(Artículo aparece en el último número del CNT (octubre), órgano de la Confederación Nacional del Trabajo)
Los aspectos de la historia del movimiento anarquista en España son múltiples. Mucho se ha escrito de la parte política y sindical, de la cultural, educativa, etc. Pero aún quedan aspectos que los anarquistas desarrollaron en España y que por diversas razones han quedado ocultos o no tan visibles por la historia. Una de esas partes es el desarrollo de las cooperativas por los propios libertarios como modelo de explotación económica que escapaba al control de la explotación capitalista.
El no conocer estas facetas se debe, básicamente, a tres razones:
1. La derrota en la Guerra Civil española y el aniquilamiento de la Revolución provocaron una manta de olvido sobre muchas de las conquistas sociales y laborales de los obreros españoles, sobre todo de los afiliados a la Confederación Nacional del Trabajo.
2. 2. El poco influjo que el cooperativismo tuvo durante muchos años en España hizo que esta obra no contara con la mayor adhesión del movimiento obrero hasta entrado el siglo XX. Incluso congresos obreros de finales del siglo XIX desechaban esta idea del cooperativismo, más cercana a grupos más reformistas.
3. 3. La razón de que los socialistas desarrollaron el cooperativismo de forma más extendida hace que sus obras cooperativas hayan tenido más resonancia. La idea trasmitida por determinadas historiografías de un movimiento obrero “bueno” y ordenado, representado por PSOE-UGT, frente a un movimiento obrero “malo” y caótico, representado por la CNT, ha determinado que muchas cosas queden en el peor de los ostracismos.
Sin embargo determinadas monografías nos están ayudando a desentrañar que todas esas visiones reduccionistas del movimiento obrero y de su obra eran intencionadas y que la trascendencia del movimiento anarquista fue mayor de la que ya sabíamos. En este contexto se situaría la obra de Miguel Garau Rolandi titulada Joan Peiró i Belis, dedicada a la figura del cenetista catalán y centrándose en su actividad cooperativista en la ciudad de Mataró.
Como dijimos anteriormente, el cooperativismo en España no tuvo un influjo muy fuerte en el movimiento obrero hasta prácticamente la década de 1910. El desarrollo, la teorización y la práctica de esta fórmula de explotación, que Owen y los owenitas habían puesto en práctica en Inglaterra y en experimentos trasatlánticos. Esos ecos llegaron de forma más laxa a España. En congresos obreros del siglo XIX se habló del cooperativismo, pero la inmensa mayoría del movimiento obrero español no optó por esa opción, básicamente porque lo consideraban un factor reformista ante un pueblo que pedía ansias de transformación. Veía en el cooperativismo el origen de un obrerismo reformista optando por una posición revolucionaria.
Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX, una minoría del socialismo, que tendrá en Remigio González un buen representante, considera que el cooperativismo puede ser un buen baluarte para crear unas estructuras económicas que alejadas de la explotación capitalista ofrezcan una mejor situación a la clase obrera. Es el origen de la Cooperativa Socialista Madrileña, donde los afiliados a la estas organizaciones podrían tener acceso a los productos de primera necesidad, tan escasos y caros en la época. Y es por ello que los socialistas desarrollan paulatinamente un amplio tejido cooperativo.
Los anarquistas siempre fueron reacios a este modelo económico. Aun así Pierre Joseph Proudhon en su obra Sistema de las contradicciones económica o filosofía de la miseria, esboza toda una concepción de economía de mercado que rompiendo con el modelo capitalista es enteramente socialista. Un modelo que abarcaría varias comunidades federadas y de intercambio de producción. Algo que durante la Guerra Civil española se pondrá en práctica incluso en algunas zonas de Aragón.
Sin embargo hubo anarquistas que no fueron tan reacios al desarrollo cooperativista y lo vio como una posibilidad. Este es el caso de Juan Peiró (1887-1942). Conocido por su actividad dentro de la CNT, como el gran impulsor de las Federaciones de Industria, por ser director de Solidaridad Obrera durante muchos años, secretario general de la CNT, por ser una cabeza visible del sindicalismo obrerista no vinculado tanto a ninguna ideología si bien defiende la estructura libertaria, fundador de la Federación Sindicalista Libertaria y luego nuevamente incorporado a la CNT, Ministro de Industria en el gabinete de Francisco Largo Caballero y durante el franquismo detenido, torturado y asesinado por el régimen liberticida al negarse a cooperar con los sindicatos verticales franquistas.
Sin embargo Peiró también fue protagonista de toda una experiencia cooperativa en la ciudad de Mataró con una cooperativa cristalera, el oficio de obrero vidriero de Peiró. Tal y como nos dice Miguel Garau “La cooperativa Cristalera de Mataró no va surgir de la nada, su existencia era continuadora de una doble tradición, vidriera y cooperativa, en Mataró”. Es decir que la ciudad tenía una profunda historia cooperativa y eso influencia a Peiró. La obra de Miguel Garau nos descubre a un Peiró conocedor y defensor del cooperativismo como una forma de explotación efectiva y eficiente. Pero también nos muestra este experimento cooperativo en esta ciudad catalana, que será espejo y reflejo para las futuras explotaciones obreras ya en Guerra Civil. Fundadores y trabajadores de la cooperativa eran militantes del movimiento libertario y de la CNT. Igualmente nos muestra unos resultados excelentes del modelo que Peiró desarrolla en dicha cooperativa.
Importante conocer este precedente de Peiró para poder entender muchas de las disposiciones que promulga siendo Ministro de Industria. Nadie mejor que él conocía el desarrollo industrial del país.
Estamos pues ante una obra fundamental y que nos descubre algo que hasta ahora a muchos era desconocido. La relación entre el cooperativismo y el anarquismo que para Peiró es una vía revolucionaria de transformación complementaria a los sindicatos obreros. Algo poco conocido en la historia del movimiento libertario. Una cooperativa que incluso llegó sobrevivir en los difíciles años del franquismo, no sin dificultades, y cuando Peiró ya había sido fusilado. Muchos de sus bienes fueron confiscados y la escuela que nació pareja a esta cooperativa fue clausurada.
El libro de Miguel Garau está editado en Cossetània edicions, dentro de la “Colecció Cooperativistes Catalans”. El texto está en catalán, siendo altamente recomendable su lectura para adentrarnos en este fenómeno que debería de abrir una nueva puerta a la investigación del movimiento libertario en una faceta minoritaria: el cooperativismo.
Julián Vadillo Muñoz
1 comentario:
La verdad es que es un tema poco tratado, y sí que es interesante tenerlo en cuenta por cuanto, como dices, afecta luego a ese periodo de 1936-1937 en que Peiró fue ministro, y por ende afectó a las vidas de los republicanos y su percibir de cómo podrían ser las cosas a lo largo del resto de su vida. Me alegra que haya sido Garau quien se acerque primero.
Publicar un comentario