Aprovechando el 80 aniversario del golpe de Segismundo Casado, extracto la parte del libro Historia de la CNT. Utopía, pragmatismo y revolución (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2019), en la que se aborda, de forma breve, el papel de la CNT en los momentos finales de la Guerra Civil española. Con toda seguridad la página más amarga de todas las organizaciones del obrerismo español.
Estos enfrentamientos
continuaron, aunque atenuados, hasta el final de la Guerra Civil, donde en el
naufragio final de la nave republicana las diferencias volvieron a aflorar de
forma sangrienta. Con el reconocimiento internacional del gobierno de Franco por
parte de potencias como Inglaterra o Francia, la empresa del presidente Juan
Negrín de implicar a estas potencias en el conflicto, que habían firmado un
Pacto de No Intervención desde 1936, se diluían definitivamente. Cataluña había
pasado a manos rebeldes y las zonas de influencia republicana se circunscribía
a la zona central y Levante. Para algunos la única opción que podía manejar la
República era mantener la lucha hasta que estallase un conflicto europeo que
deparase mejor suerte a las armas republicanas. Para otros la guerra estaba
finiquitada y no había capacidad de resistencia y solo cabía la búsqueda de una
paz honrosa para reorganizar las fuerzas y emprender la lucha cuando fuese
preciso. Sin desdeñar un ápice los movimientos que los servicios secretos
ingleses tuvieron sobre la decisión final, lo cierto fue que el 5 de marzo de
1939 el coronel Segismundo Casado lideró un golpe contra el gobierno de Juan
Negrín[1].
Aunque las motivaciones de Casado era liquidar la guerra de forma rápida
aprovechó esos conflictos de la retaguardia republicana para apoyarse en
sectores algunos sectores del republicanismo, del socialismo y de la CNT,
argumentando el control que los comunistas tenían sobre el gobierno de Negrín.
Es evidente que el pensamiento final de Casado no era compartido ni por
caballeristas ni por la parte de la CNT que apoya su movimiento, pero vieron en
aquellas circunstancias la posibilidad de desquitarse de lo sucedido en Mayo de
1937. Estalló en Madrid una guerra civil dentro de la Guerra Civil en lo que se
conoció como la “Semana del duro” (porque los enfrentamientos duraron cinco
días) y en el que el PCE fue desalojado de su posición de poder con el
protagonismo de la CNT madrileña y la UGT. Unos enfrentamientos que provocaron
unos días después el desplome definitivo de la República y la ocupación de
Madrid por las tropas franquistas.
El
proyecto revolucionario que había defendido con tanto ahínco la CNT quedaba
triturado por la victoria militar de Franco. Un modelo de sociedad diametralmente
opuesta se imponía en España y todos los acuerdos, discusiones y avances que
había tenido como protagonista a la CNT desde su fundación quedaban sepultados.
A los militantes cenetistas se les ofreció a partir de ese momento un duro y
trágico destino: la resistencia al franquismo y sus métodos de represión
inquisitorial, el exilio, la cárcel, el ostracismo y los pelotones de
fusilamiento.
(Págs. 260-261)
(Págs. 260-261)
[1] Paul
Preston, El final de la guerra. La última
puñalada a la República, Debate, Barcelona, 2014; Ángel Bahamonde, Madrid, 1939. La conjura del coronel Casado,
Cátedra, Madrid, 2014; Ángel Viñas y Fernando Hernández Sánchez, El desplome de la República, Crítica,
Barcelona, 2009; Segismundo Casado, Así
cayó Madrid, Ediciones 99, Madrid, 1977
1 comentario:
Buen libro. Repasa en lineas generales el anarquismo asociado a España, más allá de la historia en sí de la CNT. Le debo una reseña en cuanto vea que es el momento.
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