lunes, 6 de septiembre de 2010

Hace 63 años que explotó el polvorín de Alcalá de Henares


Hoy (6 de septiembre) hace 63 años que explotó el polvorín de Alcalá de Henares. El pasado año se presento el libro La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947) de Alejandro Remeseiro Fernández y Julián Vadillo Muñoz. Con el libro se culminaba años de investigación que demostró la inocencia de todos los acusados del PCE y las JSU por algo que no habían cometido. Ocho de esos militantes fueron fusilados. Y muchos más fueron encarcelados en duras penas de cárcel.
El Diario de Alcalá ha recordado hoy el acontecimiento con un artículo de Pedro Pérez Hinojos que reproduzco a continuación.

LA NOCHE QUE TEMBLÓ ALCALÁ

Un montículo cortado a cuchillo muy cerca del puente del Zulema es la única huella física que queda de la explosión del polvorín.

El resto queda en la memoria de los alcalaínos más mayores, entonces unos niños, espectadores de una de las peores tragedias sufridas por Alcalá en su historia; y en las páginas de un libro, La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947), obra de los historiadores Julián Vadillo y Alejandro Remeseiro, que editó el Foro del Henares en la primavera de 2009.

El suceso se produjo en la noche del 6 de septiembre de 1947, con la ciudad recién salida de las Ferias. A las 21,45 horas, un trueno y una sacudida bestiales hicieron temblar los cimientos de todos los edificios. Un apagón, la caída de cascotes y una gran polvareda siguieron a la explosión. El pánico hizo presa de los vecinos, que ignoraban el origen de aquel brutal temblor. Dos galerías del polvorín construidas en el interior de una colina de apenas medio centenar de metros de altura, situado en el lugar que hoy ocupa el Centro de Artesanía y que aún se puede apreciar ‘mutilado’, como se mencionaba al principio, habían estallado por causas desconocidas lanzando al aire un millón de metros cúbicos de tierra. Alcalá quedaba a un par de kilómetros, pero en pocos minutos fue barrida por la polvareda que provocó la deflagración.

Ésta también arrasó la fábrica Río Cerámica, cercana al polvorín, el puente medieval del Zulema y la venta de Camacho. El ‘terremoto’ se llegó a sentir a más de 50 kilómetros. Entre el susto de la población, los destrozos en fachadas y viviendas y la organización a toda marcha de la búsqueda de los supervivientes, en las horas siguientes se fue haciendo balance de víctimas, que se cerró con la cifra de 24 muertos, 14 de ellos civiles y 10 militares, y varias decenasde heridos.

La investigación
De inmediato se puso en marcha la investigación del siniestro y aunque nunca se llegó a saber con certeza cómo se produjo la explosión, todos los indicios e informes técnicos apuntaron al deficiente estado de las instalaciones y del arsenal almacenado, según los testimonios que recoge el libro de Vadillo y Remeseiro. Los jueces militares que se ocuparon de la instrucción, sin embargo, obviaron esos testimonios y se acogieron exclusivamente a la hipótesis del sabotaje por obra de una célula izquierdista. De esta modo, con ninguna prueba inculpatoria, fueron procesadas un total de 69 personas, la mayoría de Alcalá y con antecedentes de militancia comunista y socialista. Ocho de ellas fueron condenados a muerte y el resto padecieron penas de prisión de entre uno y treinta años.

Pedro P. Hinojos


martes, 31 de agosto de 2010

El deporte y el movimiento obrero socialista


Esta es la versión larga de un artículo mío escrito para el periódico Diagonal número 132


Es lugar común vincular el deporte a concepciones elitistas de la sociedad. Ello ha llevado a críticas argumentadas por parte del mundo obrero socialista a lo largo de la historia. Razones no faltaban. Cuando se reinauguraron los Juegos Olímpicos a finales del siglo XIX (1896) por el aristócrata Pierre de Coubertin, se hizo con una idea de exaltación del individuo impregnado por un darwinismo social muy del gusto de la época en algunas capas de la sociedad.

Sin embargo no todo en el deporte fue esa exaltación de la virilidad y de la fuerza poderosa de unos seres sobre otros. Las cuestiones de la salud, de la buena forma física o de la eugenesia como un modelo de regeneración y de perfeccionamiento del ser humano (y no de la raza como desvirtuaron algunos darvinistas sociales y llevaron al extremo los nazis) formó parte también del conjunto de las ideas socialistas.

Y son muchos los casos que nos sorprenden en esta historia del deporte vinculado al mundo socialista, alguna de las cuales son completamente desconocidas.

Fútbol y anarquismo en Argentina

El origen del fútbol se remonta a la Inglaterra victoriana. Jugar con una vejiga hinchada e introducirla entre tres palos rectangulares. Esos son los orígenes del fútbol, que poco a poco va generando clubes en Inglaterra. Todos ellos de las clases más poderosas. Los ingleses van exportando el deporte a varios países. Por ejemplo, su presencia en la minas de Riotinto en Huelva, que dieron lugar a numerosos conflictos laborales, vio nacer al decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva.

Pero si un país se distingue por su gran afición al fútbol, ese es Argentina. Y aquí nos encontramos con la primera vinculación del mundo del deporte y el movimiento obrero. Dejando a un lado la actual conformación social donde los aficionados de Boca Juniors pertenecen a los sectores más populares de la población frente a River Plate, el origen de algunos equipos como Argentinos Juniors, no deja de ser curioso: “Sin embargo, el club Argentinos Juniors nació llamándose club Mártires de Chicago, en homenaje a los obreros anarquistas ahorcados en un primero de mayo, y fue un primero de mayo el día elegido para dar nacimiento al club Chacarita, bautizado en una biblioteca anarquista de Buenos Aires”[i] Un dato realmente curioso que nos lo ofrece Eduardo Galeano en su libro El fútbol a sol y sombra. Incluso en esta misma obra Galeano nos habla del apoyo que tuvo el fútbol entre algunos intelectuales de izquierda, como el caso del marxista Antonio Gramsci que definió al fútbol como “reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”

Por un deporte socialista. Y ¿por qué no?

Las críticas que en la actualidad recibe el deporte por algunos sectores de la izquierda no se corresponden con la trayectoria histórica que muchos de esos movimientos imprimieron en la primera mitad del siglo XX. El caso del socialismo español es paradigmático en este punto.

En septiembre de 1914 los socialistas madrileños, sobre todo auspiciados por unas incipientes Juventudes Socialistas, funda la Sociedad Deportiva Obrera. Su misión era llevar a cabo una renovación social y una dignificación de las costumbres entre los trabajadores jóvenes.

No solo promovieron la práctica del deporte, sino que impartieron conferencias sobre la importancia del mismo para la salud y para el desarrollo del ser humano.

En 1915 inauguran un gimnasio en el Círculo Socialista del Norte, situado en la madrileña calle del Fuencarral.

Este tipo de sociedades comenzaron a tomar atractivos en otras agrupaciones de España. Entre 1923 y 1931 surgen sociedades obreras deportivas en Madrid, Eibar, Guadalajara (de la que no ocuparemos un poco mas adelante), Valladolid y Barcelona. En ese periodo se desarrolla en Madrid la Agrupación Deportiva “Natura” y se intento la formación de una Federación Nacional de Educación Física Obrera.

La Agrupación Deportiva “Natura” languideció hasta 1929, que se refunda creando secciones de fútbol, atletismo y excursionismo.

Con la República recién proclamada, los socialistas intentaron incluso la formación de una liga fútbol independiente de la oficial[ii].

El caso de Guadalajara es curioso, debido a que surgido como iniciativa de los jóvenes socialistas, se promueve la creación de la Sociedad Deportiva Obrera, que llegó incluso en 1933 a sacar un periódico de corta existencia llamado Zancadilla[iii].

También cabría destacar aquí la participación de los anarquistas con grupos excursionistas que se organizaban en los Ateneos Libertarios. Quizá el caso más paradigmático fue el del Ateneo Libertario de El Clot ya durante el periodo republicano.

Pero estos movimientos que se producen en España están en consonancia con el movimiento internacional. En 1913 había surgido en Gante la Internacional Deportiva Obrera, de corta existencia por el estallido de la Primera Guerra Mundial. En 1920 se retoma la idea y surge la Federación Internacional Obrera para el Deporte y el Acondicionamiento Físico, que en 1927 se refunda como Internacional Deportiva Obrero Socialista, que promovió la celebración de las olimpiadas obreras y de la Olimpiada Popular de Barcelona, que no llegó a celebrarse. Pero la ruptura del movimiento obrero tras la Revolución Rusa también se dejó sentir en el deporte. La Internacional Deportiva Obrero Socialista tenía su rival en la Sportintern, que celebró a lo largo de su existencia las llamadas “espartaquiadas” hasta en el número de tres. A excepción de las Olimpiadas de Checoslovaquia (1921), no reconocida como obreras al no estar auspiciadas por la Internacional, o las de Moscú (1928) al ser Espartaquiada, se celebraron tres Olimpiadas Obreras: Frankfurt (1925), Viena (1931) y Amberes (1937). Fracasó la organización de la Olimpiada Popular de Barcelona al estallar la Guerra Civil. Muchos de sus integrantes se quedaron combatiendo en España junto a las tropas leales a la República. Estas Olimpiadas surgían como reacción a las celebradas en el Berlín nazi en 1936. A pesar de las protestas de organizaciones de izquierdas y judías para que no se celebraran en Berlín, el COI finalmente dio visto bueno a la celebración. Si bien las Olimpiadas Populares en Barcelona no se pudieron celebrar por la militarada contra la República, en Berlín Jesse Owens (atleta negro) ridiculizó los presupuestos nazis de inferioridad de las razas al alzarse con casi todas las medallas.

Unos ciclistas muy anarquistas

Otras de las curiosidades que presentamos aquí es la del surgimiento y origen de la CNT en la ciudad de Alcalá de Henares. Si bien estamos acostumbrados a ver como los organismos anarcosindicalistas surgían alrededor de movimientos revolucionarios, en Alcalá su inicio fue muy deportivo a pesar de todas las luchas obreras. Nominalmente la CNT de Alcalá de Henares surgió en noviembre de 1933, cuando así queda registrada en el Registro de Asociaciones. Pero es precisamente gracias a este registro cuando comprobamos que la CNT se inscribe en la Plaza Mayor número 22 mismo lugar donde en febrero de 1933 se había ubicado la Unión Ciclista Alcalaina (UCA). El comandante Juez Instructor de Alcalá pregunta al alcalde, el socialista Pedro Blas, sobre este asunto bajo estos términos: “Ruego a V.S. que si lo tiene a bien se sirva disponer se manifieste a este juzgado si dio autorización para unas asambleas que al parecer se han celebrado en el local que ocupa la Unión Ciclista Alcalaina para tratar la constitución en esta ciudad de un Sindicato Autónomo afecto a la CNT (…)”[iv]. Estaba claro que los anarquistas alcalainos no solo tenían una fuerte conciencia de clase sino que montar en bicicleta les encantaba.

Un club en el barrio de Cuatro Caminos

La barriada de Cuatro Caminos siempre fue testigo de las luchas obreras y de la fuerte organización de los trabajadores. No en vano los trabajadores de la construcción allí residente protagonizaron innumerables huelgas. Allí vivió el anarquista Cipriano Mera, que primero en la filas de la Federación de Edificación de la UGT y luego en el Sindicato Único de la Construcción de la CNT fue protagonista de un periodo histórico.

En ese barrio obrero, con tanta conciencia de clase, había sido inaugurado en 1924 el estadio Metropolitano, campo del Ahtletic Club de Madrid. Y su masa social era mucho de esos trabajadores concienciados y militantes de las organizaciones obreras socialistas y anarquistas.

Cuando en 1936 se produce el golpe de Estado contra la República y Madrid permanece leal, el Athletic Club de Madrid es intervenido por socios militantes del Frente Popular, entre ellos José Joaquín Sanchís Zabalza. Los partidos que juega el Athletic Club de Madrid son en beneficio de la causa republicana, si bien los resultados no fueron los esperados. En un partido celebrado en Mestalla contra el Valencia a beneficio de las milicias y organizados por las Juventudes de Izquierda Republicana, los colchoneros caen por un apabullante 8-1.

Igualmente muchos jugadores del Athletic Club de Madrid combatieron en los frentes de guerra defendiendo la República.

Se celebraron algunos partidos más, pero al final la realidad de la guerra hizo que cualquier tentativa de deporte no pudiera llevarse a efecto.

Y a partir de aquí surge una leyenda negra alrededor del Atlético de Madrid. En 1937 en Zaragoza, un militar alcalaino golpista residente en Azuqueca de Henares, Francisco Vives Camino, entre otros, promueve la fundación de un equipo de fútbol, el Aviación Nacional. Una vez que finaliza la guerra este equipo es fusionado con el Athletic Club de Madrid, surgiendo el Atlético de Aviación. Dos razones movieron esta idea:

1. Vives Camino era aficionado del Athletic Club de Madrid antes de la Guerra.

2. El franquismo quiere evitar que alrededor de un equipo de fútbol surjan sentimientos de oposición. El Atlético era el más indicado para ello, por la ubicación de su estadio y por la masa social que lo compuso antes del estallido del conflicto bélico en España. Algo que ya estaba sucediendo con el Fútbol Club Barcelona[v].

Esto es solo una pequeña parte de la historia que une movimiento obrero y deporte. Algo que todavía está a la espera de un estudio mas profundo.


[i] Galeano, Eduardo. El fútbol a sol y sombra, Siglo XXI, Madrid, 1995. Pág. 37

[ii] Ver Francisco Luís de Martín. La cultura socialista en España (1923-1930), Universidad de Salamanca, Salamanca, 1993.

[iii] Datos facilitados por Juan Pablo Calero Delso.

[iv] Ver Julián Vadillo Muñoz, El movimiento anarquista en Alcalá de Henares a través de los documentos, CNT-AIT Alcalá de Henares, Alcalá de Henares, 2000.

[v] Ver Cien años del Atlético de Madrid, Diario AS, Madrid, 2003 (Volumen 2). Y el menos recomendable de Carlos Fernández Santander, El fútbol durante la Guerra Civil y el franquismo, San Martín, Madrid, 1990.


martes, 3 de agosto de 2010

La visión capitalista del comunismo


Bien es cierto que todas las críticas que hagamos a los regímenes comunistas del este europeo (y de otros lugares) pueden ser pocas. La falta de libertades, la represión feroz que se ejerció contra grupos de oposición y la esclerotización de la sociedad, hicieron que las revoluciones que se generaron para su formación se convirtiesen en reaccionarias para el desarrollo de clase obrera.
Pero si bien las críticas pueden ser múltiples, también hay que tener en cuenta de donde proceden esas críticas. Hace pocos días terminé un libro de Rynszard Kapucinski titulado "El Imperio". Kapucinski, periodistas polaco de reconocido prestigio, hace una crítica a la URSS desde posiciones que considero inadmisibles de asumir. Algo que me ha decepcionado bastante, pues este autor escribe de forma excepcional y tiene algunos libros sobre procesos de descolonización realmente admirables y muy buenos.
Kapunciski hace un repaso a sus viajes por la antigua URSS. Desde su infancia cuando los soviéticos ocupan su pueblo con motivo de la Segunda Guerra Mundial, hasta el proceso de desmoronamiento de todo el bloque, incluido la URSS.
Si bien hace una descripción exepcional de zonas de la URSS (como Georgia, Armenia o Azerbayán), de sus paisajes y de sus costumbres, también hace algunas comparaciones que son realmente lamentables:
1. Si bien está escrito en un periodo muy temprano, Kapucinski hace una comparación entre el comunismo soviético y el capitalismo, poniendo al segundo como la panacea. Años después se ha demostrado que el sistema capitalista ha sido tanto o mas agresivo que el propio sovietismo. Aun así para alguien como Kapucinski eso es algo que debería de haber intuido o sabido con el bajage que tenía.
2. Kapucinski hace una crítica a la represión religiosa en la antigua URSS. Peor se echa en falta una crítica a la propia religión, que antes de la Revolución de 1917 tuvo al pueblo ruso en la mas completa de la ignorancias. Hace una comparación con el estalinismo, pero eso es como comparar una Iglesia con otra. Si por algo se distinguió el estalinismo es precisamente por su carácter ortodoxo y rigidez, que solo es comparable con la religión (ya sea de confesión católica, ortodoxa, protestante o musulmana)
3. En un momento dado del libro hace una comparación entre el régimen de Stalin y con la Italia fascista, como exhonerando a la segunda de acciones como destrozar Iglesias. Una comparación creo que poco afortunada.
4. Igualmente, en su visita a Irkustk (capital de la Siberia oriental) presencia un espectáculo de un grupo de radicales que hacen loas al zarismo. Lejos de hacer una crítica al régimen zarista Kapucinski se dedica básicamente a describir la acción. Solo al final de libro se atisban críticas al régimen de los Romanov.
Si bien el libro esta genialmente escrito y tiene unas descripciones realmente increíbles, las comparaciones odiosas hace que El Imperio pase por ser la obra mas tendenciosa de Kapucinski, y por ende la menos recomendable. Hay formas mucho mas ecuánimes de hacer críticas a los regímenes soviéticos y comunistas. lejos de otros opios como son el capitalismo y la religiosidad.

jueves, 22 de julio de 2010

RECUERDOS DE UN VIEJO MILITANTE. JOSÉ NEGRE


Desde los post de esta bitácora siempre hemos reivindicado a las figuras menos conocidas del movimiento libertario español e internacional. Figuras que en su momento histórico representaron un baluarte fundamental para el desarrollo y expansión de las ideas anarquistas y que el paso del tiempo las ha hecho caer en el olvido y el ostracismo, algo que supera la propia muerte física. Aquí hemos recordado a Eduardo Val, a Melchor Rodríguez, a Mauro Bajatierra, a Teodoro Mora, etc.

Pero igualmente que se estas figuras caen en el olvido, también hay que reivindicarlas con el paso del tiempo. Y hay en la actualidad compañeros que están realizando un excelente trabajo en esta línea. Y, una vez, un acierto editorial de LaMalatesta editorial ha puesto en primera línea una de esas figuras que merecen no solo un recuerdo sino una reivindicación. Hace pocas fechas ha sido editada la obra de José Negre Recuerdos de un viejo militante. Negre pasa a la historia del anarcosindicalismo por haber sido el primer secretario general de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) que este año celebra su centenario. Y a pesar de que la intención no ha sido hacer coincidir esta obra con el centenario de la organización anarcosindicalista, la verdad es que la casualidad ha sido más que acertada.

La fecha de nacimiento de Negre no es conocida. Pero su actividad primigenia en defensa de la clase obrera es patente. Inserto en las luchas obreras de primera hora en Barcelona, fue uno de los impulsores del congreso constitutivo de Solidaridad Obrera, así como el que da pie al nacimiento de la CNT en octubre-noviembre de 1910. Y Negre se destaca como un militante obrerista que sabe perfectamente donde están los enemigos de la clase obrera. Sus críticas al lerrouxismo, que vio desde el inicio como un intento demagógico para apartar a las masas obreras de la influencia anarquista, le valen el desprecio del Partido Radical de Lerroux y Emiliano Iglesias. Es más, Negre, años después, cuando escribe esta obra, revela como la historia les ha dado la razón, ya que era evidente que “El emperador del Paralelo” estaba pagado por el gobierno de Madrid para vaciar de influencia el movimiento obrero español (ver la obra de José Álvarez Junco Alejandro Lerroux. El Emperador del Paralelo)

En esta pequeña obra, que Negre redactó para dar una serie de conferencia a la CNT con el proceso revolucionario de 1936 en marcha, relata los acontecimientos que se desarrollan en Barcelona en julio de 1909 (conocidos como la Semana Trágica) y del que él mismo fue uno de los protagonistas. Como es elegido secretario de la Sociedad del Arte del Imprimir, la relación con las restantes fuerzas del movimiento obrero (sobre todo socialistas), las discusiones con los republicanos lerrouxistas y el desarrollo de los acontecimientos hasta su detención y cárcel.

Ya fuera de su texto sabemos que Negre fue elegido secretario general de la CNT, y que junto con Salvador Seguí, Manuel Buenacasa y Salvador Quemades, son las máximas figuras del obrerismo en Cataluña. Pero la vida de Negre no fue fácil. El presidio y acusaciones de “germanófilo” durante la Primera Guerra Mundial le hacen apartarse de las luchas obreras, si bien nunca las dejó del todo.

Con el proceso revolucionario de 1936, José Negre vuelve a aparecer para dar una serie de conferencias para la CNT, de donde data el nacimiento de este libro. Terminada la Guerra Civil pasa a Francia y recala en el campo de concentración de Argèles. Allí dirigentes sindicales presos piden ayuda para ese anciano que ha sido fundador de la CNT. Pero nada se puede hacer. La Francia “libre” ha dado la espalda a los derrotados españoles. Y Negre muere en el olvido en ese campo de concentración y de la ignominia. Y desde entonces el silencio y el ostracismo.

Pero afortunadamente hoy su figura ha sido recuperada y este libro vuelve a poner a Negre en la primera línea de aquellos fundadores de la CNT que supieron con su lucha y ejemplo articular una de las fuerzas sindicales más dinámicas del mundo. Recuperando a personajes como José Negre, estamos recuperando la manera de trabajar en el campo del movimiento obrero. Por eso hoy recuperar sus figuras es más necesario que nunca.

martes, 6 de julio de 2010

Charla. "Las raíces históricas del movimiento obrero en el Estado español"


El movimiento obrero ha sido la base de muchos procesos históricos y de comprensión de transformaciones sociales. Muchas de los derechos laborales y de las conquistas obreras han venido precedida de una historia de formación de sociedades obreras, sindicatos y asociaciones que han buscado permanentemente la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, sin perder de vista la transformación social como finalidad última de la lucha de los trabajadores.

El movimiento obrero en el Estado español es un claro ejemplo de ello. Sus luchas, la formación de sus principales organizaciones, etc., es lo que se tratará de abordar en esta charla. Un acercamiento a la memoria histórica para que a través del debate podamos poner de actualidad lo que en otro tiempo se consiguió

ALCORCÓN – 8 de julio – 19h.

Charla-debate "Raices históricas del movimiento obrero en el estado español", a cargo de Julián Vadillo (historiador y miembro de DIAGONAL)

En el CSO Escuela Taller, Plaza Santa María de Ortigueira s/n.

http://www.diagonalperiodico.net/Charla-Alcorcon-8JL.html


miércoles, 9 de junio de 2010

Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados


El 10 de junio de 1910, Pablo Iglesias Posse accedía al Congreso de los Diputados. Era el primer diputado socialista en la historia de España. Algo que no era fácil, teniendo en cuenta que el régimen electoral español estaba dominado por el caciquismo y el pucherazo, algo que solo concedía ventajas a liberales y conservadores. La elección de Iglesias era la culminación o el inicio de una nueva etapa en el PSOE, fundado en 1879.
Pablo Iglesias había nacido en El Ferrol en 1850 y desde muy pequeño se traslado a Madrid, donde su vida no fue nada fácil. Internado en el Hospicio (el que está junto a la estación de Metro de Tribunal) vio como su hermano moría por las malas condiciones del momento. Eso provocó una profunda conciencia en Iglesias, que al constituirse la Internacional en España fue uno de sus primeros adherentes. Y en un sector laboral como la tipografía donde destacaban importantes internacionalistas como el anarquista Anselmo Lorenzo Asperilla. Pero fueron tiempos de enfrentamientos entre los partidarios de las tendencia bakuninistas, mayoritarias entre el movimiento obrero español, y las marxistas, donde se inscribió Pablo Iglesias, fuertemente impresionado por la visita de Paul Lafargue a España, y que constituyeron la Nueva Federación Madrileña alrededor del periódico La Emancipación. Esto provocó la ruptura de la Internacional en España, tras los congresos de Córdoba y Zaragoza.
La persecución a los que son sometidos los internacionalistas tras la caída del Sexenio Democrático provoca un aletargamiento en sus actividades, si bien la propaganda anarquista fue mucho mas persuasiva que la marxista. Con ello, el 2 de mayo de 1879 se reunen en Madrid una serie de militantes socialistas para constituir en la fonda Casa Labra el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) A partir de ese momento la actividad del PSOE se mueve en unas circunstancias poco propicias para ello. En la década de 1890 van consiguiendo paulatina representación municipal, sobre todo en ciudades como Bilbao, Gallarta o El Ferrol. Igualmente Pablo Iglesias ha promovido la fundación de un periódico, El Socialista, así como la creación de un sindicato de clase, la Unión General de Trabajadores (UGT), fundada en Barcelona en 1888 junto con otras personalidades como Antonio García Quejido o Facundo Perezagua.
La política de los socialista en esos momentos es de seguimiento a los acuerdos de la Segunda Internacional. Ningún pacto con republicanos, a los que consideran elementos burgueses, ni con anarquistas, a los que consideran elementos antiorganización. Una política enmarcada en las tendencias de Jules Guesde, muy influyente en el PSOE, y alejadas de las tendencias de Juan Jaurès, que paradojas de las circunstancias, es traducido por primera en España por los anarquistas. Igualmente con el inicio del siglo XX los socialistas acuerdan que en aquellos lugares donde tengan posibilidades de triunfo electoral municipal (es decir, conseguir representación) constituirán sus agrupaciones socialistas. Si como agrupación socialista no lo ven claro, se constituían las llamadas "candidaturas obreras" impulsadas por las sociedades obreras de la UGT o similares. Esto provoca que en noviembre de 1903 se produzca la elección del primer concejal socialista en la provincia de Madrid. Es en Alcalá de Henares en la persona de Antonio Fernández Quer. En Madrid lo consiguen dos años después. Son elegidos concejales por el distrito de Chamberí, Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero y Rafael García Ormaechea. Y según nos cuenta Juan José Morato en Pablo Iglesias, educador de muchedumbres, es gracias a los tipógrafos socialistas está elección, debido a que hacen una papeleta por la cual parece que votabas conservador cuando en realidad estabas votando socialista.
Pero la política aislacionista de los socialistas les impedía alcanzar la representación parlamentaria. Paulatinamente van viendo que solo a través de pactos se van a poder conseguir determinados avances. Durante la Semana Trágica se constituye el comité de huelga entre anarquistas y socialistas, teniendo estos últimos como representante a Antonio Fabra Ribas. Igualmente hay una política de acercamiento a los republicanos tras el fusilamiento y asesinato por parte del gobierno de Antonio Maura del pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardía. Es por una constitución de una coalición republicano-socialista cuando Pablo Iglesias accede al Congreso de los Diputados. La elección de Iglesias causa estupor en las clases mas conservadoras. Sus disputas con Maura son sonadas en el hemiciclo. Incluso en cierta ocasión Pablo Iglesias habla de que hay que evitar por cualquier medio que Maura vuelva al poder. La prensa cargó contra Iglesias e incluso se le acusó de inductor del asesinato de José Canalejas por el anarquista Manuel Pardiñas.
Iglesias es reelegido varias veces diputado. Tras la Huelga General de agosto de 1917 son seis los representantes socialistas en el Congreso de los Diputados: Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Largo Caballero, Daniel Anguiano, Andrés Saborit e Indalecio Prieto.
Pero Pablo Iglesias es ya mayor y no sale apenas de su casa. Sigue escribiendo en El Socialista su carta diaria. Ve como la Revolución Rusa de 1917 provoca la ruptura tercerista en el seno del PSOE y la marcha de los que habían sido compañeros suyos desde primera hora hacia las posiciones comunistas: Daniel Anguiano, García Quejido, Perezagua, Ramón Lamoneda, etc.
Su vida acaba el 9 de diciembre de 1925 en Madrid. Tras suyo años de dedicación a la lucha socialista. Hoy su tumba-mausoleo se puede visitar en el Cementerio Civil de Madrid, y ver in situ el homenaje al primer diputado socialista de España.

Pd: Muchos no compartimos el ideario de Pablo Iglesias, pero sabemos reconocer la importancia de una figura trascendental en la historia del movimiento obrero. Hoy muchos deberían de tomar nota su vida y su obra para valorar lo que están haciendo.

martes, 8 de junio de 2010

La lista de los catorce

Hace unos días terminé de leer esta novela de Nacho Guirado, en la que relata de la vida paralela de dos vecinos del alcarreño pueblo de Yunquera de Henares, amigos desde la infancia, pero que la Guerra separa debido a la divergencia ideológica de ambos (uno socialista y otro falangista) Al finalizar la Guerra uno goza de la “libertad” de vencedores, mientras otro pena en los batallones de trabajadores de Asturias como mano de obra esclava de Franco. Ignacio y Ramón son los protagonistas.

No nos encontramos ante una novela espectacular. Pero si que recrea algunas cosas como los batallones de trabajadores y sus duras condiciones de vida, la lucha de los maquis, el silencio de muchos y la lucha de otros. La crueldad del franquismo, de un régimen genocida y de terror. La brutalidad de los falangistas, amos y dueños de la retaguardia.

Pero la curiosidad de la novela viene también dada porque el personaje del Ramón Lobo sobrevive a la matanza de la cárcel de Guadalajara de diciembre de 1936, tras los duros bombardeos que la aviación franquista infringió contra la población civil. Una parte de la población tomó represalias contra los presos de derechas de la cárcel de Guadalajara, causando varios muertos. Algo que se pudo repetir al día siguiente en la cárcel de Alcalá de Henares, pero que fue evitado por el anarquista Melchor Rodríguez, Director General de Prisiones.

En la novela de la matanza se salva uno solo, Ramón Lobo. Algo que tiene una correspondencia (aunque no es real tampoco) con la realidad. De la matanza de Guadalajara se salvo (entre otros) Higinio Busons, que según su testimonio estuvo escondido en una leñera durante día. Algo completamente inverosímil teniendo en cuenta el frío que hace en Guadalajara en esas fechas. Igualmente la historia posterior no contó que Busons fue investigado por el Tribunal Espacial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, pues no les quedaba “claro” a las autoridades franquista porqué se había salvado de la matanza. Una historia curiosa la de Busons, que bien puede retratar la figura de Ramón Lobo en la novela de Guirado.

No estamos pues ante una novela que rompa molde, pero sí ante parte de un documento literario (pues se basa en cuestiones reales y en documentos fidedignos de la figura de Ignacio, que es abuelo del autor)

Recomiendo acercarse a este pequeño trabajo de Nacho Guirado para comprobar desde la literatura la crueldad del régimen franquista y sus sicarios criminales del falangismo. Si bien se puede hacer una crítica a las cuestiones ideológicas y al trasfondo de reconciliación, la novela merece la pena ser leída.