicianos solo se dedicaban a saquear, matar curas y quemar iglesias), de la indisciplina, etc.
Igualmente el autor muestra confusión en las tendencias ideológicas de la izquierda. Se confunde la militancia libertaria con el comunismo, a los anarquistas con los socialistas, etc.
También el autor remarca en muchas ocasiones las escenas de carácter sexual, muchas de ellas violaciones, cosa que no es agradable en los pasajes.
Aun así es una obra bien construida, donde aparecen personajes reales como Queipo de Llano, Yagoda, Goering, Codevilla, Arthur Koestler (escribiremos en el futuro algo al respecto de este personaje. Su historia es digna de ello y en la novela su futuro queda en suspenso) Todo esto entrelazado en una buena trama.
En definitiva es una novela muy entretenida pero que nada nuevo aporta a los estudios históricos, si bien es posible que la tarea del autor no fuera esa. Si bien juega con la historia, no se vale todo lo bien de ella.
Recomendable novela para entretenerse. El espionaje y la guerra es una temática que da mucho juego. Pero una vez mas no se hace justicia con la lucha antifascista en la Guerra Civil, si bien el autor muestra mayor predilección por la zona republicana.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Nuevo número de "Bicel"
Ya está editado el nuevo número de Bicel (Boletín Interno del Centro de Estudios Libertarios) Es el órgano de la Fundación Anselmo Lorenzo. En este número se reseñan numerosas obras novedosas alrededor de la historia y la cuestión social del anarquismo. Junto a ello un catálogo con todas las publicaciones a la venta en la propia FAL, así como un artículo donde se remarca las actividades de la Fundación y otro sobre el tratamiento que determinada historiografía somete al anarquismo.
Un buen trabajo del equipo que forma la FAL, referente indispensable para aquellos que quieran estudiar y acercarse a la historia y la cultura libertaria.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Mentiras sin fundamento
El pasado 3 de diciembre el diario El País publicaba un texto de Jorge Martínez Reverte titulado Sobre la inocencia, donde de una forma salvaje arremete contra la CNT y contra el POUM como los instigadores de los crímenes en la retaguardia republicana. El artículo es deleznable. A manera de contestación, extraigo el texto que Maurcio Basterra ha publicado en el último "Bicel" (organo de la Fundación Anselmo Lorenzo) donde mas o menos puede servir de contestación ante tanta ignominia.
LA MALA UTILIZACIÓN HISTORIOGRÁFICA DEL ANARQUISMO
Que duda cabe la temática de la Guerra Civil española y de los movimientos obreros, así como sus protagonistas, es objeto de trabajos de investigación constantes que nos hacen acercarnos cada día mas a una realidad apasionante.
Si bien existen muchos trabajos que tratan esa temática de forma seria y documentada, así como se rescatan memorias y testimonios del momento de gran valor, otros trabajos no sirven sino para encender pasiones o justificar ideas actuales poniendo a la historia como testigo. Y esto último no es solo exclusivo de la derecha política, que tiene personajes del inframundo pseudohistórico que rescatan todas las obras franquistas del periodo dictatorial, sino de izquierda que quiere justificar sus posiciones culpabilizando a los demás. Y curiosamente quieren culpabilizar a aquellos que hoy, por diversas circunstancia, tiene más difícil su defensa o directamente imposible.
Toda una pléyade de obras, tanto literarias como cinematográficas, se ha sucedido en los últimos tiempos y han puesto en el punto de mira a los anarquistas. Algunas con una abierta mala fe, otras por un completo desconocimiento de todo lo que son las ideas anarquistas.
Hemos vuelto a ver una amplia gama de estereotipos alrededor del anarquismo. Desde documentales como El honor de las injurias hasta novelas como Pólvora negra, pasando por supuestas memorias como Diario de un pistolero de la anarquista hasta obras de investigación histórica como El escudo de la República o La Batalla de Madrid. En todas ellas se ofrece una visión distorsionada del anarquismo, una no profundización en las figuras que no componen o el convertir la anécdota en una generalidad. En esta última línea también podría encajar la obra La revolución traicionada. Cada uno de estos ejemplos (existen muchos más) se les puede argumentar su desconocimiento parcial o completo, de la historia del anarquismo.
El caso del documental El honor de las injurias, realizado por Carlos García-Alix, rescata la figura de Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo. Nacido en el barrio madrileño de La Injurias a finales del siglo XIX, recorre la vida de este personaje desde su niñez hasta su muerte (suicidio) en el Madrid de la inmediata posguerra. Si bien a Sandoval no se le puede negar ni la militancia ni la ideología anarquista (no vamos a caer aquí en falsos testimonios) lo cierto es que sus acciones y su modo de comportamiento son minoritarios en el anarquismo en general y en el madrileño en particular. Y aquí es donde valoramos que García-Alix ha errado. Porque ha confundido, dentro de las estructuras anarquistas, “grupo de defensa confederal”, “grupo específico anarquistas” y “grupos de acción”. Los primeros eran creados por la CNT para llevar a cabo acciones concretas contra los intereses patronales cuando la situación de clase obrera corría algún tipo de peligro. Los formaba en su amplia mayoría trabajadores. Como miembros de estos grupos habría que destacar a Cipriano Mera o Eduardo Val. El grupo especifico eran los grupos anarquistas de afinidad, la mayoría en Madrid dentro de la FAI. Su misión era mas política y social, de concienciación entre los ciudadanos para extender el anarquismo. Personajes como Melchor Rodríguez o Lorenzo Iñigo pertenecían a este grupo de militantes. Por lo que respecta a los grupos de acción, eran completamente aislados no tenían vinculación con la CNT o con la FAI, a pesar de que sus miembros pudieran están afiliados a cualquiera de las dos organizaciones. Sus acciones eran más expeditas. Sandoval pertenecía a esos grupos, que fueron minoritarios entre el movimiento. Incluso se llega a la condena de tales acciones por considerarlas contraproducentes para el avance social del anarquismo. El pleno de la FAI de enero de 1936 condena los atracos como medio de acción revolucionaria.
La presentación de Sandoval durante la Guerra Civil como un dirigente de la “policía de la revolución” con una saña sin cuartel deja muy mal gusto. Se habla de “checas” anarquistas, cuando los anarquistas nunca tuvieron checas. Las checas fueron las prisiones secretas del Partido Comunista. Los anarquistas participan las prisiones del Frente Popular, junto a todas las organizaciones del mismo. Prisiones que con Juan García Oliver al frente del Ministerio de Justicia quedan clausuradas, lo mismo que las sacas de presos con Melchor Rodríguez al frente.
Haciendo una valoración general de este documental esta claro que la imagen del anarquismo queda distorsionada por la figura de Sandoval, cuyas acciones y procedimientos fueron minoritarios (mas teniendo en cuenta que las fuentes que utiliza de la Causa General parece en muchas ocasiones que no son cuestionadas) Da la sensación que el anarquismo estaba compuesto por una legión de pistoleros, matones y hampones. Lo que alguna pseudohistoriagrafía de derechas ha denominado “los gansters de la República” Que alejado de la realidad del momento. No se hace referencia a los ricos debates del movimiento libertario madrileño, donde Sandoval nunca entró, al desarrollo social y cultural del mismo que es lo único que explica la creciente influencia que la CNT estaba adquiriendo en el campo sindical madrileño a despecho de la UGT. Por no hablar de los limites bastante difusos de las sociedades obreras y sindicatos de una y otra organización.
Este tipo de visiones sirve para que historiadores como Ángel Viñas o periodistas como Jorge Martínez Reverte, lleguen a conclusiones completamente aberrantes de casos de la represión en la retaguardia republicana. Para Viñas y Reverte la implicación de la CNT en la matanza de Paracuellos es obvia. En el caso de Viñas leer sus páginas es casi una apología de inquina contra el anarquismo. A pesar de la existencia del acta que Reverte reproduce, pero que no da ningún dato archivístico de la misma, los datos objetivos del momento histórico nos hace ver que la CNT no tuvo nada que ver en Paracuellos. Habría que preguntar a Reverte de donde se saca el nombre de Amor Nuño, que fue elegido Consejero de Industria en la Junta de Defensa de Madrid (JDM), para implicarlo en esta masacre. Porque no se tiene en cuenta que los controles de la salida de Madrid, en la madrugada que comienza las ejecuciones en Paracuellos, están en manos de la Junta de Defensa de Madrid y no de la CNT (repasen las actas de la Junta de Defensa de Madrid) Porque tampoco se tiene en cuenta que los batallones de etapas de las sacas de presos los controlan los comunistas y no los anarquistas. Porque si el acta de responsables que se cita habla de ejecutar presos también hace referencia a que se ha evitado el asalto a la embajada chilena donde había fascistas emboscados. ¿A que tanto empeño en culpabilizar a los anarquistas, cuando las acciones de freno a estas cuestiones parten precisamente de los anarquistas? Porque son García Oliver y Melchor Rodríguez quienes frena todo esto. Sin embargo para Viñas, García Oliver solo es un hipócrita. Da validez a toda la versión con tal de encausar a los anarquistas en este asunto. Y sobre todo lo han hecho sin ningún tipo de criterio documental. Es seguro que todas las organizaciones integrantes del Frente Popular que formaban la JDM supieran de la saca de preso y de la ejecución en Paracuellos. Saberlo no es ejecutarlo y mucho más cuando se está afirmado la ejecución de mas de 2000 personas y apuntando nombres propios como los de Amor Nuño.
Otra dimensión es el libro de Miquel Mir Diario de un pistolero de la anarquista. En este caso baila hasta la propia fuente. Según el autor dicho diario lo recogió del archivo de la FAI en Londres. ¿Qué archivo de la FAI en Londres? En Londres no hay ningún archivo de la FAI. Los archivos de la FAI se encuentran en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam y hay copia microfilmada de los mismos en España. Hay otra parte de archivos de la FAI, generados en el exilio, en Francia. Pero en Londres no hay nada. ¿Cómo que obra pues en poder de Miquel Mir el 80% del archivo de la FAI? ¿No sabe que los documentos de la FAI tienen la titularidad de este reconocido por acuerdo con Ámsterdam? ¿Cómo es posible que si tiene dicha documentación vaya a entregársela a la Generalitat de Cataluña cuando tiene legítimos dueños? Yo conozco el archivo de la FAI y no contiene ni ningún diario ni ninguna lista de ejecuciones. Lo que es curioso, que a lo mismo que ocurre con Viñas y Reverte que tienen una pertenencia ideológica muy definida, en el caso de Mir es miembro de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Y es curioso que para contrarrestar responsabilidades de otros grupos se tenga que acusar siempre a los mismos.
En distinta medida, al ser una novela, nos podemos referir a la obra de Montero Glez Pólvora negra. El autor recrea los preparativos y vicisitudes del atentado que Mateo Morral comete el 31 de mayo de 1906 contra el rey Alfonso XIII el día de su boda. Si bien la obra comienza con una fuerte crítica a las actitudes policiales del momento, después se pasa con armas y bagajes a toda una teoría de la conspiración sobre los orígenes de dicho atentado. Y tal como se dijo en la época y después algunos autores han seguido manteniendo, a pesar de que esta más que demostrado que no fue así, se apunta a Francisco Ferrer Guardia como instigador de ese atentado. El autor se basa en obra como la de José Esteban Mateo Morral. El anarquista, donde también apunta a la implicación del pedagogo libertario. Esta más que demostrado que Morral no actúa inducido por nada y por nadie. Tal como Angiolillo había hecho en 1897 o Artal contra Maura, eran acciones individuales, pues para ellos atentar contra la vida de los promotores de la represión contra el movimiento obrero podía ser la chispa que activase el estallido de una revolución. Visión que para nada se cumplió y que fue constantemente criticada por el anarquismo organizado. Por la novela de Montero Glez se confunde toda una suerte de personajes de los bajos fondos de Madrid (nuevamente como en el caso de la obra sobre Sandoval el intentar vincular el anarquismo con el mundo del Hampa) que dejan todo el esquematismo que conviene. Un Mateo Morral enfermo y esquematizado en todos los aspectos, un Ferrer obsesionado o frases completamente inverosímiles como la que pone en boca de Carlos Malato (al que presenta como un vulgar dinamitero) de que es mejor que siguieran deteniendo a Ferrer para poder seguir haciendo propaganda del anarquismo. Esto es lo que Montero Glez dice en la novela que le dijo Malato a Fernando Tarrida del Mármol. Con ello completa toda la visión derechista y franquista de la historia, donde todo fue fruto de conspiraciones masónicas, de contactos anarquistas-republicanos (por las páginas de la novela también aparece el director de El Motín José Nakens) y utilizaron el chivo expiatorio de Morral, con todo un andamiaje tan bien hecho, que ni los propios jueces se dieron cuenta y liberaron a todos los culpables de la trama. Nada que envidiar a la campaña de determinado periódico sobre el 11-M.
Pero si bien existe toda esta bibliografía y obras que tratan al anarquismo desde una perspectivas completamente inaudita, hay otra que surge, que al amparo de un paraguas libertario llega a conclusiones similares. Quizá, y por citar solo uno, la obra La revolución traicionada. La verdadera historia de Balius y los amigos de Durruti vendría a redundar un toda una historia sorprendente de anarquistas traicionados por sus propios compañeros, de militantes libertarios guiados por intereses espúreos para sus propios beneficios (como los ministros anarquistas) y haciendo de la CNT y la FAI organizaciones completamente infantiles, donde tan solo una minoría como Los Amigos de Durruti sabían de la realidad de la situación. Poco se ha documentado el autor al respecto. Si algo distinguió a la CNT a lo largo de toda su existencia fue de sus análisis pragmáticos y al mismo tiempo revolucionarios. La colaboración con la República durante la Guerra Civil no se ciñe solo a cuatro ministros (del quinto, Segundo Blanco, nadie se acuerda de él). El que no fue ministro fue alcalde o concejal, el que no estuvo en carabineros tuvo mando en él ejercito, etc. Si por algo se tiene que distinguir la posición de la CNT y la FAI durante la guerra fue precisamente la de la generosidad en ceder en sus postulados en vista de la victoria sobre los militares sublevados. Cosa que ningún otro grupo político del campo leal realizó. Pero parece que hay una tendencia a hacer generalidad de la anécdota. Los Amigos de Durruti fueron un pequeño grupo dentro de la CNT catalana, no la CNT en sí. Estas defensas tan enconadas a estos grupos me recuerdan a la obra del marxista Grandizo Munis Jalones de derrota, promesas de victoria, donde todo el mundo estaba equivocado menos el pequeño grupo que él encabezaba. Con este modo de entender la Revolución Española se da a ver una serie de militantes de la CNT, no olvidemos que la organización obrera mas grande de todo el campo antifascista, fuera de lugar y manipulados por una minoría perversa que buscaba el poder. Nada estuvo mas lejos de la realidad.
Podríamos poner muchos casos más (por ejemplo la amplia bibliografía que surgió alrededor de Mayo de 1937, con obras como las de Ferrán Gallego), pero sería alargar algo redundando en lo mismo. El trabajo de la historiografía anarquista o que trate el anarquismo se tiene que hacer de forma seria, trabajada y sosegada. Material hay. Hay archivos, como los de la CNT o la FAI, completamente inexplorados para muchas investigaciones. Lo mismo que la búsqueda de documentación en archivos generales con legajos aun por explorar. Igualmente para estos estudios siempre habrá plataformas que posibiliten su divulgación y conocimiento. La revista Germinal o la Fundación Anselmo Lorenzo son las dos mejores muestras de ello. Y esto sin desdeñar el trabajo que en muchos otros ámbitos de esta haciendo en esta misma línea, cuya única misión es recuperar la historia del movimiento libertario español.
Mauricio Basterra
Que duda cabe la temática de la Guerra Civil española y de los movimientos obreros, así como sus protagonistas, es objeto de trabajos de investigación constantes que nos hacen acercarnos cada día mas a una realidad apasionante.
Si bien existen muchos trabajos que tratan esa temática de forma seria y documentada, así como se rescatan memorias y testimonios del momento de gran valor, otros trabajos no sirven sino para encender pasiones o justificar ideas actuales poniendo a la historia como testigo. Y esto último no es solo exclusivo de la derecha política, que tiene personajes del inframundo pseudohistórico que rescatan todas las obras franquistas del periodo dictatorial, sino de izquierda que quiere justificar sus posiciones culpabilizando a los demás. Y curiosamente quieren culpabilizar a aquellos que hoy, por diversas circunstancia, tiene más difícil su defensa o directamente imposible.
Toda una pléyade de obras, tanto literarias como cinematográficas, se ha sucedido en los últimos tiempos y han puesto en el punto de mira a los anarquistas. Algunas con una abierta mala fe, otras por un completo desconocimiento de todo lo que son las ideas anarquistas.
Hemos vuelto a ver una amplia gama de estereotipos alrededor del anarquismo. Desde documentales como El honor de las injurias hasta novelas como Pólvora negra, pasando por supuestas memorias como Diario de un pistolero de la anarquista hasta obras de investigación histórica como El escudo de la República o La Batalla de Madrid. En todas ellas se ofrece una visión distorsionada del anarquismo, una no profundización en las figuras que no componen o el convertir la anécdota en una generalidad. En esta última línea también podría encajar la obra La revolución traicionada. Cada uno de estos ejemplos (existen muchos más) se les puede argumentar su desconocimiento parcial o completo, de la historia del anarquismo.
El caso del documental El honor de las injurias, realizado por Carlos García-Alix, rescata la figura de Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo. Nacido en el barrio madrileño de La Injurias a finales del siglo XIX, recorre la vida de este personaje desde su niñez hasta su muerte (suicidio) en el Madrid de la inmediata posguerra. Si bien a Sandoval no se le puede negar ni la militancia ni la ideología anarquista (no vamos a caer aquí en falsos testimonios) lo cierto es que sus acciones y su modo de comportamiento son minoritarios en el anarquismo en general y en el madrileño en particular. Y aquí es donde valoramos que García-Alix ha errado. Porque ha confundido, dentro de las estructuras anarquistas, “grupo de defensa confederal”, “grupo específico anarquistas” y “grupos de acción”. Los primeros eran creados por la CNT para llevar a cabo acciones concretas contra los intereses patronales cuando la situación de clase obrera corría algún tipo de peligro. Los formaba en su amplia mayoría trabajadores. Como miembros de estos grupos habría que destacar a Cipriano Mera o Eduardo Val. El grupo especifico eran los grupos anarquistas de afinidad, la mayoría en Madrid dentro de la FAI. Su misión era mas política y social, de concienciación entre los ciudadanos para extender el anarquismo. Personajes como Melchor Rodríguez o Lorenzo Iñigo pertenecían a este grupo de militantes. Por lo que respecta a los grupos de acción, eran completamente aislados no tenían vinculación con la CNT o con la FAI, a pesar de que sus miembros pudieran están afiliados a cualquiera de las dos organizaciones. Sus acciones eran más expeditas. Sandoval pertenecía a esos grupos, que fueron minoritarios entre el movimiento. Incluso se llega a la condena de tales acciones por considerarlas contraproducentes para el avance social del anarquismo. El pleno de la FAI de enero de 1936 condena los atracos como medio de acción revolucionaria.
La presentación de Sandoval durante la Guerra Civil como un dirigente de la “policía de la revolución” con una saña sin cuartel deja muy mal gusto. Se habla de “checas” anarquistas, cuando los anarquistas nunca tuvieron checas. Las checas fueron las prisiones secretas del Partido Comunista. Los anarquistas participan las prisiones del Frente Popular, junto a todas las organizaciones del mismo. Prisiones que con Juan García Oliver al frente del Ministerio de Justicia quedan clausuradas, lo mismo que las sacas de presos con Melchor Rodríguez al frente.
Haciendo una valoración general de este documental esta claro que la imagen del anarquismo queda distorsionada por la figura de Sandoval, cuyas acciones y procedimientos fueron minoritarios (mas teniendo en cuenta que las fuentes que utiliza de la Causa General parece en muchas ocasiones que no son cuestionadas) Da la sensación que el anarquismo estaba compuesto por una legión de pistoleros, matones y hampones. Lo que alguna pseudohistoriagrafía de derechas ha denominado “los gansters de la República” Que alejado de la realidad del momento. No se hace referencia a los ricos debates del movimiento libertario madrileño, donde Sandoval nunca entró, al desarrollo social y cultural del mismo que es lo único que explica la creciente influencia que la CNT estaba adquiriendo en el campo sindical madrileño a despecho de la UGT. Por no hablar de los limites bastante difusos de las sociedades obreras y sindicatos de una y otra organización.
Este tipo de visiones sirve para que historiadores como Ángel Viñas o periodistas como Jorge Martínez Reverte, lleguen a conclusiones completamente aberrantes de casos de la represión en la retaguardia republicana. Para Viñas y Reverte la implicación de la CNT en la matanza de Paracuellos es obvia. En el caso de Viñas leer sus páginas es casi una apología de inquina contra el anarquismo. A pesar de la existencia del acta que Reverte reproduce, pero que no da ningún dato archivístico de la misma, los datos objetivos del momento histórico nos hace ver que la CNT no tuvo nada que ver en Paracuellos. Habría que preguntar a Reverte de donde se saca el nombre de Amor Nuño, que fue elegido Consejero de Industria en la Junta de Defensa de Madrid (JDM), para implicarlo en esta masacre. Porque no se tiene en cuenta que los controles de la salida de Madrid, en la madrugada que comienza las ejecuciones en Paracuellos, están en manos de la Junta de Defensa de Madrid y no de la CNT (repasen las actas de la Junta de Defensa de Madrid) Porque tampoco se tiene en cuenta que los batallones de etapas de las sacas de presos los controlan los comunistas y no los anarquistas. Porque si el acta de responsables que se cita habla de ejecutar presos también hace referencia a que se ha evitado el asalto a la embajada chilena donde había fascistas emboscados. ¿A que tanto empeño en culpabilizar a los anarquistas, cuando las acciones de freno a estas cuestiones parten precisamente de los anarquistas? Porque son García Oliver y Melchor Rodríguez quienes frena todo esto. Sin embargo para Viñas, García Oliver solo es un hipócrita. Da validez a toda la versión con tal de encausar a los anarquistas en este asunto. Y sobre todo lo han hecho sin ningún tipo de criterio documental. Es seguro que todas las organizaciones integrantes del Frente Popular que formaban la JDM supieran de la saca de preso y de la ejecución en Paracuellos. Saberlo no es ejecutarlo y mucho más cuando se está afirmado la ejecución de mas de 2000 personas y apuntando nombres propios como los de Amor Nuño.
Otra dimensión es el libro de Miquel Mir Diario de un pistolero de la anarquista. En este caso baila hasta la propia fuente. Según el autor dicho diario lo recogió del archivo de la FAI en Londres. ¿Qué archivo de la FAI en Londres? En Londres no hay ningún archivo de la FAI. Los archivos de la FAI se encuentran en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam y hay copia microfilmada de los mismos en España. Hay otra parte de archivos de la FAI, generados en el exilio, en Francia. Pero en Londres no hay nada. ¿Cómo que obra pues en poder de Miquel Mir el 80% del archivo de la FAI? ¿No sabe que los documentos de la FAI tienen la titularidad de este reconocido por acuerdo con Ámsterdam? ¿Cómo es posible que si tiene dicha documentación vaya a entregársela a la Generalitat de Cataluña cuando tiene legítimos dueños? Yo conozco el archivo de la FAI y no contiene ni ningún diario ni ninguna lista de ejecuciones. Lo que es curioso, que a lo mismo que ocurre con Viñas y Reverte que tienen una pertenencia ideológica muy definida, en el caso de Mir es miembro de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Y es curioso que para contrarrestar responsabilidades de otros grupos se tenga que acusar siempre a los mismos.
En distinta medida, al ser una novela, nos podemos referir a la obra de Montero Glez Pólvora negra. El autor recrea los preparativos y vicisitudes del atentado que Mateo Morral comete el 31 de mayo de 1906 contra el rey Alfonso XIII el día de su boda. Si bien la obra comienza con una fuerte crítica a las actitudes policiales del momento, después se pasa con armas y bagajes a toda una teoría de la conspiración sobre los orígenes de dicho atentado. Y tal como se dijo en la época y después algunos autores han seguido manteniendo, a pesar de que esta más que demostrado que no fue así, se apunta a Francisco Ferrer Guardia como instigador de ese atentado. El autor se basa en obra como la de José Esteban Mateo Morral. El anarquista, donde también apunta a la implicación del pedagogo libertario. Esta más que demostrado que Morral no actúa inducido por nada y por nadie. Tal como Angiolillo había hecho en 1897 o Artal contra Maura, eran acciones individuales, pues para ellos atentar contra la vida de los promotores de la represión contra el movimiento obrero podía ser la chispa que activase el estallido de una revolución. Visión que para nada se cumplió y que fue constantemente criticada por el anarquismo organizado. Por la novela de Montero Glez se confunde toda una suerte de personajes de los bajos fondos de Madrid (nuevamente como en el caso de la obra sobre Sandoval el intentar vincular el anarquismo con el mundo del Hampa) que dejan todo el esquematismo que conviene. Un Mateo Morral enfermo y esquematizado en todos los aspectos, un Ferrer obsesionado o frases completamente inverosímiles como la que pone en boca de Carlos Malato (al que presenta como un vulgar dinamitero) de que es mejor que siguieran deteniendo a Ferrer para poder seguir haciendo propaganda del anarquismo. Esto es lo que Montero Glez dice en la novela que le dijo Malato a Fernando Tarrida del Mármol. Con ello completa toda la visión derechista y franquista de la historia, donde todo fue fruto de conspiraciones masónicas, de contactos anarquistas-republicanos (por las páginas de la novela también aparece el director de El Motín José Nakens) y utilizaron el chivo expiatorio de Morral, con todo un andamiaje tan bien hecho, que ni los propios jueces se dieron cuenta y liberaron a todos los culpables de la trama. Nada que envidiar a la campaña de determinado periódico sobre el 11-M.
Pero si bien existe toda esta bibliografía y obras que tratan al anarquismo desde una perspectivas completamente inaudita, hay otra que surge, que al amparo de un paraguas libertario llega a conclusiones similares. Quizá, y por citar solo uno, la obra La revolución traicionada. La verdadera historia de Balius y los amigos de Durruti vendría a redundar un toda una historia sorprendente de anarquistas traicionados por sus propios compañeros, de militantes libertarios guiados por intereses espúreos para sus propios beneficios (como los ministros anarquistas) y haciendo de la CNT y la FAI organizaciones completamente infantiles, donde tan solo una minoría como Los Amigos de Durruti sabían de la realidad de la situación. Poco se ha documentado el autor al respecto. Si algo distinguió a la CNT a lo largo de toda su existencia fue de sus análisis pragmáticos y al mismo tiempo revolucionarios. La colaboración con la República durante la Guerra Civil no se ciñe solo a cuatro ministros (del quinto, Segundo Blanco, nadie se acuerda de él). El que no fue ministro fue alcalde o concejal, el que no estuvo en carabineros tuvo mando en él ejercito, etc. Si por algo se tiene que distinguir la posición de la CNT y la FAI durante la guerra fue precisamente la de la generosidad en ceder en sus postulados en vista de la victoria sobre los militares sublevados. Cosa que ningún otro grupo político del campo leal realizó. Pero parece que hay una tendencia a hacer generalidad de la anécdota. Los Amigos de Durruti fueron un pequeño grupo dentro de la CNT catalana, no la CNT en sí. Estas defensas tan enconadas a estos grupos me recuerdan a la obra del marxista Grandizo Munis Jalones de derrota, promesas de victoria, donde todo el mundo estaba equivocado menos el pequeño grupo que él encabezaba. Con este modo de entender la Revolución Española se da a ver una serie de militantes de la CNT, no olvidemos que la organización obrera mas grande de todo el campo antifascista, fuera de lugar y manipulados por una minoría perversa que buscaba el poder. Nada estuvo mas lejos de la realidad.
Podríamos poner muchos casos más (por ejemplo la amplia bibliografía que surgió alrededor de Mayo de 1937, con obras como las de Ferrán Gallego), pero sería alargar algo redundando en lo mismo. El trabajo de la historiografía anarquista o que trate el anarquismo se tiene que hacer de forma seria, trabajada y sosegada. Material hay. Hay archivos, como los de la CNT o la FAI, completamente inexplorados para muchas investigaciones. Lo mismo que la búsqueda de documentación en archivos generales con legajos aun por explorar. Igualmente para estos estudios siempre habrá plataformas que posibiliten su divulgación y conocimiento. La revista Germinal o la Fundación Anselmo Lorenzo son las dos mejores muestras de ello. Y esto sin desdeñar el trabajo que en muchos otros ámbitos de esta haciendo en esta misma línea, cuya única misión es recuperar la historia del movimiento libertario español.
Mauricio Basterra
jueves, 4 de diciembre de 2008
Arturo Barea y "La forja de un rebelde"
Hacía mucho tiempo que tenía la cuenta pendiente de leer la obra de Arturo Barea La forja de un rebelde. Las razones eran varias, pero dos pesaban sobre todo. Una que son unas memorias noveladas muy interesantes sobre un contexto de la historia de España. Otra es mas personal y sentimental. Cuando estaba aun en el colegio, el Colegio Público Cardenal Cisneros de Alcalá de Henares, fue seleccionado para estar en el rodaje de la seria que TVE realizó en 1990 y dirigida por Mario Camus. Yo actué en escenas rodadas en Alcalá y en Boadilla del Monte, y en algún momento de la serie logré reconocerme. Hace tiempo que no volví a ver dicha serie, pero la impronta de Barea me quedó. Mas aun cuando tiempo después tome conciencia social y la Guerra Civil se convirtió en uno de mis campos de investigación.
Tengo que decir que el libro es de los mejores que he leído. Unas memorias bien escritas, bien trazadas e interesantes.
Arturo Barea nació en Badajoz en 1897 y murió en el exilio en Londres en 1957. Su juventud no fue fácil y muy pronto comenzó a militar en las organizaciones socialistas de Madrid. Con el estallido de la Guerra Civil Barea sabe que su puesto está con la República, y actúa como censor de la prensa extranjera, merced a los conocimientos de idiomas que su formación autodidacta le había otorgado. Finalizada la Guerra parte al exilio junto a su pareja sentimental, la checa Ilsa Kulcsar, también periodista e izquierdista, que estará con él hasta su fallecimiento el 24 de diciembre de 1957.
Barea es uno de esos autores que con el paso del tiempo se le ha recordado, pero quizá no todo lo que debiera. Su obra La forja de un rebelde fue muy famosa, pero escribió otros textos de interés como Valor y miedo (1938), que son una serie de cuentos sobre la Guerra Civil, el ensayo Lorca, el poeta y su pueblo (1944), otro ensayo titulado Unamuno (1955), la novela La raíz rota (1955) y unos cuentos póstumos editados por su viuda titulados El centro de la pista (1960)
Centrándonos en La forja de un rebelde, se trata de una trilogía autobiográfica, cuyas partes están bien diferenciadas.
En la primera parte, La forja, habla de su infancia y adolescencia. En ella muestra la dura vida y la educación que le imparten los sacerdotes. Solo uno de ellos se salva para Barea, con el que toma una gran amistad. Comienza a trabajar desde muy temprana edad, así como es temprano también su militancia en las sociedades obreras de la Casa del Pueblos, afectas a la UGT. Cuanta todos los problemas familiares que le abordan, así como que la figura de la madre es central en esta primera parte, si bien es el se cría con sus tíos en un inicio. Las imágenes que ofrece de sus pueblos, Brunete en Madrid y Méntrida en Toledo, son realmente interesantes.
La segunda parte, La ruta, muestra la crudeza y la sinrazón de la Guerra de Marruecos. La corrupción en el ejercito en la zona, así como algunos, como el comandante Francisco Franco, ya van trazando posiciones. Es importantísima la muestra de la crueldad en la guerra marroquí, donde el Rey es la cabeza visible de todo. Igualmente la posición complemente infrahumana en la que muchos soldados están en Marruecos. El ambiente de la oficialidad es brutal, pues son militares corruptos que se mezclan con traficantes y prostitutas de la zona. La descripción de Barea es impresionante. En esta parte solo hay un dato que quizá es un poco imaginario del propio Barea. Me refiero cuando dice que en una taberna en Madrid conoció a Miguel Primo de Rivera y que este le confesó que estaba en contra de la Guerra de Marruecos.
La tercera parte, La llama, es ya los prolegómenos de la Guerra Civil y su desarrollo. Barea describe a la perfección el ambiente de Madrid en los días previos al golpe de Estado de Franco y los suyos. El movimiento en las sociedades obreras, la difícil situación social del momento. Barea muestra también las discusiones entre los anarquistas y los comunistas. Si bien Barea colabora en un principio con los segundos, a lo largo de sus páginas muestra mas simpatías por los libertarios. Mas que nada porque al final Barea cae en desgracia y los comunistas le ponen a él y su compañera Ilsa Kulcsar en el punto de mira. Y es que la vida sentimental de Barea daría para todo un artículo. Tras numerosos fracasos encuentra a Ilsa en la Guerra y se convierte en la mujer de su vida. Su caída en desgracia para comunistas como George Gordon y Constancia de la Mora (mujer de Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana y comunista) es el fin para Barea. A Ilsa le cae la sospecha de ser trotskista, acusación muy fácil para los comunistas en la época. Datos como que tenía un libro de John Dos Passos en su casa firmado por él, y al haber apoyado este escritor norteamericano al POUM, hacen a Ilsa sospechosa. Barea de todos modos siempre tuvo unas relaciones tensas con su jefe, Rubio Hidalgo.
La derrota en la Guerra Civil, su exilio primero a Francia y luego a Inglaterra y el anticipo de la Segunda Guerra Mundial, es el fin de las memorias de Barea.
En definitiva un libro recomendable y de lectura, diría yo, casi obligatoria. Un testimonio único de un personaje que vive en un momento crucial de la historia de España.
La obra, que fue escrita entre 1941 y 1944 en su exilio londinense,, no ha dejado todavía de ser uno de los testimonios más importantes de la Guerra Civil española.
Tengo que decir que el libro es de los mejores que he leído. Unas memorias bien escritas, bien trazadas e interesantes.
Arturo Barea nació en Badajoz en 1897 y murió en el exilio en Londres en 1957. Su juventud no fue fácil y muy pronto comenzó a militar en las organizaciones socialistas de Madrid. Con el estallido de la Guerra Civil Barea sabe que su puesto está con la República, y actúa como censor de la prensa extranjera, merced a los conocimientos de idiomas que su formación autodidacta le había otorgado. Finalizada la Guerra parte al exilio junto a su pareja sentimental, la checa Ilsa Kulcsar, también periodista e izquierdista, que estará con él hasta su fallecimiento el 24 de diciembre de 1957.
Barea es uno de esos autores que con el paso del tiempo se le ha recordado, pero quizá no todo lo que debiera. Su obra La forja de un rebelde fue muy famosa, pero escribió otros textos de interés como Valor y miedo (1938), que son una serie de cuentos sobre la Guerra Civil, el ensayo Lorca, el poeta y su pueblo (1944), otro ensayo titulado Unamuno (1955), la novela La raíz rota (1955) y unos cuentos póstumos editados por su viuda titulados El centro de la pista (1960)
Centrándonos en La forja de un rebelde, se trata de una trilogía autobiográfica, cuyas partes están bien diferenciadas.
En la primera parte, La forja, habla de su infancia y adolescencia. En ella muestra la dura vida y la educación que le imparten los sacerdotes. Solo uno de ellos se salva para Barea, con el que toma una gran amistad. Comienza a trabajar desde muy temprana edad, así como es temprano también su militancia en las sociedades obreras de la Casa del Pueblos, afectas a la UGT. Cuanta todos los problemas familiares que le abordan, así como que la figura de la madre es central en esta primera parte, si bien es el se cría con sus tíos en un inicio. Las imágenes que ofrece de sus pueblos, Brunete en Madrid y Méntrida en Toledo, son realmente interesantes.
La segunda parte, La ruta, muestra la crudeza y la sinrazón de la Guerra de Marruecos. La corrupción en el ejercito en la zona, así como algunos, como el comandante Francisco Franco, ya van trazando posiciones. Es importantísima la muestra de la crueldad en la guerra marroquí, donde el Rey es la cabeza visible de todo. Igualmente la posición complemente infrahumana en la que muchos soldados están en Marruecos. El ambiente de la oficialidad es brutal, pues son militares corruptos que se mezclan con traficantes y prostitutas de la zona. La descripción de Barea es impresionante. En esta parte solo hay un dato que quizá es un poco imaginario del propio Barea. Me refiero cuando dice que en una taberna en Madrid conoció a Miguel Primo de Rivera y que este le confesó que estaba en contra de la Guerra de Marruecos.
La tercera parte, La llama, es ya los prolegómenos de la Guerra Civil y su desarrollo. Barea describe a la perfección el ambiente de Madrid en los días previos al golpe de Estado de Franco y los suyos. El movimiento en las sociedades obreras, la difícil situación social del momento. Barea muestra también las discusiones entre los anarquistas y los comunistas. Si bien Barea colabora en un principio con los segundos, a lo largo de sus páginas muestra mas simpatías por los libertarios. Mas que nada porque al final Barea cae en desgracia y los comunistas le ponen a él y su compañera Ilsa Kulcsar en el punto de mira. Y es que la vida sentimental de Barea daría para todo un artículo. Tras numerosos fracasos encuentra a Ilsa en la Guerra y se convierte en la mujer de su vida. Su caída en desgracia para comunistas como George Gordon y Constancia de la Mora (mujer de Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana y comunista) es el fin para Barea. A Ilsa le cae la sospecha de ser trotskista, acusación muy fácil para los comunistas en la época. Datos como que tenía un libro de John Dos Passos en su casa firmado por él, y al haber apoyado este escritor norteamericano al POUM, hacen a Ilsa sospechosa. Barea de todos modos siempre tuvo unas relaciones tensas con su jefe, Rubio Hidalgo.
La derrota en la Guerra Civil, su exilio primero a Francia y luego a Inglaterra y el anticipo de la Segunda Guerra Mundial, es el fin de las memorias de Barea.
En definitiva un libro recomendable y de lectura, diría yo, casi obligatoria. Un testimonio único de un personaje que vive en un momento crucial de la historia de España.
La obra, que fue escrita entre 1941 y 1944 en su exilio londinense,, no ha dejado todavía de ser uno de los testimonios más importantes de la Guerra Civil española.
lunes, 1 de diciembre de 2008
XI Encuentro del Historiadores del Valle del Henares
El pasado fin de semana (27, 28, 29 y 30 de noviembre) se ha celebrado en Guadalajara el XI Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Como cada dos años, casi medio centenar de investigadores de la zona se reunen para la lectura de comunicaciones, la mayoría de ellas vinculadas con los temas de investigación que trabajan. Con ellas se puede ver los avances que los estudios en su mas amplio contexto, se están desarrollando en la zona del Henares.
Son cuatro días para debatir y escuchar multitud de trabajos, algunos de ellos realmente valiosos e importantes.
Si bien no es un encuentro dedicado solo y exclusivamente a lo que hoy se denomina "memoria histórica", lo cierto es que se convierte en una excelente plataforma para contrastar trabajos históricos en esta linea. El grueso de las comunicaciones no son ni mucho menos en las cuestiones de la Guerra Civil o de la República, pero las comunicaciones que sobre ello se presenta sirve para comprobar el estado de la cuestión en esta linea para las personas que en la zona trabajan las cuestiones antes reseñadas.
De este congreso destacaríamos alguna comunicación interesante. A tenor de tanto aniversario por el 2 de mayo se ha pasado por alto que también se cumplía en este 2008 el 175 aniversario de la muerte de Fernando VII. Con él se acababa el Antiguo Régimen, pero se enfrentaban dos concepciones de la sociedad. La liberal y la carlista. Juan Pablo Calero habló en su comunicación El ocaso del Antiguo Régimen en Guadalajara de la formación de estos bandos en la ciudad alcarreña. Enfrentamientos que serán prolegómenos de los que se darán ya en el siglo XX en la Guerra Civil.
Sobre la Guerra Civil en sí se presentaron dos comunicaciones. Una de Julián Vadillo sobre un militar republicano y masón que participó del aplastamiento de la sublevación militar en Alcalá de Henares (El militar que aplastó la sublevación en Alcalá de Henares. Ildefonso Puigdéngola Ponce de León. 1876-1936) y otra de Eduardo Villaverde que habló sobre el anarquismo en Guadalajara (El anarquismo en Guadalajara durante la Guerra Civil a través de 'Castilla Libre') a través de una experiencia de prensa durante el conflicto bélico.
En definitiva una muestra de lo que se está tratando en la zona sobre el movimiento obrero, la República y/o la Guerra Civil.
Dentro de dos años se celebrará el XII Encuentro, aun no se sabe si en Alcalá de Henares o en Sigüenza. Cuando llegue ese momento podremos volver a comprobar ese estado de la cuestión que la zona del Henares esta generando.
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